Mi nombre es Umino Iruka tengo 22 años, tengo el cabello castaño y siempre lo llevo sujetado en una coleta alta, mis ojos son castaños oscuros, delgado y mido 1,78 metros, y una peculiaridad mía, es que tengo una cicatriz en mi nariz, además vivo en Tokio, Japón a lado de mi familia. Como aquí acaba de iniciar el verano, así que mis padres decidieron irse de vacaciones por una semana a la casa playa, no quise ir con ellos, porque tenía cosas que hacer, entonces para no sentirme sólo invite a mi mejor amigo Kakashi a que se quedara a pasar la noche.
Él es dos años mayor, vive con su padres y vamos a la misma universidad de Hokage, tiene el cabello plateado, los ojos negros y piel morenita clara, es precioso, tiene unos labios exquisitos y unos dientes maravillosos, tiene buenas piernas y un excelente trasero, grande y levantado, no es musculoso pero tiene buen cuerpo, en fin es perfecto para mi, además que él también tiene una cicatriz, pero en el ojo izquierdo.
Siempre lo me ha gustado, pero nunca me he atrevido a decírselo, prefiero tenerlo como amigo a nada.
Esa noche la estábamos pasando bien, nos reíamos mucho, hasta que a Kakashi se le ocurrió ver una película xxx de las que tiene mi padre guardadas, igual como lo hacemos siempre, la película empezó y él empezó a masturbarse, yo no, no me gusta hacerlo frente a él, me gusta mirar como él lo hace, estábamos en la cama de mis padres y me encontraba recostado al lado suyo, y noté que algo distinto estaba pasando.
Kakashi no estaba mirando la película, se estaba masturbando con los ojos cerrados y su boca entreabierta, así que miraba fijamente su boca que se veía deliciosa y también su pene, con el que tantas veces me había imaginado tener, era precioso, largo y grueso (mucho más grande que el mío) y era muy liso, casi no se le veían venas, era de un color café algo oscuro y su glande era un poco más oscuro, pero solo un poco, era perfecto.
Aprovechando a que él tenía los ojos cerrados, se lo miraba con mucha más paciencia, y en un arrebato que no pude controlar mi mano agarró su precioso miembro, era suave al tacto pero se notaba la dureza. Él abrió sus ojos lentamente y me miró con una cara de satisfacción, en eso saco sus manos de su pene y las puso en mi cabeza y me dio un gran beso, creía que estaba en las nubes, el beso fue maravilloso.
- Sabes Irukita, tú me gustas mucho.- dijo con una hermosa sonrisa.
- Tú también me gustas mucho Kakashi. – dije y nos volvimos besar, pero con una dulzura extraordinaria.
Después sin pensarlo empezó a besarle el cuello, poco a poco iba bajando hasta llegar a su pene, lo tomé suavemente y me lo metí en la boca, comenzando a lamerlo suavemente, el sabor era exquisito y no quería dejar de hacerlo, él soltó mi cabello y comenzó a acariciaba, luego de unos minutos Kakashi hablo.
- Iru-chan bésame en la boca.
Todo fue muy suave, queriendo disfrutar cada segundo al máximo, él me agarró los glúteos y apuntó su pene a mi hoyito, lo fue metiendo poco a poco, hasta el momento en que estuvo completamente dentro de mi, el placer que sentía era magnifico, hasta que al final terminamos con un largo beso.
Luego nos fuimos a bañar, ya que nuestros cuerpos estaban sudorosos, y luego nos acostamos, estuvimos toda la noche hablando acerca de las indirectas que él me hacía y las que yo le hacía, nos reímos y después nos dormimos, esa semana fue espectacular, aunque no volvimos a tener relaciones.
Cuando llegaron mis padres todo siguió igual que siempre, hasta el día de mi cumpleaños, en el que llegó a buscarme a mi casa.
- Iruka te invito al cine.
- Espérame bueno.
- Si quiere te ayudo.- dijo guiñándome un ojo.
- Espérame Kakashi.- dije por que sabia que si, me acompañaba no íbamos a salir de mi habitación.
Después de unos minutos, partimos rumbo al cine. Lo extraño es que no me llevó al cine sino que a la casa de un compañero de colegio de él. Obito es un chico grande, mucho más alto que yo, cabellos y ojos negros, su padre es viudo, así que pasa gran parte del día sólo.
Cuando nos abrió la puerta estaba vestido con un pequeño short, muy apretado que le marcaba todo el paquete, y una camiseta también muy ajustada, apenas nos abrió la puerta se fue a sentar en el sillón de la sala, nosotros también nos sentamos y hablamos de puras tonteras, hasta que Obito empezó a contar una película porno que había visto hace poco y note que su paquete empezó a crecer, de un momento a otro llegó y metió la mano en su short y saco su pene, y empezó a masturbarse.
Me quede asombrado, su miembro era inmenso, mucho más grande que el mío, y quizás más que del de Kakashi, no podía despegar los ojos de ese instrumento espectacular, entonces.
- Si quieres me la puedes mamar.- me dijo, dejándome blanco y lo único que hice fue mirar a mi koi.
- Este es tu regado mi delfín.- me dijo con una voz muy dulce y me dio un gran beso.
Lo primero que hice fue sacarle los pequeños shorts a Obito y luego con mi mano empecé a masajear ese gran miembro, sus testículos también eran grandes y fue lo primero que empecé a lamer y luego de un movimiento me introduje su pene en mi boca, casi no podía respirar, pero el placer era inmenso y el sabor no era tan bueno como el de mi Kakashi.
Después de un rato, Kakashi se acerco a mí y me acarició el cabello, me levanto, los dos nos desvestimos y nos unimos en un beso, mientras el metía sus manos en mi hoyito, luego dejamos de besarnos.
- Estas preparado para lo que sigue mi amor.
- Sí.- dije con un sonrojo.
Miré hacia el sofá y me di cuenta de que el pene de Obito se había puesto más grueso y guiado por Kakashi me senté en él estomago de su amigo.
- Esto te va a gustar.- dijo Obito y tomo mis glúteos, y me sentó sobre su pene, pero solo llegó a meter el glande.
- Tú miembro es mi grueso y no creo que pueda caberme todo.
- No te preocupes, se lo que hago.- respondió, tomo mis glúteos y los abrió, y empezó a empujar con mucha fuerza su pene hacia mi.
Llevaba como más de la mitad de su instrumento dentro de mi y no podía más el placer era mucho, pero sentía a la vez un dolor muy grande, pensaba que me partiría en dos,
- Detente. – dije, pero en ese momento la metió toda de un viaje, el placer que sentí fue terrible, no podía aguantar los gritos, pero desde ese momento todo fue placer.
Obito me lo metía y sacaba con gran fuerza, Kakashi se subió al sillón y puso su miembro en mi boca, estaba delicioso.
- Comete mi miembro Iruka.- dijo Obito mientras que me levantaba de él.
Me hinché enfrente del amigo de mi koi, cuando este, me lo empezó a meter por el hoyito, estaba como flotando, sentía que no podía haber nada mejor que esto. Después de unos largos minutos Kakashi terminó dentro de mí y se acostó a mi lado.
- Continuaremos sin él, mi delfín.- dijo.
Por eso yo lo amo, así que me levante y me acosté sobre él, dándole la espalda, giré mi cabeza y nos besamos. Obito se levantó, abrió mis piernas y sin decirme nada empezó una embestida salvaje, podía sentir como sus testículos pegaban contra mí y luego de unos pocos minutos terminó.
Los tres estábamos en el sillón hablando. Luego de unos minutos el pene de Kakashi volvió a eructarse y me senté sobre él, fue el mejor día de mi vida. Mi lobito siempre me dice que me ama y yo lo amo a él. A veces invitamos a su amigo Obito a participar, pero mil veces prefiero estar sólo con el pervertido de mi Kakashi, porque aparte de amarlo sin límites, es mi mejor amigo.
