EL DOLOR COMO COMPA—ÍA.
Lyzerg siente tanto calor, su cuerpo esta encogido. Las cadenas en sus tobillos y muñecas lo lastiman, las mordidas no están cicatrizando bien, se siente débil, se siente mancillado, humillado, sucio. Un despojo.
La quemadura en su espalda aun dolía, con un dolor punzante. Y podía sentir lo pegajosos que estaban sus muslos y la parte interna de sus piernas debido a la sangre.
Dios cuanto dolor. ¿Qué fue lo que hice en esta vida? ¿A quien he lastimado?
Deseaba la muerte a cada momento, ese día el guardia le echo el tobo de agua encima.
Su cuerpo tiembla violentamente, sus dientes castañean, pero si se encoge su espalda baja comenzara a palpitar de dolor. Sus ojos se cierran. Su cuerpo no deja de estremecerse.
Es cuando escucha una voz cantando en aquella celda. ¿Pero quien cantaría en el infierno?
Escucha también el sonido de los pájaros. Como si hubiese cientos de ellos.
I remember a song
From long ago.
Some of the pieces.
They remind me of you.
How could I know
You were to leave me.
I though that I was
That melody
Oh so wrong
I’m but a whisper tonight
And if this is goodbye
I will leave
But I´ll love you
Until the end.
Esta voz, la de un ángel. ¿De donde proviene? ¿Acaso estoy muriendo?
Como me gustaría escucharlo una vez mas, aquella voz, esa canción, con esa calidez, que me rodea por completo, protegiéndome. Como quisiera morir escuchando esta voz.
_ Lo repetiré cuantas veces quieras- murmuro una voz en su oído.
¿Quién eres?
I remenber a song.
From long ago.
Lyzerg se limita entonces a cerrar los ojos. Si iba a morir, no tenia miedo, anhelaba la muerte.
Hao se transforma en un águila, y sobrevuela el enorme castillo Salem, se percata de la peste que en él se capta, la peste a muerte. A lágrimas, lamentos y sangre, una combinación desagradable, además el ambiente esta tenso, como para cortarlo con un cuchillo. Además de la anterior esencia, cuando se acerca hay un olor a sexo en el aire, como si en todo aquel terreno se practicasen orgias.
Los humanos de aquel lugar debían de estar encerrados. Lo que Hao veía en las cabañas que rodeaban el castillo, eran ancianos.
No había población joven.
La muralla que rodeaba la propiedad tenia soldados jóvenes, todos ellos vampiros.
Hao decide entrar en el castillo, por lo que viaja oculto en las sombras, su objetivo es llevar a Lyzerg a la plantación. Sacarlo de allí para luego regresar y matar a la maldita puta que lo secuestro, y a todo el que se interponga, Oh si, Hao disfrutaría creando una matanza en aquel lugar.
Los mataría entre llamas.
Era su forma favorita de matar, observar como la gran potencia del fuego consumía las insignificantes victimas que el le proporcionaba. Hace tanto que no mataba… hoy liberaría sus peores instintos.
Llego a la mazmorra. Aquello era una inmundicia, podría decirse que allí encerraban a los animales, las prisioneras en su mayoría eran mujeres jóvenes, desnudas y encadenadas, no era difícil saber para que las mantenían allí.
Fue cuando llego a la ultima celda, en una esquina podía verse una forma diminuta, cadenas en sus muñecas y en sus tobillos, estaba completamente desnudo, su piel pálida, mas pálida que nunca dándole un aspecto de cadáver. Tenias mordidas en su delicado cuello, mordidas en su pecho, mordidas en su baja espalda, y en sus hombros, sus piernas estaban manchadas de sangre, el olor de la sangre, y el del semen, entremezclado en aquel espacio.
Además, aquel ligero olor, muerte, la muerte esta tan cerca.
El aura infernal de Hao se libera. Su rugido furioso resuena en todo el castillo, helando la sangre a sus habitantes.
_ OS MATARE A TODOS Y CADA UNO DE VOSOTROS, HASTA QUE NO QUEDE NADA, NI SIQUIERA CENIZAS. MALDITOS BASTARDOS, DEL INFIERNO, DESGRACIADOS MALNACIDOS HIJOS DE PERRA.
Los barrotes de las celdas se derriten. Se escuchan los gritos de las mujeres, las llamas rodean a Hao, y se expanden hacia los lados. A todas partes.
Hao se acerca al rincón donde esta Lyzerg, y rompe las cadenas, manteniendo las llamas alejadas de él. Su cuerpo esta tan tembloroso, tiene tantas heridas, además de una quemadura hinchada, en el medio de su pálida espalda. Hecha con hierro al rojo vivo.
Se quita la capa y con ella envuelve el cuerpo de Lyzerg, quien abre sus ojos color esmeralda, al menos dos diminutas rendijas.
_ Hao…- su voz se oye tan mal, tan débil y quebradiza. Su vida pende de un hilo.
_ No te esfuerces en hablar- le dice Hao intentando aparentar calma- Vine a sacarte de aquí.
_ Ya es… tarde- dice Lyzerg.
_ No me dejes- murmura Hao.- No me dejes solo, Lyzerg Diethel.
_ Me alegra… poder… haberte visto una vez mas- dijo Lyzerg.- Te amo.
_ ¡Si me amas con mas razón debes vivir!- grita Hao, abrazándolo con mas fuerza- ¡Con mas razón debes luchar!
_ Estoy sucio… tan… sucio- Lyzerg esta cada vez mas débil.
Hao corta una de sus muñecas, no le queda mucho tiempo.
_ Bebe Lyzerg, bebe rápido. No quiero que mueras. ¡No permitiré que mueras!- le grita Hao.
Lyzerg emerge lentamente de lo que es aquella neblina, Hao, esta en brazos de Hao, tiene puesta su capa. Y siente como unas gotas caen en su rostro.
_ Si mueres, moriré por ti- dice Hao- A dondequiera que vayas te seguiré, nadie me podrá apartar de tu lado ¡Me perteneces!
_ Hao… mereces algo… mejor… estoy… tan… sucio.- Lyzerg esta cada vez mas y mas débil.
_ ¡Pues yo fui el primero! ¡Para mi no estas sucio! ¡Ninguno de esos bastardos puede quitarme eso! ¡Jamás!- le grita Hao.
Lyzerg lo mira. Siente como si comenzaran a tirar de él.
¿De verdad va a dejarlo solo? ¿De verdad se va a dejar morir? ¿Sin intentar al menos luchar?
Hao ve la determinación, en aquellos ojos que comienzan a cerrarse.
Acerca su brazo, con la muñeca cortada, Lyzerg asiente.
Y bebe su sangre.
El sabor es algo que jamás se hubiera imaginado, lo más perfecto que haya bebido en la vida.
No hay palabras para describirlo.
_ Esto dolerá- dice Hao- A ti te dolerá mucho mas de lo que me dolió a mi. Con gusto lo aguantaría por ti.
Lyzerg siente como todo se oscurece y como su cuerpo comienza a arder. Como si lo estuvieran quemando vivo, tantas llamas, tanto dolor, aquella dificultad para respirar, como su corazón comienza a latir más lento, duele, con cada latido, disminuye más su intensidad…
Hao se percata de que se acercan otros vampiros.
Cierra los ojos.
_ Hem- llama.
_ ¿Qué?
_ Muévete y ven aquí ahora mismo.- le dijo.
Hem apareció junto a él.
Vio lo que le rodeaba. Llamas, una mazmorra de piedra. Gritos, y maldiciones.
Hao mira a donde esta recostado Lyzerg. Sufriendo la transformación, su cuerpo convulsiona.
_ Llévatelo de aquí, y será mejor que cuides muy bien de él- dijo- Tengo unos asuntos pendientes con los bastardos que viven aquí.
Hem trago grueso, cuando Hao tenia aquella mirada, no quería estar cerca. Levanto el cuerpo de Lyzerg y se fue.
Tal y como había llegado.
Hao caminaba y las llamas le hacían un pasillo, ante él estaban bastantes guardias, y detrás de ellos estaban los vampiros que habitaban en el castillo.
Hao sintió como su cabello era levantado por el viento, y levanto también sus brazos, un remolino se formo justo detrás, y se creo una forma. (El espíritu de fuego, como ya supondrán XD).
_ No estorben basuras- rugió, y movió uno de sus brazos, mientras su cuerpo flotaba en el aire, el espíritu hizo que los guardias rebotaran contra las paredes y luego cayesen en las llamas, y así hizo con todos los guardias que llegaron, la fragancia de aquella vampira, Marianne.
Hao apareció justo detrás de ella.
_ No se toca, lo que es mío- dijo.
Hao la hizo volar por los aires de un lado a otro. Quemándola, tirando de ella por sus brazos y piernas, como si fuese a partirla a la mitad. Haciéndola golpear el techo y el suelo, y las paredes.
Los demás vampiros se lanzaron a atacarlo, Hao desenvaino la espada. El vampiro de ojos rojos había sido uno de los bastardos que violo a Lyzerg y además. Parecía que le tenía muchas ganas. Hao mantenía a los demás a raya gracias al espíritu del fuego.
_ No hay interrupciones, demuéstrame que sabes- lo reto.
Pelearon al menos por unos cinco minutos, luego Hao aprovechando una brecha, le clavo la espada en su miembro y luego la saco sin ninguna delicadeza, se escuchaban los alaridos del bastardo por todas partes. Pero Hao no se conformo con eso, lo castro por completo. Y luego con una mirada siniestra lo corto hasta la saciedad, haciendo que el fuego calcinara la masa sanguinolenta que había quedado de él. Fue quemándolos a todos, los que demostraban rapidez para esquivar el fuego morían por su espada, la hoja bebía la sangre de todo el que cortaba. Sus cuerpos se transformaban en piedra y Hao los cortaba hasta la saciedad.
Hasta que solo queda la mujer que esta en el techo. Hao la golpeo contra los muros hasta que la dejo irreconocible. La desmembró y descuartizo, para después quemar los restos.
Y luego con un gran despliegue de poder, quemo el castillo hasta los cimientos. Mientras observaba a distancia, los restos del castillo Salem explotaron, los humanos que Vivian en los alrededores chillaban y señalaban las llamas, mas de una de las ancianas, comenzó a llorar, pero lo que no esperaban era…
Hao se volvió, a las 20 muchachas, y los 10 chicos.
Todos ellos confusos y temblorosos, vestidos con harapos.
_ Olvidad que alguna vez me vieron, y decid que habéis escapado. Pero que no recordáis como.
Hao desapareció, quería ver a Lyzerg, saber como estaba atravesando su transición.
Cuando llego, vio a Lyzerg en la cama, su cuerpo tembloroso, Hem había corrido las cortinas y se le acerco apenas lo vio.
_ La sangre humana no le sacia la sed- dijo.
Hao miro a Hem con sorpresa.
_ Supongo entonces que la sangre de un vampiro si podrá saciarla.- dijo Hao.
_ ¿Acaso estas loco?- le dice Hem mirándolo como si temiese por su cordura.
_ No.- contesta Hao- Sal de aquí.
Hem suspira, pero hace lo que Hao dice.
Hao ve sus manos cubiertas de sangre, al igual que su rostro, y limpia sus manos con las cortinas, y también la cara, no quería poner nervioso a Lyzerg.
Se acerco a él.
_ Hao… tengo mucha sed- dijo.
_ Lo se- fue lo que dijo Hao.
Tomándolo en sus brazos, iba a aprovechar esa herida en su cuello, lo llevo hacia ella, el olor de la sangre consiguió hacer que los colmillos de Lyzerg se alargaran, Hao los veía.
Pensó que le gustaban.
Aquello era puro instinto para Lyzerg, solo por aquella primera vez, le daría su sangre.
_ Ahhh- aquellos colmillos en su cuello le drenaban la sangre con ansiedad. Necesidad.
Apoyo su espalda en la cama. Estaba sintiéndose débil.
Aquella sangre tenia un sabor inigualable, la sed se estaba saciando poco a poco, hasta que finalmente quedo saciado.
Hao estaba un poco pálido, pero tan despreocupado como siempre, mirando al techo.
Lyzerg mira su cuello y enseguida se siente mal.
Hao suspiro cuando le vio la cara.
_ No se cerrara enseguida, pero no es motivo para preocuparse.- le dijo- Y no deberías acostumbrarte a beber mi sangre. No sucederá todos los días.
Lyzerg lo mira con una sonrisa.
Y luego mira con sorpresa a su cuerpo.
_ ¿Qué?- le pregunta Hao.
_ Todas las heridas… se cerraron- dijo Lyzerg.
Hao se ríe.
_ Si, esa es una ventaja cuando se es un vampiro.- dijo Hao.
_ ¿Puedo pedirte un favor?- dijo Lyzerg.
_ ¿Cuál?- pregunta Hao.
_ No quiero matar a nadie. No permitas que mate a alguien- le dijo Lyzerg.
Hao vio aquellos ojos verdes resplandecer.
_ Te doy mi palabra- dijo.
Hao se incorporo, estaba seguro de que la perdida de sangre no lo había perjudicado tanto.
Lyzerg lo siguió.
_ Aquí esta el baño.- dijo Hao- Te dejare solo.
Lyzerg toco el agua que estaba en la bañera.
_ Esta fría- dijo. El agua fría no le traía tan buenos recuerdos, le resultaba desagradable.
Hao se percato de sus pensamientos, el agua soltó leve vapor, estaba tibia.
_ Gracias- dijo Lyzerg. Mirando a Hao.
_ No hay de que- dice Hao, y sale dejándolo solo.
Estando en aquel cuarto de baño, sumergido en aquella agua tibia.
Lyzerg supo que todo estaría bien. Y se alegro de no haber muerto. Se alegro de haber permanecido con vida. Y sobre todo… se alegro de que Hao hubiese ido a buscarlo.
No quería pensar en todo lo que había tenido que pasar.
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