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Inexperto en agujas y pinchazos por multifacetica

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Notas del fanfic:

Recién salidito del horno xD

No es la gran cosa, pero me gustaria compartilo con ustedes ante los muy escasos fic de LM.C

Le ruego un review, si?

Inexperto en agujas y pinchazos

MayaxAiji

 

Maya estaba durmiendo placidamente luego de un largísimo día de ensayo. Pero el sonido de su teléfono lo insistía en despertar. Uno.. Dos.. Tres.. Finalmente cuatro timbres sonaron hasta que Maya recién despertara para atender su teléfono de la mesita de luz. Mas aun así, su brazo perezoso no llego a atender, por lo que se corto la llamada.

 

No pasaron ni cinco minutos en que su teléfono celular comenzara a sonar con un tono de “Rock the LM.C” polifónico.

 

“¿Quién llama para joder a esta hora?” Dijo cuando vio en su reloj despertador que eran las dos de la madrugada. Con rezongos se levanto de la cama sin apuro hasta encontrar sus jeans en el suelo, donde había dejado su teléfono móvil.

 

“Aiji”, decía la pantalla del teléfono. A Maya le sorprendió, pues nunca su compañero lo hubo llamado a esas horas. Dejando tan solo un poco de lado la somnolencia contesto.

 

- ¿Sabias que la gente normalmente -dio un bostezo- no suele interrumpirle el sueño a estas horas a otras?

- Perdóname Maya, ahh -dio un quejido de dolor- es que me siento muy mal y no tengo a nadie que me pueda ayudar ahora -lanzo otra muestra de malestar.

 

Maya reacciono y dejo de lado las niñerías que pensaba plantearle. Su mejor amigo lo había llamado porque parecía estar mal realmente. Del otro lado del tubo no se oyeron mas palabras, sino quejidos.

 

- Escúchame Aiji -dijo nerviosamente ante no saber que precisamente hacer- quédate en cama y no te muevas. Yo ya voy para tu casa. Trata de no hacer lío hasta que llegue.

- Mira quien habla.

- Ya cuando llegue te voy a regañar -Maya rió un poco.

- Si Doctor -dijo con ironía y corto la llamada.

 

z88;

Maya se puso los jeans que tenia en el suelo y una camisa mal abotonada. Bajo rápidamente de la habitación y llego a la sala de estar. Se calzo en el gaijin y tomo sus llaves y el celular. Fue al garaje y se subió a su auto. Fue saliendo a toda velocidad de su casa, le preocupaba lo que le pudiera estar pasando a su mejor amigo. Cruzo varios semáforos en color rojo con suerte. Por fin había llegado hasta la casa de Aiji.

 

Por un segundo pensó en tocar timbre, pero pensó que no era conveniente levantarlo de la cama. “¿Qué hago ahora?” Pensó mientras movía inquietamente sus pies. “¡Ya lo tengo!” Por fin había recordado que una vez Aiji le dijo que por si alguna vez sucedía algo grave, entrara a su casa con las llaves que escondía en un macetero al lado de la puerta. Con esta abrió la puerta y entro a la casa del guitarrista.

 

Dio un vistazo general a la casa. En esta no había ningún desorden, como es tan típico de Aiji. Todo pulcramente limpio y ordenado. Cerro y dejo las llaves en la mesita de la sala de estar. Sin mas vueltas, subió rápidamente las escaleras hasta la habitación de su amigo.

 

Cuando entro, vio un panorama muy distinto al del primer piso. Todo estaba revuelto alrededor de Aiji. El se encontraba en su cama descompuesto.

 

- Gracias Maya -dio un quejido y se sostuvo el estomago- por venir.

Maya se sentó a los pies de la cama y lo miro tiernamente.

- Es el deber de todo Doctor -Ambos rieron un poco, menos el adolorido- Dime que te pasa.

- Me siento muy mal del estomago… -se incorporo quedando sentado de golpe- Maya tráeme un tacho.

- ¿Un que?

- Un tacho. Creo que voy a vomitar.

 

Maya puso cara de asco, pero reacciono rápidamente. Primero fue al baño de la habitación de Aiji, pero no encontró nada que pudiera servirle. Así que bajo corriendo las escaleras hasta llegar al primer piso. Entro en la cocina y dio un vistazo general.

 

- Un tacho… un tacho… ¡¿De donde mierda saco un tacho?! -dijo mientras abría y cerraba las puertas de los bajo mesadas.

- ¡¡Aouch!! -cuando levanto la cabeza y se golpeo contra una de las mesadas de acero. Se levanto sobandose la cabeza.- Ahhh… ¡pero si tiene dientes me come! -dijo cuando por fin vio un tacho arriba de la mesada, a la altura por donde se golpeo la cabeza. Lo agarro y subió otra vez corriendo hacia la habitación de Aiji.

 

Cuando apenas atravesó la puerta, lo vio sentado en el borde de la cama tratando de contener el vomito. Maya se arrodillo ante el y puso el tacho de manera en que Aiji pudiese vomitar en el, mientras le sostenía la espalda suavemente. Cuando termino de hacer la primera expulsión, Maya le pregunto si ya había terminado. Aiji vomito otra vez y Maya dio vuelta el rostro de asco.

 

- No, no había terminado. -se rió, pero ante la mirada seria de Maya ceso.

 

Había un vaso con agua en la mesita de luz y se lo paso.

- Toma, hazte un buche y tiralo. Así ya me llevo el tacho.

 

Aiji así hizo. Mientras Maya fue al baño a tirar el reflujo, Aiji tomo reposo nuevamente. El vocalista salio del baño con las manos limpias y la camisa arremangadas.

- Dejo el tacho acá cerca… por si las dudas. -Señalo la puerta del baño que dejo entre abierta.

- Ja Ja. Lo siento mucho.

 

Maya se acerco a la cama de Aiji y lo arropo. Luego volvió a sentarse a la orilla de la cama. El guitarrista iba relajándose. Así que Maya aprovecho para preguntar sobre que le había pasado.

 

- Es que tenia mucha hambre y llame al delivery.

- ¡Aiji! -lo reprocho- ¡Tu sabes que no puedes comer cualquier cosa!

- Ya lo se… -agacho la mirada mientras Maya le dio un coscorrón suave en la cabeza.

- Y… ¿me dejaste un poco de comida?

- Glotón tenias que ser.

Ambos empezaron a reír nuevamente. Pero al rato Aiji fue cerrando sus ojos hasta quedar paulatinamente dormido. Maya quedo feliz en haber podido ayudar a su amigo en ese momento. Pero tenia miedo de que tuviese otro episodio mas tarde, por lo que decidió quedarse en la casa de Aiji, por lo menos hasta la mañana siguiente.

 

Tomo reposo en un sillón tipo puff que estaba en una esquina dentro de la habitación. Se quedo contemplando a Aiji un buen rato. En su rostro dormido aun se notaba que no estaba bien de salud. Mas aun, el no podía hacer nada, pues no tenia idea de que hacer en estos casos.

 

Así que tomo a lo que al parecer era un libro de la pequeña biblioteca de Aiji y se volvió al sillón para leerlo cómodamente. “La verdad en el caso de Mr. Valdemar” (n/a: Es un cuento de Edgard Allan Poe. Perdón, pero amo a ese autor xD) era un titulo que sin dudas no debió leer.

 

- ¡Aiji! ¡Aiji! -casi podría decirse que grito de manera asustada- ¿¡Estas bien!? -se acerco y lo sacudió levemente, despertándolo por inercia.

- ¿Eh? -recién abrió los ojos- ¿Qué paso? -pregunto confundido.

- ¿Tenes fiebre? ¿Dolor de cabeza? ¿Sed? Ay por favor dime que te pasa! -La lectura de aquel cuento lo había traumado, sin dudas. Poso su mano derecha en la frente de Aiji- ¡Pero si estas volando de fiebre y tu no me avisas!

- Tranquilízate Maya… -le sujeto las manos apaciblemente- Lo único que si es que…

- ¿¡Que!? No me asustes Aiji! No quiero que te pase como a Mr. Valdemar!

- ¿A quien?

- Mr. Valdemar. -dijo con plena convicción, como si de una persona real se tratase.

- Oh… veo que estuviste leyendo de mi colección de libros. Ja ja ja!

- No te rías! -se soltó del agarre del guitarrista- Las enfermedades son un asunto serio. -se puso un poco increpado ante el comentario de Aiji. - En serio, dime… -ya calmándose- ¿Cómo te sientes ahora?

- De las nauseas estoy mejor. Pero voy a necesitar que me inyectes un medicamento.

- ¿¡Que te que!?

- Que me pongas --

- Aiji pervertido! Todo esto lo planeaste para llegar a ‘eso’?!

- ¡Que niño eres! Te estoy pidiendo que te conduelas de tu amigo que y me pongas una inyección. ¡¡Mal pensado!!

 

Maya dio un paso hacia atrás y bajo su cabeza para ocultar su sonrojo. En verdad si que había sido mal pensado…

 

- Pero Aiji… yo no se poner inyecciones. -dijo aun con la mirada gacha.

- Pues es muy fácil.

- ¿Entonces porque no te la pones vos mismo?

- Por que no soy contorsionista. Anda, vamos, yo te enseño como hacerlo. Por favor, trae una naranja o un limón de la cocina, no se de cual tendré.. Ah, y también un cuchillo.

- OK -dijo no muy convencido.

 

Maya bajo hacia la cocina. Mientras buscaba lo que Aiji le pidió se puso a refunfuñar..

-“Es muy fácil” -decía por lo bajo con voz burlona.- Para vos será fácil, ¡pero yo nunca inyecte a nadie! Además, ¿Qué quiere hacer con las frutas? ¿Enseñarme lo básico enfermería o darme una clase de cocina?

 

Cuando por fin tuvo un limón y un cuchillo, subió de vuelta a la habitación.

 

- ¡Very good!

- Ja ja. -rió irónicamente- Ahora dime donde tengo que pinchar.

- Espera niño que esto no es tan fácil.

- Pero hace un rato dijiste que si lo era! -empezó a exclamar moviendo lo brazos.

- Tene cuidado con el cuchillo -sentencio.

 

Aiji tenia razón, estaba revoleándolo inconcientemente cerca de su rostro. Así que lo dejo junto con el limón en la mesita de luz.

 

- Por favor, también trae el botiquín que esta en el baño.

No se sabe que gesto habrá puesto Maya, pero de seguro no era uno de felicidad. Así que su amigo recalco su petición con un “Por favor” y una mirada tierna. Así lo hizo finalmente. Se sentó de nuevo a una orilla en la cama expectante de las ordenes que le tenían que dar.

 

- Mira, esto es así -tomo el limón entre sus frágiles manos y lo corto en cuatro partes iguales- Imagina que esto -puso dos pedazos juntos- es la parte superior de los glúteos. ¿Si? Bueno, el pinchazo lo tienes que dar siempre en el ‘cuarto’ superior, independientemente que sea el izquierdo o el derecho.

La aguja siempre tiene que ir derecha, o sea, en °90, porque sino puede dañar alguna vena u otro órgano.

Este frasquito que vez aquí -abrió el botiquín y de una cajita saco lo que estaba señalando- se llama ampolla o ampolleta. Lo tienes que partir por la zona punteada, sin romper el resto del vidrio ni que este entre dentro del frasco con la medicación.

Luego, metes la aguja con la jeringa en la abertura del frasquito y le sacas todo el medicamento tirando de esto que vez aquí -le señalo las paletillas que salen de la jeringa- hacia tu lado. Le das unos golpecitos a la jeringa para que se eleven las burbujitas que se puedan llegar a formar dentro. Y finalmente presionas un poco para que salgan las burbujas, así que siempre te va a salir un poco de medicamento.

Cuando inyectes, hazlo de manera ni lenta ni rápida. Antes, prepara la piel mojándola con alcohol y dándole un pequeño golpecito.

¿Ok?

 

A todo esto Maya observaba sin prestarle mayor atención.

 

- Vamos Maya, ¿entendiste lo que te explique?

- Si. -Rodó los ojos- Solamente tengo que clavarte esa jeguingua en tu huesudo trasero.

Aiji se agarro la cabeza.

- Primero, no se dice jeguingua, y segundo, mi trasero no es huesudo!

- ¿A no? -lanzo una mirada coqueta.- Pues eso tendré que comprobarlo… -Aiji abrió bien los ojos- ahora que te inyecte -el guitarrista relajo la mirada.

- Empeza con tu famosa ‘jeguingua’ que me duele muchísimo el sistema intestinal.

- ¿El sistema que?

- Tksss…

 

Maya había captado a la perfección todas las indicaciones de Aiji. Solamente quería molestarlo un poco.

 

Empezó a preparar todo para la inyección la ampolleta, jeringa, aguja, algodón, alcohol, etc. Etc. Bajo la atenta mirada de Aiji. El vocalista estaba nervioso porque nunca había puesto una inyección, pero Aiji estaba mas nervioso aun, rezando porque aquellas manos en vez de ayudarlo no lo empeoraran mas.

 

- A ver… -dijo mientras elevaba la jeringa y le sacaba el aire- ¿Dónde esta el trasero huesudo al que tengo que jeguinguar? -vio de reojo como Aiji estaba súper-nervioso- ¿Y? ¿todavía estas así? -Aiji estaba sentado en la cama. Maya dejo apoyada la jeringa ya lista en la mesita de luz.- Yo vi en las películas que el enfermo debe estar en esta posición -lo tomo por las caderas y lo giro, quedando bocabajo.

 

- Ajá -dijo disconforme, pero sabia que tenia razón.

- Ahora bájate los pantalones. Ah, y la ropa interior también.

 

Aiji lo empezó a hacer pero a una velocidad muy pero muy lenta. Sinceramente, tenia vergüenza de que Maya viese su desnudez. Pero tampoco soportaba el dolor, necesitaba esa inyección.. ¿Qué debía hacer? Maya mucho tiempo para pensar no le dio, pues con un solo movimiento le bajo los pantalones y el bóxer hasta por las rodillas.

 

- ¿Acaso me tenias que sacar casi todo?

- No lo se, el profe no me dijo nada al respecto. -rió con una de sus típicas risas disfrazadas de ingenuidad.- Bien, ahora viene la preparación.

 

Saco un trozo de algodón y lo embebió de alcohol. Sus manos hicieron contacto con la calida piel de Aiji. El frío del alcohol hizo que el vello se le erizara. Mas era aplacado por las caricias tímidas que luego recorrían aquella sensible zona. Sus movimientos eran suaves y lentos, quería disfrutar de la única oportunidad que había tenido hasta entonces de tocar aquel ‘huesudo trasero’.

 

Mientras, Aiji apretaba sus labios con fuerza, tratando de no soltar ningún sonido delator de las sensaciones que se le estaban produciendo. Mas no podía aguantar mas. Tenia que decir algo por mas tonto que sea para liberar lo contenido en su garganta.

 

- ¿No crees que ya esta para inyectar? -dijo con un hilo de voz.

- Mmm… yo no lo creo. Tan solo nota lo tenso que estas. Así no podría inyectarte. Ah! Ya se que puedo hacer para que se relaje la zona -soltó felinamente.

 

Maya dejo de estar a un lado de la cama para ahora subirse, quedando en cuatro sobre Aiji. Se acomodo hasta quedar sobre la cola de el. Con sus manos tomo cada nalga y la aparto un poco hacia los costados.

 

- Nhh.. -un pequeño gemido escapo de los labios de Aiji.

 

Finalmente acerco su rostro y con su calida lengua empezó a jugar chupando con la entrada del guitarrista.

 

Aiji se sujeto de las sabanas, casi clavando las uñas.

 

El vocalista adentro su lengua para luego sacarla y volverla en un sinuisioso vaivén. Maya movía su cabeza de arriba hacia abajo.

 

- Ahhh… -largo un gran gemido.

 

Maya se libero de aquella posición y volvió a pararse al costado de la cama.

- Bueno… creo que ya puedo inyectar.

 

Aiji no dio palabra. Solo rogaba que no se diera cuenta de que se hubo corrido, producto de la tortura sensual que plenamente le había dado Maya.

 

Y así, finalmente Maya puso su primera inyección.

- ¿Dolió? -pregunto maliciosamente.

- N… no. Gracias.

- ¿Y porque todavía estas bocabajo?

- Etto…

- ¿Queres que te ayude en algo mas? -se agacho inclinando sus rodillas, quedando su rostro al de la altura de Aiji, mirándolo con ojitos risueños.

- Doctor Maya….

- Dígame paciente.

- ¿Qué puedo hacer con esto? -se curvo un poco, levanto las sabanas y le mostró a su amigo lo que le había ocasionado poniéndole esa inyección.

- Mmm, déjeme pensar… -se llevo una mano al mentón haciendo pose de pensador.- Quizás requiera una intervención.

- ¿En serio? -fingió aflicción.

- Si. -dijo muy seriamente.

- Por favor Doctor, ¿pudiera explicarme como seria la intervención?

- ¡Como no! Con mucho gusto! -ya estaba colando sus manos hacia la erección de Aiji- Pero solo debo advertirle una cosa.

- ¿Qué?

- Que este tratamiento puede crear adicción.

- Al final… creo que seré reincidente.

 

F I N

Notas finales:

Hasta la proxima!!

Muchos kisus!!


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