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Notas del capitulo:

hola aquí el siguiente cap, espero que les guste... pero antes de dejarlos leerlos, les informo ya que todos tienen la curiosidad, harry dira hasta las vacaciones para su quinto año el por que de su regreso del tiempo aunque para ser buena con ustedes les dare una idea con el nuevo resumen

besos ahora si a leer

Cap.3 Visita y clase de vuelo

 

Dicho de eso, el profesor Snape  acomodo a los gryffindor y slytherin en parejas para realizar una poción sencilla para curar les forúculos; a Harry le toco con Draco, que aun berrinchudo solo hablaba lo necesario, cosa que ya empezaba a colmar la poca paciencia del ex león.

 

Al salir de clase el grupo de serpientes se dirigieron a las mazmorras, en el camino Harry intentaba entablar conversación con el rubio, pero esté, solo cuando se dignaba le contestaba con algún monosílabo, ya que lo más que recibía de él era una mirada que en silencio le decía traidor.

 

Harry conto hasta diez de ida y vuelta intentando vanamente de obtener paciencia, al no funcionar, tomo a Draco de la mano y lo estampo contra una de las paredes, apresándolo con su cuerpo;  a sus demás amigos, les dedico una mirada tenebrosa para que no se metieran y siguieran como si nada pasara, cosa que hicieron.

 

Pero ante eso el heredero Malfoy no se rindió y a pesar de eso, seguía con su misma pose altiva, Harry sonrió complacido y mato sus deseos de besar y poseer a ese altanero rubio  cuando me miras así me da ganas de cogerte hasta que no puedas más.

 

—Sabes— le dijo tan tranquilo  como si hablara del clima con él —Ya me canse de tú actitud de Hufflepuff.

 

Draco lo miró  y expresó indignado —Yo no soy ningún patético huffepuff, mucho menos actuó como uno.

 

—Pues si no lo eres— le sonrió de medio lado —Me vas acompañar con Hagrid— refuto el ojiverde con arrogancia antes de soltar un poco el agarre.

 

—Yo no tengo por qué ir con ese semigigante estúpido— comento irritado y molesto Draco.

 

Harry lo soltó completamente y le dio la espalda, para luego comentar con toda la calma del mundo —Si eres un hufflepuff— y sin más, comenzó avanzar hacia la casa de Hagrid.

 

—Te equivocas Potter, ¡Yo no soy un hufflepuff!— hablo con la voz un tanto fuerte, ya que los Malfoy no gritan mucho menos corren; razón por la que solo camino lo más veloz posible para alcanzar  al moreno, quien sonreía complacido por haber dominado a ese terco aunque hermoso dragón.

 

Al salir del castillo Harry se detuvo y miró inquiridoramente a su acompañante —Espero que te comportes como un buen sangre pura.

 

Draco lo vio con algo más que indignación —Con quien crees que estás hablando, soy un Malfoy se me comportar— habló orgulloso.

 

El moreno lo reto con la mirada antes de soltarle —Demuéstralo— fue lo único que le dijo antes de continuar caminando.

 

Mientras iban bajando hasta la casa de Hagrid, Draco no paraba de quejarse por las irregularidades del camino, por lo que Harry ya cansado —Draco— le reprendió, el rubio solo se hizo el desentendido, pero no siguió emitiendo quejas.

 

En eso Draco se resbaló un poco y ya se iba a caer, de no ser por los excelentes reflejos del ojiverde, sin más, Harry le tomo la mano al ojiplata —Agárrate fuerte para que no te vayas a caer— Draco obediente, razón por la que ahora sus dedos iban entrelazados para aumentar el agarre y por supuesto la felicidad de Harry Potter.

 

Al llegar Harry llamó a la puerta, al instante oyeron unos frenéticos rasguños y varios ladridos. Luego se oyó la voz de Hagrid, diciendo: —Atrás, Fang, atrás.

 

La puerta se abrió y el semigigante habló —Entrad, atrás Fang— le pedía a su mascota mientras veía a sus visitantes, ya que Hagrid no se imagino que Harry fuera con el heredero de los Malfoy y menos que fueran tomados de las manos. Así que un tanto impactado les dijo —Estáis en vuestra casa — pero por la conmoción soltó a Fang, que se lanzó contra Draco y comenzó a lamerle la cara.

 

Acto que por demás divirtió al moreno y más los intentos del rubio por alegarlo, aunque también se veía feliz ante esa muestra de cariño.

 

—Hagrid—llamó Harry a Hagrid, quien estaba volcando el agua hirviendo en una gran tetera y sirviendo pedazos de pastel, para que lo viera al mismo tiempo que hechizaba el pan para que se pudiera comer—Te presento a mi mejor amigo Draco Malfoy.

 

—Un placer— contesto con una sonrisita ladina, cosa que molesto a Draco, al ver esto Hagrid le dio una taza con te antes de hablar nuevamente —Debes de estar orgulloso llevar el nombre de un dragón es un gran honor— comenzó a decir con admiración bajo la atenta mirada del joven slytherin —Los dracos son las creaturas más maravillosas porque...— después de eso Hagrid se la paso hablando de los magnifico que eran los dracos para gusto del rubio y diversión de Harry, sabía que ustedes dos se entenderían.

 

Tiempo después los dos slytherin regresaron a las mazmorras donde sus amigos platicaban en uno de los sillones —¿Cómo les fue?— pregunto divertido Blaise.

 

Draco levanto los hombros antes de contestar—No era tan salvaje como pensaba— soltó quitándole importancia.

 

*************************

 

El fin de semana y con eso el comienzo de otra semana, aunque también eso significaba que la primera clase de vuelo se acercaba cosa que fascinaba a casi todos los alumnos, solo que para uno en particular el tiempo pasaba lentamente o por lo menos eso creía Harry, ya que estaba por demás desesperado para que tuvieran su clase de vuelo, cosa que lo emocionaba en sobre manera, ya que desde que la guerra se desato, nunca más había usado una escoba, por lo que simplemente estaba desesperado por volver a sentir la brisa del aire en su cara y esa gloriosa libertad que le proporcionaba estar sobre una escoba.

 

El ansiado día llego, esa clase en particular la compartía los leones y las serpientes, los leones fueron los últimos en llegar, antes de que hiciera su aparición la profesora Hooch.

 

Quien apenas los vio bramó —Bueno ¿qué estáis esperando? Cada uno al lado de una escoba. Vamos, rápido— los alumnos corrieron hacer lo pedido para escuchar la siguiente indicación —Extended la mano derecha sobre la escoba y decid «arriba»— ordeno la profesora.

 

—¡ARRIBA! —gritaron todos.

 

Al hacerlo la escoba de Draco y Harry fueron las primeras en llegar a sus manos, los demás tenían serios problemas, incluso los miembros del Olimpo, ya que ninguno de ellos se había interesado en ese deporte, como lo hacía Draco; otra razón por la que la llegada de Harry al grupo fue una bendición, ya que aparte de que Harry domaba al dragón, este compartía el interés en el quidditch, para alivio de los demás que simplemente no les interesaba.

 

Harry esta vez sí se rió cuando la escoba de Ron golpeo con su cabeza, o cuando la de Hermanie y Neville no se elevaban ni un centímetro del piso; pasado unos minutos, cuando por fin todos tuvieron las escobas en sus manos, la señora Hooch les enseñó cómo montarse en la escoba, sin deslizarse hasta la punta, y recorrió la fila, corrigiéndoles la forma de sujetarla.

 

Antes de que la profesora llegara con Draco, Harry le recomendó como hacerlo, el rubio un tanto dudoso le hizo caso, cosa que le genero que lo felicitaran por tener una de las poses más elegantes para el quidditch, cosa que por demás molesto al pelirrojo.

 

—Ahora, cuando haga sonar mi silbato, dais una fuerte patada —dijo la señora Hooch—. Mantened las escobas firmes, elevaos un metro o dos y luego bajad inclinándoos suavemente. Preparados... tres... dos...

 

Pero Neville, nervioso y temeroso de quedarse en tierra, dio la patada antes de que sonara el silbato.

 

—¡Vuelve, muchacho! —gritó, pero Neville subía en línea recta, como el corcho de una botella... Cuatro metros... seis metros... Harry se rió al ver la cara pálida y asustada, que hacia mientras se se alejaba, lo vio jadear; deslizarse hacia un lado de la escoba y... se cayó.

 

Segundos después la profesora fue a su auxilio —La muñeca fracturada —murmuro la mujer —Vamos, muchacho... Está bien... A levantarse— miro detenidamente al resto de la clase —No debéis moveros mientras llevo a este chico a la enfermería. Dejad las escobas donde están o estaréis fuera de Hogwarts más rápido de lo que tardéis en decir quidditch. Vamos, hijo.

 

Apenas se marcharon Harry y Draco se miraron cómplices y le arrebataron un cuaderno, en el cual escriba, Hermione Granger —Pero que tenemos aquí— comento burlón Draco —¿Tu diario?

 

—Dámelo Malfoy— le exigió aunque su voz sonaba temerosa y afligida al ver que nadie la defendía o le ayudaba.

 

—No lo sé— comento vacilante —¿Qué dices Harry?

 

Harry sonrió malicioso —¡¿Qué te parece si se lo dejamos en una copa de un árbol o en el techo de una torre para que lo busque?!

 

La chica intento quitárselo al rubio pero este le lanzó un pase a Harry, quien de inmediato se subió a su escoba y comenzó a elevarse acompañado de Draco. Ya en el aire Draco y Harry se pasaban el cuaderno como si fuera una pelota de futbol americano, en eso, por la altura y un movimiento brusco de la mano del ojiplata se le zafó su pulsera, por la altura apenas se distinguió un destello dorado.

 

—Mi pulsera— exclamó Draco dolido.

 

Al escuchar esto, sin más Harry salió al rescate y antes de tocar el piso, la tomo, dejando a más de uno sorprendido por la maniobra, ya que en el momento, no solo tomo la alhaja sino también le hizo un extraordinario pase a Draco, quien también hizo una pirueta en el aire para lucirse y apoderarse del cuaderno.

 

Los chicos se sonrieron antes de bajar y ser recibidos por ovaciones que solo elevaron su ego, pero al ver la sonrisa retorcida de Ron supieron que algo estaba mal y lo comprobaron al darse la vuelta, ya que detrás de ellos se encontraba la profesora Hooch con el profesor Snape y Marcus Flint; estos dos últimos iban, para ponerse de acuerdo con la mujer de cuándo sería las pruebas para los nuevos integrantes de slytherin.

 

—Potter, Malfoy a mi oficina— les dijo el profesor de pociones apenas salió de la ensoñación al ver semejantes jugadas.

 

Los chicos asistieron y lo siguieron, en eso escucharon —A ver ahora de que les va servir su ego— decía un feliz Ron Weasly.

 

Lo que no sabía el chico, es que el profesor Snape nunca había castigado a su ahijado y de hecho, en varias ocasiones lo había ayudado para evitarle una reprensión, en pocas palabras, se podía decir que el temido Severus era el alcahueta de Draco Malfoy.

 

Razón por la que no fue extraño que el profesor de pociones, convenciera al director para en primera instancia dejar jugar a Harry y Draco quidditch, además de tener su propia escoba.

 

Cosa que hizo hervir la sangre a varias personas entre estas a los gryffindor, que se quejaron de favoritismo, pero eso no sirvió de nada, ya que su voz no contaba. Aunque claro sus quejas se hicieron más ruidosas, cuando Lucius les regalo una Nimbus 2001, ya que estas dos afaman tés escobas llegaron en el gran comedor a la hora de la comida, por lo que todos se enteraron.

 

—Increíble— expresó emocionado Harry —Nimbus 2001, ¿Cómo lo consiguió si apenas salió la 2000?

 

Draco sonrió orgulloso —Mi padre siempre compra lo mejor de lo mejor y muchas veces son prototipos, como estas escobas.

 

—Valla— comento admirado el ojiverde —Ancio por que empiecen los entrenamientos y volemos en estas preciosidades— termino de decir con una sonrisa ladina.

 

Draco asistió y sonrió ante esas palabras, mostrando su afinidad ante eso.

 

Notas finales:

gracias a todos por leer y me gustaria que se tomaran unos segundos pa comentar

besos


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