Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

-Cuestión de nombres - por Mirelle

[Reviews - 18]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Sasuke me pertenece. Con Itachi pueden hacer lo que les venga en gana. Y los demás personajes son de Masashi.

Notas del capitulo:

Espero que les guste. Se me ocurrió hace bastante tiempo y ya tenía ganas de ponerlo. ^w^ (Ando muy ocupada)

Mikoto Uchiha era una mujer joven, soñadora y emprendedora. A la temprana edad de dieciséis años ya se había leído todos los doujins yaoi del mundo entero, en todos los idiomas y no había fanfic que no conociese.

 

 

 

Era una fugoshi con todas sus letras.

 

 

 

Desde que había descubierto lo que en el lenguaje del yaoi significaba “uke” y “seme”, se había propuesto una meta en la vida: sus hijos (quería tener más de uno) tendrían esas palabras en sus nombres.

 

 

 

¡Ah, qué placer! Ya se imaginaba dejando una cámara de grabación encendida en la cocina para ver lo que hacías a escondidas sus hermosos hijos incestuosos. Bueno, el sueño de toda madre.

 

 

 

A los diecinueve conoció a Fugaku, un hombre la mar de atractivo. A primera vista, le encantó la pinta de gay que tenía, pero estaba equivocada. El hombre del que se había enamorado, tenía muchos prejuicios hacia los homosexuales. Igualmente, Mikoto se había propuesto tener hijos gays, y lo conseguiría fuese como fuese.

 

 

 

A los veintiuno, se quedó embarazada por primera vez. Estaba que no cabía en sí de gozo. Se pasaba las noches en vela buscando un nombre adecuado para su primer hijo. - Al ser el primero, y mayor, debe de llevar la palabra “seme”- pensaba mientras tachaba un nombre tras otro.

 

 

 

Finalmente, a punto de dar a luz, se decidió por un auténtico nombre precioso: “Itaseme”. No le dijo nada a Fugaku, pero obvio que no habría discusión. Por lástima de ella, sí la hubo. Y fue muy gorda.

 

 

 

-¿¡Cómo se va a llamar “Itaseme”?! ¡¡Es horroroso!!

 

 

 

-¿¡Cómo puedes decir eso?! – gritaba la mujer entre lágrimas. - ¡¡Es tú hijo!! ¡¡Acéptale sus gustos!! ¡¡Es gay, ¿lo entiendes?!!

 

 

 

-¿¡Cómo va a saber sus gustos si todavía no ha nacido?! ¡¡No pienso llamarle “Itaseme”!!

 

 

 

Así, pasaron discutiendo horas y horas, hasta que la mujer dio a luz. Era un niño hermoso, con un cuerpecito un poco crecidito para su edad, pero perfecto y hermoso al fin y al cabo.

 

Cuando Mikoto se encontraba cansada después del parto, Fukaku, sin consultarle, le llamó: “Itachi”. Conservó el “Ita” para que su mujer no se enfadase tanto.

 

 

 

Estuvieron meses discutidos por ese simple hecho, hasta que al octavo mes de no hablarse, Fukaku le prometió algo maravilloso que la hizo enloquecer.

 

 

 

-“Te prometo que el próximo hijo que tengamos va a llamarse como quieras, y no voy a interferir. Pero por favor, desenfádate, no aguanto esta situación.” – esas fueron sus palabras.

 

 

 

Mikoto le hizo firmar en un papel esa promesa y se lo guardó en la caja fuerte. Ocho años más tarde, por sorpresa, Mikoto volvió a quedarse embarazada. Contenta, pasó las noches y los días pensando nombres con ayuda de Itachi, que se mostraba muy interesado con el nuevo bebé.

 

 

 

Cuando lo tuvieron decidido, apenas unas semanas antes del parto, los dos sonrieron satisfechos: el pequeño se llamaría “Sasuke”.

 

 

 

-Mamá… ¿Por qué insistías tanto en llamarle “Uke”? – preguntó una tarde Itachi mientras limpiaba su habitación en presencia de su madre.

 

 

 

-Por qué tú no pudiste llamarte “Seme”. – contestó con una sonrisa triste.

 

 

 

-¿Por qué tendría que llamarme “seme”? ¿Qué significa?

 

 

 

Mikoto le contó con amor lo que más le gustaba: el yaoi. Le contó como se llamaba cada uno de la pareja, e incluso lo que hacían para poder obtener placer el uno del otro.

 

 

 

Itachi se sorprendía, se sonrojaba e incluso sonreía con emoción.

 

 

 

-¡¡Sí, mamá!! ¡¡Yo quiero tener un uke!! Será un chico como esos que me cuentas, los donceles. Tendrá una buena cintura, un culo de infarto y seré la envidia de medio mundo. – alegó feliz el pequeño de ocho años.

 

 

 

Así, unas semanas después, para la emoción e ilusión de Itachi y Mikoto, y el horror de Fukaku al conocer el nombre, nació el pequeño Sasuke…

 

 

 

 

 

Owowowowowowowowowowowowowowowowowowowowowowowowowowowowowowowowowowowowowowowo

 

 

 

-Y así fue como naciste tú. – explicó Itachi con una sonrisa mientras acariciaba a su hermano de catorce años, los dos sentados en la cama, de noche y a oscuras.

 

 

 

-¡¡Eres un mentiroso, Nii-san!! ¿¡Cómo querría mamá que nos enrolláramos?! ¡¡Eres bobo si crees que me tragaré esa mentira!!

 

 

 

-¿No me crees? – ronroneó cariñoso Itachi mientras se acercaba a su cuello. – Pues hagamos una prueba… Tú y yo tenemos sexo, se lo decimos a mamá, y ya verás la cara que pone…

 

 

 

-Se horrorizará y te capará, Itachi.

 

 

 

-Bueno, tú no tienes nada que perder. – agregó Itachi con una sonrisa mientras empezaba a acariciar la piel que le fue regalada incluso antes de nacer. Era una piel apetitosa, blanca… Una hermosa piel de uke. Y sin contar que Sasuke tenía la cinturita y el culo que él siempre había deseado.

 

 

 

 

 

Owowowowowowowowowowowowowowowowowowowowowowowowowowowowowowowowowowowowowowowo

 

 

 

 

 

-¡¡Mamá, mamá, mamá!! – el chico de catorce años, salió corriendo de su cuarto hasta la habitación de su madre, que se encontraba sola leyendo. - ¡Mamá! – gritó, medio llorando.

 

 

 

Mikoto entornó los ojos al ver a su pequeño llegando solo con una frazada rodeándole. Entornó más los ojos cuando detrás vio aparecer a Itachi con una sonrisa en el rostro y otra frazada encima.

 

 

 

-¡Mamá! ¡¡Itachi no me dijo que doliera tanto! – se quejó mientras una lágrima caía por su mejilla.

 

 

 

Itachi se acercó y apoyó su mano en la cintura de su hermano, mientras miraba a la mujer con una sonrisa. La mujer le miró mal.

 

 

 

-A ver… ¿Lo habéis hecho? – preguntó seria.

 

 

 

Los dos asintieron. Itachi orgulloso, Sasuke triste y dolorido, aparte de sonrojado.

 

 

 

De repente, a la mujer le cambió la cara. Le brillaron los ojos y se abalanzó sobre Itachi con una sonrisa infantil y soñadora.

 

 

 

-¡Itachi! – le besaba toda la cara. - ¡Qué buen hijo! ¡Como te quiero! Y, cuéntame… ¿Qué tal es la cara de mi pequeñito sonrojada y pidiendo por más? Imagino que te corriste en su interior solo con esa imagen, ¿no? – preguntó interesada mientras los dos se sentaban a conversar en la cama.

 

 

 

-¡¡Mamá!! – se quejó Sasuke mientras se iba corriendo de la vergüenza.

 

 

 

-Pues mira mamá… - empezó Itachi. Y así, le narró la fantástica locura de amor incestuosa que acababa de tener con el menor. La mujer, lo oyó todo emocionada y con cara muy feliz.

 

 

 

Acababa de cumplir su mayor sueño.

 

 

 

¡¡Gracias, Itachi!!

Notas finales:

Dedicado a todos los que siempre me seguíis en mis fikis. ¡¡Gracias!!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).