Cap. 8 Un nuevo aliado y la aparición de otro enemigo
Ambos jóvenes se quedaron atónitos al ver la cara de los adultos, cosa que apenas duro una fracciones de segundos, antes de que guardaran la compostura y continuaran como si nada pasara.
—Padre, que gusto verte ¿A qué debo el honor de tu visita?— preguntó con calma y tranquilidad Draco.
—No te quieras pasar de listo conmigo dragón, así que no perdamos tiempo y comiencen hablar— la voz de Lucius se extendió dentro de la habitación como un zigzagueo, causando que los jóvenes tragaran un poco de saliva del miedo.
Escondido este sentimiento Harry comenzó a narrarle a su ahora padre, lo que había sucedió, aunque hubo un pequeño problema mientras hacía esto, siendo que Severus Snape aprovecho este momento para entrar en su mente, cosa que el joven moreno descubrió aunque demasiado tarde. Razón por la que el hombre vio uno de los últimos recuerdos de su vida pasada; Harry trato de guardar la calma, después me preocupo de eso, ahora lo primero es lo primero se animo el chico mientras terminaba el relato.
Hecho esto, Lucius experimento varios sentimientos que se contradecían entre si, por una parte está orgulloso y feliz de la tenacidad de sus hijos, por otro enojado por haber desobedecido abiertamente a su padrino, también aliviado de que estos estuvieran fuera de peligro, aunque cuando analizo que esto se ocasionó por la imprudencia de los chicos su molestia se incremento.
—Ambos me tienen muy decepcionados, esperaba un poco más de cordura y sensatez de su parte, no que se lanzaran como imprudentes gryffindor al peligro— regaño Lucius mirando a cada uno de los jóvenes quienes agacharon la cabeza ante el regaño —Por lo que ambos están castigados— expresó tajante.
—Sí, papá— contestaron con la vista en el piso.
—Así que despídanse del quidich— sentencio —Siendo que los voy a sacar del equipo.
Ante tal cosa Harry y Draco protestaron su incomodidad —Pero papá es el último partido— comento Draco.
—No podemos dejar que nos ganen los Gryffindor— señalo Harry apoyando a su dragón.
—Si papá, lo que sea menos eso— terminó de decir Draco, Lucius los miró con interés esperando escuchar las palabras mágicas —Haremos lo que sea, solo déjanos jugar.
Y ahí estaban, su espera dio frutos por lo que Lucius Malfoy discretamente embozo una sonrisa —Está bien— comento con frialdad escondiendo su cinismo —Les concederé su capricho— los jóvenes respiraron aliviados por unos segundos, solo por unos leves segundos, ya que al ver la sonrisa de victoria de Lucius se dieron cuenta de su error, habían vendido su su alma al diablo —Su castigo consistirá en hacer una cosa— Harry y Draco se miraron con miedo, la mirada de su padre no aseguraba nada bueno —Tendrán que acompañar a Cisi de compras— contesto sin más, disfrutando la cara de terror de ambos jóvenes, sin más el patriarca Malfoy comenzó a retirarse de la habitación —Por cierto— comentó como si nada —La nueva temporada está a punto de comentar, por lo que es probable que Cisi quiera renovar todos sus guardarropas— el sufrimiento de ambos chicos era más que notorio —Y eso incluye accesorios— les informó malicioso antes de abandonar la habitación.
—Ahora ¡¿Qué me espera!?— susurro Harry con pesar, aunque su queja era más bien haber sido descubierto por Snape, no por ir de compras con su madre como interpretó Draco.
En ese momento Severus Snape se encontraba pasmado y no fue hasta que el sonido de la puerta cerrarse que regreso a la realidad; y es que, todo ese tiempo, su mente divagaba en la imagen que vio. Ya que esta consistía en un Draco Malfoy de veintitantos que interceptaba un hechizo dirigido hacia Harry, algo que simplemente no podía entender ni comprender.
Harry y Snape chocaron miradas, en la Snape se mostraba curiosidad y detenimiento por saber la verdad, mientras que en la del pequeño ojiverde había puro miedo. Y miedo a perder la única oportunidad de estar con su amor.
No fue hasta que Draco habló que sus ojos se distanciaron —Padrino—llamo al mayor —Por favor, no permitas que padre nos mande de compras con mamá— le rogó por ayuda.
—En eso hubieran pensado antes de desobedecerme— le contestó con frialdad, recordando la verdadera razón por la que estaba ahí.
—Pero padrino— insistió el joven rubio.
—Lo siento Draco pero esta vez no te voy a salvar, de hecho apoyo a Lucius por el castigo que les dio— el ojiplata al escuchar esas palabras observo el piso abatido —Será mejor que descansen, mañana los veré en mi oficina después del almuerzo, para hablar de su sanción.
—Si señor— contestaron al unisonó, sabiendo que en ese momento hablaban con el jefe de Slytherin, no con su padrino.
—Además señor Potter lo quiero en mi oficina apenas termine de desayunar— ordenó el hombre, en la cara del rubio se notaba la duda —Alguien tiene que checar esas heridas— justificó Snape para que Draco no preguntará más, aunque los demás miembros de la habitación sabían la verdad tras esas palabras.
Dicho eso Severus abandono la habitación, al llegar a sus aposentos se sirvió una copa de whisky de fuego para tomar un trajo, intentando con esto, que sus pensamientos se tranquilizaran. En ese instante su mirada estaba puesta en el fuego de la chimenea mientras que por inercia bebía de la copa, ¿Qué es lo que ocultas Harry? Pensaba interesado el hombre.
Y es que desde que Harry llegaría a Hogwarts una serie de acontecimientos comenzaron a surgir en torno a él, en primera instancia la petición del director porque le hiciera ver su suerte, cosa que no pudo ni quiso hacer por la intervención de Draco, ya cuando le comento que eran amigos y más cuando se entero que esté le había salvado la vida del calamar gigante, simplemente no pudo hacerlo.
Fue desde entonces que me di cuenta que algo pasaba pensaba Snape, recopilando en sus recuerdos y es que desde que Harry entró a la escuela, mostraba conocimientos superiores a cualquiera de los alumnos, algo extraño y casi inverosímil para un niño criado por muggles. Y más en su caso que ni siquiera sabía de la existencia de la magia.
Aunque eso no fue lo único que trajo su llegada reflexionó Snape, también trajo sucesos insólitos como la llegada del trol que casi estoy seguro, lo llevaron para matarlo. Lo mismo que con el incidente de la escoba, el hechizo de esta era para él, lo puedo apostar, pero Draco se interpuso aunque fue mera casualidad… Y el incidente de la piedra, todo tiene que ver contigo suspiro espero que todo esto, no tenga que ver con la profecía que escuche hace doce años. Severus soltó un poco de aire para después beber el último trago de whisky que aún le quedaba, al mismo tiempo que el fuego se consumía.
Para sin más tomar una poción sin sueños y descansar, el hombre sabía que tenía que tener la mente despejada, algo en su interior le decía que ese suceso cambiaria su vida, por lo que deseaba hacerlo con mente fría.
Mientras esto ocurría en la habitación de las jóvenes serpientes, Harry y Draco intentaban dormir, aunque a decir verdad, el único que lo consiguió fue el segundo, siendo que el pelinegro estuvo reviviendo sus peores miedos en su mente, desde ver cómo Draco murió o como vivió después de la guerra, hasta recibir de él los peores insultos donde lo aborreciera. Generándole así un sentimiento de vacío que segundos después fue acompañado con uno de soledad, llevándolo a su vieja y pequeña alacena, donde solo lo albergaba la oscuridad y el miedo.
Ante tales pesadillas Harry no pudo descansar, por lo que simplemente se levanto temprano con el único fin de alejar que sus miedos se fueran con el agua que limpiaba su cuerpo; al terminar de bañarse se encontró con que Draco se estaba levantando, de hecho aun se tallaba los ojos intentando retirar los restos de pereza —Buenos días dragón— lo saludo.
Draco le regalo una sonrisa somnolienta antes de contestar —Buenos días Harry— se golpeo un poco la cara para despertar bien —¡Valla! Ya estas arreglado— comento con sorpresa al verlo.
Harry le sonrío de medio lado intentando ocultar la aflicción de su corazón —Sí, recuerdas que Severus me quiere ver para lo de mis manos— mostrando sus vendadas — Prefiero ir temprano— agregó como si eso dijera todo.
Draco se levanto de golpe —Es cierto, espérame diez minutos en los que me baño y te acompaño— le pidió al mismo tiempo que tomaba las prendas que se pondría ese día.
—No te preocupes Draco— le indicó haciendo que el rubio se detuviera de golpe —Solo serán unos minutos— espero pensó —Por qué no mejor, te arreglas con calma y nos vemos en el comedor.
—¿Estás seguro?— cuestiono no muy convencido.
—Sí, no te preocupes— expresó con una dulce sonrisa, la cual calmo al chico para sin más ir con Severus Snape.
Instantes después Harry ya se encontraba en la puerta del profesor de pociones, respiro un par de veces para tranquilizarse antes de animarse a tocar, trascurrido unos segundos se escucho —Pasé.
—Buenos días profesor Snape— saludo Harry y al ver que el hombre estaba sirviendo una taza, añadió —Lo siento, creo que he venido muy temprano— se disculpo.
—No, siéntate— le indicó al tiempo que le extendía una taza con chocolate caliente —De hecho te estaba esperando.
—Gracias— expresó Harry al tiempo que tomaba la taza.
Hecho esto ambos tomaron los alimentos en silencio, sin decir nada, sabiendo que no tendrían que apresurar las cosas. Cuando ambas tazas estuvieron vacías estas desaparecieron, al tiempo que Snape se levantaba para traer una serie de pociones, cuando las tuvo cerca de Harry —Muéstrame tus manos— le indico.
Obediente el joven ojiverde lo hizo, el profesor de pociones levanto su barita realizándole un hechizo de revisión, al ver el diagnostico sonrió complacido —Se nota que Draco te curo, tus manos están casi completamente sanadas— le coloco una poción color azul en ambas manos —Después de esto no necesitaras las vendas— informo, a lo que Harry asistió.
Terminada las curaciones Snape regreso su equipo a uno de los estantes para continuar su charla con Harry —Sé que sabes que vi uno de tus recuerdos, así que dejemos las hipocresías y dime ¿Qué es lo que está pasando? Y ¿Qué significa lo que vi?— pidió, aunque más que una orden era algo muy cercano a una súplica, sin llegar a serlo.
Harry exhaló detenidamente —Yo— balbuceo pero al instante recupero la compostura —Sera mejor que vea mis recuerdos, ya que de otra manera no lo creería— Snape asistió y se disponía a realizar el hechizo de legimancia cuando Harry lo detuvo —Se que tiene un pensadero— Severus oculto su sorpresa y guio al joven hacia el objeto, espero que Harry sacara un hilo plateado —Le ruego que vea todo y si tiene alguna duda al final se la contestare— Snape asistió al tiempo que miraba como el hilo plateado se consumía.
Ambos azabaches se vieron y sin más entraron, la primera imagen que vieron fue a Harry hablando con Draco, aunque Snape se dio cuenta que esa conversación nada tenía que ver con lo que Draco le contó, la siguiente como Molly Weasly ayudaba a entrar a Harry al andén y como este platicaba con el menor de los Weasly, después a vio a su ahijado entrar y ser rechazado por Harry.
—Volviste en el tiempo— comentó con asombró Snape, al analizar los recuerdos.
Harry asistió —Por favor termine de ver los recuerdos, apenas estamos empezando.
El siguiente recuerdo que vieron fue Harry seleccionado para gryffindor, luego su clase y la forma como lo humillo desde el primer día, la clase de vuelo, el trol, los problemas del primer partido de quidich, como pensó que él era el traidor, el dragón, la aventura de media noche en el bosque prohibido y la derrota de Quirrell.
—Esto pasó en mi segundo año— explicó al tiempo que se veía en una habitación encerrado.
Snape vio ahí como lo mataban de hambre los muggle, como se tuvo que fugar para ir a Hogwarts y cómo es que lo reprendió después de llegar a en un auto volador; además el letrero de la pared y como es que creían que él era el heredero de Slytherin y la batalla con el basilisco.
—Tercero— soltó el pequeño pelinegro.
Estos recuerdos empezaron con como inflo a su tía, luego la fuga de Sirius Black, su encuentro con Remus y el ataque con el dementor, como es que casi muere al caer en un partido, el rencuentro de Remus y Sirius, y la explicación del verdadero culpable, la derrota de los dementores con su Patronumus, el pequeño viaje al pasado y la liberación de Sirius.
—Cuarto— dijo aunque sabía que el otro no lo escuchaba y solo miraba alterado la marca del lord después del mundial de quidich.
En ese año Snape vio como salió su nombre en el cáliz de fuego y cada una de sus pruebas, además del regreso del lord Voldemort y la aparición de los espíritus de Lily y James Potter.
—Quinto— menciono con desprecio.
Aquí vio el ataque que vivió el y su primo con el dementor, su visita al ministerio y como es que apenas se salva para que no le rompa la varita, la lejanía de Dumbledore, la suma inquisidora, sus clases del ED, la fuga masiva de Azkaban, la visión de Artur Weasly al borde de la muerte, las clases de oclomancia, la ida al ministerio y la muerte de Sirius en el velo de la muerte.
—Sexto este año no le va gustar— comenzó con pesar sintiendo como se le estrangulaba el corazón.
Empezó con la noticia de que Lucius Malfoy se encontraba en Azkaban, como es que Harry se apodera del su libro de pociones, las clases de Harry con Dumbledore, los varios eventos sospechosos de Hogwarts, el duelo de Harry y Draco en el baño del segundo piso.
Ante tal imagen los ojos de Snape estaban llenos de sufrimiento, pero no pudo decir más, ya que lo siguiente que vio fue la búsqueda fallida del horrocrux, el ataque a Hogwarts y como él mata a Dumbledore.
—Esto es mi séptimo año.
Como es que sale de la casa de los Dursley, el testamento de Dumbledore, la búsqueda de los horrocruxes, su muerte, sus recuerdos, la muerte de Harry con la explicación del viejo, la batalla en Hogwarts.
—Desde aquí comienza la guerra.
Las imágenes que seguían cada una eran más fuertes que las anteriores, pero sin duda; la que lo desarmaron, fueron las muertes de sus mejores amigos, ya que fueron torturados, mutilados y violados hasta que su cuerpo no aguanto más dolor y murieron.
Al terminar Snape coloco su mano en su pecho sintiendo que el corazón salía de su pecho, las últimas imágenes fueron las más duras, miro al joven que se encontraba junto a él, su mirada estaba cargada de tantos sentimientos y emociones que Harry no supo interpretar.
En ese momento Harry se encontraba muy vulnerable revivir sus últimos días con Draco hicieron que su corazón se fragmentara en millones de pedazos como lo hace un espejo al caer, pero ver la cara de Snape hizo que no pudiera más y se desplomara de rodillas hacia el hombre —Por favor, por favor— rogo el chico —No me separe de Draco, por favor— volvió a suplicar el joven, su plegaria más bien el lamento de su alma, porque su voz sonó tan lastimada como el gemido de un animal herido.
Al escuchar el llanto del chico se acerco al joven que llevaba sobre sus hombros cargas que no le correspondía y al ver su rostro tan desvalido solo pudo abrazarlo con fuerza a su pecho —Tranquilo, todo estará bien esta vez no estarás solo— le menciono —Tienes en mi un aliado.