--¡Dejen de correr! ¡Los van a reñir!-Gritaba Kobanzame, persiguiendo a Torakichi y Mizumachi, que hacían carreras en el hospital.
Sena y Monta, fueron a visitarlos. La enfermera era una amenaza más grande como Agon y sin embargo, ese par seguí haciendo desastres.
De pronto llegó alguien más efectivo que Agon, Hiruma y la enfermera juntos.
--Dejen de jugar, ya.
--¿Eh?-Mizumachi detuvo la camilla--¿Kakei-chan?
--Mizumachi, compórtate por favor.
--¡Gracias Kakei! Estos dos no me hacían caso...--Se quejó Kobanzame.
La tarde continuó y el rubio, a pesar de que le doliera el hombro, ayudó a Sena a superar ese tonto miedo que lo aquejaba.
Kakei se dio cuenta de la actitud del otro. Lo conocía demasiado bien y no podía engañarlo.
Estaba anocheciendo y después que los chicos de Deimon se fueron, Mizumachi regresó a su habitación para dormir. Ahí encontró a Kakei sentado en la orilla de su cama.
--Al fin regresas...
--¿Eh? Ah, eres tú Kakei... Ya es tarde y debo descansar.
Su voz se oía apagada. El pelinegro lo notó.
--¿Pasa algo?
--No-Se recostó en la cama y se tapó con la sábana.
--No me mientas, no puedes hacerlo. Si algo te pasa, dilo.
--No te preocupes... No es nada. Yo sólo... Sólo...--Apretó la tela entre sus manos y cerró sus ojos, las molestas lágrimas ya venían de regreso.
--Mizu...--El ojiturquesa lo abrazó con ternura. Sabía lo que estaba pasando y lo mucho que afectaba al rubio el estar lastimado.
--Kakei... Abrázame...--Le suplicó infantil el 71 y pegándose al pecho del otro.
--No llores-Su voz también temblaba. Es que el ver así al rubio era duro.
--No puedo evitarlo... Yo no puedo... Abrázame...
Permanecieron un buen rato abrazados, compartiendo sentimientos. Pero se vieron obligados a separarse porque unos visitantes llegaron.
--Con permiso-Dijo Sakuraba entrando a la habitación.
--Buenas noches-Secundó Takami.
--Con permiso-Dijo Shin, que, por primera vez, los de Kyoshin veían con el uniforme de su escuela.
--¡Hola! ¿Qué los trae por aquí?-Preguntó Mizumachi como si nada hubiera pasado. Aunque sus ojos continuaban un poco hinchados.
--Perdonen si interrumpimos. Es que vine a visitar a Torakichi y ellos se ofrecieron a acompañarme ¿Cómo sigues Mizumachi-san?
--Bien, un poco adolorido pero sin complicaciones. Gracias Saku.
--Toma, te trajimos unos pastelitos. Takami me ayudó a elegirlos. Supusimos que Kakei-san estaría así que también te trajimos unos.
--Gracias-Dijo Kakei recibiendo las cajitas.
--Si mueves tu brazo con cuidado y le das rehabilitación con ejercicios leves durante periodos cortos, puedes recuperarte pronto, además toma tus medicamentos e incluye un analgésico potente en crema...--Shin estaba de pie en la puerta.
--Disculpen un segundo, acompáñame Shin por favor.
Sakuraba salió con el pelinegro hasta el pasillo.
--Shin, no es momento para estar diciendo eso. ¿Acaso no viste que Mizumachi está diferente?
--Yo le veo la misma complexión en musculatura y la altura no ha...
--¡Baka! No me refiero a eso... <<Olvidé por completo que tú no juzgas a la gente por su rostro>> Quiero decir que estuvo llorando, eso significa que lo del golpe lo afectó mucho. Pobrecito...
--No era necesario que me regañaras ahí.
--Si era necesario, Shin estamos en una visita a un amigo y tú...
--Ven-Lo jaló de un brazo hasta una habitación pequeña donde estaban los productos de limpieza.
--¡¿Qué?! ¡Shin!
El otro comenzó a besarlo mientras lo pegaba a su cuerpo y le desabrochaba el uniforme.
--¡¿Qué crees que haaahhhces?!
--Llevo sin tocarte, casi diez horas... Ya no aguanto...
Sin más, le quitó el saco y bajó el pantalón. Le dio la vuelta y sacó su miembro que estaba más duro que una roca. Ni siquiera lo preparó.
--¡Ah!
--Shhh... Nos oirán.
--Es tu cuuuhhlpa...--Susurró desesperado el rubio, sintiendo el escozor en su trasero-Dé-déjame...
Shin no le hizo caso y lo embistió, al mismo tiempo que acariciaba sus pezones y jugaba con su miembro.
El acto no duró mucho, Sakuraba apretaba los dientes al punto del dolor y sudaba a chorros. Shin no sentía saciedad de ese cálido cuerpo que siempre lo recibía con entusiasmo.
Terminaron en medio de jadeos contenidos y un enorme mordisco en el cuello del receptor. Debían regresar lo más tranquilos posible, pero esa satisfacción en la cara del linebacker era imposible de ocultar. Sakuraba se acomodó con ganas el uniforme y salió, pero el moreno lo jaló de nuevo y lo besó de manera irresistible.
--¿A dónde habrán ido?-Preguntó Mizumachi, comiendo un pastelillo-Ya se tardaron, ¿Cierto Kakei-Chan?
--Si.
--Eh... ¿Por qué le dices Chan, si son novios?-Preguntó Takami.
--Es que es muy lindo... Y a él no le molesta. ¿Verdad Kakei-Chan?
--Claro... Mizu, tienes crema en la cara.
--¿Ara?
El ojiturquesa no dijo más y lamió la morena piel de su koi, enfrente del quarterback de Oujou.
--Oye... ¡Me haces cosquillas!-Gritó con una sonrisa-¡Kakei-Chan baka!
Se abrazaron con cariño y sonrieron. Al fin y al cabo, el otro no diría nada.
Shin apareció en la puerta.
--Takami, necesito hablar contigo, es importante.
--Claro, pero ¿Dónde está Sakuraba?
--Fue al sanitario. Vamos.
El de lentes se disculpó y fue detrás del linebacker. En el mismo lugar donde tomó al rubio, tomó al quarterback. Con excusas diferentes, pero el mismo efecto.
--Shin... ¿Por qué?
--Estaba hablando con Sakuraba y pensé en ti, porque me excitas en sobremanera.
Shin estaba con ambos, en un extraño trío amoroso que sabían sobrellevar. No habían tenido problemas con eso, así que todo estaba bien.
Sakuraba asomó en la puerta y vio que Kakei besaba a Mizumachi con devoción; era mejor no interrumpir. Seguramente, Shin se estaría jodiendo a su compañero en el cuarto de mantenimiento, así que regresó con Torakichi a perder un poco de tiempo.
--Te quiero demasiado Kakei-Chan... Gracias por corresponderme.
--Eres mi razón de vivir, Mizu-zu. Cuando salgas de aquí, iremos a la playa a que nademos un día sin descanso.
--¿En serio?
--Si. Pero por ahora, debes hacer caso del consejo de Shin. Mañana empezaremos los ejercicios y conseguiré medicinas.
--Serías un excelente enfermero, Kakei... Sabes cuidar a los niños.
--Pero sólo me interesa cuidarte a ti. Te quiero Mizu.
--Y yo a ti... Mi enfermero.
Los de Oujou regresaron y preguntaron por su compañero, después se despidieron y se retiraron, dejando descansar al rubio.
Por supuesto que el linebacker de Kyoshin regresó a consentir a su koi y lo cuidó hasta la recuperación. Shin, tachó de su lista de fantasías, el hacerlo en un cuarto reducido y en un hospital.
Todo siguió su curso, dejando la marca de los lindos recuerdos, donde se involucraron: Un niño malcriado, un enfermero y unos sexópatas muy poco comunes.
FIN