“…Y despacio me haces tuyo
muere el orgullo en mi
y es que no puedo estar sin ti…”
“Por debajo de la mesa”
Sus manos tomaron suavemente aquella cintura provocando un suave pero audible jadeo por parte de su amante. Ahora, su boca, dispuesta a hacer otra cosa que murmurar, se deslizaban en aquel cuello, dejando su respiracion erizar aquella piel morena.
Algunos de sus dedos se enredaban cuidadosamente en aquella cabellera dorada que brillaba por la tenue luz que se colaba por aquellas cortinas que, perturbadas, se movìan al compás del viento.
-Ahh-
Un gemido. Una sueva exclamacion del placer que le embriagaba, unos labios de tentacion que se entre abrian, invitandole a beber de ellos.
-Tranquilo, sere cuidadoso-
Prometió. Observando aquella mirada azulada angelical; comenzó a desabotonarle aquella camisa azul marino, que comenzaba a incomodar aquella piel ardiente.
Unos dedos temblorosos iba a su pecho, dejando al decubierto su piel nivea, extasiandose los dos por la suavidad de ser tocado y tocar.
-Sasuke-
Su nombre en aquella boca; mentiria si no se excitaba más al percibir el suave calor que emergia de aquel cuerpo que le tentaba a pecar.
Una mano tomo aquella nuca, atrayendolo, besandole, queriendo robarle el aliento, hasta la conciencia.
Eran momentos magicos para los dos. Empujaba aquel cuerpo con lentitud hacia la cama; una de las manos temblorosas de su amante tumbaron una botella vacia de vino haciendo un sonido seco contra la alfombra.
No les importo, mas alla, sus manos viajaron por todo el cuerpo del otro, dejando al descubierto pieles dispuesta a impregnarse.
Empujo al rubio con delicadeza aobre la cama, solo tenia puesto el pantalon y un boxer verde oscuro ceñido al cuerpo.
-Hermoso-
Murmuro, extasiado por aquel fuerte sonrojo, ¿culpa del alcohol?, no lo sabía con exactitud.
Sus manos jalaron aquella prenda dejando al decubierto aquellas torneadas piernas; robandole a el la cordura, sintiendo su miembro palpitar, queriendo hundirse, profundamente en aquel cuerpo.
-Por favor-
Una suplica.
Pero estaba dispuesto a jugar un poco mas.
Hudío su nariz en aquella prenda intima, rozando con su boca aquel miembro semierecto, cubierto por una tenue tela, que comenzaba a odiar.
Jadeos, murmullos, exclamaciones de enojo, eso le encendìa la piel.
-Naruto-
El susodicho se quedo un poco mas calmado; cerrando sus parpados sonrojado.
Un dedo presiono lo que seria un testiculo, haciendo que el otro arqueara un poco su cuerpo. Se levanto para despojarse de las prendas, dejandose completamente desnudo.
Su ego creció al ser devorado por los ojos azules, destellando en la oscuridad, llenos de lujuria, pasion contenida.
Ambos corazones queriendo desbordar el deseo.
Quito el boxer con maestría, dejando en todo su esplendor el miembro erecto, queriendo ser complacido.
-Que…que pena-
Dijo avergonzado, pero ante todo, unos labios dejaron besos por sus mejillas, estremeciendolo de placer y nerviosismo.
-No pasa nada-
Bajo por un camino de besos y saliva por el pecho, hasta llegar al vientre, dejando que su lengua se colara traviesa por su ombligo, escuchaba jadeos, palabras cortas, y bajó aun mas.
Presiono un poco su lengua sobre la punta del miembro hinchado y palpitante. Dejaba pequeños lenguetazos en todo su extension, hasta devorarlo por completo.
Subia y bajaba como un sincroniza, alternando, tocando los testiculos del ojiazul, llevandole hasta los limites de la locura.
Siguio unos minutos mas asi, deseaba grabar todos aquellos sonidos y expresiones, levanto su mirada, encontrandose con un rostro sonrojado y con algunas perlas de sudor resbalarse por aquella piel.
Lo llevó a los profundos rincones del libido conocido.
Muchos habian pasado por su cama, pero ninguno como él. Envidiando el aire que podia tocarle cuando quisiera, envidiando al alma que podia ser dueño de su cuerpo y corazon.
-Naruto…-
Llamó para que el pudiera lamer con suavidad aquellos dedos que colocaba delante de su rostro. La lengua timida marcaba un ritmo pausado, dejando la saliva lubricar aquellos digitos con sumision.
Sintio un pinchazo en su sexo; queriendo ser atendido pero, intento controlarse.
-Se gentil-
Dijo al separar sus labios de su piel; le miro suplicante, sabiendo ambos, que el rubio haría su primera vez como pasivo.
-Lo seré-
El otro se recostó acomodandose en la cama; abriendo sus piernas, sintiendo su pasion aumentar al verse tan indispuesto, pero aun asi, con una clara invitación a su compañero de esa noche.
Un dedo. Un dedo comenzó a moverse en su interior.
Dolía. Muchisimo pero, tambien al sentir una sueva presion mas adentro de el, provocaba un placer, algo mas exquisito.
Ahora, un segundo dedo, jugaba en su interior, ahora con el primero hacian unas pequeñas tijeras, esparciendo su propia saliva.
Un dedo mas, y ya se sentia con mas confianza. Movìa sus caderas inconsientemente, pero dispuesto a entregarse.
Unos ojos negros refulgian en la oscuridad, observando ya lo suficientemente dilatada entrada.
La punta de su miembro quedo en aquella entrada; un escalofrìo recorrio aquel cuerpo, aunque piadoso, tomo aquel miembro, masturbandole para distraerle un poco.
Comenzó a entrar, abrirse paso en aquella entrada tan estrecha le disloco por completo, sentia una asfixia tan erotica como enfermiza, que por poco entraba rapidamente.
Pero no, no era un amante mas, era Naruto.
Su Naruto.
Quedo quieto. Espero la reaccion de aquel cuerpo debajo suyo; hasta que le indico con sus caderas que podia continuar, obedecio mientras empujaba a paso lento sus caderas.
Hasta que el placer nublo el sentido de ambos.
Un bombeo de caderas se escuchaba en aquella silenciosa habitacion, quien era inundada por gemidos, murmullos, jadeos sonoros.
Entrar en aquella estrechez, su miembro ahorcado por un calor exquisito, hacía mucho que no habia estado con alguien virgen.
Por que a el no le gustaba los novatos.
Pero la inocencia de aquel rostro, le sedujo desde la primera vez que le vio.
Tenerlo sometido a su voluntad, a sus movimientos, a sus manos que no dejaban su miembro o su cintura, era una delicia.
-Yo…Sasu…ke-
Ambos sentían el orgasmo tan tentador, que cambio la posicion.
Se sentó sobre la cama, trayendo consigo al hermoso joven de ojos azules sobre sus piernas, moviendolo, sintiendo una mayor presion.
-¡Ahhh!-
Los dos exclamaron al sentir como su semen llenaba aquella cavidad y un liquido viszcoso en su vientre.
Ambos cayeron pesadamente sobre la cama de dos plazas, sintiendo ahora el vientro travieso, que parecía querer ver aquellos cuerpos desnudos.
-Que envidia…-
-¿Cómo…?-
-El viento puede tocarte todo el tiempo, y yo no-
Un sonrojo se hizo presente en aquel rostro inocente, mientras se dejaba caer en aquel pecho, enojandose un poco.
-Tonto-
Abrío sus ojos mirando delante suyo; estaba en el podiúm dando un ultimo mensaje por aquella fiesta ofrecida, por cumplir veintiseis años, y estaba ahí, tan hermoso como siempre.
Pero algo le hizo fruncir su ceño; era un socio que tomo aquella cintura indicandole que debía sentarse.
Al despedirse para que pudiera continuar con el festejo, muchas se acercaron queriendo bailar con el, pero con una sonrisa se disculpaba. Se acercó a aquella mesa, con un porte elegante y frió.
-Buenas noches, quiero agradecerles a ustedes, mis mayores socios, como la familia Hyuuga, que esten aquí-
-No debes agradecer, ahora que me hago mas viejo muchacho, mi hijo debe hacerse cargo de todas mis acciones-
-Por supuesto señor, aunque, este hermoso joven, ¿Quién es?-
-Hola mucho gusto, soy Uzumaki Naruto-
Extendio su mano, aunque se sorprendio al ser tomada y besada a la vez.
-Mucho gusto, Uchiha Sasuke a sus ordenes-
Un pelinegro tomo la mano libre del rubio, siendo observado todo por el Uchiha.
-El es mi prometido, es un honor conocerle al fin, soy Hyuuga Neji-
Sonrio cortesmente, pero por dentro se moría.
Naruto y él se conocieron en el mismo colegio. Sus familias eran amigas desde generaciones; asi que eran amigos, pero no muchos lo sabía.
Al terminar la preparatoria, sin confesar sus verdaderos sentimientos, tomaron rumbos distintos, pero Sasuke se juró que lo encontraría.
Habia extendido la velada, y al ver solo e indefenso a un rubio, se lo llevó al jardín.
-Sasuke-
-¿Por qué con el?-
-Mi familia... –Desvió su mirada pero una sacudida le hizo mirar fijamente hacia aquel ojinegro—
-¡Al diablo tu familia!..te amo…siempre te amé…-
De los ojos azules se deslizaron un par de lagrimas, hasta que se tornaron una mirada furiosa.
-No hay marcha atrás, estoy comprometido, ¿no lo entiendes?, mi familia perderia mucho…-
-Casate conmigo-
El palpitar del corazon del joven Uzumaki no paraba, ¿había escuchado bien?
-No juegues con mi inteligencia, no puedo romper el compromiso-
-Siempre supe que me amabas, aun despues de todos estos años-
-No lo hagas mas dificil-
Una lagrima, Una ultima lagrima se deslizó por aquella mejilla, hasta darse media vuelta y volver al salon.
Su cuerpo desaparecio de la vista del azabache, pero no se daría por vencido.
Transcurrieron una hora.
Por alguna razon no iba a acompañar a su prometido, lo despidio con un beso, quedandose a conversar con una amiga.
No lo iba a perder, así que poco a poco se unìo a la platica, haciendole beber poco mas, poco menos que unas copas de vino…
-Me emborrachaste-
-¿Culpas al alcohol por tu decision?-
-No, no puedo-
Tomó aquel mentón, dejando que unos labios se deslizaran por su cuello.
-Y ahora, ¿Qué sucedera?-
-Ya que ambos no usamos proteccion, creo que un pequeño Uchiha vendra en camino-
El otro se sonrojo y se escondio en aquel pecho.
-Te amo Naruto, y te protegeré, nadie nos separará-
Ambos se dieron un beso, para poder dormir, aunque la incertidumbre llenaba sus mentes de preguntas sin respuesta, su corazon palpitaba al unisono.
La mañana llego retadora, pero no sin mermar su amor. Besos y caricias le despertaron gustosamente, siendo atacado por besos de un pelinegro.
Estaban desayunando en la terraza de aquel penthouse; hasta que sintio un leve roce por debajo de la mesa.
Sasuke le entregó una pequeña cajita de tercipelo negro.
La abrio.
Un hermoso anillo de diamantes, adornada con la figura de un zorro encadenado.
-¿Pero…qué?-
-Por que eres mio, por toda la vida-
Se levantó arrojandose a aquellos brazos que le recibieron, serían felices, nadie impediría su felicidad.
Por que un Uchiha amará una vez en la vida, y pelearía hasta el final.
Daría un hijo al amor de su vida, defendería lo que creía y ama hasta las ultimas consecuencias, eso lo hace un Uzumaki.
Por que no podrian estar el uno sin el otro.
-¿Te parece si, para asegurarnos, encargamos de nuevo un heredero?-
-Encantado-
FIN