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AL ESTILO MALFOY por ANTARES

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Notas del capitulo:

Y lo esperado: la reacción de Harry. No fue muy inteligente, en verdad, y Ras resultó bastante herido. Claro que lo que menos esperaba nuestro Niño-que-vivió fue ver a Lucius en su clase, lanzándole Avadas a diestra y siniestra… ¿Pero sabes cual es el problema cuando ventilas tus intimidades en público y a grito pelado?... Pues que todo el mundo se entera. Y  siempre ¡SIEMPRE! sacan las conclusiones equivocadas.

 

Los personajes de Harry Potter pertenecen a J.K. Rowling. Yo los tomo prestados sin ningún interés comercial.

 

 

CAPITULO IX

 

 

 

–  ¿Es usted Harry Potter?

 

–  Sí… ¿Y tú eres?

 

–  Pues… verá… usted a mi no me conoce… yo… –   tomó aire y lo dejó salir –  Mi nombre es Rasalhague Snape Malfoy y… aunque no lo crea… ¡Soy su hijo mayor!

 

          Harry Potter lo miró desconcertado por unos instantes, preguntándose: ¿What?... hasta que a lo lejos divisó una figura que creyó reconocer como la de su cuñado, Ronald Weasley, y se carcajeó de buena gana:

 

– Jajajajajaja… ¡Que buena! ¡Oh, Merlín, en verdad me asusté por un momento! ¡Ronald… esta vez si que te superaste! ¡¡¡Ronald Weasley, sal de allí y asómate de una vez!!! –  gritó a la nada, esperando ver aparecer al auror pelirrojo.

 

          Este, que efectivamente se encontraba cruzando la calle, reforzó su escudo desilusionador para que no lo ubicaran y esperó. Familia o no familia él tenía una misión, y el viajecito con Hermione no se lo perdía por nada. Le caería de perlas para celebrar su aniversario de bodas y su esposa no tendría por qué enterarse de que no le costó ni un galeón.

 

– Pap… señor Potter… no lo entiendo… a mi no me envía nadie. Verá, en verdad yo soy su hijo…

 

          Harry, que tenía los ojos lagrimeando de la risa lo miró divertido:

 

–  ¡Ya deja la farsa! ¿De donde saliste? Eres bastante joven para ser auror; y además, no te recuerdo de mis clases en el Ministerio. ¿No eres agente verdad?

 

– Soy estudiante… de América… yo viví allí con mi familia hasta que vine aquí a buscar la tumba del que creía mi padre… entonces supe de usted.

 

– Espera que te espera… ¿Cómo me dijiste que te llamas?

 

– Rasalhague… es el nombre de una estrella… la más brillante de la Constelación de Ophiuchus.

 

– ¡Oh, Dios, si que eres bueno! Esa carita de inocente ¡¡¡Sal ya Ron o iré a buscarte!!!

 

– ¡¡¡Señor, por favor escúcheme!!! –  el ojigris se estaba desesperando, no sabía si su padre se había vuelto fronterizo por tanto imperdonable durante la guerra – No se quien sea el tal Ron y le esta gritando a la nada. No ve que la calle esta desierta. En verdad, soy su hijo… yo… solo quería que lo supiera… conocerlo.

 

          Harry dejó de reírse al darse cuenta de que, efectivamente, en el lugar no había nadie. Quizás no era Ron quien le gastaba una broma después de todo:

 

– ¿En serio, no te manda Ron? –  y lo auscultó divertido. Tenía que ser una broma ya era absolutamente imposible que el tuviese un hijo por allí, uno mayor que James al menos, pues su esposa había sido su primera mujer  y los muggles varones que se follaba no podían quedar preñados… Además, él siempre usaba condón (solo por si las moscas).

 

– Señ… papá –  se arriesgó el ojigris –  no sé quien es Ron.

 

– Mira niño, quizás no sepas quien es Ron pero definitivamente no permitiré que me llames papá… faltaría que alguien de la Prensa te oiga y allí si que estaríamos hechos. Yo no soy tu padre, y si lo que buscas es hacerme un chantaje o sacarme dinero…

 

– ¡Soy un Malfoy! –  exclamó ofendido –  Tengo el suficiente dinero para comprar 100 casuchas como la suya. ¡No vengo por eso!

 

          Entonces la luz se hizo en el diminuto cerebrito de Harry y recordó los apellidos mencionados anteriormente.

 

– ¡¿Cómo te apellidas?! –  gritó más que preguntó el héroe.

 

– Snape Malfoy… soy Rasalhague Snape Malfoy…

 

– ¡¿Que cosa eres de Draco Malfoy?! –  su voz destilaba rabia. Si esta era una trampa del hurón…

 

– ¿De la basura esa?  –  y Harry sonrió ante el desprecio del chiquillo –  pues… supongo que soy su hermano, su medio hermano mestizo en realidad.

 

– ¿Eres hijo de Narcissa? –  se preguntó Harry, estrujándose el cerebro para tratar de recordar algún chisme sobre la despampanante y solitaria bruja.

 

– ¡¡¡Qué!!! ¡¡¡NOOO!!! –  chilló con una mueca de asco –  Soy hijo de Lucius.

 

          Harry lo miró choqueado. Que él supiese el rubio mortífago había muerto en América.

 

– ¡Espera! –  y al fin reaccionó ante el otro apellido –  ¡¡¡¿Qué cosa eres de Severus Snape?!!!

 

– Pues se suponía que era su hijo, suyo y de Lucius; pero después resultó que él no era mi Padre sino usted y…

 

– Jajajajajaja…. –  Harry volvió a atacarse de risa –  ¡Morgana, por un momento me preocupé! Lo dicho, eres bueno chaval… si Ron no te envía no sé… ¡Claro! ¡Los muchachos de la Academia! Mis alumnos son unos diablos ¿Quién eres? Acabas de entrar ¿verdad? Esta es tu novatada de ingreso.

 

          Ras lo aferró de la túnica y le gritó desesperado:

 

– ¡¡¡Es que no lo entiendes estúpido!!! ¡¡¡No soy un auror, ni amigo de Ron, ni uno de tus patéticos estudiantes!!!  ¡¡¡Salazar!!!  ¡¡¡Soy tu hijo!!!… ¡¡¡Tu primogénito!!!… Mi padre se inseminó en la Clínica de Fertilidad donde tú donaste esperma… y voilà… aquí me tienes. Soy tu hijo mayor: tuyo y de Lucius Malfoy.

 

          Se calló jadeando por el esfuerzo y miró a Harry, quien lo estaba observando perplejo. Luego hizo el ademán de volverse a reír y Ras le apuntó con su varita:

 

– Si te ríes de nuevo te lanzo un crucio, ¡lo juro! –  y comenzó a llorar –  ¿Por qué no quieres entenderme? Eres mi papá… –  y su voz se quebró.

 

          Harry lo miró serio:

 

– Mira chiquillo, para broma ya esta bueno. No sé si esto te causa gracia, pero en definitiva a mi no. Estas tomando el nombre de un héroe de guerra  para mezclarlo con la rata de cloaca que era el padre de Draco Malfoy. No se si esto sea cosa suya…

 

– ¡Draco no tiene nada que ver en esto! ¡Él nos odia!

 

– ¡Entonces  admites que lo conoces!

 

– Claro que lo conozco. Es mi her… medio hermano.

 

– ¡¿Entonces siempre si eres hijo de Narcissa?!

 

– ¡Que no! Soy hijo de Lucius, ya te lo he dicho.

 

– Lucius Malfoy murió en América a los meses de haber terminado la guerra. El Ministerio Inglés fue informado. No puedes ser su hijo y definitivamente no puedes ser hijo de Snape.

 

– Eso ya lo sé. Severus murió antes de que mi padre se embarazase. Pero si soy tu hijo. Y Lucius no esta muerto… debe estar en casa esperándome para salir de Londres.

 

– ¡¡¡Esta aquí!!! –  Harry saltó mirando hacia todos lados; de repente, suspiró y se puso a analizar el asunto –  No, espera, lo que me dices no es lógico… tú estas… debes estar… loco. ¡Sí! ¡Eso es! ¡Te escapaste del ala psiquiátrica de San Mungo!

 

– No, el propio Lucius envió la notificación anunciando su supuesta muerte. Supongo  que quiso evitar la atención de Londres sobre nosotros.

 

– ¿Ustedes?

 

– Mi hermano Ophiuchus y yo.

 

– ¡¿Tienes un hermano?!

 

– Si, pero él no es hijo tuyo, no te asustes. Es hijo de Rabastan Lestrange.

 

– ¡¡¡¿Lestrange tuvo un hijo?!!!

 

– Sí, pero eso no es importante. Lo verdaderamente importante es que yo…

 

–  ¡¡¡Basta!!! –  Harry perdió la paciencia –  Mira: no se si eres un estudiante bromista, un loco del siquiátrico o un chantajista. No se si vas por libre o esto es una guasa de mis estudiantes o de Malfoy… pero óyelo bien: ¡¡¡NO ME LLAMES  PADRE!!! Los únicos hijos que tengo son James y Albus, los únicos hijos que me interesa tener son James y Albus; y si la babosa maloliente de Lucius Malfoy estuviese viva personalmente le lanzaría un avada, a él y a toda su infecta y mortífaga prole… Draco Malfoy incluido ¡Maldito hurón chantajista!

 

          Ras abrió los ojos espantado y retrocedió:

 

– ¡¡¡Jamás, óyelo bien, jamás… ni en mi más oscura pesadilla me imaginaría teniendo un hijo con Lucius Malfoy!!! ¡¡¡Antes muerto!!! –  jadeó y se tranquilizó un poco –  Así que muchachito: si no quieres que te lleve detenido a Askabán en este mismo momento, y le pida a mis amigos que te den un tratamiento especial por tratar de chantajear a un profesor de la Academia de Aurors… ¡¡¡LARGATE!! –  Ras salió corriendo aterrado para desaparecerse apenas pudo. Ron, desde su escondite, se dijo que ya había visto bastante y enfiló directo a la oficina de Kingsley. Mientras que Harry, totalmente satisfecho por su actuación de “tipo duro”  y ajeno al gran lío que se le avecinaba, entró en la casa para marcharse al trabajo. Era profesor de DCAO desde que dejó el servicio activo, justo cuando nació Lily y las cosas con Ginny empezaron a cambiar.

 

          De lo que nadie se percató fue del insecto posado en la verja de la casa, que había sido mudo espectador de toda la escena y que enfiló calle abajo con un alegre zumbido.

 

 

 

*****************

 

 

 

          Lucius estaba furioso. Mientras, un preocupado Ophiuchus se debatía entre salir a buscar a su hermano o quedarse por si a su padre le sobrevenía un nuevo ataque.

 

– ¡¿Dónde esta Rasalhague, Oph?! ¡¿Dónde?!

 

– No lo sé Padre, no me dijo que saldría.

 

          El rubio lo miró sardónico. Se estaba enfureciendo y la tranquilidad de su hijo mayor sólo lo tocaba de nervios.

 

– ¡¿Me quieres hacer creer que tu hermano, que ha besado el suelo que pisas desde que nació, no te ha comunicado sus planes?!

 

– No te quiero hacer creer nada. La verdad es que no habló conmigo.

 

– Pero él sabía que nos íbamos hoy… –  medito mientras paseaba – ¡Oh, Merlín! –  se paró de pronto –  ¡¿Y si se ha fugado?!

 

–  Será mayor de edad en unas semanas. No necesita fugarse, Padre, si quiere irse pues lo hará y nadie podrá detenerlo.

 

          La cara de Lucius se ensombreció y Oph se pateó por ser tan insensible.

 

– Pero ¿por qué querría irse? Has ido el mejor de los padres y Ras te adora. Que le hayas mentido…

 

          En eso se oyó un ruido y el desaparecido se materializó en el estudio totalmente descompuesto. Lucius y Oph lo miraron pasmados:

 

– ¡¿Qué te ha pasado?! –  preguntaron boquiabiertos.

 

–  ¡¿Oph, que te han hecho?! – su hermano lo vio con los ojos llorosos y se temió lo peor –  ¡¡Alguien se atrevió a tocarte!! ¡¡¡Dime quien y lo mato!!!

 

          Ras se abrazó a su padre presa del llanto y Lucius rechinó los dientes furioso. Él había criado a ese niño intocable, puro e inocente. Si alguien le había hecho daño…

 

–  ¡¡¡¿Quién te ha lastimado hijo?!!! –  bramó a la antigua usanza mortífaga –  ¡¡¡Dime!!! –  Y lo sacudió de los brazos.

 

– Lo estas aterrando Padre –  Oph se dio cuenta de que gritando sólo lo alteraban y cambió de táctica. Lo cobijó tiernamente en sus brazos y preguntó sereno, mientras acariciaba su pelo – ¿Dime que ha pasado Ras? ¿Alguien te ha hecho daño?

 

–   Él… no…me… quiere.

 

–  ¡¿Quien?!  –  Y la pregunta salió con el filo de un cuchillo –  ¿Quién no te quiere?... ¿Un chico?... ¿Te veías con alguien sin nosotros saberlo?

 

          El muchacho negó una y otra vez con la cabeza.

 

–  Mi padre… mi otro padre… fui a buscarlo y me echó. Me dijo que sólo le interesan James y Albus… que tú –  miró a su padre –  eres una babosa infecta y que nosotros somos… tu mortífaga prole… Dijo que te lanzaría un avada y que a mi me mandaría encerrar en Askabán para que sus amigos aurors me violen… ¡Oh Padre, quiero morirme! –  y comenzó a gemir convulso (1).

 

          Lucius respiró hondo y Ophiuchus abrió sus ojos asustado. En cuestión de minutos vio al rubio transformarse en el mortífago ue fue: su cuerpo se tensó, sus ojos se achinaron hasta volverse dos rendijas a través de las cuales se percibía la muerte; y su mano, convulsa, convocó su bastón que sabía escondía su varita.

 

– Padre… –  Oph musitó.

 

Desmaius –  el mayor lanzó el hechizó sobre Ras, quien inmediatamente cayó desmayado.

 

– ¡Padre! –  la voz del moreno salió algo chillona.

 

– ¡Quédate con tu hermano y vigílalo, pero no lo despiertes! Y prepara el traslador internacional para salir en cuanto llegue. Deberemos volver a  América apenas ponga un pie en esta casa y perdernos por un tiempo…

 

– ¡¿Adonde vas?! –  preguntó ahora si totalmente histérico.

 

– A terminar con algo que tengo pendiente desde hace 22 años. A matar a un Gryffindor imiserable que se atrevió a cruzarse en mi camino, y a despreciar a mis hijos.

 

– Padre no… espera –  y el muchacho corrió a  aferrarlo de la capa, pero ya se había apareteado.

 

–  Merlín, va a destrozarlo –  susurró para si mismo – ¡¡¡Zetty!!! –  gritó, llamando a un elfo doméstico. Este se apareció con un alegre PLOP y se quedó estático viendo la escena – Encárgate de mi hermano. Debo buscar a mi padre –  y diciendo esto se esfumó también. No había que ser un genio para saber a donde había ido Lucius Malfoy.

 

 

 

******************

 

 

 

          Kingsley aún no terminaba de desayunar cuando su secretaria le anunció que el auror Ronald Weasley pedía audiencia urgentemente. Suspirando, dejó su pastel de calabaza y su café negro para atenderlo. Y cuando lo vio entrar supo, sin lugar a dudas, que ese sería un pésimo día:

 

– ¿Qué pasa Ron? Son apenas las 8 y ayer estuve en una reunión del Wizengamot hasta las tres de la mañana.

 

– Necesito un Pensadero. Debe ver algo.

 

– ¿Se trata de los muchachos Malfoy?

 

–  Del menor. Ras  creo que se llama.

 

          Kingsley no pudo dejar de preocuparse.

 

– ¿Qué ocurre? ¡Dime!

 

– ¿Ah?… bueno… no sé… debe verlo…

 

– ¡Pero adelántame algo! –  le gritó mientras le extendía su propio Pensadero.

 

– Yo… debes verlo… –  lo tuteó –  por ti mismo –  y utilizando su varita se sacó dos hilos plateados de la cabeza, los mismos que depositó en la vasija. Fastidiado, el Ministro se sumergió en el líquido  para, minutos después, emerger anonadado.

 

– No… es… posible.

 

– Bueno… tú dijiste que cualquier cosa rara te avisase. Y esto… creo… es bastante raro. Solo dime algo: ¿la información que averigüé, la que me obliviateaste, era el que Malfoy Padre se había inseminado en las Clínicas de Fertilización de la post guerra, cierto?

 

          Kingsley asintió y exclamó:

 

– ¡No puede ser su hijo! ¡Debe ser una equivocación! Harry jamás donaría esperma. Él era un chico serio en aquel entonces, todo lo que quería era casarse con Ginny y formar una familia. 

 

          Ron, que conocía las andanzas de su amigo desde siempre, se abstuvo de hacer comentarios. Y en lo más secreto de su mente guardó la información de que si era posible que Harry fuese el supuesto padre del crío. Después de todo, había donado esperma en la famosa cliniquita… no voluntariamente, desde luego.

 

– ¡Y ahora que hacemos!

 

– Bueno, Harry no le creyó y lo corrió. No creo que el mocoso ese vuelva a buscarlo.

 

– ¡Maldición Ronald, como puedes ser tan cruel! ¡El muchacho estaba devastado!... Me imagino como debe de estar sintiéndose ahora.

 

– Bueno… es un Malfoy. No creo que se sienta muy mal. Ellos son… fríos… tú sabes.

 

– ¡Merlín! –  Shacklebolt se agarró la cabeza presa de una repentina migraña. Ron se removió en su asiento, incómodo, y tras pensarlo un poco pidió:

 

– Bueno, Ministro, ¿podría hacerme un favor?… eh… ¿por nuestra amistad? –  el negro levantó su angustiado rostro –  ¿Me obliviatea por favor?

 

          Y con un pase de varita Kingsley le regaló al pelirrojo la bendita paz de la ignorancia. Ojalá él pudiese tener ese alivio.

 

 

 

*****************

 

 

 

 

 

          Y mientras Ronald Weasley le comunicaba sus averiguaciones a un muy estresado Shacklebolt, el inocente de Harry Potter llegaba a la Academia de Aurors; la cual estaba situada en el mismo complejo que el Ministerio. Iniciaba  sus clases matutinas.

 

          Estaba algo amoscado por la escena de hace unos minutos; y se disponían a averiguar si su supuesto “hijo” era un bromista azuzado por sus estudiantes, o si en verdad era un lunático de esos que abundan por allí. Claro, no descartaba que sea un chantajista que anda acosando celebridades, en cuyo caso se comunicaría con el Jefe de la Unidad para que este alerta. Ahora, si el hurón de Draco Malfoy tenía algo que ver en esa retorcida historia…

 

          Entró en el salón imitando a su antiguo profesor de pociones (bueno, sin el ondear de la capa, que él prefería vestir como muggle) y con la peor cara que pudo poner encaró a su clase:

 

–  Bien estudiantes, quiero decirles que su bromita  les costará un ensayo de 5 pergaminos sobre los inconvenientes del Imperius en criaturas oscuras. Y lo quiero detallado, haciendo hincapié en los vampiros y hombres lobos…

 

–  Disculpe profesor Potter –  una tímida muchacha se alzó asustada –   ¿De que broma habla?

 

–  Bueno Patterson, quizás usted no sepa nada… pero estoy seguro que una buena cantidad de sus compañeros si sabe de que hablo ¿verdad? No fue muy inteligente, chicos, mandarme a ese chaval para hacerme creer que era mi hijo ilegitimo.

 

          Harry  los miró molesto y la clase le devolvió la mirada desconcertada.

 

– ¡Y lo peor! –  soltó sin darse cuenta –  ¡Ocurrírseles esa historia de que lo tuve con Lucius Malfoy! ¡Vomitaría las tripas antes de tocar a semejante escoria!

 

          De pronto, la puerta se abrió con un bombarda y la “escoria”, completamente vestida de negro, se asomó haciendo saltar a todos. Como en cámara lenta, Harry vivió el subrealista momento y pudo apreciar que el hombre casi no había envejecido en 20 años, estaba tan bello e imponente como siempre. Por supuesto, eso lo pensó en los segundos que transcurrieron antes de que el ex mortífago le lance con todo su odio el fatídico crucio que lo hizo caer al suelo aullando de dolor.

 

 

 

*****************

 

 

 

          Ron Weasley regresaba a la Oficina de Aurors cuando unos chiquillos, chillando como histéricos, lo arrollaron mientras escapaban a la carrera. Tomando del brazo a uno de ellos le preguntó enfadado:

 

– ¡¿Qué mierda es lo que les pasa?! ¡¿Por qué corren así?!

 

– Mortífagos… –  explicó una de ellos – Voldemort ha regresado… sus hombres atacan a Harry Potter.

 

–  Lucius Malfoy…  –  añadió otro  –  No esta muerto… esta en nuestro salón y le lanzó un avada al Salvador.

 

          Ron no quiso saber más y salió corriendo hacia el sector de aulas, donde su amigo en ese momento debería estar dictando una clase a los novatos de primero. Al llegar respiró aliviado al ver a Harry tendido en el suelo, malherido pero vivo, mientras que 5 aurors y 10 alumnos contenían a un muy cabreado Lucius Malfoy. Otros tantos sujetaban al muchacho Lestrange, quien al parecer trataba de defender a su padre.

 

–  ¡¡¡Maldita basura, voy a matarte!!!  –   chillaba el ex mortífago –  ¡¡¡Ya quisieras que mi Ras fuese algo tuyo mestizo infecto!!! Atrévete a tocar a mi hijo, ¡¡¡MI HIJO!!! Lo oíste bien… atrévete a enviar a uno de tus depravados amigos a siquiera respirarle cerca y Voldemort te parecerá un juego de niños a mi lado.

 

–  Yo… –  Harry boqueaba en busca de aire.

 

–  ¡¡¡Padre tranquilízate!!! –   Oph forcejeaba con los que lo tenían sujeto mientras le gritaba al rubio –  ¡¡¡No puedes tocarlo, Padre, Ras no te lo perdonará nunca!!! ¡¡¡Quieras o no él es su otro padre!!!

 

–  ¡¡¡Jamás!!! –  bramó desde el fondo de su furia –  Ese mestizo no es nada de mi hijo ¡¡¡NADA!!! –   y lo miró  asesino –  Un poco de semen mal puesto entre mis piernas no te hace padre de nadie. Ras es mío ¡¡¡mío!!!  y no te le acercarás en lo que te resta de vida o acabaré contigo y con todos aquellos que amas.

 

–  ¡¡¡SUFICIENTE!!! – Kingsley avanzaba decidido por el pasillo – ¡¡¡¿Qué sucede aquí?!!!

 

– ¡Señor! –  El Jefe de Aurors se cuadró y señaló al rubio – Ignoramos como pero pasó las alarmas y se introdujo al Ministerio con una varita. Atacó al profesor Potter con una imperdonable… ¡Le lanzó un crucio!

 

– Mi padre solo defendía a mi hermano. El infeliz este –  Oph apuntó a Potter – lo amenazó: le dijo que lo encerraría en Askabán y que mandaría a sus amigos aurors a violarlo.

 

– Jamás le dije… ¡Oh, Merlín! Kings te juro… no se que esta pasando aquí…

 

– ¡Harry, cállate! Hablaremos en privado. –  Y mirando hacia los Malfoy ordenó –  Aurors, confísquenles sus varitas y  llévenlos a una de las salas de interrogatorio hasta que se calmen. Luego quiero hablarles en mi oficina.

 

–  ¡Usted no tiene derecho!

 

– Señor Lestrange: su padre, mortífago convicto y confeso, fue sentenciado a destierro perpetuo hace 20 años. Se encuentra en este país sólo gracias a mi clemencia. Y hoy irrumpió en el Ministerio portando una varita, cosa totalmente ilegal, y atacó con varias imperdonables a un profesor héroe de guerra y a otros inocentes alumnos que trataron de detenerlo. Solo por eso ya debería estar camino a Askabán… –  suspiró recordando unos ojos grises –  Pero como le he dicho, últimamente ejercito mi clemencia con su familia. No abuse de ella y déjese conducir en paz. Anthony –  se dirigió a su Jefe de Aurors –  los señores Malfoy son mis “invitados”… nada de incidentes, golpes o malos tratos… tu puesto esta en juego.

 

           Anthony McKee asintió molestó y ordenó a sus hombres que decomisen las varitas de los detenidos y luego los suelten, conduciéndolos  “con buenos modos” a la sala de interrogatorios Nº 3.

 

          Con un altivo gesto Lucius se liberó de sus captores y los siguió. Oph miró a Potter con total resentimiento antes de hacer un gesto de saludo al Ministro e ir detrás de su padre. Debía agradecer a todos los dioses que solo estén “invitados” y no detenidos o algo peor.

 

 

 

*****************

 

 

 

 

 

          Harry estaba sentado en una silla, en el despacho privado de Shacklebolt, blanco como el papel. A su lado Ronald Weasley se estrujaba las manos pues adivinaba lo que se le venía. Y nuestro buen Ministro, les explicaba a ambos lo que sabía hasta el momento, amén de cómo era que Lucius Malfoy campeaba a sus anchas por las calles del Londres Mágico.

 

–  Pero Kingsley… ¿No se suponía que Malfoy Padre estaba desterrado a perpetuidad? –  nuestro héroe preguntó molesto, aún sobándose por el dolor de la cruciatus.

 

– Bueno, Harry… sí…

 

– ¡¡¡Entonces como es que irrumpió en mi aula y me lanzó una imperdonable!!!

 

– Es que… yo… le extendí un permiso de residencia…

 

– ¡¡¡Y por que coño harías eso!!!

 

– Veras… él… sus muchachos… Tiene dos hijos, ya los has conocido… Y bueno, ellos se vinieron a escondidas buscando información de sus otros padres. Se metieron a Hogwarts con nombres falsos, como profesores, y cuando los descubrimos y arrestamos Lucius se apareció con un pasaporte diplomático, americano, reclamando una vendetta contra su familia.

 

– ¡¡¡¿Y?!!! Con expulsarlos del país tenías. ¡¿No te das cuenta de que esos chicos son parte de una conspiración para dañarme?! ¡¡¡A mí y a mi familia!!!

 

– Cálmate –  Ron lo tomó de un brazo.

 

–  ¡¡¡No me pidas que me calme, Ron!!! ¡¡¡El muchacho de Malfoy se apareció en mi casa diciendo que era mi hijo!!! ¡¡¡Te das cuenta de la que se armaría si la Prensa o tu hermana se enteran!!! ¡¡¡Quieren difamarme!!! ¡¡¡Hundirme!!!

 

–  Harry… –  Kingsley le hizo la pregunta con todo el tacto posible –  ¿Estas seguro de que no es tu hijo?

 

–  ¡¡¡Crees que me acostaría con Malfoy!!!

 

–  ¡Por supuesto que no! Pero es que ese niño no se concibió por una follada… Fue en una de las Clínicas de Fertilidad de la Post Guerra ¿las recuerdas? Muchas brujas y magos acudieron a nuestro llamado y donaron esperma y óvulos.

 

–  ¡¿Quieres decir que Lucius Malfoy hizo que alguien se insemine en esa clínica?!

 

–  No Harry, él se inseminó en esa clínica. Él gestó a esos muchachos. Bueno, por lo menos a uno de ellos. Al otro lo adoptó, es hijo de Rabastan Lestrange y no se sabe quien.

 

–  ¡Merlín, esto es una pesadilla!

 

–  Al joven, Rasalhague, le hicieron creer que su padre era Severus Snape. Vino aquí para visitar su tumba y averiguar el por qué Lucius lo escondía. Además de acompañar al chico Lestrange a indagar sobre quien podría ser su otro progenitor.

 

–  ¡¡¡Y que tengo que ver yo en eso!!!

 

–  Bueno, cuando los descubrimos y los trajimos detenidos, les confirmamos lo que ya sospechaban. Que Snape no podía ser el padre de Ras. Entonces nos acusaron de haber violado a Lucius en Askabán y tuvimos que desmentirlo. Cuando este llegó lo encararon… y supongo que tuvo que contarles la verdad.

 

–  ¿Cómo sabes que esa es la verdad?

 

–  Lo supongo. Mantuve a los chicos bajo vigilancia y hace unos días fueron a la matriz de las Clínicas, la que esta al costado de San Mungo. Interrogando a la recepcionista me enteré de que el chico confirmó que fue concebido allí. Apareció un expediente cuando le hicieron la prueba de sangre. Y no me preguntes como… burló las barreas de confidencialidad y lo abrió… supongo que allí leyó tu nombre… ¿Harry, por qué donaste esperma en la Clínica? Tú sabías que este se usaría para inseminación.

 

–  ¡¡¡Yo jamás he donado esperma en Clínica alguna!!! ¡¡¡Esto tiene que ser un error!!!

 

          Un carraspeo se oyó proveniente de Ron… y Kingsley abrió los ojos mientras se agarraba la calva.

 

–  Harry… eh… yo creo que… pues… si… pudiste haber donado algo…

 

–  ¡¡¡QUE!!!

 

–  ¿Recuerdas la noche anterior al juicio de Malfoy Padre? ¿La pelea que tuviste con el hurón y Narcissa? ¿La borrachera con los muchachos?

 

–  ¡¡¡¿Qué tiene que ver eso con donar esperma en una clínica?!!!

 

–  Pues… tú me contaste algo… estabas bastante borracho y… bueno… de lo que me dijiste yo supuse… dijiste que lo que más pena te daba era que nunca podrías ser padre… ya sabes, porque eres mestizo… que tu sangre terminaría contigo y… yo…

 

–  ¿Y… tú…? –   la voz de Harry salió en un susurro. Recordaba la confesión a su amigo… la habían comentado demasiado a lo largo de los años, cada vez que el pelirrojo le servía de tapadera para una de sus escapadas.

 

–  Bien… querías ser padre… yo supuse…

 

–  ¿Ron?

 

–  Te sugerí la donación de esperma… y… fuimos a la Clínica…

 

–  ¡¡¡PERO ESTABA BORRACHO!!!

 

–  Pero a la enfermera no le importó… vieras… Dijo que desde la caída de Ya-Sabes-Quien todos andaban tomando. Que si eso iba a ser un inconveniente para la extracción su almacén estaría vacío…

 

–  No…no… –   Harry comenzó a retorcerse en la silla –   ¿Pero… por qué Lucius querría tener un hijo mío?

 

–  Eh… Harry… no diste tu nombre… es más, usamos un hechizo desilusionador y… bueno, cuando te dije que muy pronto habría un leoncito con tus ojos corriendo por allí, me dijiste que más bien habría una serpientita, porque marcaste como casa de estudios Slytherin…

 

–  ¡¿Por qué haría eso?! –   el Ministro no pudo dejar de intervenir.

 

–  ¿Honestidad? –   Harry añadió pasmado –  El Sombrero Seleccionador iba a mandarme allí pero yo le rogué que me pusiese en Gryffindor.

 

          Y Kingsley cerró el enigma que tenía en su mente. Harry donó esperma y unos días después Lucius fue a solicitarlo, buscando a alguien similar a Severus: pelo negro, gran poder mágico, experto en DCAO…  Slytherin  pero mestizo… en esa época no habían muchos así, vivos al menos.

 

– Señor Ministro disculpe – su secretaria lo interrumpió por el intercomunicador –  tengo aquí a un jovencito que exige verlo con urgencia. Dice que usted  le dijo que lo busque ante cualquier problema: su nombre es Rasalhague Snape Malfoy.

 

         Shacklebolt miró a sus acompañantes y Harry lanzó un gemido. Su hijo, su hijo y el de Lucius Malfoy,  estaba afuera pidiendo audiencia.

 

 

 

 

 

Continuará…

 

 

 

 

 

 

 

(1) Esta es la versión de Ras, no la verdad. Tampoco es que el muchacho mienta, pero de lo que se dice en un momento de tensión uno recuerda lo que más lo hirió, y lo interpreta según su percepción: ya saben, la vieja frase: “mi verdad, tu verdad; y en medio de todo… la verdad objetiva”.

 

 

Notas finales:

Y ahora si, no pueden quejarse… dos capítulos en uno para compensar la espera. Para los que siguen SANGRE…. El miércoles subo la continuación.


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