-No puedo con esto...- Musitó frustrado recargándose en la pared del pasillo, había estado espiando a Watson bastante tiempo, mirándolo dormir...entre más le observaba más deseaba acercarse, tocar su cabello...sus labios...mirarlo a los ojos y decirle un montón de tonterías que no dejaban de rondarle en la cabeza, pero no podía dejarse enredar en aquellos deseos triviales.
Era una total falacia que alguna vez Watson hubiese querido corresponder a esos deseos impuros que no tenían lugar en este universo lleno de modales sofisticados que se tenían que seguir tan estrictactamente. Bajó la mirada al analizar que su deseo animal sólo podría lograrse de una única y universal forma...pero el solo pensamiento en realidad no era muy agradable porque después de rebajar a su amigo a la fuerza a un acto tan bajo quizá nunca más en su vida quisiera volverlo a ver y eso iba a doler un poco.
¡Pero esas malditas ansias tenían que desaparecer de algún modo o de otro! Se sentó en la alfombra de la sala después de rondar de acá para allá. Todavía no aclaraba ni un poco el cielo, al contrario parecía hacerse a cada segundo más oscuro como sus pensamientos mismos, bostezó perezosamente estirándose un poco.
-Demonios...no puedo dormir...- Se musitó a sí mismo sintiendo los parpados pesados, pero sabía que si se mantenía sin dormir no sería peligroso para Watson estar junto a él, por lo que esa era la solución más cuerda que pudo concretar.
Watson se había despertado al escuchar un ligero chirrido de su puerta pero al voltear a mirar a ella sólo vio como se cerraba silenciosamente
-¿Holmes?...- Musitó con los ojos entreabiertos alzando la cabeza de la almohada se acercó perezosamente a la orilla de su cama y busco con la mirada sus pantuflas para sentarse y ponérselas sin poder evitar bostezar bajito y levantarse con cuidado, empezó por ir a asomarse a la habitación de Holmes pero ni rastro de él. Se le hizo raro que el detective no estuviera roncando en su cama para la hora que era ¿Tendría algún problema de salud?... podría ayudarlo si le contaba lo que le sucedía.
Bajó las escaleras con cuidado y vio a Holmes sentado en medio de la sala con un semblante difícil de descifrar.
-Holmes... ¿No puede dormir?...sabe, si hay algún problema puede decírmelo...- Le dijo con cuidado mientras llegaba hasta él y se ponía en cuclillas a su lado.
El pelinegro se sorprendió un poco al notar que el rubio estaba despierto más sólo le miró sin contestar hasta que escuchó aquella pregunta:
-Tiene razón, quizá si hay un problema...-
-¿Puedo saber?- Le preguntó educadamente.
-Sabe que todo lo que quiera saber de mí solo tiene que preguntarlo...- Le dijo antes de responderle el tema a tratar -Siento algo aquí...- Musitó tomando la mano del rubio y colocándosela en el pecho, Watson pudo detectar que los latidos del corazón del detective iban muy rápido.
-Podría ser...-
-Shh...no es nada de lo que usted piensa ¿sabe?...no es tan físico...-
-Oh. Ahora empiezo a comprender mejor, Holmes. ¿Y cómo es esta sensación que le acongoja tanto?-
-Es muy extraño porque la mayoría del tiempo me hace sentir feliz con solo recordar una palabra clave...pero cuando analizo los contras de esta palabra empiezo a sentir una terrible frustración que me hace querer destrozar cuanta cosa se me ponga enfrente, pero luego al suspirar pareciera que el aire no volverá nunca más a llenar mis pulmones...- La voz de este hizo una pausa y Holmes miró al piso.
-¿Se trata acaso de un amor imposible?... ¿Cuál es el nombre clave?- Le preguntó Watson curioso sentándose frente a él, mirándole el rostro a detalle, aún no terminaba de comprender y tenía una gran curiosidad de saber el nombre de la persona que hubo logrado captar la atención del detective de tal modo.
-Así es Watson, tan imposible que quizá esta persona nunca llegue a amarme siquiera el diez por ciento de todo lo que yo guardo en este corazón que ya me pesa llevar día con día en el pecho...nunca había sentido cosa semejante, es tan abominable pero tan dulce a la vez...la palabra clave de esto es innombrable para mí frente a usted...-
El doctor sonrió divertido al ver en ese estado a su amigo -Vamos Holmes, las mujeres suelen apasionarnos de tal modo que quizá para usted deba avergonzarle mucho su estado pero creo que está bien que al fin ya alguna le haya cautivado y seducido así-
-El problema no es ese... el problema es que no es una mujer lo que despierta esto que está quemándome...- Musitó con cuidado como para que la reacción de Watson se diera del mismo modo.
-Holmes...yo...- Bajó la mirada realmente no sabía que decirle al pelinegro ya que una inmediata punzada de celos surgió de su interior y sintió un odio indescriptible por aquel hombre que mencionaba. Pero un momento <<¿¡Celos?!>> ¿Cómo iba a ser algo así?...
El detective le miró a los ojos sintiendo vergüenza de sus palabras pero cuando iba a concretar la frase notó lo tenso que se había puesto Watson.
-Por favor...me da mucha pena con usted admitir este tipo de pensamientos pecaminosos, porque le juro que no han pasado a más en ningún momento, pero es que este hombre es tan maravilloso que no he podido evitar irme fijando en el, llamó mi atención de una manera magnífica y sigilosa a la vez ya que poco a poco entró en mi cabeza...y de repente ya me gustaba sin siquiera darme cuenta en qué momento-
-¿C-cómo se llama ese hombre, Holmes?...- Preguntó este con dificultad tratando de mantener la serenidad, de aquella impactante confesión ya había perdido totalmente el sueño.
-John Watson...- Contestó este directamente mirando al rubio a los ojos sonrojándose un poco.
Este se quedó asimilando aquellas últimas dos palabras que formaban su nombre sin poder creerlo...Holmes acababa de declararle su amor y él ya estaba sintiendo celos de si mismo...
-Venga....- Le musitó alzando la mano para colocarla en la nuca ajena y atraerle hacia sí besándole con ligereza, fue un pequeño roce que encendió enseguida los deseos ocultos del detective que se abrazó a su cuello profundizando aquel contacto sumergiendo su lengua en la boca de este y el rubio al sentir esto no pudo quedarse atrás siguiéndole el juego a aquel beso que estaba volviéndolo loco, ambos estaban ansiosos por devorarse a besos, pero aparte de lo que hacían jugando con besos sucedió el impulso que era lo más lógico. Cayeron al piso y siguió besándole sobre la alfombra, el pelinegro estaba desesperado por más contacto por lo que abrió el pijama de este con rudeza mientras Watson besaba el cuello del pelinegro y se deshacía de su camisa de un tirón y de sus pantalones.
-...Watson...- Jadeó algo alterado, tensándose al sentir las manos de este recorriéndole poco a poco, Holmes sólo podía sostenerse con las manos temblorosas de la pijama abierta del rubio.
-¿Qué pasa Holmes? ¿Empieza a arrepentirse?...- Le preguntó sensualmente para después besarle el cuello y morderlo ligeramente, ese era un punto muy sensible para el pelinegro.
-...No...mghm...continue...- Le pidió con la respiración ya algo agitada, el rubio sonrió maliciosamente y entonces el detective se sintió como fuera de la realidad al ver aquella mirada lujuriosa en el otro.
-Como usted diga Holmes...- Le musitó al oído para morderlo después y bajar directamente hasta la entrepierna del detective y lamerla como si fuese un dulce, eso dejó oír algunos quejiditos del detective que le hicieron querer continuar
-mhm...sii...- Gimió encantado de aquello mientras el rubio subía el ritmo a lo que estaba haciendo ahora metiendo aquella extensión en su boca para darle más placer, su mirada castaña abandonada a aquellas sensaciones era de lo más sensual, pero el detective no quería divertirse solo, por lo que se sentó tomando a Watson del mentón para atraerlo hacia sus labios mientras se liberaba del pantalón de una vez por todas y abría el de Watson con desesperación liberando aquella erección que estaba allí apresada, definitivamente necesitaba atención...este a pesar de dejar que Watson viajara por su cuello apresó aquella erección entre sus dedos haciendo que este gruñera intentando contenerse, y movió ligeramente su mano mientras tomaba la mano del doctor, este enseguida captó lo que haría por lo que se mantuvo mirándolo. -¿Eso es lo que quiere?-
-Lo necesito...Watson...- Musitó con una intensa mirada, el doctor guió sus dedos a la boca de este y los sumergió dejando que este los lamiera obscenamente, aquella sensación que le dio el pelinegro era tan inimaginablemente buena que el rubio ardía en deseo de continuar con sus caricias en el cuerpo de este.
Se besaron intensamente mientras Watson bajaba su mano sensualmente hasta la entrada del detective y sumergía el par de dedos con algo de dificultad debido a lo estrecho que estaba el detective, al parecer esas cosas no las había acostumbrado nunca antes, al sumergir del todo sus dedos y moverlos dentro deslizándolos poco a poco el detective se arqueaba contra él con una indescriptible mirada complacida que estaba clavada en la del ojiverde ambos conectados en sensaciones y sentimientos, después de que pasaran con un poco más de facilidad los sumergió más intentando llegar lo más profundo posible sintiendo como aquella cavidad cerraba sus paredes contra sus dedos -Holmes...relájese...y no le dolerá...-
-Amhm...Watson...nhnn...- Gimió buscando sus labios, este los tomó con fiereza y después empezó a bajar por su cuello con besos húmedos mientras sacaba los dedos con facilidad y guiaba su miembro hasta donde la entrada de este posándolo allí sin entrar, el detective apretó los dientes al sentirle allí pero se contuvo quedándose aferrado a la pijama de este bajó la mirada para observar lo que pasaba y al ver el miembro del rubio tembló ligeramente de deseo -Por favor...- Musitó lamiéndole el oído arrebatándole un gemidito.
-...Holmes...- Gimió este lleno de deseo entrando en este violentamente y empezar a envestirlo sin esperar ni un minuto más, los gemidos del detective se convirtieron en jadeos excitados cuando Watson aceleró el ritmo de las envestidas entrando y saliendo cada vez con más rapidez y un deseo que cada vez se iba saciando con más rapidez -Nghn!!...-
El detective empezó a masturbarse para aumentar la excitación del otro al ver la escena y reemplazó la mano del pelinegro por la suya apretando aquella erección y después mover la mano al ritmo de las envestidas haciendo que este se retorciera un poco en la alfombra para después unir sus labios en un ardiente beso que llevó a ambos a acallar los gemidos ante su clímax y se separaron de aquel beso para respirar agitados, Watson se dejó caer en este besándole un hombro y recargándose sin ganas de decir nada, aquellos actos quizá no debían dialogarse ahora. Holmes recargó su cabeza en la del rubio tratando de recuperar la respiración, ambos dormirían gustosos allí pero no era correcto.
El ojiverde salió con cuidado y se levanto acomodándose la pijama sin mucha dificultad y le ofreció su mano a Holmes para que se pusiera de pie, este le miró algo sorprendido por la normalidad con que lo afrontaba pero era algo bueno después de todo, sonrió dejando que este le ayudara a levantarse y se acomodó su ropa de dormir, ahora ambos satisfechos de haber tenido tan buena sesión. Se dieron las buenas noches sin comentar nada más, ya que después de todo ninguno de los dos se esperaba que toda esa locura los llevara hasta ese punto.
Holmes se recostó en su cama mirando el lugar vacío a su lado preguntándose con una mirada distante de la realidad si estaba destinado a que ese lugar siempre estuviera vacío, pero no quiso profundizar a más, por lo que simplemente se durmió pensando en que al fin había roto el hielo entre ambos y ahora la abstinencia quizás ya no formara parte de su vida por algún tiempo indefinido...
Watson ya no podía dormir por el arrepentimiento que le dio todo aquello, pero la peor falta a Holmes era el no decirle que también lo quería, tuvo el descaro de aprovecharse de su declaración para intimar con él portándose frío después, como si de una doncella cualquiera se tratase. Era un descarado...
Se levantó de su lugar y camino a la habitación del pelinegro con mucho cuidado de que no le escuchara y una vez adentro se sentó a su lado a observarlo dormir, notando como ni siquiera se movía de lo cansado que estaba... -Yo si puedo amarlo mucho más del diez por ciento de sus expectativas Holmes...- Le musitó inclinándose a besarle los labios y al fin retirándose más tranquilo a dormir.