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Adrenalina por 130 8a kiku

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Notas del fanfic:

Naruto no me pertenece.

Ante la emoción del Mundial, del deleite visual que esta a menos de un mes por iniciar y, el hecho de que con presión (muchos trabajos finales u.u) escribo y llegan las malvadas musas.

Es para demostrar que las mujeres sí sabemos de futbol y disfrutamos de verlo.

Notas del capitulo:

Aunque es un one-shot pequeño, puede contener algo de OoC. Cualquier error, háganmelo notar bellezas.

Adrenalina

¡Mejor que un sueño!

Una enorme y satisfecha sonrisa se dibujó en sus carnosos labios, el viento le desacomodaba sus rubios cabellos, chocaba en sus coloradas mejillas y le refrescaba ante el calor, que nacía desde lo más profundo de su interior, acompañado del templado clima. Extendió los brazos con júbilo, agitándolos ante la emoción que le hacía vibrar y correr con mayor velocidad.

El griterío que lo rodeaba era un alegre bálsamo, que lo motivaba, que le invitaba a desgarrarse la garganta y gritar aún más fuerte. Dirigió la mirada, ante el festivo público, que cantaba su nombre. Dándole fin a la carrera, continuó el movimiento de sus brazos, invitándolos a disfrutar, a compartir su alegría, a ensordecerlo. Para dirigir bruscamente sus manos, al escudo que adornaba la parte superior izquierda de su pecho y besarlo, golpear con orgullo la tela, que le reconocía como futbolista representativo de su país.

Un seco golpe, en el costado izquierdo, seguido  de varios más, le hizo perder el equilibrio, mas no caer. Le agitaban su cabello, le abrazaban con emoción, le daban cariñosamente con el puño, demostrando su emoción.

Se encontró de frente con la oscuridad de unos ojos, que le miraban con reconocimiento, con una franca sonrisa, que demostraban la alegría digna de la futura realización de un sueño. Un abrazo, producido por la emoción de la anotación, se efectuó. Un murmullo... que le desconcertó y al cual no tuvo tiempo de reflexionar.

Una potente voz se escuchó en todo el estadio: "Gol del equipo local", seguido de su nombre. Aunado al silbido del arbitro, que les hacía despertar y seguir con la atención en un juego que todavía no acababa.

Su mirar, junto con el de sus compañeros, se dirigió instantáneamente a la banca técnica, el trajeado hombre, que recorría con nerviosismo el área designada, inmediatamente les enseñó la mano, con los cinco dedos extendidos. ¡Tan solo cinco minutos les separaba, de su sueño!

Los músculos se tensaron, mientras el rival corría por el costado izquierdo de la cancha, atinando los pases, acercándose más a la portería. Un centro hizo que su corazón se encogiera, por el golpe mal dirigido del delantero rival. El balón pasó rozando el poste izquierdo. Las señas del técnico y el portero eran las mismas: calma.

El despeje fue largo, buscando alejar lo más posible el balón del área y por ende, el riesgo. Las gotas de sudor le escurrían por sus pómulos, recorriendo las enrojecidas mejillas y las marcas en ellas. El cabello le caía húmedo en la frente, la piel se le erizó y la respiración aceleró. Un nervioso cosquilleo, semejante a una corriente eléctrica nacía desde el centro de su cuerpo, recorriéndole hasta llegar a las extremidades. Sus ojos azules brillaron y nuevamente inició la carrera.

El creativo del equipo, el diez, llevaba el balón, con la habilidad de un jugador de su categoría, considerado el mejor del país. La jugada crecía por el centro de la cancha. Nuevamente la profundidad de una cálida noche, se encontraron con la claridad del día. La mirada lo decía todo, la conexión se dio y su cuerpo se sacudió. Sabía que debía hacer.

Levantó la pierna justo en el momento, deteniendo de seco el impulso del esférico, dirigiéndola. Un túnel le ayudó a evitar al defensa que le cerraba el camino, dejándolo justo de frente al portero. Un aplauso de ánimo se efectuó en el rival, mientras avanzaba decidido, dispuesto a quedarse con el objeto de la discordia.

Una traviesa sonrisa apareció, nuevamente en su atractivo rostro. Al dar un golpe al balón, hacía el centro, justo al punto penal. Con velocidad y potencia su compañero le impactó. El éxtasis, ante el movimiento histérico de las redes, llegó a su cuerpo como vigorosas sacudidas. Sintió e ignoró el dolor en la garganta, ante el alarido que dejaba salir la llamarada de emoción, el  regocijo se hizo presente como nunca.

Apenas fue consiente del efusivo abrazo, los cuerpos se fundieron como si fuera uno solo. Amabas  rodillas chocaron con el césped. El brillo del nocturno cabello, se apreciaba entre sus dedos. El aire ajeno chocaba en su oído. El varonil y salvaje aroma le inundaba las fosas nasales. La suavidad del blanco cuello, era palpable en sus labios.

Pronto fueron cubiertos por los cuerpos de los demás miembros del equipo. Las palabras eran tan comprensibles como ininteligibles. No importaba, todos se entendían.

Sus cuerpos se movían por inercia, esperando ansiosos el final del partido. El cual fue anunciado después de un tiro de esquina en contra. Inmediatamente los compañeros, en banca, corrieron a su encuentro. La fiesta en la cancha, inició. El público correspondía, cantando, coreando los nombres de los jugadores.

Amistosamente se dio la mano e intercambió playera, con el rival. Luciendo su cuadriculado abdomen, sus musculosos brazos.

Gritaron su nombre. Un sonriente y conocido hombre se le acercó, seguido por la inmensa y negra cámara, que transportaba otro -como si fuera el artefacto más ligero-, sobre su hombro.

-Por primera vez, clasificamos al Mundial... Figura al meter el gol y dar el servicio para el segundo.

-Así es, estoy muy feliz ¡créelo! El equipo trabajó duro, todos realizamos un gran esfuerzo, a disfrutar y trabajar en lo que viene. Ganaremos ¡en serio!

-Maravillosa la dupla con Sasuke, pese a ser de equipos antagónicos.

-En la cancha hay un gran entendimiento y comunicación entre todos. Y este caso no es la excepción. Defendemos la misma playera.  Al momento del gol, nos vimos a los ojos y sabíamos que debíamos hacer.

- ¿Qué tienes que decirle a toda esta gente que vino a verlos?

-Muchas gracias por su apoyo, sin ellos no habríamos podido llegar a este punto y un enorme compromiso, por dar lo mejor y hacer historia en el Mundial ¡créanlo!

-Gracias Naruto- el hombre siguió dando su discurso, en busca de más jugadores por entrevistar.

Después de dar vueltas y aplaudirle a los aficionados que aún permanecían. Con satisfacción, se dirigió a los vestidores. A la entrada se topó de frente con Sasuke, los flashes de las cámaras captaron el momento. Los dos ídolos del equipo juntos.

Las sonrisas de rivalidad se hicieron presentes en ambos rostros, acompañados de una mirada de reconocimiento. Después de todo, ambos tenían la misma meta. ¡El Mundial!

 

Notas finales:

Gracias por leer y me encantaría saber sus comentarios y qué les pareció.

Besos


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