Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

me asusta conocerte, pero algo me guia a ti... por sabaku no yuuko

[Reviews - 123]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo: bueno gracias a las persona que si comentaron, en realidad me siento algo decepcionada por los pocos comentarios, pero sè que no tengo derecho a quejarme, es mi culpa u.u, espero que les guste este cap, en realidad no dice mucho, pero es mas que nada para que sepan como van las cosas, y todo eso.
Capitulo Doce:

El martes en la mañana Harry tuvo una horrible discusión con Ron cuando le dijo que no iría a pasar las vacaciones en la madriguera, y que en cambio se iría a la casa de su amiga unos días, después de mucho gritar y hacer entrar en razón el pelirrojo acepto diciéndole que iría a visitarlo después de navidad.

Cuando llegaron al Londres muggles los padres de Hermione ya estaban esperándolos en la estación de trenes.

La señora Granger era una mujer de aspecto joven, con el cabello largo y recogido, era de color marrón, y sus ojos eran como los de su amiga. Lo saludo de manera amable y cariñosa, diciéndole que se alegraba de que pasara las navidades con ellos. Por otro lado el seño Granger era un hombre alto y de contextura normal, su cabello era del mismo color que el de Hermione, y por su mirada parecía ser un hombre severo, pero amable. El hombre le estrecho la mano saludándolo cortésmente. Luego de aquellas presentaciones los cuatros se dirigieron al auto de lo señores Granger y partieron a casa.

Harry quedo maravillado por la fachada. Era una casa de dos pisos, no muy grande, pero impresionante a su manera. De color damasco, y detalles en blanco invierno en los marcos de las ventanas. El jardín era amplio. Habían rosales en una esquina, mientras que haciendo de cerca por toda la casa habían unos arbustitos de unos cincuenta centímetros de alto. Cuando entro lo lleno la sensación hogareña de la casa. El interior era de un rosa pálido. El pasillo que conducía al comedor estaba adornado por cuadros familiares.

- Herm, querida, ¿Por qué no llevas a Harry a que deje sus cosas en la habitación de invitados? – Propuso la Señora Granger mientras se dirigía hacia la cocina.

Hermione solo asintió y ayudo a cargar sus maletas hasta el segundo piso. Había cinco habitaciones. La primera puerta, la más cercana a la escalera estaba al lado izquierdo y era la habitación de los padres de su amiga, la puerta frente a esta habitación daba al baño. Más adelante también por el lado izquierdo estaba la habitación de su amiga, y le dijo que la habitación de enfrente seria la que él iba a ocupar, y le informo que la puerta del fondo daba al baño de los invitados.

Cuando entraron en la habitación Harry se dio cuenta de que había dos camas separadas por una mesita de noche. También había un armario que ocupaba toda una pared de color caoba. Las paredes estaban pintadas de un celeste claro, y la ventaba daba al patio trasero donde podía verse una pequeña huerta y tres bicicletas en un rincón.

- Bueno, puedes dejar tus cosas ahí – Dijo la chica señalando el gran armario – Y puedes ocupar cualquiera de esas camas.

- Me encanta tu casa, Herms – Dijo después de unos minutos en silencio en los que su amiga lo ayudaba a instalar sus cosas - ¿Puedo ver tu cuarto? – Pidió haciéndole ojitos a su amiga.

- Por supuesto, vamos – Hablo la chica luego de una carcajada ante la petición de su amigo, salieron de la habitación y entraron a la del frente.

La habitación de la chica era todo lo contrario lo que Harry esperaba, no tenia paredes rosadas, ni muñecas por todas partes (él siempre creyó que las piezas de las chicas serian algo asi), pero la de Hermione era de un color lila. Había repisas en la pared del lado derecho llenas de libros. La cama estaba en un rincón, era amplia y estaba cubierta por una manta color verde musgo, al lado de esta había una mesita de noche blanca donde había una lámpara, y algunos libros. La ventana estaba del lado izquierdo de la pieza y podía verse el jardín delantero. Había algunos posters de alguna banda musical que él no conocía, y cerca de la puerta había un mural lleno de fotos, Harry lleno de curiosidad se acerco y vio fotos de su amiga con sus padres. Había otra donde aparecía él con sus dos amigos, otra donde sonreía al lado de Ginny, y asi muchas fotos más de ellos tres generalmente a través de los años en Hogwarts.

- Tengo que poner más fotos aquí – Dijo la castaña a sus espaldas, para luego ir hasta su cama y abrir su mochila y regresar cargada con fotos – Tenlas, y ve pasándomelas cuando te digo – Pidió la chica pasándole las fotos de Harry.

Eran unas diez fotos. A medida que se las iba entregando las miraba con curiosidad, y abrió mucho los ojos cuando vio la cuarta fotos.

- ¡Merlín! – Expreso asombrado - ¿Enserio eres tú y Parkinson? – Pregunto curioso mirando la fotos donde aparecían las dos chicas sentadas en una cama donde supuso era el cuarto de las mujeres. Hermione sonreía mientras que Parkinson estaba algo seria, pero no parecía molesta.

- Ah, si. Me costo un mundo convencer a Pansy para que aceptara sacarse una foto. No estaba muy segura cuando le explique que era una cámara muggles, pero acepto igual – Respondió divertida tomando la fotos y clavándola con un chinche en la pared.

- No sabia que eran amigas – Comento el oji-verde aun impresionado.

- No es que seamos amigas, pero como salgo con Theo y ellos han sido amigos desde pequeños ya no nos llevamos tan mal – Confeso a la vez que extendía la mano para que Harry le pasara la siguiente foto.

La mayoría de las nuevas fotos eran de su amiga junto a Theo, excepto las dos últimas. Harry no pudo más que sonreir cuando vio una foto de Hermione y Theo abrazando entre ambos a un malhumorado Malfoy que intentaba soltarse de ellos. La otra fotos era de su amiga y el rubio sentados en una banca cerca del lago, al parecer ninguno se percato de que les iban a tomar una foto porque la castaña estaba concentrada leyendo un libro mientras que el oji-gris parecía perdido viendo hacia el lago, Harry recordó aquella vez que vio los ojos de Malfoy en la biblioteca tan lejos del mundo, y se le contrajo en corazón al ver la misma expresión en aquella fotografía.

Luego de conversar un rato, bajaron a comer. La señora Granger no dejaba de hacerles preguntas a ambos sobre el colegio mientras que el señor Granger le enviaba miraditas extrañas cada vez que Harry pasaba a tocar a su amiga, cuando ambos subieron al cuarto que ocuparía Harry el chico le pregunto por la actitud de su padre y ante esto la chica soltó una carcajada y le costo un mundo parar de reirse.

- No es contigo, Harry – Contesto la chica cuando por fin consiguió calmar su risa – Creo que mamá le comento que planeaba presentarles a mi novio en las vacaciones, y piensa que eres tú.

- ¿Enserio? Ya me estaba preocupando – Dijo el chico más relajado, era un alivio saber que esas miradas eran por celos de padre en vez de que Harry estuviese molestando – ¿entonces les presentaras a Nott?

- Si, ya quiero ver su cara cuando venga mañana, estaba muy nervioso de venir, creo que mi padre no se la pondrá fácil.

- Pero, ¿estás segura? Digo, presentarles a Nott es algo importante, y ustedes solo llevan unos mesas juntos y…

- Tranquilo, Harry – Lo interrumpió la castaña con voz calmada – Ambos estamos seguros de esto, y el que más insistió fue Theo, aunque se muere de los nervioso, dijo que era su “deber de caballero” presentarse – Comento con gracia.

- Claro, y luego pedirá tu mano – Le siguió el juego el pelinegro – Merlín, ya quiero ver que dirá tu padre.

Para la mañana de navidad Harry despertó temprano, había pasado una larga noche con su amiga conversando como lo hacían antes y se sentía feliz por eso. Cuando bajo la señora Granger ya estaba en pie, y el señor Granger estaba sentado a la mesa con un café y el diario.

Y llego el momento de abrir los regalos cuando Hermione bajo, el chico se sorprendió cuando vio que habían varios para él: la Señora Weasley como siempre le había obsequiado un sweater, los gemelos unas bromas, Ron un almanaque sobre Quidditch, Hermione plumas y tintas, para su sorpresa los Señores Granger le habían regalado algo también, dulce muggles, bastante esquicitos, y como siempre desde hacia tiempo Harry busco con la mirada alguna envoltura verde musgo. Ahí estaba tomo el paquete y lo abrió pensando cual seria su regalo esta vez, y algún mensaje. Desde el primer año Harry recibía un regalo con envolturas verdes, y una pequeña carta. …l y sus amigos habían intentado averiguar hasta el cansancio quien era la persona que le enviaba esos regalos, pero al final se habían rendido.

- ¿Qué es esta vez? – Quiso saber su amiga.

Harry lo abrió y ahí vio una caja de unos treinta centímetros de largo, por veinte de ancho y unos diez de alto. La abrió y encontró un juego de entrenamiento de Quidditch: Había seis Snitch y cada una venia con sus características, para entrenar velocidad, agilidad, precisión, entre otras cosas. A Harry aquella persona siempre le hacia regalos increíbles y que él calculaba costoso. Busco una nota, y ahí la encontró en un sobrecito del mismo color que la envoltura, y decía con tinta negra y caligrafía elegante “Puede que las cosas sean diferentes ahora, pero espero que tengas una buena navidad, Harry. Se perdieron muchas cosas en la guerra, lo importante es seguir y descubrir otras nuevas. De los errores se aprende.”

Cuando el pelinegro sintió algo tibio caer en su mano levanto la vista y vio que su amiga estaba llorando, incapaz de entender el motivo y hacer algo solo se levanto con torpeza y la abrazo no muy seguro del por qué de sus lágrimas.

- Anda, no llores – La consoló el chico – Nott debe estar por llegar, y creo que necesitas estar preparada para todo lo que viene – Le susurro divertido.

Decir que la llegada Nott ese día a pasar las navidades fue inolvidable seria poco. El señor Granger tuvo una larga conversación a solas con el pobre pelinegro cuando su querida y única hija se lo presento como su novio. Si bien no hubo muchos incidentes ese día, el señor Granger se encargo de no dejarlos solos nunca, es más, trataba de mandar a su hija a que ayudara a su madre en la cocina y le enviaba esas miradas al pobre chico de “Es mi única hija, no te lo haré tan fácil”. Por otra parte la señora Granger estaba encantada con su yerno, y eso solo hacia enfadar un poco a su esposo.

Harry tuvo bastantes oportunidades de conversar con el muchacho y acabaron riendo y hablando de cosas de chicos (Quidditch), al final comenzaron a llamarse por su nombre de pila, después de todo debían acostumbrarse, ambos querían mucho a Hermione, y no se llevaban mal. Hablaron un poco más sobre anécdotas del colegio, y la versión de lo hechos de cada uno ante alguna travesura famosa en el colegio.

- - - -

Por otro lado, cierto rubio no tuvo las mejores navidades de su vida. Todo era tan diferente ahora, sin su padre, sin las risas, solo él y su madre.

Es cierto que Narcisa Malfoy hacia hasta lo imposible para aparentar felicidad, pero ambos sabían que era imposible, menos con ese dichoso articulo que había sacado El Profeta días atrás.

La señora Malfoy estaba preocupada por los diarios, no le interesaba lo que los demás pensaran (hace tiempo había dejado de importarle aquello), le preocupada su hijo. Draco aún no dejaba de culparse por lo ocurrido a su padre, y los del Profeta solo empeoraban las cosas. ¿Cuándo los dejarían tranquilos? Bastante habían sufrido como para que aún continuasen siendo presa de esos reporteros.

- Draco, querido, ¿hay algo que quieras contarme? – Pregunto amablemente la mujer mientras cenaban los dos en ese amplio comedor.

- En realidad nada importante, madre – Contesto a los segundos el chico - ¿Hay algo que quieras saber?

- Realmente si, ¿es verdad que Theodore esta saliendo con Granger?

- Si madre, están saliendo desde hace unos meses – Confeso el chico, feliz de que su madre hubiese dejado los prejuicios de la sangre a un lado hace tiempo – Y ella ahora es mi amiga… - Dijo un poco más tímido, él nunca hablaba mucho de esas cosas con su madre, estaba acostumbrado a no decir mucho.

- ¿Amiga? No es ella también amiga de Potter? – Narcisa miro más intensamente a su hijo, y lo supo. En realidad lo confirmo. Algo que presentía hace tanto tiempo ahora se le era confirmado, y sintió pena. Quiso llorar al saber lo que aquello podía significar para su hijo.

- Si, y ciertamente ellos dos también son mis compañeros para los desafíos, y bueno, ahora compartimos más… - No pudo evitar ruborizase un poco al recordar el beso con Potter en la biblioteca, y aquel abrazo en la sala de los menesteres. ¿Por qué actuaba asi delante de su madre? No quería que ella supiese nada, pero de todas formas él necesitaba decirle todo eso a alguien, y a Hermione no podía decirle todo, pero con su madre era diferente, ella lo conocía más que nadie, y si él no se lo decía, ella de todas formas se enteraría.

- Ya veo… - Fue todo lo que dijo, y sintió un poco de esperanzas. Quizás al final no fuese tan imposible.

Draco no había cambiado de bando precisamente por Potter, pero ese chico había influido bastante en su hijo, y de una u otra forma se lo debía. Recordó cuando el rubio era pequeño y le contaba la historia del niño que había vencido al Lord, a su hijo le gustaba escuchar sobre él, y le decía que cuando fuesen al colegio serian amigos, y lo invitaría a la mansión para las navidades, jugarían Quidditch juntos, y le enseñaría todo sobre el mundo mágico que él salvo. El corazón casi se le partió cuando para las navidades del primer año en Hogwarts Draco le había contado como Potter había rechazado su amistad, y había llorado preguntándole a su madre qué tenia él de malo para que el chico hubiese rechazado su amistad. El mundo de su hijo siempre estuvo ligado al de Potter, se llevaban mal, Draco lo odiaba, o eso intentaba hacerle creer a ella, pero sabía que él aun seguía dolido por que el oji-verde lo hubiese rechazado, porque lo ignorara. Y ahora aparte de toda esa gran tristeza que podía ver en los ojos de su hijo había algo más, algo que la hacia feliz a ella también. Quizás nuevamente la respuesta estaba en Potter, en el eterno amor de su hijo hacia él.

- - - - -

- Harry, ¿has hablado con Ron? – Pregunto la castaña sentándose en uno de los sillones cerca de su amigo. Habían llegado a Grimmauld Place hace unos minutos, y después del almuerzo irían a buscar a Draco.

- ¿Con Ron? – Se extraño él chico – No, es decir no desde que salimos del tren, ¿por qué?

- No, no es nada – Dijo haciendo gestos con la mano como quitándole importancia – Como él y yo ya no hablamos mucho quería saber como le iba. Ya sabes ahora no es tu compañero de cuarto, y los primeros días siempre se peleaba con Zabini.

- ¿Zabini? No Herm, que yo sepa ya no pasa nada. Es más, Ron ni siquiera lo menciona. Y en realidad no hablamos tanto como antes – Murmuro algo afligido. Escucho un ruido cerca de la cocina. Debía ser Kreacher preparando el almuerzo supuso.

Asi que Harry tampoco sabía sobre la “relación” entre Ron y Zabini. Francamente eso la había impresionado, él y el oji-miel, aun no acaba de creérselo.

- ¿A que hora iremos a buscar a Malfoy? – Pregunto el muchacho luego de unos minutos de silencio.

- Le dije que estaríamos como a las cuatro en las Tres Escobas – Contesto levantándose del sillón, y sentándole al lado de su amigo – Harry… ¿puedo hacerte una pregunta?

El chico la miro, sabiendo más o menos de que se trataba todo el asunto, y asumiendo que no podía seguir escapando a esa conversación por más tiempo. …l también necesitaba tener esa conversación, ya no podía hacer caso omiso a todo lo que estaba pasando – Claro, Herm, pregunta lo que quieras.

- ¿Como…como te llevas con Draco? – Lo mejor era ir de a poco, no sea que Harry volviera a salir corriendo como la vez anterior.

- Yo…- Una cosa era intentar hablar del tema, y otra muy diferente contar sus dudas en voz alta haciéndolas más reales – No lo sé… - Confeso al fin.

- ¿Te gusta Draco? – Inquirió cuidadosamente la chica temiendo la reacción del pelinegro.

Harry la miro con ojos como plato, ¿por qué tenia que ser tan directa?

- No Herm…no me gusta – Dijo por fin con voz un tanto insegura – No es eso…es – Sacudió la cabeza y se paso una mano por las cabellos – No estoy seguro, pero no creo que me guste…aún...

- ¿Aun? Harry por Merlín, ¡ustedes sean han besado!, y a veces se miran con esos ojos comiéndose con la mirada, ¿por qué no lo asumes y ya?

Harry estaba rojo como tomate, recordando el beso con Malfoy en la biblioteca, sus ojos solo sobre él, sus manos en su cuerpo, su boca suave besando la suya. Malfoy aferrándose a él en la sala de menesteres, el dolor de verlo asi de mal – Es complicado…él es una persona complicada, a veces tengo miedo de esto, y luego me acerco y él es quien se aleja, entonces yo no sé que hacer, y luego volvemos a lo mismo y es como…

- Tirar y aflojar – Termino la castaña – Son ustedes los que complican más las cosas, en un principio fuiste tú con eso de “no soy marica”, y ahora es él, ¿piensan seguir asi por siempre?

- No fue fácil todo eso – Se defendió al chico – Estuve con Ginny, y darme cuenta de que me gustaba Malfoy me aterro, y…

- ¡Ves! – Volvió a interrumpir la chica – Te gusta Harry, ¿Qué estas esperando?

- ¿Esperando? – Repitió, ¿Qué esperaba? ¿Estaba esperando algo? No, ni siquiera estaba seguro de nada aún… - No sé…supongo que necesito tiempo…

- Lo tendrás Harry, pero no olvides que a veces por esperar mucho las oportunidades pasan – Le dijo, y luego lo abrazo – Puedes hablar conmigo siempre que quieras.


Ron que había llegado hacia bastante tiempo por Red Flú apretó con fuerza los puños. Había planeado hacerle una visita sorpresa a Harry a provechar el tiempo a solas, y se sorprendió al escuchar todo eso, la rabia lo invadió. Tomo una fuerte decisión, girando sobre sus talones se alejo de la sala de estar y volvió a la cocina para desaparecer por la chimenea.
Notas finales: y bien???
me gustaria pedirles a las personas que comentan que me den su opinion o ideas de lo que creen que podria pasar, ya que el fic solo lo tengo escrito hasta aqui y quizas me ayuden un poco y todo eso, pero bueno solo si quieren.
Mil gracias por leer, besos.

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).