Ahora que la oscuridad me controla, que mi alma se hundió en la miseria y el dolor del sufrimiento, que toda mi existencia dejo de ser importante para el mundo y solo logro llenar mi cuerpo con corrupción, me doy cuenta que mi pasado fue solo una ilusión, una sombra de lo que en ese momento significaba mi existencia.
Solo queda una entidad vacía, sin corazón ni alegría, porque nada mas soy una sombra, un reflejo de lo que los demás esperan de mi, de lo que todos quieren ver, la perfección.
Quisiera por un momento olvidarme de todo, dejar atrás toda la presión de mi apellido, todos los anhelos de mis fallecidos padres, dejarlo todo.
Estos son solo deseos de un iluso, un sueño inalcanzables, algo muy lejano a mi realidad; porque un Uchiha será importante hasta la muerte.
Chidori C.A.; empresa formada por la familia Uchiha, actualmente Uchiha Sasuke es el presidente de esta importante compañía, ese seria yo pero como me gustaría no ser ese hombre.
Como siempre me encuentro en mi despreciable oficina, una amplia sala, con múltiples muebles del mas fino cuero, un escritorio de roble hecho a la medida, y poco iluminación para darle al sitio un aire misterioso y empresarial; el lugar que mas odio en todo el mundo son estas cuatro paredes de cemento refinado.
Muchos desearían estar en mi lugar, pobres ilusos no saben de que hablan, este es uno de los trabajos mas asquerosos del mundo, este es el único sitio en donde matar es poca cosa, en donde vivir es un privilegio pero no por mucho tiempo y donde sentir es una estupidez con un precio muy alto.
-Señor Uchiha lo solicitan en la sala de conferencias, ya todo esta preparado para su presentación de comienzo del verano- dice mi secretaria desde el intercomunicador, es una joven educada, de buena familia, se llama Hinata Hyuga.
-Muy bien Hinata diles que voy dentro de 5 minutos-
Otra reunión de hipócritas, de personas sin una pizca de bondad o de sentimientos, no los culpo pues yo soy igual. Una mujer muy inteligente me dijo una vez “no culpes a esos pobre hombres empresarios por no sentir, culpa a la sociedad en la que se desenvuelven por juzgarlos al amar”, palabras de una mujer única en el mundo, de una madre que lo único que deseaba era el amor de sus hijos.
Este mundo no esta preparado para grandes personas como ella, todo esta podrido desde que dejamos que mataran al primer hombre por darlo todo por su familia, ya nada vale, solo el mas rico y astuto sobrevive, pobres de aquellos que dan amor sin medir las consecuencias.
Al estar frente a la puerta que me separa de mi realidad, respiro profundamente, cubro mi rostro con mi mas reciente mascara de frialdad y camino directo a la oscuridad sin mirar atrás.
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Que difícil es ver lo bello de este mundo, todo lo que nuestros ojos pueden ver son las desgracias, la maldad del alma, dichosos aquellos que solo ven arcoiris, colores en pinturas a blanco y negro.
Solo quiero ser una de esas personas, ser tan dichosos como ellos pero no creo poner llenar todos los requisitos. Soy dichoso al tener la vida que disfruto en este momento, personas con corazones amables me rodean, un buen trabajo me da lo que necesito y mi mas grande adicción, la pintura, no podría sobrevivir sin ella, es lo mas hermoso que pude hacer en mi vida.
No tengo lugar llamado hogar, nunca lo tuve, nadie nunca necesito de mi y yo no necesite a nadie, puedo vivir solo pues estoy acostumbrado a la soledad de mi alma.
Levantarme cada mañana es solo eso, despertar sin ningún tipo de aspiración ni anhelo, solo salir a trabajar me anima, conocer personas cada día es algo maravilloso.
Corro al trabajo, sentir el aire chocar contra mi cuerpo me recuerda que sigo vivo, que este mundo aun no ha acabado conmigo, que sigo caminando por el sendero incierto del destino.
-Buenos días a todos- digo mientras abro la puerta que me da la bienvenida al local Almost Lover, un bello nombre para un lugar tan calido como este.
-Buenos días Naruto- me dice mi jefe Kakashi, un hombre amable y misterioso, no es de aquellos que busquen conversar mucho con personas desconocidas.
Me preparo para un dias de trabajo normal, no hay mucho que decir de mi vida, solo soy un chico común, con un trabajo tranquilo y problemas de existencia como cualquier persona en este mundo.
No dejo de pensar en todas las cosas que me gustarían cambiar, en todo las cosas que me gustaría dejar atrás, borrar todos los malos momentos de mi mente pero soy como todos los seres humanos, los malos recuerdos, los errores, los malos dias, las perdidas, el sufrimiento y la tristeza los persigue por toda la eternidad; porque los buenos momentos son solo eso, se quedan en el momento y luego lo olvidamos, se queda en lo mas profundo de nuestras mentes como un momento, un instante insignificante de nuestras vidas.
Desearía ser una persona anormal, de aquellas que solo existen una vez cada siglo, que se dejan cegar por los buenos momentos, por la felicidad de esos segundos de alegría, por la dicha de la vida.
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