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Cronicas de un amor Prohibido por langui

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Notas del capitulo:

Yuuri estudiante tipico de secundaria, decide acompañar a su amigo de la infancia (Murata), a la casa de su abuelo para pasar alli su verano. en una noche estrellado yuuri decide contemplar la naturaleza sin saber que esta no solo contiene un hermoso follaje verde y animales, no claro que no, el bosque tiene mucho, mas para ofrecer, desde un hermoso vampiro rubios, hasta hombre lobo y mas mucho mas.

 

lo se, es lo mismo que el resumen pero tengo mucho sueño y mi cerebro se acaba de fundir, losiento. T_T

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Crónicas de un amor Prohibido

 

Acontecimiento uno: Encuentro

 

-Ni se te ocurra.

Advirtió el pelicafé al ver a su hermano arrugando la cara y mostrando aquellos dientes afilados, tenía hambre, nuevamente el rubio tenía hambre.

-¡Grrrrrrrrrrrrrrrr!- el gruñido era demandante, había aguantado durante más de tres mese, y eso era difícil para alguien de su especie.

Wolfram Von Beliefd, un joven vampiro, con más exactitud un  neonato de 67 años con la apariencia de joven de 16 años.

-Aguanta, ya falta poco para llegar al bosque.

Wolfram miro a su hermano molesto.

-Pides demasiado.

Protesto. Era cierto, el pelicafé le exigía bastante en especial cuando el escenario era tan sugestivo.

Ambos aun se hallaban corriendo sobre los tejados del pueblo, con una extraña gracia que les hacia aparentar flotar en el aire, y una velocidad que los hacía poco visibles a ojos humanos.

Wolfram solo se quejaba esa maldita necesidad de alimentarse, aquella sed incontrolable y su hermano frente suyo pidiéndole que se controlara cuando bajo sus pies se hallaban un montón de humanos indefensos listos para ser devorados, ¡pero no!, debía ser paciente, ellos eran vegetarianos, solo se alimentaban de animales (si, lo sé muy crepúsculo, pero que quieren que haga, este término es empleado en muchos libros vampíricos, así que no me crean una fan de crepúsculo por qué no, ¡no lo soy! –Aunque leí la saga entera XD-)

¡Maldita sea, eran vampiros, no mendigos!

Pensó el rubio enfurecido, sin poder controlar su instinto, aquel arroma humano lo estaba enloqueciendo. Sus uñas comenzaban a mostrarse, estaba casi listo para saltarle encima cualquier que se le atravesase.

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Yuuri estaba saliendo de caza, había decidido acompañar a su amigo de clases  (Murata) a visitar a su abuelo.

Lamentablemente el muchacho había decidido salir a dar una vuelta, a diferencia de la ciudad el campo le brindaba un vista maravillosa del ambiente, porque no disfrutar el paisaje, después de todo solo estaría allí lo que restara del verano, lo cual se reducía a unas cuantas semanas nada más.

Salía a ese pequeño bosquecillo, según lo averiguado. El mayor peligro que tendrá cerca seria encontrarse con gato de monte, el resto de los animales era calmados, no era que no existieran dentro de este bosque osos o animales de igual o mayor tamaño, pero estos jamás estaba a los límites del bosque, estos solo podían hallarse en las profundidades del mismo.

 Estiro un poco el cuerpo, ya era tarde, pero no tan tarde, tal vez cerca de media noche.

Desde lo lejos Murata podía observar a su amigo.

-estará bien…. Supongo.

Suspiró y se dispuso a dormir.

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-Mira el bosque-

Exclamo el pelicafé aliviado, su hermano ya parecía no poder controlar sus instintos, ya más de una vez había tenido que jalar su brazo, (el cual tenía bien sujeto para evitar que el rubio se le escapara e hiciera de las suyas).

Por su parte lo único que wólfram podía hacer era dar gruñidos de rabia y soltar algunos gemidos de dolor la ver frustrados sus intentos de escape.

Finalmente al oír la palabra “mágica” de su hermano que para oídos de rubio se reducía a un simple “!hora de comer!”, todo su auto control se fue al tacho, queriendo abalanzarse sobre su captor para liberarse y saciar su sed.

Conrad solo pudo arrojar a su hermano lo más lejos que pudo dentro de aquel inmenso follaje verde oscuro, la caza instintiva de un neonato había iniciado.

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Yuuri se sentó sobre una piedra, estaba dispuesto a quedarse fuera durante un largo tiempo: -“Y… ¿porque no?... ¿porque no adentrarme más?”- Pensó el pelinegro, caminando unos metros más dentro del bosque.

Quiso continuar pero se detuvo, un ruido extraño, uno que jamás había oído antes.  Lo asemejo con las películas del big-ban o las de extraterrestres y súper héroes, donde la caída de un meteorito, provocaba un sonido muy parecido a ese, pero no podía ser, el cielo estaba libre de cualquier fenómeno astrologógico o extraterrestre.

Paró en seco y se dispuso volver a aquella piedra, era mejor admirar la naturaleza desde un área segura.

Permaneció por más de una hora, cuando pudo ver a un osezno escapando hacia la dirección donde él se hallaba.

El pelinegro aterrado, por la creencia o mejor dicho el conocimiento básico de que un osezno no puede estar solo, la madre siempre está cerca.  Estadísticos apoyaban esa teoría, con exactitud un 80 %  de los casos, la madre estaba cerca escondida en algún lugar, y el restante 20% daba apertura otra información básica y lógica. ¡Algo más peligroso que la madre estaba cerca!

Su instinto le dicto el inicio de la retirada, debía de huir rápido.

Sus pies comenzaron a moverse y dirigirse a la casa del abuelo de Ken, pero aquel osezno se aferro a él, no para buscar protección, más bien para acabar con su vida. Como si él fuera su agresor, ¡su enemigo mortal!

La lucha de Yuuri con el pequeño osezno de casi un metro de altura y unos 66 kilos, se veía muy mal.  El osezno lo estaba derrotando con gran facilidad, intento gritar, pero no pudo, el miedo era demasiado, estaba tan lejos de casa, a unos 60 metros, nadie lo oiría, maldijo su estúpido curiosidad.

Podía sentir las garras del pequeño osezno y no era nada agradable sentirlas sobre su espalda.  Su sangre era absorbida por la telas de aquella polera azul que tenia, -¿no podía haberse puesto una chamara?- pensó para sí., eso podía protegerle un poco más, pero ya era tarde para lamentarse.

Sería su fin, fue su último pensamiento.

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Choco contra el suelo desnudo para luego arrastrar consigo el suelo, algunas piedras y uno que otro árbol debido al ángulo y la fuerza con la cual fue lanzado dentro del bosque.

Se levanto, no precisamente para lanzarle maldiciones a su hermano, sino para iniciar su cacería. En aquel estado al rubio poco le importaba haber sido lanzado, de hecho parecía ni siquiera darse cuenta de los rasguños presentes en su cuerpo, solo la necesidad reinaba todos sus sentidos, la parte lógica de su cuerpo había muerto a causa de la devastadora sed, sed que cuerpo exigía ser apaciguada.

Su nariz comenzó a arrugarse y sus ojos que a un inicio eran color verde esmeralda ahora eran rojos escarlata. Miraba para todos los lados, y su nariz se movía a medida que identificaba los olores.

Finalmente giro hacia el sur, el olor de la piel humedecida de aquel oso había llamado su atención. No la madre, ¡claro que no!.  ¡El osezno!, era mejor alimentarse de animales tierno y de gran tamaño que de los grandes, su sangre era menos amarga.

Comenzó a correr, con una velocidad cercana a la velocidad del sonido, sus pies apenas tocaban el suelo, y las copas, el movimiento de los arboles era leve como si solo una briza débil atravesase el bosque en dirección sud oeste.

Para los humanos nada ocurría, pero para los animales todos. Los animales del bosque sabían que la caza había iniciado. Todos comenzaba su huida, se escondían donde podían, un vampiro estaba suelto y tenía mucha sed.

La osa y el osezno no fueron la acepción, menos cuando sintieron que el individuo se dirigía hacia ellos.

La osa se paro sobre sus dos patas traseras, adoptando aquella postura defensiva y agresiva, no estaba dispuesta a ceder ni su vida ni la de su osezno a aquella criatura de sangre fría.

Wólfram ya estaba frente a la osa y el pequeño osezno, que iniciaba la carrera de escape, mientras miraba de vez hacia atrás la lucha entre su madre y aquel extraño ser en forma de humano.

Lo último oído en el bosque fue el gruñido de la osa, que indicaba que todo había acabado a escasos segundos de haber iniciado, los animales podían descansar en paz, la presa era grande, lo suficiente para saciar la sed del vampiro.

El osezno pudo divisar la salida del bosque, corrió lo mas que pudo ya dentro del claro, pudo observar a otro ser, otro humano.

 

Temiendo por subida como todo animal acorralado, decidió hacerle frente al extraño individuo, no moriría sin luchar.

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Relamió sus labios, no había sido un alimento agradable pero, era mejor que nada.  Se reincorporo del suelo, donde segundos antes estaba arrodillado, mordiendo aquel cuello peludo, que ahora solo eran pellejos seco de hueso y órganos internos, porque sangre no tenía ni una gota más.

Sacudió su ropa, limpio su rostro con la mangas de su camisa y acomodo un poco su cabellos.

Pensó estar con la apariencia normal y aceptable, peor se equivocaba, casi como siempre después de perder el control por causa de la sed,  jamás preveía sus acciones.

Su camisa blanca manga larga estaba completamente ensangrentada, su rostro de igual forma, lo que creyó que sería una buena idea para borrar las huellas de sangre solo habían empeorado el panorama, ya que su rostro mostraba un área mayor de manchas de sangre. Y su cabello que era rubio simplemente presentaba mechones rojizos y endurecidos por la coagulación de la sangre.

Sin importarle revisar su aspecto decidió salir de aquel sitio y reunirse con su hermano, al cual aun tenía que decirle una que otra palabrita.

Camino en dirección norte, cuando su nariz nuevamente se arrugo al sentir aquel olor dulce de la sangre humana.

Donde había sangre había una herida presente (bueno quizás una hemorragia nasal XD), y las heridas que produjeran tal cantidad de sangre implicaba un accidente grave, quien sabe tal vez esta noche tendría un buen banquete después de todo.

Pensó mirando a aquél oso tirado en el suelo y arrugando la frente al recordar el mal sabor su sangre le ofreció a su paladar.

La caza había terminado, pero el cazador aun podía deleitarse con otro bocadillo más.

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Conrad solo prevalecía en el claro norte del busque esperando a su hermano menor, se estaba tardando demasiado, y eso era raro,  pero conociendo a wólfram lo mejor era seguir esperando, no quería volver a ponerse en frente de un neófito hambriento y menos si se trataba de wólfram.

La última vez que lo hizo pensó que solo uno de los dos saldría con vida, de no haber intervenido Gwendal, que sujeto a wólfram por la espalda mientras el castaño lo golpeo en la boca del estomago para noquearlo.  Pero dicho golpe solo empeoro todo, no fue hasta que vio a aquel rebaño de ovejas a medio kilometro de distancia que supo como calmar la situación, en menos de un minuto mientras el hermano mayor a ambos continuaba sujetando por la espalda al menor el del medio regresaba con tres ovejas en las manos, lanzándoselas al rubio, el cual se abalanzo sobre estas sin reserva alguna, olvidando siquiera que su previa intención era matar a sus hermanos.

Después de acabar con la vida de las ovejas, los ojos del rubio recién se tornaban a su color original abandonando a que rojo escarlata, reconociendo a sus hermanos, en especial a Conrad el cual presentaba varias heridas y una que otra mordida.

Se toco la ceja izquierda. Pese a ser un vampiro y contar con la capacidad de regeneración había quedado en su ceja una leve cicatriz que aun no desapareció, recordándole lo profunda que había sido la herida recibida por el menor de sus hermanos.

Se acomodo sobre el pasto y espero a que su pequeño hermano diera muestras de vida antes del amanecer.

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Su mano se encontraba dentro de la boca de aquel osezno, para ser más exacto los dientes del osezno se habían clavado en su brazo y la sangre  salpicaba sobre su rostro. Por la sensación de desvanecerse de un momento a otro solo pudo rogar a kami-sama que lo aceptara en su reino allá en el cielo.

Sus ruegos tomaron forma de una sombra a lo lejos que se acercaba, -¡Alguien había venido a salvarlo!- cerró los ojos para después sentir como su brazo era liberado del agarre del osezno y su cuerpo de su peso, minutos después pudo sentir como un nuevo peso se posesionaba sobre él, uno más ligero pero aun así con olor a osos.

Pudo sentir como aquella presencia lamia su cuerpo, quiso despertar, el miedo se había apoderado de él. ¡Pero no!, paralelamente al miedo una sensación de placer se hizo presente en su cuerpo obligándolo a seguir dormido, a seguir semiconsciente de los que ocurría con su cuerpo.

De pronto el miedo se volvió un lejano y olvidado recuerdo, el placer lo había desplazado por completo de la escena, al igual que todo vejamen de dolor provocado por las heridas del osezno.

Aquella sensación húmeda provocada por aquellos labios y esa lengua que continuaba su trabajo de lamer su pecho, recorriéndolo lentamente y succionando, como si quisiera limpiarlo por completo. Obligaban al moreno a emitir leves gemidos salían de su boca, en respuesta.

La boca del rubio llego hacia el cuellos del moreno, besándolo, lamiéndolo  y acercándose mas a su rostro, y comenzando su trabajo de exploración como buen explorador que debía de recorrer toda el área de estudio, tomando muestras de todo y dejando sus respectivas huellas de reconocimiento.

Esta vez mostrando una gran delicadeza, el rubio comenzó a lamer las heridas que el moreno tenía en una de sus mejillas, luego avanzo hasta los parpados de sus ojos, poco a poco hasta llegar a su boca, en la cual de detuvo, y miro al moreno, analizando la mejor forma de limpiar esta nueva área que presentaba una topográficamente my accidentada, con diversos pisos climáticos que variaban de la selva húmedas del amazona interpretadas por aquella lengua; hasta los desiertos mas fríos de Egipto, representados por esos labios secos por tanto gritar y pedir ayuda.

Era hora de cambiar el panorama de aquella boca, debía demostrar que el desiertos era bendecido de vez en cuando por lluvias generosas que lo devolvían a la vida, y que el amazona podía albergar mas especies y recursos hídricos que los que actual mente contaba.

Dejando a Wolfram y sus análisis, volvamos con Yuuri.

Yuuri ya no aguantaba más, su cuerpo estaba que ardía. La necesidad, el deseo. Todo esto se había impuesto a su cansancio y a aquel extraño adormecimiento, se sentía renovado, ¡se sentía excitado!.

 Su cuerpo le exigía participar de la acción a la cual estaba siendo expuesto de manera involuntaria, pero sin resistencia alguna, ahora ya era hora de tomar parte de forma activa del suceso.

Forzó a sus ojos a abrirse pudiendo observar unos hermosos ojos esmeraldas frente suyo, no estuvo muy seguro del porque, pero al verlos automáticamente sus ojos se cerraron nuevamente.

Algo extraño le impulsaba a cerrarlo, algo que no podían identificar, pero se sentía tan bien, casi como un embrujo mágico mezclado con algún tipo de alucinógeno contenidos en aquellos labios de miel, que pese a hallarse fríos físicamente Yuuri podía jurar que eran más cálidos que el sol. Si no fuera por su necesidad de respirar desearía nunca separarse de esos labios.

Emito un quejido callado al sentir como aquellos labios se retiraban de sus labios y se dirigían al otro extremo de su rostro.

Las manos de Yuuri nuevamente se manifestaron en forma de protesta, depositándose sobre una sobre el hombro del rubio  y la otra sobre su cabello. El objetivo, simple obligar al enemigo a mantener la posición, de cualquier forma posible debía volver a enfrenar ambas bocas en otro apasionado beso, pero el enemigo no le hizo caso y siguió su avance a nuevos territorios para conquistar.

El extraño ignoraba completamente a Yuuri. No violentamente, sino con la misma forma que le obligo a cerrar los ojos para no reconocerlo, cosa que el moreno no estaba muy dispuesto a tolerar. ¡El ya no sería el actor pasivo de ese suceso!, ¡ya no podía soportarlo!... su hombría exigía que actuara como el hombre que era.

Sus manos solicitaban abrigar a aquél extraño y sus labios exigían reclamar esos labios para sí, pero cayeron sin comprender el porqué, pero nuevamente su cuerpo había perdido toda la fuerza.

Nuevamente forzó a sus ojos a abrirse y pudo ver una hermosa cabellera rubia, ya que su rostro se escondía en su cuello, el que seguramente estaba siendo succionado por aquellos labios del infarto.

Las manos de Yuuri lucharon nuevamente para levantarse, y apresar a aquél cuerpo frígido enzima suyo.

Wólfram pudo sentir nuevamente las manos de su presa sobre él. Se alejo del cuerpo, y lo miro, era la primera vez que veía a una presa con tal curiosidad.

–¿Perseverante o loco de remate?.

La mirada que Wolfram poso sobre el cuerpo inconsciente de Yuuri duro leves segundos, pero fue tiempo suficiente para que el rubio gravara en su cabeza la anatomía del otro:

Joven de 15 años moreno, cabello negro ojos del mismo color, un rostro tierno y algo inocente que deslumbraba un extraño aire de bondad, parpadeo dos veces y negó con la cabeza.

-¿Qué estoy haciendo?

Avergonzado y molesto decidió poner fin a todo esto, pero de pronto freno en seco.

-¿Qué estoy haciendo?

Repitió al darse cuenta de que estaba a punto de matar a un humano, siendo el un vegetariano y sabiendo que en su clan el asesinato de un humano selo sancionaba con la pena capital, ¡la muerte!

Wólfram soltó a la joven sobre el pasto y se paro, con la sangre del oso y del osezno estaba satisfecho, pero se dejo llevar por la dulzura del sabor de la sangre humana.

Volvió a tomar el camino donde sabía que si hermano lo estaría esperando, pero nuevamente sintió el impulso de volver hacia donde reposaba el cuerpo del moreno.

-será mejor borrar todo rastro.

Se dijo, y cargo a Yuuri en dirección de la casa que emitía el mismo olor que el pelinegro.

Yuuri hizo todo el esfuerzo posible para abrir sus ojos, al sentir la ausencia de su extraño y agradable atacante, con todo el esfuerzo que pudo abrió sus ojos, pudiendo ver la espalda del sujeto, era un hermoso chico rubio, supo que era un chico por sentir la parte plana de su pecho, aunque aun podía tener algo de duda., pero la cuestión era simple, tenía que encontrara ese chico o chica, humano,angel o demonio lo que fuera. Debía encontrarlo sin importar la forma ni las consecuencias y lo haría sin importar el tiempo que tardase en hacerlo. Definitivamente lo quería volver a tener frente a frente y de la misma forma, o mejor aun las invertiría, esta vez seria él quien dirigiera el asunto.

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Yuuri!, ¡Yuuri!-Murata comenzaba a llamarlo.

Yuuri abrió los ojos, estaba en su habitación, ¿cuando había llegado allí?.

-¡¿Hasta cuándo planeas dormir?!

Dijo algo molesto Murata

-¿Me trajiste tu?

Sin importarle los reclamos de su amigo.

-¡Claro que no!

Hizo una leve pausa mirando a su amigo intrigado y sorprendido por las múltiples heridas que este presentaba

-¿Shibuya?, ya es hora de desayunar.

Murata callo, no era buena idea preguntar, sabía que Yuuri le diría lo que ocurría cuando se sintiera listo para hacerlo.

 

-Puedes dejarme solo, quiero dúchame antes de ir a desayunar

Dijo Yuuri algo confundido y temeroso de que todo lo vivido fuese un simple sueño.

Ya frente a aquel espejo, en aquel baño miro su cuerpo con un gran asombro: este estaba lleno de heridas y marcas de chupones, era evidente nada había sido un sueño.

-¡es real!

Y ahora estaba tan seguro que hasta podía jurar que era aquél chico rubio era quien le había salvado y  traído de vuelta a su “hogar”.

-mi ángel…

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-¡¿Donde estuviste hasta ahora?!

La voz de Conrad era algo enfurecida y preocupada, después de todo su hermanito olía a sangre humana y eso nunca era una buena señal.

-¡que te importa!

Wolfram respondió a la defensiva, sabía que eso pasaría.

-por favor solo júrame que no mataste a nadie.

-¡No!... Ahora déjame en paz.

-bien vamos a dormir.

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Wiiiiiiiiiiiiiii, espero que les guste, quien diría que las leyes te inspirarían a escribir un fic vampírico, y créanme que esto no es todo, esto es solo el comienzo. Muajajajaajjajajajajajaja

Sobre obsesión, subo el capitulo mañana en la noche le daré una leve revisada, quien sabe tal vez modifique un par de cositas. Wiiiiiiiiiii ya tuve mis cinco reviews solicitados. GRACIAS!!!!!!!!

Notas finales:

reviews por favor!!!!!!


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