Hace ya tanto tiempo que te fuiste, he aprendido a vivir sin ti, pero es mas difícil cada dia…
- Suke, no debes estar triste solo me ire un tiempo- dijo el pequeño tomando las manos del castaño.
- Pero…- el pequeño solo bajo la mirada.
- Te lo prometo- sonrió dulcemente- volveré para tu cumpleaños.
- pero aún falta mucho, acaba de pasar.
- Lo se, pero no será tanto tiempo, te lo prometo, además cumplirás seis años.
- Esperare a que vuelvas a por mi.
- Te lo prometo- soltó las manos del castaño y subió al tren con su familia.
Regreso todos los años a esta estación para esperar a que vuelvas.
Recuerdo como llorabas en el vagón mientras se alejaba tú te pegabas mas a la ventana en un vano intento de permanecer cerca de mí y como sacaste tu cabeza y me mandaste un beso con todo tu amor.
Y yo seguí ahí parado, esperando día a día.
Yo era muy pequeño, tan distraído, para ver que te marchabas para vivir mejor, para estar cerca de tu familia, siempre fue difícil de entender para mí.
Y hasta ahora me doy cuenta de cuánto te quiero.
- Te quiero tanto- vuelvo a contemplar nuestra foto.
Los recuerdos que se quedaron atados a mi corazón, las noches que permanecimos juntos para dormir, en las que hacíamos tantas cosas menos dormirnos, en las que hablábamos hasta el amanecer.
Tu lo eras todo para mi, aprendí a vivir sin ti porque te lo prometí y lo intento, siempre lo intento, pero…
Echo de menos cuando los dos nos sentábamos en la sala y poníamos música, nunca hubo problema compartíamos los mismos gustos, lo que más me gustaba era cuando comenzábamos a cantar, tenias la voz más hermosa del mundo.
- Ya es tarde- dije mirando mi reloj- será mejor regresar a casa.
- Regresare- dijiste.
- Buenas noches, Syu-chan, ¿Dónde estabas?- pregunto mi hermana al entrar a casa.
- Ningún lado- conteste sonriendo.
- Otra vez fuiste ahí ¿cierto?
- Si lo sabes, no entiendo porque me preguntas- comencé a subir las escaleras.
- No volverá, jamás lo hará- me dijo bajito y regreso a la cocina.
- Lo se- susurre y entre a mi habitación.
Todos los días en la misma fecha era igual, sé que no volverás, pero quiero que lo hagas, te necesito, te extraño, te quiero.
- Te amo.
Tomo la maceta que está en mi ventana, la flor que me regalaste esta igual a como estaba en el día que me la regalaste.
Siempre al lado de esa flor esta nuestra foto enmarcada y todas las cartas que me mandaste en ellas reclamándome que jamás te escribía, pero estaba tan molesto que no pude hacerlo y el día que lo hice tu ya no pudiste recibirla.
Vuelvo a meter mi mano en el bolsillo apretando el contenido, la carta que te mande ese día.
Tus padres volvieron, yo me sentí ilusionado, ellos me entregaron la carta que te había mandado aun cerrada, siempre recordare lo que me dijeron.
“el se ha ido y jamás volverá, Syusuke, el murió”.
- Vuelve, vuelve por mi.
Lagrimas comenzaron a salir de mis ojos, caí de rodillas al piso mientras mis manos cubrían mi rostro.
No quiero estar en un mundo sin ti, ya no.
Llene la tina del baño y tome una navaja.
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- No tenias que hacer esto hermanito- lloraba una chica frente a una tumba- no tenias que llegar tan lejos solo para volver a verlo.
Beso la rosa blanca que tenia entre las manos y la dejo sobre la lapida.
- Espero seas feliz con él en el otro mundo, Syusuke- una lagrima rodo por su mejilla y se fue dejando un papel escrito con crayolas de colores.
“perdón por no haberte escrito en todo este tiempo, pero no sabía que decirte.
Solo que te extraño mucho y siempre serás mi mejor amigo, siempre te voy a querer y si yo también estaré para ti por toda la eternidad, ni la muerte me separara de ti.
Suke”