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Un amor distinto. por Aluminia

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Notas del capitulo:

Holap!

les agradezco los reviews,

a leer xD

Cuando Ron llegó a casa no se sorprendió para nada al ver a su madre esperándolo, sabía que era inútil escapar a los reclamos así que mejor agachó la cabeza y esperó los gritos.

 

-¡Mi niño!- exclamó Molly, acercándose a su retoño -¿Estás bien?, estaba tan preocupada-

 

Bueno, aquello sí que era nuevo, Ron miró a su madre un poco confundido.

 

-Estoy bien mamá- respondió el pelirrojo.

 

-¿Seguro?, ¿Estás bien?- insistió la señora.

 

-Aparte de la resaca, estoy completo- contestó Ronald, su mamá lanzó un gran suspiro al aire.

 

-Bueno, ya que se que estás a salvo…- comenzó la señora Weasley, Ron supo que ese carácter dócil de su madre no podía durar mucho -¿Dónde rayos te metiste, Ronald Weasley?, ¿Crees que esta casa es un hotel y puedes llegar a las horas que se te dé la gana?-

 

Ron sintió que le retumbaba la cabeza.

 

-Mamá, deja de gritar, mi cabeza me está matando- pidió el gryffindor.

 

-Claro, si el muchachito cree que puede emborracharse, si vas a tomar atente a las consecuencias, el alcohol saca lo peor de las personas, así es, Ginny me contó del numerito que le armaste a la pobre de Hermione, vas a disculparte con ella-

 

El Weasley sintió enfurecer, siempre era la “pobre de Hermione”, “La linda de Hermione”, “La querida Hermione”, siempre se trataba de ella, pues Ron tenía noticias, la buena y dulce Hermione lo había dejado sin más ni más por esa imbécil de Pansy Parkinson, ya era tiempo de que también consideraran su sentir y no solo el de “la buenita de Hermione”.

 

-Tengo 23 años, madre, no puedes obligarme a disculparme con esa porque no lo haré- gruñó Ron entre dientes.

 

-Mientras vivas en esta casa seguirás mis órdenes- refunfuñó Molly.

 

-Pues eso se puede arreglar, me largo y punto, todo sea por no verle la jeta a esa idiota- siseó Ron, quiso marcharse a su habitación pero su madre lo retuvo por el brazo.

 

-¿Qué acabas de decir?-

 

-Lo que oíste-

 

-¿Qué fue lo que le dijiste a Hermione?-

 

-Solo le dije cómo me hizo sentir, lo mucho que sufrí cuando me dejó por esa, así que no pienso disculparme-

 

-Ron…mi cielo…yo se que Hermione te hirió pero…no es manera de decir las cosas, mi vida, ya no te pido que te disculpes, solo habla con ella, estaba muy triste ayer-

 

Ronald dio un gran suspiro, tal vez su madre tenía razón (como siempre).

 

-Vale, hablo con ella- cedió Ron.

 

-Tampoco tienes que irte de la casa- dijo la señora, en tono más serio.

 

-Eso es algo que he venido pensando desde hace un tiempo, la verdad es que tu y papá merecen su privacidad, además puedo mantenerme solo, es cuestión de tiempo que Gin se case con Harry, no quiero ser el polluelo que nunca dejó el nido- explicó Ronald, su madre lo escuchaba atenta.

 

-¿Estás seguro?-

 

-Segurísimo, mamá, ahora, si no te molesta, quiero ir a encerrarme a mi habitación, esta resaca me va a matar-

 

-¿Qué tal si te preparo el desayuno?- sugirió Molly –Huevos con tocino y una cerveza bien helada para que se te pase la cruda, ¿Sí?-

 

Ron sonrió, su madre era mamá de tiempo completo, jamás se le quitaría esa manera de perdonar y olvidar tan veloz.

 

-Sí, grita cuando el desayuno esté listo-

 

Dando por terminada la discusión, Ron se adelantó a las escaleras mientras su mamá iba a la cocina.

 

-¡Ron!- le llamó Molly.

 

-Wow, eso fue rápido-

 

-No, tonto, Ginny me dijo que ayer te quedaste bebiendo con Viktor Krum, ¿Te quedaste en su casa?-

 

El nombre del búlgaro hizo a Ron sonrojar hasta las orejas, la verdad es que ya se le estaba olvidando ese encuentro con Krum…bueno, en realidad el dolor en su trasero no iba a permitirle olvidar a Viktor, pero lo estaba intentando.

 

-No, mamá- respondió Ronald secamente, corriendo escaleras arriba.

 

Ron tomó un baño de agua caliente, le dolían todos los músculos del cuerpo, cuando salió y comenzó a vestirse notó marcas en su pecho y en su cuello, las cubrió con un par de hechizos maldiciendo a Viktor por lo bajo, lo bueno era que era domingo y Ron no trabajaba, era auror y cubría el turno de la mañana de lunes a viernes, el pelirrojo se vistió el bóxer y un pantalón de mezclilla, al sentarse para ponerse las calcetas sintió de nuevo ese dolor en el trasero, era punzante y fuerte, volvió a maldecir a Viktor Krum, el sonido de la puerta siendo abierta sacó a Ron de sus pensamientos.

 

-Mamá, no tienes que traerme el desayuno al cuarto-

 

-Insisto, tesoro- le bromeó Harry, Ronald se volvió para encontrarse con la mirada verde y severa de su amigo.

 

-Suéltalo, hermano-

 

-Eres un imbécil- dijo Harry –que digo imbécil, eres tan imbécil que si hubiera un concurso de imbéciles no te dejarían participar, ¿Sabes por qué?- Ron negó con la cabeza –Porque no aceptan profesionales, eres tan imbécil, el rey de los imbéciles, eso eres y más, si te ganaras el premio al imbécil seguro te dan dos medallas, ¿Sabes por qué? –Ron volvió a negar –Porque seguramente pierdes una por imbécil-

 

-Bueno, ya- gruñó el pelirrojo –Entiendo que soy un imbécil-

 

-Heriste a Herms-

 

-Ella me hirió antes, y mucho más, más que herirme me arrancó el corazón, lo partió a la mitad, una mitad la dio de comer a los cerdos y la otra mitad la puso en formol, ¿No te la ha enseñado?, Pansy Parkinson la tiene en exhibición en la repisa de la chimenea los lunes, miércoles y viernes de 8 de la mañana a 2 de la tarde, los demás días la guarda en su vagina-

 

Harry y Ron no pudieron aguantar las carcajadas ante aquello.

 

-Ya en serio- dijo el Potter, recuperándose del ataque de risa –Se que te lastimó, pero la manera en que tu dijiste las cosas…-

 

-Estoy consciente de que no fue la más correcta- intervino el Weasley –Fui duro con ella-

 

-Debes hablar con ella, Ron, explícale, ella entenderá, es Herms-

 

-Tienes razón, es lo que Hermione hace mejor, entendernos- Dijo Ronald, con un poco de nostalgia en las palabras.

 

-¿Te parece si bajamos a desayunar?, por cierto, tu mamá me invitó a desayunar, ¿Está fuerte tu resaca?-

 

-Cada que hablas siento como si me golpearan la cabeza con un martillo-

 

-Oh, vaya…necesitas una cerveza helada-

 

Dicho aquello, los dos amigos bajaron al comedor donde Molly los esperaba con una gran sonrisa, sirvió a los muchachos y se sentó con ellos a tomar un café.

 

-Por cierto, Harry, ¿Crees que podamos ir hoy a ver departamentos?- preguntó Ronald, para después dar el último trago a su cerveza.

 

-¿Tú sabías de lo de mudarse de casa?- preguntó la señora Weasley al ojiverde.

 

-Sí, estuve buscando algunos inmuebles- admitió el Potter, ligeramente sonrojado –Podemos ir, no creo que haya problemas-

 

-Mejor quédate a descansar, aún debe dolerte la cabeza- dijo Molly a su hijo, Ron negó.

 

-Me siento mucho mejor, mamá- habló Ronald.

 

-¿Pero mira quien apareció después de la borrachera?- dijo Ginny, quien acababa de entrar al comedor, aún vestía la pijama –Dichosos los ojos que te ven-

 

-No estoy de humor, hermanita- gruñó el Weasley, Ginny rodó los ojos con fastidio, se sentó junto a Harry, dándole un pequeño beso en los labios.

 

-Eres un imbé…-comenzó Ginny

 

-Harry ya me insultó bastante hace rato, gracias- cortó Ronald, levantándose de su asiento –Me llevo a tu novio toda la tarde-

 

-¿Qué?, ¿Por qué?- chilló Gin, haciendo puchero.

 

-Porque me voy de la casa y Harry me acompaña a ver departamentos, por eso, ahora déjate de joder, dale un beso y despídete-

 

Ginny resopló pero no dijo nada, besó a Harry y se despidió.

 

Potter y su pelirrojo amigo pasaron la tarde recorriendo departamentos y hasta casas en renta, pero ningún inmueble los terminaba de convencer.

 

-Solo queda un lugar- anunció Harry.

 

-Pues ojalá sea bueno- deseó el Weasley.

 

Y así lo fue, el departamento era amplio, contaba con sala –comedor, cocina, dos cuartos y un baño, las ventanas dejaban entrar mucha luz, Ron enseguida supo que era el departamento que quería,  además aquel sitio le resultaba acogedor, familiar, como si ya lo conociera de antes.

 

Ron firmó el contrato con el dueño, tendría que dejar un depósito de un mes de renta, además de pagar dos meses por adelantado, el Weasley soltó el dinero como si se tratara de cualquier cosa, saliendo de ahí Harry propuso ir a tomar un café.

 

-Oye, Ron, ¿De dónde sacaste el dinero?- preguntó el ojiverde con curiosidad.

 

El gesto de Ron se volvió lastimero, como si le hubieran enterrado algo en el pecho.

 

-Junté todos mis sueldos de cuando trabajaba en sortilegios Weasley, ahorré para comprarle un anillo a Hermione y para la boda, que idiota fui, ¿No crees?-

 

Harry se mordió el labio, sintiéndose culpable, estúpida curiosidad.

 

-Lo lamento, hermano-dijo el moreno, Ron asintió como restándole importancia.

 

El Potter bajó la taza de café de un golpe, frunció el entrecejo mientras miraba un punto fijo en la calle, Ron se volvió a la dirección en que miraba su amigo pero no advirtió nada extraño.

 

-¿Qué viste?- preguntó el ojiazul.

 

-Juraría que vi pasar a Viktor- comentó Harry, encogiéndose de hombros –Por lo que se, se quedará un tiempo aquí, pero solo unos días-

 

-Claro…- farfulló el Weasley, buscando con que cambiar el tema -¿Cuándo le pedirás a mi hermana que se case contigo?-

 

Harry escupió el café.

 

-Bueno, yo…este…bueno…- balbuceó el azabache.

 

-No tienes ni idea- resopló Ron.

 

-No, es decir…quiero casarme con ella, la amo, es mi vida entera, lo mejor que me ha pasado…pero no sé como pedírselo-  confesó Harry.

 

-Pues no te tardes mucho –aconsejó Ronald –No vaya a ser que llegue alguna tipa y te la quite, te lo digo por experiencia-

 

Harry soltó un bufido.

 

-Deja esa paranoia, no todas las mujeres son así, fue mala suerte- reprendió el ojiverde.

 

-No puedo evitarlo, los homosexuales simplemente…me asquean-

 

-Deberías ir a terapia- gruñó Harry.

 

Ron rió con malicia.

 

-Con mucho gusto, después de que te cases con Ginny-

 

El Potter no dijo nada más, después de terminar sus cafés se quedaron un rato charlando sobre la inmortalidad del cangrejo, Ronald y Harry se despidieron y cada quien fue a su casa, Ronald no quiso cenar, solo quería descansar y relajarse, se metió a la cama, enredándose entre las sábanas, ese estúpido dolor lo molestó de nuevo, ¿Por qué rayos se había acostado con Krum?, era cierto que no estaba en sus cincos sentidos, pero de estar ebrio y hacer algo ridículo como…como ponerse a decirle a sus amigos y hermanos lo mucho que los amaba y llorar como Magdalena,  algo como intentar hacer un striptease o bailar la macarena, pero de eso a acostarse con un hombre, joder, había mucho trecho.

 

“¿Qué mierda me pasó?”, se preguntó Ron, con los ojos abiertos mirando la oscuridad, tal vez solo había sido falta de sexo, pero… ¡El no era gay!, el odiaba a los gays, aquello seguía sin tener sentido.

 

“Seguro Krum tomó ventaja de mi…”, Oh, Dios, ahora pensaba como una mujer, sintió su sangre agaloparse contra sus mejillas, no se necesitaba ser un genio para saber que estaba sonrojado, “Deja de pensar estupideces y duérmete” se dijo, cerrando los ojos y tratando de no pensar en nada, no tardó mucho en dormirse, Viktor Krum se metió en sus sueños, en el sueño Viktor y el estaban recostados, abrazados, Ronald tenía la cabeza acomodada en el fuerte pecho del Krum, con los ojos cerrados, Viktor acariciaba los mechones rojos con delicadeza, haciendo sonrojar a Ron.

 

-Ron…- musitó Viktor en el sueño del pelirrojo.

 

El Weasley se despertó en ese mismo instante, estaba empapado en sudor, sintió sus mejillas arder, bajó un poco la vista para encontrarse con una enorme erección en sus pantalones, se metió a la regadera maldiciendo a la que parió a Viktor Krum, se bañó con agua fría para calmar a su “amigo sureño”, se vistió con unos jeans azules y una camisa a cuadros azules, se puso la capa de auror y bajó a desayunar, en el comedor ya estaban desayunando sus padres y su hermana, Gin trabajaba en el profeta, en la sección de deportes.

 

-Buenos días- saludó Ronald, sentándose, esta vez su mamá había hecho waffles.

 

-Buenos días, hijo- le saludó su padre con gran sonrisa.

 

-Hola borrachín- le bromeó Ginny.

 

-Deja en paz a tu hermano- reprendió Molly.

 

-Pero es un borracho- gruñó Gin.

 

-Y tú eres una tonta- contestó Ron, Ginny le sacó la lengua en gesto infantil.

 

-¿Cuándo piensas mudarte?- preguntó Ginevra.

 

-¿Tanta prisa porque me vaya?-

 

-No seas bobo- dijo Gin –Quería preguntarte si querías que te ayudara con la mudanza y eso… ¿Te has puesto a pensar que no solo necesitas el departamento?, quiero decir, el lugar debe estar vacío, necesitas muebles y…-

 

-Si lo pensé, hermanita, y no te preocupes, puedo pagar los muebles y todas esas cosas, Harry me ayudará a aprender a usar la estufa y eso, no creo que sea tan difícil-

 

-Claro, me parece fantástico, hijo…- intervino Molly –Pero… ¿De dónde sacarás todo el dinero?, los muebles no son muy baratos que digamos-

 

-Usaré lo que ahorré para mi boda con la lesbiana- contestó Ron, ganándose miradas enfurecidas por parte de sus padres y su hermana.

 

-No le digas así a Hermione –reclamó Ginny.

 

-Es lo que es, suena feo, ya lo sé, pero es lo que ella es- soltó Ronald.

 

-Es mejor que nos vayamos- habló Arthur –Vamos, hijo, no quiero llegar tarde-

 

-Por red flu, imposible- ironizó Ron.

 

Al llegar al ministerio Ron y su padre se separaron, Ronald caminó por esos pasillos que ya conocía de memoria, saludó a un par de compañeros con los que se topó, evitó a toda costa encontrarse con Hermione, logró su cometido cuando llegó a las oficinas de los aurores, en realidad eran cubículos hechos con mamparas, solo el jefe tenía oficina, Ron tenía en su mampara un poster del tío Sam que decía “I want you, for Dumbledore’s Army” (El mismo lo había hecho), notas pegadas por todos lados y una foto de él, Herms y Harry.

 

-Hola, Ron, buenos días- saludó el Potter, ocupando el cubículo a la derecha de Ron.

 

-Buenos días, ¿Hay trabajo?- correspondió el pelirrojo.

 

-Papeles y papeles, con suerte alguna misión- respondió Harry, dando un gran suspiro.

 

-Cuanta acción- bromeó Ronald, comenzando con el aburrido papeleo.

 

-Cuidado, no te vayas a cortar con el papel- dijo Harry, los dos amigos rieron por lo bajo.

 

El día pasó sin que se dieran cuenta, salieron un par de ocasiones para seguir a un par de sospechosos de practicar la magia negra, arrestaron a un loco que estuvo atacando gente a diestra y siniestra, al regresar al ministerio ya era hora de salida, Harry y Ron subieron al elevador donde se encontraron con Hermione, Ron quiso que se lo tragara la tierra.

 

-Hola, chicos- saludó Herms en tono frío -¿Mucho trabajo hoy?-

 

-Para nada, estuvo tranquilo, ¿Cierto, Ron?- habló Harry, Ron asintió.

 

Los tres amigos bajaron en el segundo piso, Ronald casi corrió a las oficinas de los aurores.

 

-Te comportas como un niño- reprendió el ojiverde, mientras él y Ron recogían sus pertenencias de sus escritorios.

 

-Hablaré con ella después, de verdad-

 

-Ya veremos- gruñó Harry –Te alcanzo abajo-

 

-Ok, nos vemos- dijo Ron.

 

Hermione siguió su camino, el ver a Ronald le había arruinado el día, se metió a su oficina refunfuñando.

 

-¿Se puede?- preguntó Harry, abriendo la puerta lo suficiente para asomar la cabeza.

 

-Pasa- dijo Mione.

 

-Ron está herido, compréndelo-justificó Harry

 

-Ron me hirió, compréndelo-gruñó Hermione.

 

-Lo conoces, le costará trabajo hablar, pero me prometió que lo haría-

 

-Eso espero- dijo Herms, suspirando -¿Vas de salida?-

 

-Sí, ya terminé por hoy- respondió el Potter -¿Tienes mucho que hacer?-

 

-Más o menos, me quedaré otro rato-

 

-Bueno, nos vemos luego, Herms, cuidate-

 

-T e acompaño hasta el elevador- sugirió la castaña, adelantándose a la puerta.

 

En los pasillos Harry y Hermione encontraron a Viktor Krum, el búlgaro parecía perdido.

 

-¡Viktor!- le llamó la leona, el aludido pareció muy aliviado de verla.

 

-¿Qué haces por aquí?- preguntó Harry al Krum.

 

-Estoy buscando…err…el…departamento de juegos y deportes mágicos, y el…departamento de cooperación mágica internacional- respondió Viktor, leyendo una nota –Estoy perdido, ¿Pueden ayudarme?-

 

Hermione no pudo evitar soltar una risita, Viktor en realidad parecía desesperado.

 

-Claro, bueno, si quieres puedo acompañarte- ofreció la Granger, Viktor soltó un suspiro de alivio.

 

-Te lo agradecería mucho- Respondió el Krum.

 

-Bueno, yo me retiro, fue un gusto volverte a ver, Viktor-se despidió Harry, subiendo al elevador.

 

-¿Para qué quieres ir a esos departamentos?- preguntó Mione a Viktor, mientras esperaban el siguiente elevador.

 

-Eso es un secreto, solo te diré que me quedaré por un buen tiempo en Inglaterra- contó el búlgaro, entrando al elevador junto a su amiga castaña. –Primero tengo que ir al departamento de juegos y deportes mágicos-

 

Hermione  presionó un botón, el del número 7, el elevador comenzó a subir.

 

-Oh, ya se, Viktor, la fiesta de cumpleaños de Harry es la semana que viene, ¿Te gustaría ir?- propuso la Gryffindor.

 

-¿No habrá problema con Harry?-

 

-Claro que no, le encantará que vayas- insistió Herms –Todos estarán ahí, Fleur, Bill, Ginny, Ron…-

 

Ese último nombre fue clave para Viktor.

 

-De acuerdo, ¿Qué crees que deba regalarle a Harry?-

 

Hermione sonrió ampliamente y habló: -No tienes que regalarle nada, Viktor-

 

Se escuchó un timbre que les indicó que habían llegado a su destino.

 

-El departamento de Cooperación mágica internacional está en el quinto piso, lamento dejarte pero tengo mucho trabajo- se disculpó Hermione.

 

-No te preocupes, te agradezco- dijo Vik, despidiéndose de Herms.

 

Una persona estaba esperando a Viktor cuando entró, un hombrecillo de ojos oscuros y cabello rubio lo guió hasta una oficina lúgubre con olor a humedad, el hombrecillo se retiró haciendo una reverencia, cerrando la puerta tras de sí.

 

-Señor Krum- le saludó el dueño de lo oficina, el tipo estaba sentado en una gran silla detrás del escritorio, era un hombre rechoncho de cabello negro, ojos claros y mejillas sonrojadas –Siéntese, por favor-

 

Viktor hizo lo que el sujeto pedía.

 

-¿Están claros todos los términos de su contrato?- preguntó el hombre, entregándole a Viktor un legajo lleno de papeles.

 

-Sí, todo está claro- correspondió el búlgaro.

 

-Entonces solo hace falta su firma, señor Krum- dijo el señor, ofreciendo pluma y tintero a Viktor quien los aceptó con un asentimiento.

 

-¿Cuándo empiezo?- preguntó Viktor, garabateando su firma en los papeles.

 

-La próxima semana, firme en esa parte también, por favor-

 

El búlgaro devolvió el legajo al señor, quien le sonrió ampliamente, ofreció su mano a Viktor quien la estrechó con fuerza.

 

-Bienvenido al equipo de Quidditch de Inglaterra-

Notas finales:

El formol es un químico que se usa para conservar las muestras biológicas, órganos, etc.

El tío Sam es un personaje que "representa" los estados unidos, en EUA hubo posters del tio Sam por todos lados para recultar soldados:

http://i207.photobucket.com/albums/bb19/KimikoSagara/i_want_you.jpg

 

Que tal?

: DDD

ojalá les haya gustado

saludos!


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