Las miradas curiosas los seguían allá por donde fueran, los cuchicheos se hacían más densos volviéndose al grado de ser insoportables a cada paso. En toda su vida nunca había llamado la atención tanto y no era para menos. La estampa de un Slytherin siendo halado de la solapa de la túnica por una Gryffindor a la que le sacaba una cabeza de diferencia en estatura, aparte de ser de menor edad, era vergonzoso para la serpiente; pero este se negaba a aplicar violencia para separarse de ella.
Y para completar el cuadro detrás de ellos venían la rubia chiflada Revenclaw remolcando al tonto de Longbottom al que le habían salido orejas y cola de conejo. No, si solo les faltaba que se les uniera un Huflepuff para que todas las casas quedaran representadas; aunque pensándolo bien el castaño podría pasar perfectamente por uno con esa actitud de miedica, tonto, inútil, delicado y más con esos accesorios que recién le saliera, todo tierno y lindo y…Sacudió cabeza ¿En qué rayos pensaba?
Una vena le salió en su frente y amenazaba con estallar- Disculpa ¿Podrías decidirte a dónde vamos?- dijo en un siseo bajo, conteniendo todas sus ganas de gritar. No era propio de un Slytherin, menos de él hacerlo; además que se estaba cansado de ser expuesto ante todo el colegio.
Mientras tanto Ginny caminaba de un lado a otro insegura ¿Debería ir con la enfermera primero o a la dirección? ¿Qué debería hacer?
-Deberíamos llevar a Nev primero con Madame Pomfrey, ella podría llamar quien le parezca conveniente Ginny- propuso Luna.
-Sí, buena idea.- agradeció la oportuna idea de la rubia –Vamos – y volvió a su tarea de arrastrar al chivo expiatorio para que no escapara.
Theodore solo rodó sus ojos, tanto ir y venir para terminar yendo a la enfermería en primer lugar, aunque le daba tiempo de buscar las palabras correctas para deslindarse del asunto.
Llegaron a la enfermería dejando tras suyo un revuelo de curiosos, aunque a tres de ellos no les importo, a la rubia por ir preocupada por la salud de su amigo, a la Gryffindor por querer que se castigara al culpable y al de ojos bermellones ni le interesaba ni lo uno ni lo otro y al castaño…pues simplemente iba desmayado.
-Madame Pomfrey -llamo la rubia, captando la atención de la enfermera.
La adulta simplemente se les quedo viendo sin comprender muy bien que les ocurría hasta que se percato del inconsciente.
-¿Cuántas veces tengo que decirle al señor Longbottom que tenga cuidado con la preparación de pociones?- dijo molesta aunque recordó el pequeño detalle de que ese día no se daban clases.
-Vera Madame, no fue precisamente en clase de pociones, pero si fue una poción-explicó Ginny mientras colocaban al castaño en una camilla y la enfermera empezaba a revisarlo- Veníamos de Hogsmeade cuando nos topamos con este- dándole un jalón y señalando acusadoramente a Theodore - y lo roció con una poción y le dieron con un hechizo-
-¿Qué clase de poción?- pregunto la mujer mientras pasaba la varita sobre el cuerpo inconsciente de Neville.
-Era una poción rejuvenecedora- contestó molesto Theodore por ser referido antes como “este”, por Merlín él tenía un nombre – Además quiero aclarar que YO NO LO ROCIE-esto lo dijo un poco más fuerte, esperando que así entrara la razón en la pelirroja cabeza de la Gry.
-Fuiste tú, tú la traías- los ojos de Ginny se estrecharon molestos a causa del pelinegro que quería negar lo obvio, ella estaba allí, ni que fuera ciega.
-Yo traía la poción, pero no fui yo quien le moje intencionalmente – su mirada se batió en duelo con los ojos marrones de la chica- El hechizo pegó en mi probeta y por eso tu amigo se mojó, y yo no lance el hechizo- Sus ojos se entrecerraron para luego sonreír con un dejo de superioridad y arrogancia, dándole un aspecto sombrío-¿no crees que hubiera sido muy tonto que me auto-lanzara un hechizo?-
-Basta ya- ordenó imperativa la enfermera- Nada de discusiones en mi enfermería- quiero que guarden silencio mientras reviso al señor Longbottom-
Obedientes, se quedaron alejados a unas camas más a la derecha mientras veían el ir y venir de enfermera, que negaba cada tanto por cada hechizo que lanzaba y al parecer era negativo. Repentinamente la mujer salió disparada a su despacho regresando momentos más tarde. Tras esta acción, un pandemónium se desató, la puerta se abrió con firmeza y por ella entró la profesora MacGonnagall.
Ambas mujeres se pusieron a hablar en voz baja, lanzando fugaces miradas a la cama donde se encontraba Neville. Pomfrey hacia extraños movimientos con su varita, mientras la subdirectora negaba con la cabeza. Después de un largo rato de dialogar la profesora le dio instrucciones a Pomfrey mientras ella salió tal como llegó.
La enfermera lanzó un encantamiento a la camilla que se movió hacia su despacho siguiéndola, y la puerta fue de nuevo abierta ahora por MacGonnagall y detrás de ella el profesor Flitwick.
-Jóvenes- la imperiosa voz de MacGonnagall se escuchó- Nos vemos en la necesidad de transferir al señor Longbottom a San Mungo ahora mismo.- Con su mano detuvo todo indicio de intervención por parte de las chicas y continuó- Como ustedes son parte del altercado deseo hablar con ustedes acerca de éste en lugar del Director, que no se encuentra. Sin embargo, debo acompañar a madame Pomfrey al hospital y como no quiero que evadan su responsabilidad hasta que este asunto se aclare, quedaran a custodia del profesor Flitwick mientras tanto- señalo al maestro quien los saludo alegremente- Espero que su comportamientos en el lapso de tiempo en que vuelva sea intachable- Ajustó su capa después de estas palabras y desapareció tras la puerta del despacho de la enfermería.
No le dio tiempo de reaccionar a Theodore que de nuevo fue arrastrado por la corriente de los hechos. Ahora se encontraba confinado al despacho del pequeño profesor de encantamiento mientras sabrá Morgana cuando regresará la subdirectora del hospital.
Sentado con los brazos cruzados y su pose imperturbable pero tenso, Theodore trataba de que el tiempo que estuviera allí no se le hiciera eterno, mientras ignorar las miradas envenenadas que le lanzaba la Weasley desde su rincón, con quien después de un rato de cuando en cuando sostenía una lucha de miradas, que si se pudieran materializar serian como relámpagos y truenos chocando.
Mientras ellos dos se batían en una muda disputa, el alegre parloteo de los Revenclaw se escuchaba, platicaban sobre el día y como se dieron las cosas a la pelea, ajenos a los eternos rivales de casa.
- Y así fue como sucedió- escuchó que la rubia terminaba de dar su versión de los hechos a la cabeza de su casa- Solo espero que Neville se encuentre bien- agregó.
- Ya verá señorita Lovegood que este bochornoso asunto se arreglara- consoló Flitwick vivaz.
-Tsk, yo espero que le den su castigo a este- dijo Ginny rencorosa porque uno de sus mejores amigos estuviera ahora en San Mungo.
-Tranquilícese por favor señorita Weasley, de seguro el señor Nott tiene una explicación para esto- habló el profesor dándole una mirada comprensiva al pelinegro.
Theodore solo asintió en de acuerdo con el anciano profesor, sin embargo se guardo su explicación para cuando estuviera frente a frente con la subdirectora. No le interesaba volver a repetir su versión de los hechos, menos a frente alguien que seguía acusándolo injustamente.
Las estrellas ya tintinaban en el cielo cuando la cabeza MacGonagall apareció en la chimenea por la red flu.
-Filius ¿Puedes traerlos por favor?- fue todo lo que dijo.
Y haya van los tres siendo custodiados por el profesor hasta llegar a la oficina de la subdirección.
-Gracias Filius, puedes retirarte a descansar, disculpa las molestias- la profesora despacho a Flitwick quien solo asintió y se fue.
-Bien jóvenes- les indico que se sentaran – ya Poppy me adelantó parte de los hechos según la versión de la señorita Weasley, así que lo escucho señor Nott -
Y las palabras abandonaron la boca del pelinegro mucho antes de que lo pensara. Deseaba hablar, que lo escucharan, pero sobre todo que le creyeran. Una opresión en el pecho lo torturaba, era igual como…como aquella vez. Al terminar de hablar su cuerpo se aligeró y espero el veredicto impaciente aunque no lo demostró.
Minerva suspiró cansada- Jóvenes, por lo que escucho determino que fue una infortunada coincidencia- por estas palabras Theodore sintió alivio- Sin embargo tenemos varios problemas aquí- las pupilas bermellones se dilataron por un repentino mal presentimiento -Cuando llevamos al señor Longbottom al hospital no pudieron brindarnos el servicio debido a una intoxicación masiva producida en un partido de Quidditch, así que tuvimos que traerlo de vuelta al colegio para ser tratado aquí, ya que al presentar el expediente y darle una rápida revisión los doctores determinaron que no era peligroso para la integridad de éste su estado actual-acomodó sus lentes- Este es el menor de los problemas- miró a Theodore intensamente- Mande algunas lechuzas, la primera para el profesor Dumbledore quien me indico que debía buscar ayuda del profesor Snape ya que este es su campo- los chicos se tensaron por la mención del pocionista – este me indico al igual por lechuza que en su ausencia el señor Nott debía hacerse cargo tanto del señor Longbottom como de la preparación del antídoto-
-¡Qué!- la pelirroja se levanto como resorte a la mención de esto-Pero profesora, no creo que sea buena idea que…-
- Señorita Weasley- la maestra con una sola mirada le mandó callar y sentarse- Debo decirle que esta decisión fue tomada con detenimiento así que no se admiten réplicas-le dijo severa-Ahora necesito que se retiren las dos, necesito hablar a solas con el señor Nott.
A regañadientes ambas se levantaron, Ginny no se daría por vencida así que esperaría tras la puerta.
-Por cierto, me enterare si hacen trampa y no van a sus casas señoritas, así que buenas noches- dijo Minerva muy seria.
Ginny rechinó los dientes molesta, pero no dijo nada, ya en la mañana arreglaría cuentas con la serpiente. Luna mientras tanto solo asintió sonriente y agitó la mano en despedida.
Después de que la puerta fuera cerrada, la subdirectora habló- Hable con su jefe de casa y tutor señor Nott – ante esta mención el pelinegro se tensó visiblemente - Y después de discutirlo admito que es lo mejor que podemos hacer. Usted es uno de los mejores en pociones y tengo entendido que la poción que roció al señor Longbottom fue de su elaboración. El problema es que desconocemos que reacciones provocaron la aparición de esos agregados – Minerva se revolvió incómoda –Quiero aclarar que de ninguna manera esto es un castigo, solo le pido su apoyo en esto- tomó una pluma y empezó a escribir- A partir de mañana el señor Longbottom estará bajo su custodia y dormirá en sus habitaciones para la mejor observación de la evolución de su estado- dejó de escribir y le miró a los ojos – Puede retirarse a descansar señor Nott, buenas noches-
Theodore se levantó y se retiró en silencio ¿Qué caso tenía replicar? Ninguno, los adultos habían decidido por él y ni todas las razones del mundo los harían cambiar de opinión. Caminó apresurado hasta llegar a las mazmorras y entrar a la sala común en donde se permitió soltar un suspiro derrotado.
-¿Dónde has estado toda la tarde Theo?- escuchó una fría y siseante voz llamarle.
-En mi infierno Draco- fue lo que respondió.
Draco Malfoy arqueó su ceja ante la respuesta, Theodore no era adepto a ser fatalista, iba a preguntar más cuando fue interrumpido.
-Theo, cariño, nos tenías preocupados- dijo Pansy Parkinson, quien presurosa se acercó revisando al pelinegro.
- Dejen que se explique- dijo un moreno llamado Blaise Zabini- Quiero enterarme del chisme-
-Blaise, no lo digas de esa manera tan vulgar- lo reprendió Draco.
-Pero es la verdad, no mienta, ustedes también quieren saber- respondió como si nada Blaise.
Theo ignoró la infantil pelea de sus amigos mientras de dejaba caer en uno de los sillones cansado, se quito sus lentes y masajeó el puente de su nariz tratando de buscar alivio a la presión de su cabeza.
Crabbe y Goyle se acercaron con una bandeja con un poco de comida para su amigo, se había perdido la cena, y aunque muchos pensaran que ellos solamente se preocupaban por comida, esta era la forma en que demostraban su preocupación por el pelinegro, trayéndole lo que para ellos era importante.
- Theo, cariño ¿Quieres una poción para el dolor de cabeza?- Pansy tomó a una mano del chico y la apretó afecto.
- No menciones las pociones por favor, que por ellas estoy en este lío- dijo molesto.
Dejando a un lado su tonta discusión Draco pregunto- ¿A que te refieres?-
Y Theodore comenzó a relatarles todo el problema desde el fatídico día que decidió comprarle los dichosos ingredientes caducados a ese inepto vendedor, hasta la el como ahora era responsable de un Gryffindor mutante.
-Y ahora debo tenerlo bajo vigilancia, inclusive tendrá que dormir en mi habitación- dijo aun molesto.
-Vamos Theo, nosotros te ayudaremos- lo reconfortó Pansy, a lo cual los demás hombres desviaron la mirada y guardaron silencio sin confirmar o negar nada.
-Me voy a dormir- el pelinegro de levanto y comenzó a caminar.
-¿Por qué no dijeron nada?- alcanzó a escuchar que Pansy reprendía a sus amigos.
-¿Qué querías que le dijéramos?- Blaise respondió – Esta en un lío enorme-
“Esta en un lío enorme” fueron las palabras que lo acompañaron mientras se duchaba y preparaba para dormir, quedando con una opresión en su pecho ya que no sabía que iba a hacer.