Narrador: Todo dentro de la ciudad era lindo, habían árboles por do quier...
Naruto: Agagagagshshha! ¡Quita los detalles y di más acción!
Narrador: Okay ¬¬...
Bueno como decía antes de que Naru-chan me molestará, era un día común y corriente en la ciudad de Konoha (ojo ciudad Naru: Eso no tiene sentido>,< Yo: Cállate y déjame continuar!), se podía ver como los padres apapachaban más a sus hijos que de costumbre, ya que hoy sería el día en el que todos los jóvenes o la mayoría de ellos entrarían a la escuela mientras tanto...
¡RIN! ¡RIN! *Efectos especiales de despertador*
- Amm -bostezó- Uaa! Amm... ¿Qué hora es? -mira el reloj- ¡¡¡Quééé!!! -se levanta de jalón y se dirige al baño, luego se cepilla los dientes, luego se arropa y baja a comer su desayuno.
- Vaya, hoy te levantaste temprano, Naru-san -le sonríe un chico rubio de ojos azules, quien traía una media coleta y un flequillo que cubría la mitad del rostro.
- ¡¿Pero qué dices?! ¡Si ya se me hizo tarde Deidara! -gritó el menor.
- Sabía que te levantarías tarde por eso adelante tu reloj una hora -le sonrió.
- ¿Estás diciéndome... que... son las seis de la mañana apenas? -tic en el ojo.
- Si,-sonríe dulcemente- pero ahora come, que luego papá me regaña porque estás muy flacucho.
- Bien, awww, ramen! ¡Por eso te quiero! -se lanza y lo abraza.
Después de que Naruto se comiera tres platos de ramen seguidos, Deidara se animó a preguntarle al menor...
- ¿Y te sientes nervioso? -cuestionó mientras le dedicaba una sonrisa.
- La verdad no, sólo espero y falten mucho los profesores. -puso el plato en la mesa.- Aunque... te extrañaré mucho, voy a estar ahí cinco días, y sólo te veré los fines de semana.
- No te preocupes, Naru-chan, todo va a estar bien, bueno es hora de que te deje.
El mayor tomó sus llaves y se subió a su BMW negro que le había comprado su padre hace no mucho. Al llegar muchos estudiantes curiosos se pusieron al rededor del auto, era demasiado llamativo.
- Ha de ser Sasuke -bufó una chica.
- Si ha de ser él -se alejaron las dos.
Pero para sorpresa de muchas, no era Sasuke quien venía en el auto, era otro chico, estuvieron un rato ahí hasta que la manada de estudiantes se dispersó un poco y fue ahí cuando salió un chico rubio de ojos azules y tres marcas en las mejillas, portaba una playera blanca con unos jeans y tenis blancos, varias chicas quedaron fascinadas al verlo, era demasiado lindo.
El hermano de éste le acompañó hasta la dirección, pues sabía que era capaz de perderse y aparte le ayudó con su equipaje.
Al momento de salir Deidara se topó con cierta persona que conoció tiempo atrás.
Se besaban apasionadamente, podía sentir su lengua recorrer cada milímetro de su boca.
Qué tiempos aquellos, pensó.
Sentía como introducía su miembro en su boca y su lengua recorrerla, como daba pequeñas mordidas a su miembro.
Qué tiempos aquellos, volvió a pensar.
Volteó su cuerpo y sintió sus manos recorrer su espalda, luego bajó lentamente hasta su trasero y abrió sus piernas e introdujo su miembro una y otra vez provocándole placer.
¡Qué tiempos aquellos!
- Hola Deidara -pronunció el chico de cabello negro y ojeras marcadas.
- Hola Itachi -le contestó con una media sonrisa- No sabía que tu hermano también iba a estar aquí.
- Ah, ¿no me digas que Naruto-kun estará aquí? -enarcó una ceja.
- Ya conoces a mi papá -encogió sus hombros.
Mientras que en la dirección Naruto preguntaba impaciente a la secretaria cuando le iba a dar la llave de su habitación, después de un rato la chica encontró la llave y se la dio.
El chico se fue corriendo hasta su cuarto, miró el número de habitación.
- 586 -murmuró para después abrirla.
Tiró las cosas y se adentró a la habitación, era grandiosa, su padre no había mentido cuando dijo que le encantaría su nueva escuela, las paredes de la habitación eran blancas, había un jacuzzi y otras excentricidades, y vio más detalladamente, la tendría que compartir, bueno al menos él era un tanto social.
- 586 -murmuró un chico de ojos aguamarina y leve delineado con cabellos rojizos.
Entró y vio las maletas tiradas de Naruto en el piso.
- Desorganizado -murmuró.
- ¡Hola! -le sonrió- Mi nombre es Uzumaki Naruto.
- Ah, el mío es Sabaku no Gaara.
- Parece que seremos compañeros de habitación -volvió a sonreír el chico.
- Ah, sí -dijo con un leve tono carmesí en el rostro.
Ese chico era muy lindo.
Después de decirle las cosas que le molestaba a Gaara, los chicos se dirigieron a la cafetería, entonces Naruto se dio cuenta de que Gaara era un chico popular pero también solitario, había una mesa donde aguardaban dos asientos libres, en el que se encontraban tres chicos más, el primero tenía el cabello largo y lo sujetaba una coleta y su cabello café, el segundo tenía cejas muy pobladas y...
- Hola chicos, he visto que nos han aguardado un lugar -con un tono un tanto interrogante.
- Ah, bueno mi nombre es Neji, Lee y Kankuro -presentó el chico ojiperla.
- Mi nombre es Uzumaki Naruto, mucho gusto.
No paso nada interesante hasta que se escucharon los gritos de las chicas, inmediatamente pusieron los ojos en blanco, ya sabían de quien se trataba.
Nombre: Sasuke Apellido: Uchiha.
Edad: 16 años.
Estado Civil: Soltero
Pasatiempo: Escaparse de las chicas.
- ¿Quién es él? -arqueó una ceja el rubio.
- Sasuke Uchiha -respondió con fastidio Gaara.
- ¿Uchiha? -preguntó confundido.
Hola... Por Dios, Itachi Uchiha, jamás te sería infiel...
recordó a Deidara en una conversación hace unos meses.
- ¿Sucede algo? -cuestionó el hermano mayor del pelirojo.
- No nada. -agachó la mirada.
Entonces el moreno no pudo evitar dirigir su mirada en la mesa donde se encontraba el rubio, odiaba a Sabaku no Gaara, pero su mirada se llenó aún más de rabia al ver al chico que los acompañaba, ojos azules, cabello rubio, misma tez de piel... Tiene que ser su hermano, pensó el chico.
Si había algo que le repateaba era que su hermano haya tenido una relación con otro hombre, nunca lo pudo ver.
[Flashback]
- ¡Eres la vergüenza de la familia! -manifestó con odio el padre de ellos, parecía que saldría fuego de sus ojos.
- Padre, entiéndeme. -suplicó el mayor, para recibir de respuesta una bofetada. El golpe había sido tan fuerte que le hizo voltear la cara, varias lágrimas de impotencia y dolor aparecieron por su rostro.
- Él tiene la razón -le apoyó- eres la vergüenza de la familia.
No sólo su padre, sino que también una de las personas más importantes para él, su hermano, le daba la espalda.
- Ya verás -limpió sus lágrimas- Te enamorarás de un hombre al igual que yo, ¡y vendrás a decirme que estuviste equivocado!
[Fin del Flashback]
- Nunca –murmuró
Continuará...