¿Por qué el manga y el yaoi no deben mezclarse?
Mirelle era una chica normal como cualquier otra. No tenía nada de especial. Pelo naranja, un poco bajita, pero sin exagerar, ojos azules… Pero lo que la diferenciaba un poco de todas sus amigas eran sus gustos. Ella era una fugoshi. Una yaoista. Y además, de las más fieles al género.
Desde que hacía tiempo la habían intentado “vulnerar”. La razón, era que hacía tiempo habían intentado que le gustase el “Sasusaku”, pero al final no lograron su objetivo. Descubrió el yaoi y su salvación.
Un día, mientras ella estaba en Internet, en su página favorita para leer fics, ya que estaba en castellano y ella no sabía demasiado inglés, notó una fuerte presión sobre su rostro.
Al abrir los ojos, se encontró a un chico encima de ella. Su obsesión. Sí, Sasuke Uchiha acababa de salir de su ordenador y se encontraba encima de ella, haciendo muecas de dolor por la caída al suelo.
-¡¡¡¡¡WWWAAAAAWWWW!!!! – exclamó emocionada mientras se abrazaba a él. El chico sorprendido por la cercanía y la alegría de la chica, sólo se quedó quieto, sin moverse.
Así, después de la emoción inicial, la chica le condujo hasta su cuarto, para que sus padres no vieran a ese hermoso chico en casa y creyeran lo que no era (por mí pueden creer lo que les venga en gana… ¬¬)
Al entrar en el cuarto, Sasuke se asustó. En todas las paredes había pósters o dibujos de él con Tachi, de él con orejas de gato, de un poema de Itachi dedicado para él, de dibujos de él y Naruto… Paseando su mirada por la habitación, se le ocurrió coger una de las hojas que estaban bajo la mesita de luz.
-¡¡No!! ¡No mires eso! – la chica rápidamente se lo sacó de la mano. Ya que, esos eran “fikis” que ella se imprimía por la noche cuando no quedaba satisfecha de la lectura realizada y quería leerse esa historias en la cama con la luz de noche. Bueno, si os he de contar un secreto, un día se pasó leyendo un fiki muy interesante de sesenta páginas hasta las cinco de la mañana…
Y bueno, Sasuke siguió explorando, y encontró tres cajas llenas con esas páginas raras que no quería que él viese.
-Y bien… ¿de donde vienes?
.¿A qué te refieres? – le preguntó Sasuke extrañado.
-A ver, resumiré tu vida para que me entiendas… - explicó la chica. – Cuando eras pequeño, tu hermano Itachi te violó después de matar a tu clan y se fue. Luego te convertiste en el amante de Kakashi, pero le dejaste al enamorarte de Naruto. Tu amor por él no fue suficiente para evitar que te fueras en busca de poder después de que tu hermano te cabreara al volver a la villa y violarte una vez más.
Luego te fuiste con tu maestro Orochimaru, que te violaba cada día en su guarida a cambio de poder, aunque algunas veces invitaba a Kabuto y hacíais orgías juntos. Cuando te cansaste de eso, creaste Hebi con dos amantes tuyos y una chica que mucho no pintaba, pero que era para disimular. Y por último, que yo sepa, te uniste a Akatsuki y te hiciste el amante de Madara, que tiene un problema en la cabeza y tiene una segunda personalidad: Tobi.
Cada vez que la chica abría la boca y seguía contando la historia, el chico iba temblando más, hasta el punto de que se sintió sucio y tembloroso cuando la chica acabó la narración.
-¿Ya ha pasado todo eso en el manga del que tu vienes?
Sasuke no se atrevió a decir nada. Simplemente, cogió un cuchillo y se cortó las venas.
Y ese es el motivo, de por qué el manga no debe mezclarse con el yaoi, por que luego no se sabe lo que pasó realmente en el comic. Pero bueno, igualmente hacerlo es muy divertido.
The end.