-ah…buenos días hermano…-comentaba la rubia tallándose los ojos, hoy comenzaría su primer día de trabajo, en el nuevo café que acababa de abrir la ciudad, buscaban chicas y chicos, asi que ella y sus amigos se anotaron, parecía divertido.
-bueno días- saludó Naruto, su hermano mayor, los ojos de ambos eran cielos azules, su cabello era como rayos de sol, su piel bronceada y con tres graciosas marquitas a los lados. Los dos se levantaron pesadamente, miraron a su alrededor y luego sus hermosos orbes azules se posaron en el uniforme que había en la mesita de noche.
-primer día…-anunció Naruko estirando sus brazos al aire.
-si…- dijo Naruto metiéndose a la bañera
-neh…¿no es emocionante que trabajaremos todo el verano con…tu “amiguito”?-
-hermana, déjate de idioteces.- respondía Naruto sin darle mayor importancia al asunto.
-ya, ya…pero apresúrate que nos veríamos con los demás-
-si si- respondía el rubio dejando que el agua resbalara por su bien formado cuerpo, pero era cierto, un día antes de Salir de vacaciones, Sasuke le había confesado estar enamorado de él. ¿Qué decir de Naruto? ¡lo amaba desde preescolar!
-¡Naruto apresúrate, me llamó Noa-chan viene en camino!-
-si si, vale ya bajo- el rubio secó su cabello, se puso una playera negra pegada, pantalones de mezclilla, tenis, su accesorio de reconocer, o sea su colgante de diamante, despeinó un poco su cabello y bajó, allí se encontraba su hermana, con una mini falda de mezclilla, una blusa naranja, sus dos largas coletas y su gargantilla negra y junto su mejor amiga, Noa una chica de cabello Castaño corto, de la misma edad de su hermana, 15 años. Delgada, ojos marrones, piel clara y una chica alegre.
-¿nos vamos?- preguntó con ansiedad y emoción.
-si si ¡rápido Naruto hay que alcanzar a los demás- gritaba la rubia metros delante de ellos.
-¡tranquila Naru-chan!- reía la oji-marrón –neh…dime Naruto-kun ¿ya le respondiste a Sasuke?-
-pues…la verdad no. Se que responder, pero no se cómo ni cuándo hacerlo-
-tranquilo ya tendrás la oportunidad- sonrió la chica.
Luego de un rato de caminar, llegaron al supuesto café, al entrar ¿cuál fue su sorpresa? No era más que un “dinner” para pasar a comer a las 4 de la mañana en la madrugada de un sábado. Todo simple, sin emoción, lo que se dice nada.
-al fin llegan- habló Temari, otra amiga de la menor Uzumaki - ¡Esto es una pocilga!- gritó
-y eso no es nada…- habló el Uchiha moviendo una de las sillas, al instante, ésta se desplomo en el piso. –nada de esto es nuevo-
-no pienso trabajar en un lugar asi- aseguraba Gaara
-ah…¿Sasuke-teme no puede comprar más cosas?-
-¡no me digas así, estúpida copia barata!-
-ya, no hay que pelear…¿quién es el dueño?-
-yo…- habló un hombre peli plateado, con una bufanda que le cubría hasta la nariz y un mechón de cabello que le cubría un ojo -¿son los nuevos empleados?-
-si- asintieron los 10 chicos
-preséntense- ordenó
-Naruto Uzumaki, 16 años-
-Naruko Uzumaki, 15 años-
-Ainoa Jirashi, 15 años-
-Ino Yamanaka, 15 años-
-Sasuke Uchiha, 16 años-
-Itachi Uchiha, 18 años-
-Sabaku no Gaara, 16 años-
-Sai Akeno , 15 años-
-Sabaku no Temari, 17 años-
-Deidara Akatsi, 18 años-
-hmm…pues bien, Soy su jefe, Kakashi Hatake y…-antes de terminar fue interrumpido por Naruko –hm…¿si?-
-una pregunta ¿por qué el lugar es tan feo, podemos remodelarlo?- sonrió la chica, a lo que las demás secundaron
-ahahaha –rió el mayor –muchos me han pedido permiso para remodelar el lugar, pero como siempre se desesperan se ha quedado asi, adelante- terminó y regresó a lo suyo mientras no paraba de reír.
-pff…ese tipo ¡bien, a trabajar!- Mientras la rubia le pedía Dinero a Sasuke, y les decía a cada quién que harían Naruto veía a Sasuke, lo inspeccionaba, cada movimiento de su boca, cada desviación de sus ojos, su delicado cabello moviéndose con él, inconscientemente le dedicó una hermosa sonrisa, a lo cuál cuando volteó Sasuke, respondió gustoso haciendo que el Kitsune ruborizara.
-¿listos?- La menor Uzumaki tomo aire y gritó con toda su fuerza- ¡transformación!- al momento llegaron uno tras otro de camiones para llevarse esos viejos muebles y traer unos más nuevos, de sillas de madera a sillones rojos y color vino, de mesas de plástico a mesas de madera y caoba con esmalte y tallados a mano, de un tapete de bienvenidos, una alfombra que cubría el piso de todo el lugar. Los simples focos los trajeron de un color mas claro y con mas iluminación, trajeron plantas y arboles para adornar no solo afuera si no dentro el lugar, todo en colores rojos, vinos morados negros blancos y lilas. La barra grandes, y los anuncios con un toque “Konoha Chik”.
El lugar se veía realmente hermoso, nuevo, pero, a pesar de tener un reproductor de música, una tv y videojuegos faltaba algo…algo que realmente fuera una atracción…algo como…
-¡atención a señoritas!-
-¿qué? – inquirieron los chicos
-¡atención femenina!, cada que una clienta venga, si paga un monto más de dinero podrá hablar con ustedes, y pasar un tiempo tomando café con ustedes y demás y…-
-¡no!- gritaron todos
-oh ¡vamos! Nada de relaciones serias, además esto es un Yaoi ¡aunque quisieran no estarían con chicas!-
-bueno…pero…y ustedes ¿Qué harán?-
-nosotras iremos a modernizar el uniforme, y traer clientas, también tendremos ese trabajo, pero esta comprobado que aquí se paga mucho por ver amor entre chicos- sonrió Noa con orgullo
-pero…¿y que haremos con horarios y demás?- preguntaba Deidara
-nos encargaremos de eso…,por lo pronto- dijeron luego de darle una visteada al café ellas salieron -¡practiquen para sus “citas”!- rieron las muchachas
-¿¡que!?- gritó Sai acompañado por Deidara
Mientras los demás se quejaban, Sasuke se acercó a Naruto, le miró a los ojos y le preguntó, serio y decidido.
-¿ya tienes una respuesta?-
-no…pero me gustaría tenerla.- sonrió el Uzumaki
-tomate tu tiempo…-dijo el Uchiha besando su cuello lentamente –yo esperaré…-
Naruto se estremeció, pero se había sentido tan bien, tomo una servilleta, y comenzó a hacerla bolita, cuando tuvo la bolita bien formada la lanzó al cristal-…bienvenidos al café- sonrió para si.