Hoy me he quedado a dormir en tu casa una ves mas.
Y otra ves nos quedamos despiertas hasta tarde, viendo las estrellas bañadas en la inmensa oscuridad.
Comienzo a tararear una cancion que poco a poco la canto mas fuerte.
- Me gusta como cantas, Sumiko- me miras con esa mirada que refleja tanta inocencia y tanto cariño hacioas mi.
- Gracias, Yasu- te sonrio y vuelvo a mirar al formamento.
Y mi corazon comienza a latir mas rapido, tanto que quisas se podria oir si el mundo guardara un poco de silencio.
- Vamos a dormir- tomas mi mano encaminandonos hacia tu habitacion.
Sonrio de lado, no puedo seguir callando esto.
- ¿Quieres algo?, ¿tienes hambre?- ahi estan otra ves tus preguntas, siempre procurando que este bien.
- Estoy bien asi- te sonrio y tu acaricias suavemente mi rostro.
Te sientas a mi lado y me abrazas, comienzas a jugar con mi cabello mientras acaricias mi hombro y cuello, poco a poco te acercas a mi rostro, primero me contemplas, nunca entendere porque es que lo haces, acercas tus labios a los mios.
- ¿Y tu novio?- te pregunto rapidamente y te detienes -¿como esta?- me das un beso en la frente.
No quiero enrrollarte conmigo, tu novio es una buena persona, te ama y yo no quiero meterme en eso... no quiero que salgas lastimada.
Finjo bostezar y me tallo un ojo.
- ¿Quieres dormir ya? comunmente te desvelas mas- me conoces.
- Sipi, pero hoy tengo mucho sueño- te digo aun tallandome mis ojos, se que no podras contradecirme.
- A dormir entonces- me sonries, apagas la luz y nos acostamos.
Cada ves te pegas mas a mi y aunque no quiera aceptarlo me gusta sentir que quieres sentirme cerca.
Siento tu aliento sobre mis labios y tus brazos rodeandome.
Y pasa lo inebitable, me besas.
Un beso tan suave, lindo, inocente, dulce, tus brazos casi me tocan al igual que tus labios.
Sonrio internamente, actuas como si fuera a romperme, eso me gusta de ti, me cuidas tanto y tienes miedo de lastimarme.
Pasamos de labio a labio esta calidez que ambas sabemos terminara, no podemos seguir.
- Tiene novio- me repito mentalmente.
Pongo mi cabeza en tu pecho, escucho claramente cada latido de tu corazon.
Sigo recordandote... Atsuko.
Tu no te pareces en nada a Yasu, tu eras tan determinada y siempre m empujabas a hacer cosas que no me gustaban para descubrir nuevas experiencias, en cambio ella si no quiero hacer algo toma mi mano y me dice que no lo haga si no quiero, tu siempre eras tan seria y todo lo pensabas friamente, mientras ella hace las cosas de una manera mas calmada y tranquila, asi como su nombre, solo algo tienen similar y es esa mania de protegerme y de tocarme como si estubiera hecha de cristal y con cualquier contacto me fuera a romprer.
Otra cosa que tienen igual es que cuando no estaba contigo no podia sentirme completa y con ella siento igual.
Regresa a mi mente el recuerdo de su novio.
Si hubieramos estado juntas hasta el día en que murieramos, se que jamas sentiria miedo.
No puedo seguir con esto, ya no quiero que me toque de la misma forma que tu, cada ves que lo hace siento sus dedos frios al igual que los tuyos y cuando me mira a los ojos siento que ve atraves de mi.
lagrimas comienzan a salir y me aferro mas a Yasu.
Siempre que miro hacia tras empiezo otra ves ese camino del cual no puedo salir, una senda llena de espinas donde arden llamas que queman mi alma.
Aunque mañana ya no la quiera o que ella quiera lanzarme lejos de su vida, pero hasta que eso suceda no tengo miedo a su lado.
Estas bien asi, es lo correcto que estes con un chico... lo correcto.
Pero... debo alejarme si ella tembien se va, sé que no seré capaz de continuar viviendo, todas las noches sere perseguida por mis tormentosos recuerdos mientras mi alma da sus ultimos suspiros de vida y se consume por la muerte.
Rodeada por el silencio comienzo a cerrar los ojos mientras llatidos de mi corazón se mantienen constantes, solo escucho los quejidos y gritos de agonia de las almas mancilladas que reciben el castigo celestial, las voces con las que duermo.
Vuelvo a despertar con esa luz que para mi es una tortura, tu ya te levantaste y me volviste a dejar dormida en la cama sola.
Te encuentro en la cocia como cada mañana que dormimos juntas.
- Ya me voy- te digo lo mas animada que puedo, no quiero irme, quiero estar a tu lado el tiempo que pueda.
- ¿segura?-respondes de una manera algo triste.
- Prometi que llegaria temprano- te sonrio.
Te acercas a mi y me das un beso en la frente mientras cierro los ojos y las cicatrices de garras marcan este dulce sueño.
Llego a casa aun con la sensacion del contacto de tus labios sobre los mios.
Yasu tal ves sea una ilusion de ti, pero si es asi sencillamente yo...
- La amo.