Dueño de la noche
Podría decirse que siempre he sido muy feliz... jaa, que irónico sueña eso en mis labios.
Soy el vocalista de una de las mejores bandas de Japón... o al menos solía serlo hasta ese día en que todos mis sueños se fueron por la borda, en un momento de locura.
Sueños que realice al lado de mi mejor amigo, "Hiro" a quien siempre he admirado y al que le debo mucho de lo que un día fui, pero lamentablemente las cosas no siempre salen como uno desea...
Mi familia siempre me apoyó al igual que los grandes amigos que hice en el transcurso de mi vida... mi otro compañero de banda, mi manager y demás compañeros con los que trabaje día a día, al igual que mi ídolo de la infancia.
Ellos siempre han permanecido a mi lado, hasta hoy que mi cuerpo yace inerte en este sitio.
Viví el amor más puro e intenso que cualquier otra persona, al principio mi relación con él fue muy difícil y solo Dios sabe que me costo un sinfín de lagrimas obtener su amor, pero después que lo tuve me volví loco, como una persona que jamás tuvo nada y de repente lo tiene todo, me volví loco.... Loco de amor y de celos...
¿Por qué? Solo puedo responder que mi propia mente me hizo una mala jugada.
Al principio él no me aceptaba pero con paciencia y dedicación logre entrar en su corazón de una manera insospechada hasta para él mismo... los engaños cesaron y en nuestra relación abundo la confianza, el amor y la tranquilidad que siempre hubimos anhelado.
Así es... aunque me duela admitirlo, el gran amor de mi vida "Yuki" llego a amarme más de lo que jamás imagine, ya no me trataba con frialdad e incluso llego a cambiar el "baaka" por "amor" y otros dulces apelativos, que hasta hace poco recordaba con inmensa tristeza.
¿Entonces, por que termine aquí?
Todo empezó debido al exceso de trabajo por parte de ambos... yo trabajaba hasta tarde en NG, y él en casa... aunque eso cambio repentinamente, ya que comenzó a salir bastante por "cuestiones de trabajo" y llegaba después que yo.
En un principio comprendí que sus tantos logros lo mantenían ocupado, pero una noche sospeche que había algo más...
El llegaba, yo dormía, en silencio se acercaba,
me dejaba una caricia y en sus brazos me tomaba.
Cuando su cuerpo sentía, poco a poco despertaba
y mi miedo se moría cuando él me hablaba...
Yo le sentía llegar cuando se acostaba a mi lado y acariciaba mi cabello con ternura para luego sostenerme entre sus fuertes brazos y besar mis labios con pasión contenida, yo me inquietaba murmurando su nombre y él simplemente me hablaba al oído...
Tranquilo amor, tranquilo, duerme que soy yo, mi vida...
Y yo le creía, hasta que un día sin querer descubrí...
Eso se repitió constantemente hasta que comencé a notar que todos los viernes después de hacerme el amor, alguien le hablaba pasada la media noche... y un día mientras él se bañaba yo caí en la tentación de revisar sus llamadas.
Que era todo mentira!!!
"Número desconocido" leí en la pantalla de su móvil, hurgando más encontré un mensaje de él dirigido al mismo, que decía... "Bien, nos vemos mañana a la hora de siempre y no vuelvas a llamarme a casa, tonta."
Mi corazón latió tan fuerte que casi lo escupo por la boca... yo que conocía los teléfonos de toda su familia y hasta el de su editora, no tenía ni idea de a quien pertenecía ese número.
Fue entonces que creí comprender lo que sucedía y un sábado fingí ir al trabajo, espere en el lobby del edificio y me escondí cuando le vi salir apresuradamente después de mí.
En ese momento mi mundo se vino abajo... ya no solo era una sospecha y lo comprobé cuando regresó a casa y me encontró esperándolo.
Le dije que recién había llegado y él mintió diciendo que solo había salido a comprar cigarrillos.
Yo le observe en silencio, tratando de contener las lágrimas que luchaban por escapar de mis ojos... él no sospecho que sabía su secreto, en cambio notó que estaba demasiado silencioso y en seguida supuso que era debido al poco tiempo que nos veíamos últimamente...
Me dijo tiernas palabras y me envolvió en su cálido cuerpo con tanto cariño, que me hizo estremecer de felicidad cuando me reclamo como suyo durante toda la noche... aunque después me sentí tan estúpido... tan cobarde por no haberlo afrontado y por haberme dejado seducir por sus suaves caricias.
Esas caricias no eran sólo mías,
ni las palabras que él siempre decía.
Yo era dueño de la noche, pero ella del día...
Y todo el tiempo que nunca me daba,
todo ese tiempo de mí se reía...
Yo era dueño de la noche, pero no de su vida,
Era todo mentira, mentira...
Pasaron los días y yo trate de olvidar lo que sabía, pero no lograba conseguirlo... intentaba sonreír y no pensar en nada cuando me poseía, pero podía más la angustia de saberlo de alguien más, que por dentro me moría y por miedo a perderlo tuve que aguántalo en silencio... sin que él presintiera lo que en mí sucedía...
Todo había ya cambiado, aunque él no lo sabía,
yo trataba de olvidarme, pero era inútil, no podía.
Tan profundo y tan grande era el amor que yo le daba,
que no podía acostumbrarme a saber que me engañaba...
Hasta que un día decidí hacerle frente... llegue temprano y me fui a la cama a esperar por su regreso... tenía miedo, pero la decisión estaba tomada.
El llegó, yo no dormía, en silencio lo esperaba,
cuando se acercó a abrazarme, puse fin allá a su vida...
Cuando sentí su presencia un escalofrió recorrió mi cuerpo, me tomo entre sus brazos como solía hacerlo y cuando intento besarme, los celos me cegaron por un momento y le incrusté la navaja que ocultaba entre la almohada...
Él únicamente me miró con sorpresa, pero supe que no me odio... cuando se aferro a mi cuerpo con dulzura.
Y vinieron a buscarme, estoy aquí desde aquel día,
y en la noche al acostarme aún lo escucho todavía...
Tranquilo amor, tranquilo, duerme que soy yo, mi vida...
No podía oír absolutamente nada que no fuera su escasa respiración, claro síntoma de que moría... fue entonces cuando un intenso sonido me hizo volver a la realidad... era ella.
Tome el teléfono que aún estaba en la bolsa de su pantalón y escuche esa voz bastante conocida, del otro lado de la línea...
"Eiri, ya sabes que mañana es tu consulta... y no me vayas a salir con eso de que ya no eres un niño, sé que no quieres preocupar a Shu con tus problemas de salud, pero creo que ya deberías decirle... por cierto ya hable con Kanna y me prometió darte unos días de descanso, aún as...
Y yo me reía, porque al final sin querer descubrí,
que él no me mentía...
Solté el móvil y trate de incorporarme para buscar ayuda, pero en cuanto él vio el miedo en mi rostro bañado de lagrimas, me sonrió para luego depositar una suave caricia sobre mi mejilla y en instantes su vida se escapo entre mis brazos.
Él me amaba y yo... yo injustamente le arrebate la vida.
Esas caricias eran sólo mías,
todo fue invento de mis fantasías...
Hice un par de llamadas y mientras esperaba, me abrace a su inerte cuerpo, preguntándome en el por qué lo había hecho.
No se exactamente cuanto tiempo paso hasta que ellos llegaron... Hiro me separo de él para que un paramédico le examinara.
"Esta muerto" pronunció y yo tome la responsabilidad del infame acto que había cometido.
Llegaron sus hermanos y su cuñado... me miraron con tristeza mientras yo no dejaba de llorar.
Todos preguntaron lo que sucedió, pero yo solo pronunciaba que lo había matado... ¿que otra explicación querían?
Asumieron que lo había hecho presa del miedo, ya que meses atrás un obsesivo fans me acosaba, pero yo intente en vano de explicar que no era cierto...
"Esquizofrenia" fue lo que me diagnosticaron, me trajeron a esta institución mental y permanecí aquí durante varios días.
Pero ya no me importaba nada, yo lo amaba tanto como el primer día y aun por las noches al acostarme, escuchaba sus dulces palabras...
Yo era dueño de su vida y él ya no vivía...
Yo solo quería ir con él, implorar su perdón y permanecer a su lado, aunque fuera en otra vida.
Esa mañana, recibí la visita de mi madre y de mi mejor amigo...
Y una mañana me marché a buscarlo,
para estar juntos como el primer día...
Cuando me despedí de ellos, sabiendo que no recibiría ninguna otra visita hasta la hora de la comida, deslice esa pequeña navaja que había tomado del botiquín de primeros auxilios de la amable enfermera que me atendía, sobre las venas de mi frágil muñeca...
El dolor era insoportable, pero nada comparado con lo que sufrí por lo que había hecho... afortunadamente no tuve que esperar mucho tiempo para perder la conciencia.
Y al encontrarme me abrazó y me dijo
Cuando desperté, ahí estaba él... sonriendo mientras me aprisionaba entre sus cálidos brazos y murmuraba cerca de mi oído aquellas palabras que tanto anhelaba volver a escuchar de sus propios labios...
Tranquilo amor, tranquilo...