Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Vampire Lover por licherni

[Reviews - 71]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

siento muchisimo la tardanza tuve problemas con el ordenador y el tiempo y todo, espero ke os guste ^^


kisses

Capítulo 6: La Fiesta de Halloween

 

Draco se probaba un traje de arlequín en la tienda de disfraces, se miró al espejo buscando algún defecto, pero le gustó lo que veía. El traje era justo del estilo que a Harry le gustaba, pegado pero con libertad de movimiento, el que se había probado era dorado y blanco y su par negro y dorado, con Harry quedaría estupendo.

-Me gusta cómo te queda, perfecto como debe estarlo un Malfoy- dijo alguien a su lado con voz sedosa.

-¿Te pruebas el tuyo y vemos el conjunto?- se giró para mirarlo.- ¿Te comiste la piruleta?

-Sí, gracias por haber pensado en eso, he estado algo ansioso desde que he notado que te ibas de la habitación y no volvías- respondió Harry peinándolo un poco.

-No creo que corra peligro aquí, no tenías que preocuparte.

-Nunca sabes qué puede pasar si estás lo suficientemente lejos de mí, ¿dónde está mi traje?

-Aquí- lo descolgó del perchero y se lo entregó.- Pruébatelo, estoy seguro de que te sentará genial.

-Te creo- se desvistió y se puso el traje, ambos se miraron al espejo evaluándose.- Me gusta, nos sienta muy bien.

-Queda muy apropiado.

-Sí, parecemos la noche y el día, mi día- suspiró poniéndole el gorro de tres puntas con cascabeles.

-Mi noche- repitió el gesto y se quedaron mirándose.- ¿Nos los llevamos?

-De acuerdo- se cambiaron y salieron del probador. La dependienta se los quedó mirando sorprendida.- No me ha visto entrar- confesó el moreno a Draco.

-Entiendo- pagaron y salieron a la fría noche.- ¿Quieres comer algo? Podemos ir a Honeydukes antes de que cierre y comprar un par de piruletas.

-Estoy bien Draco, ¿quieres comer algo tú?

-Sí, estaría bien, tengo hambre- fueron a las tres escobas y se sentaron en la esquina más alejada. El rubio miró al local atestado algo preocupado.- ¿Harry, estarás bien entre tanta gente?

-Sí, estaré mejor, ocultan tu olor de mí, pide lo que quieras, pago yo.

-¿Qué? No.

-Draco, no vamos a discutir esto, pago yo y se acabó, tu has pagado los trajes y los has escogido, me toca a mí pagar.

-No sirve de nada discutir ¿verdad?

-No, pide.

 

El rubio obedeció sin intentar persuadirlo mucho más, se cogió algo ligero y empezó a comer ante la atenta mirada verde esmeralda. Todos sus movimientos eran seguidos por esos penetrantes ojos y eso empezaba a ponerlo un poco nervioso. Su imaginación empezó a viajar por los sueños de la anterior noche y el corazón bombeó sangre hacia abajo con rapidez.

-¿Por qué me miras tanto?

-Me parece realmente absorbente verte comer, y escuchar tu corazón cuando te pones nervioso, hueles aún más fuerte y embriagadoramente- la sonrisa que vino a continuación aumentó la velocidad de los latidos.

-Discúlpame un momento, tengo que ir al baño- se escapó a los baños y se metió en uno de los cubículos para intentar tranquilizarse. No podía hacer otra cosa que mentalizarse para que aquello bajara, la ducha era imposible y el cinco contra uno absolutamente censurable y audible para Harry.

 

Harry siguió el recorrido de Draco al baño desde la mesa y suspiró aliviado, unos segundos más y se habría sentado a su lado para morderle el cuello. Tenía que tranquilizarse antes de que volviera a la mesa, por la respiración inquieta que podía oír desde allí tardaría lo suficiente. Su mente registró en ese momento la presencia de un vampiro en el local, había pasado desapercibido entre todas las personas y por la cantidad de sangre que había en su cuerpo, pero el deseo lo había delatado. Entraba en ese momento en el baño donde estaba Draco saliendo del cubículo, fue tras él disimuladamente. Cuando abrió la puerta tenía al rubio acorralado contra el lavamanos, él era pelirrojo y con ojos verdes, aparentaba los veinticinco, año arriba, año abajo.

-... ¿Seguro que no quieres venir conmigo, hermoso mortal? Puedo darte el mayor de los placeres.

-Disculpa, ése ángel es mío.

-¡Harry!- el rubio se echó a sus brazos enseguida.

-Harry Potter, príncipe de Inglaterra- lo identificó el pelirrojo.

-Y Draco Malfoy, próximo rey de Francia.

-Ah, curioso, Michael O`Bryan, rey de Irlanda, un placer.

-Por supuesto- inclinaron la cabeza a la vez y luego siguieron desafiándose con la mirada.- Si nos permites, debemos volver a casa, no quiero que mi querido Draco se resfríe estando tanto tiempo en la fría noche.

-Por supuesto, nos veremos en la fiesta.

-Hasta entonces- sacó al rubio lo antes que pudo de allí, cogió las bolsas y voló hasta Hogwarts tan rápido como pudo. Una vez dentro del castillo lo bajó y se dedicó a mirarlo por todas partes.- Menos mal, no estás herido ni marcado, ¿te encuentras bien?

-Sólo un poco asustado, me ha tomado por sorpresa y daba algo de miedo- Harry lo abrazó con cariño y acarició su pelo.

-No me había dado cuenta de que estaba allí, ha sido una suerte que notara su deseo por ti, no sabe disimular. No sé qué habría pasado de tardar un poco más, no te separes de mí, nunca, ¿me has entendido?

-Está bien, ¿en la fiesta también será así?

-Más les vale a todos que no, vayamos a casa, te contaré cómo será la fiesta.

 

Cuando Harry despertó Draco estaba en la ducha, los trajes estaban preparados sobre la cama ya hecha y abajo se oían los preparativos para la fiesta de los vampiros. Se asomó al baño justo cuando el rubio se envolvía una toalla en la cintura, recibió una pastilla de jabón en la cabeza por no haber avisado de que entraba. Cuando el ex-Slytherin salió con los bóxers puestos le tiró la toalla a la cara muy ofendido.

-¡Hey! ¿Qué te pasa?

-Que quiero un poco de intimidad en el baño, ¿no podrías llamar al menos?

-Lo siento, pero no he visto nada nuevo, no tienes que ponerte así.

-Estoy nervioso ¿vale? Intenta al menos ser algo considerado- sin previo aviso se vio abrazado por el moreno.

-Todo saldrá bien, no debes preocuparte por eso, te prometo que yo estaré a tu lado toda la noche.

-Gracias Harry.

-Sólo vístete mientras me ducho y bajaremos a disfrutar de la noche de Halloween, verás cómo todo se acaba enseguida.

 

Ambos se vistieron y se pusieron sus máscaras antes de bajar al gran comedor, donde se daba la fiesta de Halloween. A su paso todos giraban para verlos, les abrían el paso al verlos llegar y murmuraban impresionados, todo el castillo estaba decorado para la ocasión y el comedor presentaba la pista de baile más terrorífica que se podría encontrar. El ponche era de color rojo sangre y muchos bebían de él, Harry sirvió una copa a Draco e hizo llamar a un elfo para que le trajera otra a él con sangre sintética. Después de unas copas el moreno sacó al ex-Slytherin a bailar, para pena de los muchos que les habían pedido un baile y habían sido negados, el rubio estaba en un sueño cuando el reloj lo devolvió a la realidad tocando las diez menos cuarto.

-Debemos empezar a volver- suspiró Harry.

-Lo sé, pero...

-A mí tampoco me apetece, me lo estaba pasando bien.

-El deber nos llama, volvamos- lo tomó de la mano y sonrió.

-Te prometo que en navidades nos lo pasaremos bien.

 

Volvieron a la torre, el salón había sido ampliado y los trajes de la noche los esperaban en la habitación. En silencio se cambiaron, Draco se quitó la pulsera de plata que llevaba puesta desde la primera noche y se la cambió por una esclava  de oro blanco que Harry le había dado.

-Es tu distintivo de que eres mío, es mejor dejar las cosas claras.

-No se supone que soy superior a ti.

-Draco, creí que ya tenías claro que los vampiros siempre son superiores a los humanos en nuestra sociedad sea cual sea su futuro, hasta que yo no te convierta yo estaré por encima de ti.

-Lo entiendo, ¿estarás conmigo todo el rato?

-Por supuesto- le colocó un mechón tras la oreja y lo besó en la mejilla.- ¿Preparado?

-Eso creo.

 

Bajaron tomados de la mano y se sentaron en su trono, ambos medio tumbados con Draco apoyado en el pecho de Harry, quien le acariciaba el pelo para tranquilizarlo. Los invitados empezaron a llegar grupos de bellos rostros pálidos con algún que otro acompañante humano, a su lado Orión saludaba a la fila de recién llegados sentado en su propio trono, con el mismo traje que los dos menores, camisa blanca y pantalones de vestir y americana negros. Los invitados, los saludaban tras presentar sus respetos al rey del clan y muchos se quedaban mirando al rubio mortal por un segundo más.

-De momento todo va perfectamente- susurró Orión a sus dos familiares.

-No parece que vaya a haber ningún problema, pero no me gusta cómo miran a Draco- respondió el último Potter.

-Sus mentes no están limpias, pero no se atreverán a hacer nada, estate tranquilo y no lo asustes, lo está haciendo muy bien- sonrió mirando a su bisnieto hablar con la vampira Laffayette como si fueran grandes amigos.

-Lo sé, ¿no es perfecto? Tal vez fue él la razón a la que me aferré para vivir cuando me convertiste.

-Tú serás la razón por la que querrá seguir viviendo cuando le llegue la hora.

-¿Cómo estás tan seguro, padre?

-Es un Malfoy que ha puesto toda su confianza en ti, deberías saber ya que los Malfoy sólo confían en quien quieren de verdad, eres lo único que lo separa de la entrada completa a nuestro mundo.

-Snape también.

-Él ya es casi mío, si convencemos a uno convencemos al otro, ninguno tendrá nada que perder.

-Entiendo, ahora empiezas a interesarle ¿qué hiciste para que no quisiera matarnos al meterlo en todo esto?

-Sólo utilicé mis encantos Black, creo que siente una atracción por nuestra sangre y poder, siempre le ha atraído la oscuridad.

-Cierto, siempre ha sido de naturaleza oscura- vio a O' Bryan acercarse a Draco con una sonrisa deseosa e hizo una mueca.- Discúlpame un momento, padre.

-Pequeño Malfoy, es un placer ver que no te resfriaste y estás tan bello como siempre- dijo el pelirrojo.

-Michael O'Bryan, es un placer verlo disfrutar de la fiesta, majestad.

-Qué formal, Draco, puedes llamarme Michael- indicó acercándose un poco más.

-O'Bryan, estás incomodando a mi querido Draco- intervino Harry.

-Potter, buenas noches otra vez, no era mi intención molestar a Draco, sólo pretendía tener una agradable charla con él.

-¿Y sobre qué hablabais si se puede saber?

-Ciertamente estábamos con los formalismos pero iba a preguntarle cómo llegó a ser tuyo, tal vez entre los dos podáis contarme la historia.

-Cuando Draco descubrió toda la historia aceptó a formar parte de nuestro mundo.

-¿Así, sin más?- sorprendido.

-Por supuesto que no O'Bryan, majestad, no tenía pensado formar parte absolutamente de este mundo hasta que fui atacado y tuvimos que hacer el intercambio de sangre- completó el rubio sabiendo que la explicación de Harry no había sido suficiente como para ser creíble.

-¿Fuiste atacado? ¿Cómo?

-Uno de los Yakuza, Draco no salió herido pero por precaución lo hice mío, de esa forma podría protegerlo mucho mejor.

-Muy inteligente y caballeroso por tu parte, Potter, ¿puedes saciar mi curiosidad?

-Depende.

-Se rumorea que los Malfoy tienen sangre amarga, como la cerveza, con un regusto salado, ¿es cierto? La curiosidad me está matando, ¿podrías concederme ese placer?

-Yo también tengo curiosidad, príncipe Potter- comentó otro vampiro.

-No creo que sea adecuado para Draco contar esto.

-No veo por qué, por favor- añadió otro, muchos más estuvieron interesados en saber, por lo que ambos amigos se vieron rodeados de curiosos.

-Potter, siento pensar esto de ti pero no será que nunca has probado la sangre de Draco- comentó malicioso O'Bryan.

-Michael, este asunto sólo nos importa a Harry y a mí, pero si tanta curiosidad tienes puede saciarla con tranquilidad de no ofenderme ni molestarme.

-El humano saca su genio.

-Lo estáis ofendiendo y tiene razón al hacerlo, pero seré mejor anfitrión que vosotros invitados y saciaré vuestra curiosidad, la sangre Malfoy sabe dulce como la miel con un regusto picante como la menta, es realmente algo inusitado pero delicioso.

-Interesante, muy interesante.

-Lo sé.

-Sinceramente, me das envidia, hace mucho que no siento el pulso de de un corazón cayendo en mi boca, llenándola de caliente y espesa sangre, no tengo humano con quien disfrutarlo, tienes una gran suerte de tenerlo junto a ti si su sangre es tan especial como dices.

-Sí, lo soy- comentó algo tenso.- Draco, vuelve con Orión, creo que quiere decirte algo, si me disculpáis, me ha parecido que me llamaban.

-Por supuesto- hizo una inclinación de cabeza y el irlandés se fue, cuando Draco estuvo casi al lado de su creador corrió a su cuarto.

 

El ex-Slytherin se sentó en el trono al lado de su bisabuelo y esperó a que él hablara mientras observaba la fiesta. El susurro en su oído lo sobresaltó un poco pero se recompuso enseguida sin que nadie lo notara.

-Lo estás haciendo muy bien bisnieto, estoy orgulloso.

-Gracias, bisabuelo, Harry me ha dicho que querías decirme algo, hay algún problema o sólo era eso.

-No quería decirte nada.

-¿Entonces, dónde ha ido Harry?

-Lo oigo en vuestra habitación.

-Iré a buscarlo.

-Mejor que no lo hagas.

-Puede que me necesite.

-Insisto.

-Yo también- y esa fue la última palabra del menor.

 

Esquivando a los presentes de la fiesta y disculpándose por los empujones, que supuso no sentirían, el último Malfoy consiguió llegar a la entrada de los dormitorios, entró con disimulo y subió hasta su cuarto. Todo estaba en completa oscuridad, hizo un lumos con la varita y unos ojos brillaron en una esquina de la habitación.

-¿Harry?

-Vete- respondió el moreno con voz ronca.

-¿Qué? ¿Oye estás bien?

-Sí, vete, sal de aquí, ve con Orión.

-No, suenas fatal, no me voy a ir- se fue acercando.

-¡No! ¡No te acerques! ¡Aléjate!

-¿Qué te pasa?

-Simplemente vete, quédate con Orión.

-No.

-Hazlo.

-No, voy a ayudarte, quieras o no.

-Draco, hazlo, vete con Orión.

-No- en un parpadeo lo tenía acorralado contra la pared con los ojos brillando intensamente y los colmillos más largos que nunca.- ¿Qué te pasa?

-Sangre, quiero sangre, el deseo aumenta y si tú estás aquí no lo puedo frenar, siento tu pulso en cada centímetro de mi piel, tu sangre caliente atravesando todo tu cuerpo y el mío me la pide como un muerto de sed en un desierto. Quería dejarte ir, sólo necesitaba cinco minutos pero mi cordura no puede más, lo siento Draco- abrió la boca dispuesto a clavar los colmillos en el cuello del rubio pero justo a tiempo algo lo apartó con fuerza y cayó al otro lado de la habitación dejándolo inconsciente.

-¡Harry!

-Niñato inconsciente- le susurró lleno de ira Orión.- ¿Tienes una ligera idea de lo que podría haberte pasado? Podrías haber muerto.

-Él no lo haría, sabe controlarse.

-¡No cuando se trata de ti! En ese estado sólo actúa por instinto, la mente se disipa, si estuviera consciente sí que podría controlarse pero tu sangre lo altera, debes tener cuidado con él, si no andas con cuidado os haréis daño los dos.

-Sí, bisabuelo, lo siento, sólo quería ayudarlo, nada más, estaba preocupado y...

-Lo sé- cortó abrazándolo.- Lo sé, sé que lo quieres, he leído tu mente y sé que nunca le causarías daño adrede, sólo quiero que tengas cuidado para que ambos seáis felices, sólo por ambos.

-Si me hiciera realmente suyo sería absolutamente feliz.

-Cuando esté preparado, estate seguro de eso, no le falta mucho pero tendrás que tener paciencia.

-De acuerdo, lo intentaré.

-Así me gusta, iré despachando a los invitados, os disculparé con ellos, meteré a Harry en el ataúd y podrás irte a la cama, duerme tranquilo, hasta la noche siguiente no despertará.

-Gracias, Orión.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).