-Diálogo-
-Pensamiento-
****** Cambio de escena/personaje.
*/*/*/ Cambio de día.
//Recuerdo//
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Sábado, día de paseo a Hogsmade de rigor para los alumnos de Hogwarts. Había sido un día muy agradable, el clima y el ambiente de cordialidad que se vivía después de la caída de Voldemort ayudaba a ello.
Todos aquellos que tenían permiso para ir al pueblo volvían por el camino al castillo pues ya era tarde. Entre risas y charlas que se entremezclaban de los grupos que se formaron para el paseo, sobresalía uno conformado por un Gryffindor castaño junto a dos de sus amigas: una rubia Ravenclaw y otra pelirroja de su misma casa que se enfrascaban en una discusión, bueno una discusión por parte de la pelirroja, la rubia solo se limitaba a oír y responder como si nada (hecho que caldeaba más el enfado de la pelirroja).
-De verdad Luna, yo digo que te dieron conejo por Jackalope*- dijo Ginebra “Ginny” Weasley, mirando desconfiada la caja donde transportaba el animalito.
-No Ginny. Lo que pasa es que aún es un bebé, aun le falta que le crezcan las astas –Aseguró soñadora Luna Lovegood.
-Pero Luna…-protestó Ginny en un vano intento de hacer recapacitar a la rubia.
Neville seguía la discusión en silencio sin oportunidad (ni ganas) de intervenir. Cuando a Luna se le metía una idea en la cabeza era difícil hacerla desistir de la misma y por muchas pruebas que le dieran sobre su equivocación, nada la podía hacer creer lo contrario.
Todo empezó el mercado del pueblo en donde compraron la semillas de Centinodia* que buscaba Nev (las cuales llevaba abrazadas cerca a su pecho) para un proyecto con la profesora Sprout. Al salir de la tienda de Herbó logia y Jardinería se fueron caminando por las callejuelas que formaban los puestos. Al parar cerca de uno que ofrecía unos bonitos y curiosos artículos muggles un vendedor al lado decía tener crías de Jackalope, mostrándoles para convencerlos una cría que los miró con ojitos tiernos. El cachorrito se miraba indefenso, esto incitó que Luna lo comprara ilusionada por poseer un espécimen tan raro; acto que no le agrado a Ginny pues ella aseguraba que era un fraude y llevaban discutiendo todo el camino sobre el tema.
La rubia paró un momento en su andar haciendo malabares para sacar el animalito de su caja trasportadora -¿Como puedes decir que no es una cría de Jackalope? Mira sus ojitos- le acercó el conejito a la cara a Ginny- Mira, si en su cabecita ya hasta se ven los cuernitos que le están saliendo- Luna acariciaba la cabecita del animal tanteando para encontrar los inexistentes muñones.
Ginny exasperada le arrebato el animalito de las manos para encasquetárselo a Neville que lo sostuvo junto a las semillas procurando no tirar ninguno de los dos.
En el mismo camino venia un chico pelinegro, con ojos bermellones protegidos por unos lentes de lectura y pinta de intelectual perteneciente a la casa de Slytherin, con una probeta en la mano y un bolso en la otra refunfuñando por sus adentros. -¡Maldito viejo! Por su culpa el profesor Snape me regaño. Mira que vender productos caducados- El paseo en el que debería relajarse y olvidarse de su encierro escolar se había frustrado por irle a reclamar al boticario de la tienda de ingredientes para pociones, pues en una de sus compras se surtió de ingredientes no los revisó, y al usarlo en una de sus clases particulares con el jefe de su casa su poción rejuvenecedora distaba mucho de ser malva a pesar del seguir las instrucciones al pie de la letra. Al revisarla su maestro este hizo una mueca y le riñó por no verificar los componentes de la misma.
Paso a un lado de un grupo que discutían algo acerca de un conejo –Esa cosa no es un Jackalope; por Merlín se debe ser demasiado idiota para no darse cuenta- pensó mirando desaprobador a las chicas, que no vio cuando un rayo se acercaba rompiendo la probeta que se encontraba en su mano e impactando en el chico del grupo.
Neville se encontraba parado sin saber cómo intervenir en la regañina de Ginny a Luna. Cuando de repente, sintió como era mojado con algo y al voltear para ver que pasaba, una luz lo cubrió dejándolo inconciente.
Theodore Nott abrió la boca en un mudo gesto de incredulidad. El lugar en donde se encontraba hace unos momentos el Gry castaño cubierto por su poción y una luz cegadora al recibir el rayo que rompiera su vial, se encontraba el mismo chico ahora con una apariencia de un niño de trece años con orejas de conejo mirando a todos lados asustado, para después desvanecerse víctima de la impresión.
-¡Que le hiciste a Neville!- Grito una espantada Ginny al ver el altercado. No importándole ser mucho más baja que Slytherin lo tomo de las solapas de su túnica
-Yo no hice nada- Se defendió Theodore molesto por ser culpado injustamente por algo que no hiciera. Quería irse de allí y olvidar ese horrible día, ya hasta le estaba dando jaqueca. Tomó las manos de la Gryffindor para alejarla e irse de allí, pero la chica oprimió su agarre impidiéndole marcharse.
-Tu lo rociaste con esa poción, es tu culpa- acusó vehemente la pelirroja, que no creyera la serpiente que se saldría con la suya. Era verdad que le sacaba más de una cabeza de altura, pero ella había crecido entre sus hermanos hombres, así que era mucho más fuerte (y persistente) de lo que aparentaba.
-Pero, pero- por primera vez en su vida Theo no sabia que decir. Era verdad que el lo había rociado con su poción ¡Pero el no lo había hecho a propósito! ¡Aparte el no había lanzado ese hechizo!
Siendo jalado por una furiosa pelirroja, y seguidos por la rubia loca de Ravenclaw, que levitaba el cuerpo de un inconciente Neville retomaron su camino al castillo, solo Merlín sabía lo que pasaría.