Por algún motivo su relación había terminado por ser una extraña y delicada coexistencia entre dos entes que solo parecía tener algún sentido cuando de sexo se trataba.
La forma de interactuar entre ellos durante su vida diaria se parecía mas a una relación entre compañeros de escuela (lo cual aun eran) que a una entre una pareja saludable.
No vivían juntos. Ambos supieron desde el momento en que cierto rubio les había planteado la idea, que eso solo podía terminar con un cataclismo debido al “hermoso” carácter que ambos se cargaban, así que desde siempre había quedado claro que nunca de los nunca iban a vivir juntos, “A menos que tengas una casa tan grande que tenga que conducir hasta mi baño” había dicho con ironía Gaara a Sasuke cuando, esta vez, era Sakura quien les daba esa posibilidad.
No se saludaban con ningún tipo de entusiasmo. A la hora de entrar a la escuela si se veían lo mas que salía de los labios de alguno era un seco “Hola” o “¿Qué tal?” sin esperar mas respuesta que un movimiento de cabeza o una mirada que a ojos de cualquiera podía significar “No me molestes”. Y mientras las horas pasaban y ellos se movían de un salón a otro parecían ignorarse olímpicamente, o siquiera reparar en el hecho de que su pareja acaba de pasar o que a la clase siguiente ¡Ohh sorpresa! La persona sentada a lado resultaba ser su novio.
No salían juntos. Realmente Sasuke prefería ir algún lado con Naruto que con Gaara, pues de ese modo nunca había prolongados silencios y al menos siempre podía burlarse de su rubio amigo o hacerlo enojar. Por su lado Gaara o gustaba de dar solitarios paseos por algún parque o acompañado de su extraño amigo Sai, quien no paraba de decirle al pelirrojo que le harían bien leer uno de sus libros acerca de las relaciones interpersonales… Gaara prefería salir con su anormal amigo porque de ese modo siempre había algo acerca de conversar, ya fuera que tuviera que ver con las relaciones de la gente o con sexo (cosas de las que Sai aun tenia mucho que aprender).
No se demostraban afecto. A menos de que no estuvieran en la intimidad, no le daban ningún tipo de señal para que el mundo se percatara de su relación, se trataban de forma fría e indiferente, casi como si el solo hecho de mirarse (aunque fuera de manera sugerente) les costara un huevo y la mitad del otro. Nunca se tomaban de la mano o algo por el estilo, ni siquiera algún roce provocativo que reflejara que el [aparente] eje de su relación era el sexo. Es mas, una vez Naruto había dicho que si veías a Sasuke y a Gaara demostrándose alguno tipo de cariño (o deseo, de perdis) podías estar seguro de, o una de dos: El Apocalipsis estaba cerca o estabas a punto de morir y el destino deseaba que te fueras con una buena impresión del mundo, comentario ante el cual todos se había reído (incluso las victimas del chiste, como confirmando que esa declaración estaba por demás en lo correcto).
En cualquier caso, las cosas en esa extraña y delicada coexistencia no siempre habían sido así. Si bien desde un principio no manifestaba su afecto como el resto de las retozantes parejas de su entorno, si había una que otra mirada picara, algún roce que si era visto por alguien mas se sobre entendía que ninguno de los chicos estaba disponible, incluso algún beso (mas desbordante de deseo que de cariño) se podía hacer presente de la forma mas imprevista (como las vez que Naruto cometió el grave error de dejarlos solo en su sala), se saludaba aunque fuera con una pequeña sonrisa (que siempre por alguno motivo parecía burlona o irónica) y también ciertas salidas (que ninguno se atrevía a llamar “cita”) donde su enormes ratos de silencio no interferían. Sin embargo de un tiempo para acá inclusos esas esporádicas expresiones que les hacían saber a sus amigos que su relación estaba bien habían terminado por esfumarse.
Este hecho provoco que todos temieran por su circulo social, porque si bien el hecho de que una pajera se formara y luego se rompiera dentro de este no significaba que todo se había ido al carajo, si terminaba, en muchas ocasiones, por ser un problema. Sin embargo la ver que el tiempo pasaba y ellos hablaban con la naturalidad de siempre (si es que cruzaba palabras) y no le comunicaban a nadie si aun eran pareja o no, terminaron por investigar ellos mismos, y lo elegidos para tan importante misión fueron Naruto y Sai, quienes, sin ningún consentimiento de su parte, terminaron por preguntarles que rayos pasaba.
Cuando Naruto llego y le pregunto a Sasuke con un tacto no muy propio de él como iba su relación con Gaara, este respondió sin problemas que todo estaba bien, dejando a un rubio boquiabierto, quien hubiera esperado de todo (incluso un puñetazo lo hubiera desconcertado menos) mas no una respuesta tan rápida y clara, y que sobre todo no concordaba con lo que él y el resto de su pandilla se percataban.
Por su lado, Sai se acerco a su amigo y le soltó de golpe, y sin disimular si interés, si había pasado algo entre el y Sasuke. Gaara había permaneció en silencio por unos segundos, preguntándose cual había sido el motivo para Sai se interesara tan repentinamente en eso, al fin termino por responder que no había pasado nada y que todo estaba bien. Entonces Sai dijo “De acuerdo” para después irse a leer algún libro que explicara con claridad el comportamiento de Gaara y Sasuke.
Y después de un tiempo en que las cosas no cambiaron en ningún aspecto, todos habían abandonado sus intentos para saber que había pasado, y se resignaron a creer que la [supuesta] relación de ambos estaba basada en el sexo, aunque de esto también había muy pocas pruebas.
Al final, ninguno pudo entender que ellos, simplemente, ya habían pasado por la etapa mas melosa de toda relación, y que ahora ya no sentían necesidad alguna de seguir portándose tan “cursis”. La “extraña y delicada coexistencia” de ambos seres no estaba basada en el sexo, y el cariño estaba ahí, tan fresco como desde que se dieron cuenta de que se gustaban, es que ahora, simplemente, no querían “gritárselo” al mundo como habían hecho y no sentían la necesidad de que esas (aun esporádicas y poco comunes) muestras de afecto, salieran de la recamara del alguno de los dos.