Cap. 7 Problemas de fin de curso
El trascurso del viaje paso sin ninguna novedad, salvo, quizás, la cara de tonto enamorado que tenía Harry en el momento que Draco se quedo dormido entre sus brazos, luego de estarle acariciando el cabello, cosa que divirtió a los demás slytherin pero ninguno comento nada, para no despertar al bello durmiente, que descansaba en los brazos de su príncipe azul acurrucando a su pequeña bebé, ósea Aileen. Una linda familia, ante los ojos de sus amigos.
Al llegar a Hogwarts varios alumnos vieron curiosos que Draco llevara una gatita, pero claro, estos callaron cualquier comentario al ver la cara amenazante de los protectores del rubio. En las mazmorras fue otro cantar, los alumnos que se encontraban cuando ellos llegaron se acercaron a acariciar y mimar al felino, lo que sorprendió en sobremanera a Harry, sorpresa que solo le duro al escuchar las palabras de Vincent Crabbe —Aunque muchas personas lo duden, los gatos son una de las criaturas más elegantes que existen entre los muggles, eso sin olvidar; que son inteligentes, astutos, manipuladoras y porque no decirlo, orgullosos— enuncio el joven —Lo que hace un digna mascota de un slytherin— concluyo con aprobación.
Ante esas sabias palabras Harry se quedo totalmente sorprendido, ya que nunca había escuchado decir al joven más que monosílabos, nunca se espero, recibir de él tan brillante explicación; y en segundo, porque de haber sido su caso, es decir, que el llevara una serpiente a gryffindor, estos lo hubieran linchado por traidor.
Y en cambio Draco era felicitado y admirado, sin duda el sombrero seleccionador tenía razón cuando canto que tus verdaderos amigos estarían en slytherin, pensaba el ojiverde mientras observaba a su dragón acompañado de Vicent Crabbe, Gregory Goyle y Theodore Nott.
Entre ellos unos segundos de silencio compartían, hasta que Harry no pudo más y soltó la pregunta que vagaba en su mente —Vicent ¿Me puedes aclarar una duda?— el aludido asistió indicándole en silencio que prosiguiera —Antes que nada, espero no parecer descortés ni nada por el estilo— Crabbe le regalo una tenue sonrisa para que se calmara —Pero me tiene intrigado el saber ¿Por qué no te había escuchado hablar más con anteriormente?
Vicent se rió un poco ante esas palabras, pero su risa no era de burla más bien, eran con el fin de relajar el ambiente, cuando lo hizo prosiguió serio —Mi abuelo siempre me dijo “Si no tienes algo inteligente que decir, mejor calla; que el silencio es más sabio que las palabras insípidas”— terminó con reverencia.
Gregory y Theodore miraron con admiración al chico y en silencio mostraron sus respetos ante tan memorable discurso, Harry tan solo asistió al escuchar la respuesta, para continuar viendo al objeto de sus deseos.
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Después de eso los días comenzaron su curso al igual que lo hacían las clases, en donde Harry descubrió que estar enamorado y que tu amor tenga un gato, no es conveniente. Ya que Aileen se la pasaba robándole la atención del rubio, de hecho desde su llegada Draco ya no salía a caminar o volar con Harry, ya que se quedaba peinando o acariciando a su mascota.
Pero ese no fue el mayor problema del moreno de ojos verdes sino que Aileen parecía que lo odiaba y que buscaba cualquier oportunidad para adueñarse de la atención de Draco; tanto, que en una ocasión, cuando hacían sus deberes juntos, Harry creyó que ese día podría ser una buena oportunidad para acercarse al rubio e entrelazar sus dedos, solo que no contaba que cuando lo iba hacer, la gatita chillo atrayendo la mirada de Draco que no dudo en levantarla y colocarla en su regazo, en ese preciso momento Harry pudo apostar que la desdichada gata le había enseñado la lengua, burlándose de él.
El resto de los miembros del Olimpo se reían de Harry a sus espaldas, ya que les parecía muy divertido la forma en que este peleaba con Aileen por Draco, lo más patético, es que la gatita le había ganada cada una de las batallas, para vergüenza del pelinegro.
Pero dejando de lado los intentos fallidos de Harry por estar más cerca de ese dragón de ojos plateados, lo rescatable, es que no todo lo que hacía le salía mal; ya que evito una catástrofe, al “persuadir” a Hagrid de entregar a Norberto, claro, que esto lo hizo sin que el aludido supiera que fue él. De hecho lo manipulo de una forma un tanto perversa, ya que le mando una nota anónima que decía:
Hagrid:
Conozco tu más oscuro secreto, se que tienes en tu poder un ridgeback noruego de manera ilegal...
Así que tú decides o lo entregas a las autoridades o el día menos pensado desaparece, aunque aún no se, sí para bien o para mal, después de todo pagan muy bien en el mercado negro por un dragón, ya sea entero o por partes.
¡Tú decide! Tienes tres días para pensarlo, después de eso, personalmente me encargare de desaparecer a Norberto.
Atte. Tu peor pesadilla
Ante tal nota, Hagrid no sabiendo que hacer, le pidió ayuda a Harry y Draco, después de todo ellos eran muy centrados e inteligentes, además que por ser slytherin veían las cosas con más frialdad que él; quienes para su pesar le recomendaron que entregara a un refugió de dragones, además que para que fuera más rápido y fácil, Draco le pidió ayuda a su padre que tuvo que mover unas cuantas influencias para que no encerraran al idiota del semigigante, pero al final, Norberto fue integrado a una camada de dragones de su clase.
Solo que el dragón no era el único problema de Hagrid sino el hecho de que había una creatura que estaba matando y dejado mal heridos a unos unicornios, mientras que Hagrid contaba la historia los ojos de Draco se mostraban más fríos que lo normal, cosa que empezó a preocupar a Harry, pero sabía que por lo menos ese no era ni el lugar ni el momento.
El camino de regreso a las mazmorras fue en silencio cubierto de un sentimiento de tensión e incertidumbre, tanto que Draco paso directo a su alcoba, olvidando a todos, incluido Harry.
Cuando Harry entró a la habitación que compartían descubrió que Draco estaba muy alterado y solo por inercia acariciaba a Aileen —Corres peligro— pronunció en seco el rubio, mientras que en sus ojos se veía el miedo al pronunciar esas palabras.
—¿Qué?— exclamó confundido Harry en el tiempo que se sentaba junto al chico.
—Recuerdas lo que nos dijo Hagrid sobre los unicornios.
Harry asistió sin entender bien a que quería llegar, pero por lo vivido, se hacia una idea, aunque estaba dudoso de eso, no es posible que con tan poca información sepa todo o ¿Sí? Pensaba un poco desconcertado el moreno mirando al ojiplata esperando escuchar su explicación.
—Matar un unicornio es algo monstruoso— comenzó a decir con algo de miedo — Severus me explicó que la sangre de unicornio te mantiene con vida, incluso si estás al borde de la muerte, pero a un precio muy alto. Ya que conseguirá media vida, una vida maldita, desde el momento en que la sangre toque sus labios— anuncio con terror mirando la nada, luego se levanto tirando de paso a su mascota, que dormía en su regazo —Solo hay dos formas para alargar tu vida— comento con terror viendo a Harry —Beber la sangre de un unicornio y la piedra filosofal— Harry abrazó al rubio quien se aferro a él —Harry el que mata los unicornios solo puede ser el Lord oscuro, ya que sería al único que no sentiría escrúpulos para matar un ser tan puro como lo es el unicornio— la respiración del rubio se acelero —Y es probable que lo haga solo para ganar tiempo y obtener la piedra filosofal.
—Cálmate— le susurraba al mismo tiempo que admiraba los vastos conocimientos y su habilidad para sacar conjeturas, que por cierto, nada lejos estaban de la verdad.
—¡¿Calmarme?!— pronuncio exasperado —Como quieres que me calme si ese loco está detrás de ti.
—Draco esas son solo conjeturas— el chico lo miró indignado —Y aunque fuera cierto, de nada nos serviría estar alterados.
—Tienes razón— respondió unos segundos después cuando ya estaba más tranquilo —Necesitamos ayuda, Severus nos va ayudar.
Esa misma tarde Draco arrastro a Harry para hablar con Severus, quien escucho atento las conjeturas del joven Malfoy, Harry podía notar que en los ojos negros del profesor resplandecía un brillo de orgullo; aunque también había miedo y supo que ese miedo era por él, lo que le prófugo un calorcito en su corazón.
Severus como buen padrino calmó al un tanto histérico dragón al mismo tiempo que se sorprendía de la templanza del moreno; que seguía como si nada, como si fuera de todos los días saber que tu enemigo número uno está tramando la forma de eliminarlo. Después de un rato Harry y Draco regresaron a su alcoba, aunque eso si, después de escuchar la advertencia de su padrino de no hacer cosas imprudentes.
Para alivio del profesor los exámenes estaban a la vuelta de la esquina, lo que le aseguraba que los jóvenes no tendrían tiempo de internar nada, aunque también aprovecho ese tiempo para indagar un poco en la mente de su nuevo ahijado, ya que su instinto de espía le decía que el chico era más de lo que aparentaba.
Solo que para frustración del hombre cada vez que intentaba entrar en su mente algo o alguien lo impedía, lo que aumentaba los deseos por descubrir cuál era su secreto; ya que sus años como agente doble le decían que no eran simple casualidades que no pudiera ver esa mente.
Los exámenes llegaron para pesar de muchos y angustia de otros, como lo era Hermanie Granger que estaba como una desquiciada histérica estudiando, aunque más que por tener una buena calificación, lo hacía para demostrarle a Harry y a Draco que era una vulgar sangre sucia.
Ni los exámenes prácticos ni los escritos fueron problema para Harry y Draco, cosa que no paso con sus amigos, pero ambos hicieron hasta lo imposible para que estos pasaran bien.
Los exámenes lentamente fueron llegando a su fin, lo que solo significaba que el momento para ir por la piedra filosofal, por lo que una noche, Harry espero que su dragón se hubiera dormido para tomar su capa de invisibilidad y salir a puntadillas del cuarto.
Solo que no contaba con que Draco solo se estaba haciendo el dormido y por más que intento el moreno no pudo persuadir al chico, además de que lo amenazo con avisarle a su padrino y de paso a sus padres, renuente Harry acepto la ayuda.
Antes de salir de la alcoba Harry pudo ver como Draco llenaba su portador de pociones y encogía algo en su bolsillo; hecho esto, ambos jóvenes se cubrieron con la capa se dirigieron al tercer piso. Al llegar con el cerbero Draco no perdió tiempo y saco su violín haciendo dormir a la creatura y enamorando más el corazón del moreno.
Draco encogió su instrumento musical mientras veía como Harry levantaba la trampilla, luego el moreno lo vio fijamente —Antes de saltar debes prometer ¿Qué te ordene lo que te ordene lo vas hacer?
El ojiplata pudo ver en los ojos del otro el miedo porque le pudiera pasar algo, lo que lo cautivo —Lo prometo— dijo con la mano levantada dándole solemnidad.
Harry entrelazo sus manos y sin más salto junto al rubio, cayendo en el lazo del diablo, al hacerlo el azabache observo feliz que nada le había pasado a su amor —Estamos sobre el lazo del diablo, tienes que relajarte para que te libere— Draco asistió y en segundos, ambos estaban lejos de esa planta, aunque con un tremendo dolor de nalgas.
Harry miró con fascinación como Draco se sobaba la retaguardia de verdad que no me molestaría ayudarle… en que estoy pensando este no es el momento se regaño mentalmente para después —Por aquí —dijo señalando un pasadizo de piedra que era el único camino.
Instantes después lo único que podían oír, además de sus pasos, era el goteo del agua en las paredes.
—¿Oyes algo?— susurró Draco —Suena como un leve tintineo…— en eso el pasillo se ilumino dejando ver como algo volaba sobre sus cabezas —¡Parecen llaves! Llaves aladas— termino de decir.
—Eso debe significar... que ¡Tenemos que conseguir la llave de la puerta!— notifico Harry.
—¡Pero hay cientos de llaves!— se quejo Draco.
Harry roso su terso rostro y con una sutil sonrisa le comunico—No te preocupes, yo me encargo de eso.
Draco se sonrojo un poco y acepto, mientras veía como su acompañante se colocaba un hechizo, que no alcanzo a escuchar y se subió a la escoba, en segundos salió disparado por la llave, en lo que otras lo intentaban detener pero eso no pasaba gracias al hechizo.
Segundos después, la llave ya estaba en manos de Harry, abriendo la puerta, lo que indicaba que la mitad del camino estaba recorrido.
Harry le tomo la mano a Draco quien un tanto nervioso sujeto con fuerza sus manos dándoles valor, para continuar con lo que seguía…