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AL ESTILO MALFOY por ANTARES

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Notas del capitulo:

 

Ras se arriesgó mucho para descubrir quien era su padre. Aquí la odisea que tuvo que pasar para ello y la reacción de un Ministro algo curioso: ¿Qué hará Kingsley Shacklebolt ahora que sabe que Lucius se embarazó en una dichosa Clínica de Fertilidad?

 

Como siempre: Harry Potter y su universo pertenecen a J.K. Rowling. Yo solo tomo prestados los personajes para adecuarlos a mi historia.

 

 

CAPITULO VII

 

 

 

 

 

          Ese mismo día, en la mañana, Ras y Oph habían marchado a Hogwarts como le prometieron a su padre... ¡Pero no en tren! Se aparetearon vez tras vez hasta llegar a las puertas del colegio y, sin ningún formalismo, vaciaron y encogieron sus pertenencias para mandarlas vía correo mágico a la mansión.

 

          Luego, y sin dignarse siquiera a hablar con McGonagall, repitieron la misma ruta de apariciones hasta llegar frente a San Mungo; más específicamente, hasta la dichosa clínica de fertilidad.

 

– No se Ras, no me parece que debas insistir con este tema – Oph estaba dudoso.

 

– Entiende, solo necesito saber…

 

– ¿Y si la respuesta no te gusta?

 

– ¿Temes que mi padre pueda ser un mortífago?

 

– Era un Slytherin después de todo.

 

– Si lo era ya debe estar muerto. Y si no, quiero saber por lo menos quien es. Si tuvo otros hijos después… si él…

 

– ¿Puede llegar a quererte?

 

– Padre es fantástico Oph. Lo amo. Pero necesito… para estar completo… Es un vacio que tengo en el pecho desde que todos los niños del cole iban con sus dos padres a los partidos… y tú y yo solo teníamos a Lucius. Los tres… siempre solos. Con un cuadro muggle por imagen co-paterna.

 

          El moreno suspiro y asintió con la cabeza. Padre iba a matarlo por no detener esta locura pero, después de todo, nadie mejor que él para entender a Rasalhague: ambos penaban por lo mismo.

 

– Te ayudaré. Pero para eso necesitamos un plan.

 

          Unos 20 minutos después un cariacontecido ojigris entraba en la clínica y, con su mejor cara de niño bueno, se acercaba a la enfermera encargada a preguntarle:

 

– Encantadora señora, ¿podría ayudarme?

 

– Debo revisarte antes de pactar un precio por tu emisión; ver que no hayas donado antes…

 

– No, usted no entiende. Yo… no vengo a donar.

 

          La bruja levantó la vista y lo miró seria por primera vez.

 

– Verá… mi padre… yo… él se inseminó aquí hace 20 años y… pues quisiera… saber quien soy…  saber quien es mi otro padre.

 

          La mujer arrugó la frente y le preguntó:

 

– ¿Su padre gestante sabe que esta aquí muchachito?

 

– Murió hace mucho – mintió a conciencia –  Estoy solo en el mundo y... pues… quisiera saber si tengo familia en algún lado…

 

– Siento oír eso; pero los expedientes están sellados. Si los padres consintieron en no ser anónimos te puedo decir sus nombres y datos pertinentes, pero si no… nadie, ni yo, puedo abrir las fichas ¿entiendes?

 

– Pero yo pensé que… me dijeron que… el producto podría…

 

– Solo si los padres quieren ser localizados. Si no, ni modo.

 

– Pero…

 

– Antes de que sigas argumentando veamos cual es tu caso. Quizás tengas suerte. Una gota de sangre por favor: necesito tu huella mágica.

 

          El muchacho se pinchó el dedo con la aguja que la bruja le tendió; y la gota cayó a un portaobjeto, que fue escaneado con la varita de la mujer. Una luz similar a un lumus surgió y penetró en una puerta lateral de la cual, pasado unos minutos, surgió un expediente.

 

– Si. Efectivamente. Eres uno de nuestros niños. Tu padre gestante se identificó con un código anónimo y tu padre donante también. Lo siento, ninguno de los dos querían ser reconocido.

 

– Pero…

 

– Mira hijo, yo no hago las leyes; solo doy los informes. No hay nada que pueda hacer. El expediente esta sellado.

 

– Pero… ¿nadie puede abrirlo?… en el Ministerio…

 

– Ni el propio Merlín. Solo quien selló su nombre puede liberarlo. Lo siento.

 

          El muchacho la miró con tristeza y, asintiendo con la cabeza, se marchó lentamente. En la calle lo esperaba Ophiuchus, quien escuchó mudo las malas nuevas. Ras estaba al borde de las lágrimas.

 

– Tranquilo hermano: tú quieres saber… tú vas a saber. Yo me encargo de ello ¡No en balde estudio pociones! Ven conmigo, que tengo una idea.

 

          Y tomándolo del brazo los apareteo a ambos en las entrañas del Callejón Knockturn. Entre los magos haitianos inmigrantes, allá en la lejana América, había escuchado de un hechizo que quizás podría ayudarles.

 

          Cuatro horas más tarde ambos jóvenes volvían a aparetearse en la entrada de la mentada clínica. Con un pase de varita, Oph cambió su apariencia a la de un brujo mayor e ingresó. Ras aguardaría la señal convenida.

 

– ¿Cuánto pagan por una donación?

 

          La bruja de recepción lo miró de pies a cabeza.

 

– Debo hacerte un análisis completo primero. Solo si estas apto y reúnes las condiciones requeridas podemos hablar de un precio.

 

– Me parece bien entonces. ¿Dime por donde?

 

– Sígueme.

 

          Y la mujer materializó un anuncio de regreso pronto mientras guiaba al supuesto donante a una sala médica. Disimuladamente, Oph lanzó una señal de aviso y Ras, cubierto por un hechizo desilusionador, ingresó a la oficina sin ser detectado.   

 

          Mientras su hermano distraía a la recepcionista el joven penetró en los archivos sin que ninguna barrera bloquee su paso. “Es increíble”, pensó “un muggle podría entrar a este lugar sin problemas”. Luego, se pinchó el dedo y buscó, con su sangre, su expediente sellado. Al tenerlo en la mano sacó uno de los viales que llevaba en su interior; un simple hechizo de magia negra había logrado separar las huellas mágicas que conformaban su rastro genético: una de ellas era la de su padre donante; la otra, debería ser la de Lucius. Vertió una gota del primero y un nombre se reveló en el dosier…

 

Padre gestante: Lucius Abraxas Malfoy

 

Edad: 41 (1).

 

Lugar de nacimiento: Londres

 

Condición: Mago Sangrepura.

 

Estado Civil: Divorciado (ex esposa Narcissa Malfoy Black)

 

Hijos: Draco Malfoy Black - Slytherin

 

Casa de Estudios: Slytherin (Prefecto, Premio Anual - Copa de las Casas).

 

Características: Ascendencia familiar francesa. Blanco caucásico, color de ojos gris mercurio, color de cabello, rubio platinado, 1:90 de estatura… se sospecha herencia veela.

 

Habilidades: Experto en artes oscuras, maldiciones imperdonables y transfiguraciones. Sobresale en duelo. Nivel medio en pociones. Condenado a prisión en Askabán  dos veces por mortífago (lugarteniente y mano derecha del Dark Lord). Ultima sentencia trastocada a destierro perpetuo a solicitud del héroe Harry Potter.

 

Dirección Actual: Desconocida…

 

 

 

          Un sollozo escapó del pecho de Ras. Todo estaba bien entonces: era su padre… Lucius… por un momento temió lo peor. Visiblemente nervioso vertió una gota del otro recipiente y esperó: era lo que había imaginado desde que lo supo… al fin… quien era… de donde venía… Entonces la verdad se abrió paso ante sus ojos y su cuento de hadas se rompió:

 

 

 

Padre Donante: Harry James Potter Evans

 

Edad: 18 años.

 

Lugar de nacimiento: Londres (Valle de Godric).

 

Condición: mago mestizo (padre sangrepura – madre hija de muggles).

 

Estado Civil: Soltero

 

Casa de Estudios: Slytherin.

 

Características: Ascendencia familiar inglesa (tronco de Godric Gryffindor). Blanco, color de ojos verde esmeralda, color de cabello negro, 1:70 de estatura…

 

– No…no… no – Ras quiso morirse allí mismo.

 

Habilidades: Sobresale en Defensa Contra las Artes Oscuras. Experto en maldiciones imperdonables y transfiguraciones. Campeón del Torneo de los Tres magos. Fundador del Ejército de Dumbledore. Vencedor del Dark Lord Voldemort. Héroe del mundo Mágico.

 

Dirección Actual: Grimmauld Place Nº 12…

 

– ¡NOOOOOO….! – el grito del muchacho se escuchó por todo el edificio y, atropellando a la recepcionista que acudía a ver que pasaba, salió corriendo del lugar; con su hermano pisándole los talones. Este apenas pudo abrazarlo antes de que se aparetearan de allí con rumbo desconocido.

 

          Reaparecieron en un descampado de Hogsmeade, donde solían reunirse antes de buscar a Baldfour. Ras cayó de rodillas y comenzó a llorar mientras se sacudía en convulsiones.

 

– Ras… Ras… mírame Ras… ¿Qué pasa?

 

          Ophiuchus se desesperaba ante la actitud de su hermano, que no reaccionaba ni con el par de bofetadas que le asestó:

 

– ¡Mírame, maldición! ¡Eres el hijo de Lucius Malfoy, carajo! ¡No te comportes como un Gryffindor histérico! ¡No puede ser tan malo!

 

          Ante la mención de la palabra “Gryffindor” Ras solo pudo gemir mas fuerte mientras se aferraba a su compañero.

 

– Ras… tranquilo... –  Oph se dio cuenta que gritando no lograba nada. Lo envolvió en sus brazos y le acarició la espalda hasta que notó como iba calmándose – ¿Dime que fue? ¿Ya lo sabes no es así?  ¿Quién es tu padre? No puede ser tan malo… Ras…

 

          El muchacho lo miró a los ojos con el terror pintado en los suyos.

 

– Es malo... mucho…

 

– ¿Quién? Ni que fuera Voldemort…

 

– Peor.

 

– ¿Quién puede ser peor que Voldemort? No exageres Ras.

 

          El ojigris trago fuerte y susurró bajito:

 

– Potter… Harry Potter… soy hijo de Harry Potter…

 

          Oph, arrodillado junto a su hermano, cayó de culo al suelo con la noticia.

 

– No… imposible…

 

– No hay error… yo mismo leí su ficha…

 

– ¡Padre especificó que quería un mago Slytherin! ¡¡¡Mestizo y Slytherin!!! ¡¡¡Experto en duelo y en pociones!!!

 

– ¡¡¡El maldito anotó como casa de estudios Slytherin!!! ¡¡¡Es mestizo, se te olvida!!! ¡¡¡Y experto en duelo!!!

 

          El moreno miró al ojigris derrotado. Sentado en el polvoso suelo se pasó la mano por los largos cabellos.

 

– Padre no tiene porque saberlo. Nunca.

 

– ¿Porque va a odiarme, cierto?

 

– Padre jamás te odiaría por ser hijo de…

 

– ¿Su peor enemigo? ¿Su némesis? ¿El culpable de todas sus desgracias? Va a odiarme Oph… Nunca volverá a mirarme a la cara.

 

– Compórtate. Tú no eres así.

 

– Soy hijo de un gry Oph ¿Cómo sabes que no soy así? La mitad de mi sangre es impulsiva, histérica, heroica,  noble… roja. ¡Quiero morirme! ¡Voy a irme lejos, donde Padre jamás tenga que avergonzarse de mi!

 

– Toda la sangre es roja no importa la Casa de Estudios. Y no vas a irte a ninguna parte porque Padre no va a odiarte. Es más… esta espiral de secretos ya ha ido demasiado lejos. Iremos a casa, se lo diremos, se asombrara, se reirá… lo olvidaremos y volverán a América. Yo los alcanzaré una vez inicie el juicio contra el Ministerio Inglés por lo de mi padre… y recupere mi herencia.

 

– Oph no…

 

– ¡No le mentiremos a Padre Ras! Lo he pensado bien. No empezaremos con eso nosotros también. Vamos... – y tendiéndole la mano los apareteo rumbo a Wiltshire.

 

 

 

*****************

 

 

 

          El Ministro Shacklebolt estaba en su despacho cuando le anunciaron que Ronald Weasley solicitaba verlo. Dejando a un lado sus asuntos, le indicó a su asistente que lo haga pasar y se preparó para lo que pudiese venir.

 

– Señor Ministro – el auror se cuadró.

 

– Descansa Ronald. Dime que averiguaste.

 

– Hay algo extraño señor. Los muchachos salieron de la mansión temprano por la mañana. Les coloqué el rastreador como ordenó. Iniciaron una serie de apariciones hasta llegar a Hogwarts; una vez allí, recogieron todo el equipaje dejado en sus habitaciones y lo mandaron encogido, vía lechuza, a su actual domicilio. Tras esto, y sin siquiera despedirse de Minerva los muy desagradecidos; regresaron a  Londres, específicamente a San Mungo.

 

–  ¿Qué hicieron en San Mungo? ¿Alguno está enfermo?

 

– No. Eso es lo extraño. No entraron al hospital. Fueron a la Clínica de Fertilidad que se encuentra enfrente. El menor de ellos, el tal Rasalhague, entró en ella y salió tras unos quince minutos. Luego se aparetearon al  Callejón Knockturn y fueron a un expendio de Magos Haitianos, donde se entretuvieron unas horas… ignoro en que negocios. Tras esto, retornaron a la mentada clínica donde el mayor ingresó disfrazado… luego entró el otro para, tiempo después, salir gritando como histérico… Se aparetearon a un campo cercano a Hogsmeade y allí el chico Snape tuvo una crisis de llanto… No pude escuchar lo que decían pero Lestrange lo consolaba… estuvieron allí hasta que lo calmó y se lo llevó de vuelta a la mansión. Deje a Perkins como relevo y me vine a informar.

 

          Kingsley se quedó analizando lo dicho y luego exclamó:

 

– ¡Claro! ¡La clínica! ¡Allí se embarazó!

 

– ¿Quién?

 

– Malfoy, por supuesto.

 

– Insinúa, señor, que el misterioso padre de uno de esos muchachos es un frasco de esperma de la famosa cliniquita… – la cara de Ron era un poema –  Jajajaja… ¡El gran Lucius Malfoy compró esperma para embarazarse!

 

          Kingsley lo miró feo y el pelirrojo se puso serio enseguida.

 

– Perdón Ministro. Pero no negará que es graciosísimo. Ese mortífago de mierda… tan orgulloso… y rebajándose a preñarse de una probeta. Insultando así a su supuesto linaje y pureza de sangre.

 

– Puedo odiar a Lucius por lo que hizo como mortífago. Pero no puedo dejar de reconocer que amó a Severus Snape desde que era un adolescente. Muerto este y enfrentándose al destierro… se requiere ser muy valiente para tomar una decisión así.

 

– Bueno señor Ministro, si usted lo dice… Pero espere que todos se enteren de donde salió el menor de sus hijos… jajajaja… los muchachos de la oficina van a partirse de la risa. Ni que decir del hurón, se desmayará al saber el origen de su hermanito… jajajaja…

 

– ¿Ron?

 

– ¿Señor?

 

Obliviate.

 

          Y el Ministro  le borró la memoria con un pase de varita. Eliminó todo recuerdo de ese día.

 

– Merlín… donde estoy… no recuerdo nada desde que llegue a la oficina.

 

– Acabo de obliviatearte Ron. Secreto de Estado… Tú entiendes.

 

– He… Supongo… Señor –  el auror no parecía muy convencido pero ni modo –  Usted es el que manda.

 

– Vete a casa, tomate el resto del día. Y gracias por tus servicios.

 

– De nada jefe. A sus órdenes –  y cuadrándose en un saludo dejó la oficina mientras el negro murmuraba:

 

– Así que Clínica de Fertilidad. Lucius…Lucius… ¿en que nuevo lio vas a meternos a todos? Supongo que acabas de adquirir una Deuda de Magos conmigo por mantener tu secreto. Ya sabré yo como cobrarte cuando llegue su tiempo.

 

 

 

*****************

 

          Lucius tenía a su hijo menor aferrado a su cintura, la cara escondida en su pecho hipando sin parar. Suspiró, mirando a su hijo mayor, que le esquivó la mirada y se paró para servirse  también un trago. “Oph tomando, pensó, bien: era bastante malo”.

 

– A ver pequeño, tranquilízate… si no te explicas no sabré como ayudarte. Y por Merlín, deja de comportarte como un Gry o un Huffp… eres hijo de dos Slytherin.

 

          Las amables palabras solo consiguieron que el chico rompa a llorar con más fuerza mientras Oph lo miraba con los ojos abiertos, negando una y otra vez.  “Ok, pensó Lucius, la regué. ¿Pero qué dije de malo?”

 

– Ophiuchus, puedes explicarle a tu viejo padre. No entiendo nada. Encontró a su otro padre. Supongo que siendo sly lo más seguro es que haya sido mortífago y ya este muerto ¿es así?

 

          Oph volvió a negar y vació su vaso de un solo trago. Ras comenzó a temblar.

 

– ¿No esta muerto? Bien. Mejor aún. O peor por lo visto. ¿Qué más da quien sea? No tiene nada que ver con nosotros. Debe ser una vieja serpiente puesto que todos los sly en edad de pelear  estaban con Voldemort… o escondidos para no ser asesinados. ¿Es eso? ¿Era un cobarde traidor a su sangre?

 

          Nueva negativa de su hijo mayor.

 

–No era mortífago, no era viejo, no era traidor… ¡Oh, por Merlín!… era un muchachito… ¿Es eso?

 

          Afirmación del moreno. Gemido del menor contra su pecho.

 

– Jajajaja… así que tu otro padre fue un chiquillo. Espero que no haya sido compañero de Draco o sino este va a matarme. ¿Quién fue? ¿Zabinni? El niño era hermoso y… pero no… Zabinni era sangre pura… como todos… Nott, Flint, Pucey… ahora que lo pienso, no había mestizos en Slytherin durante la segunda guerra…

 

– No era… Slytherin… – Oph se sirvió y se tomó un nuevo trago antes de dejarlo salir.

 

– ¡¿Qué?!

 

– El padre de Ras no era Slytherin.

 

– ¡No es posible! ¡¡¡Específicamente pedí que su casa de estudios fuese Slytherin!!!  

 

– ¡¡¡Demándalos!!!

 

          Lucius respiró profundamente sintiéndose de pronto muy cansado. Su corazón lo amenazó con un ataque pero supo controlarse a tiempo:

 

– Bien, no puede ser tan malo. ¿No era un Hufflepuff verdad? – preguntó asustado.

 

– No padre – Oph lo miró molesto – No era un Hufflepuff, Merlín santo. Deja tu racismo de lado.

 

– ¡No es racismo! ¡Yo ya no soy racista! Si fuera racista no tendría dos hijos mestizos. ¿Pero un Hufflepuff? Afortunadamente no era un Hufflepuff…

 

– Era un Gryffindor – Ras se soltó de los brazos de su padre y lo encaró asustado – Era un maldito Gryffindor padre.

 

          Lucius se llevó la mano al pecho y tuvo que sentarse:

 

– ¿Cómo que… un… Gryffindor?

 

– Un Gryffindor… uno de esos estúpidos e idealistas leones… nobles e impulsivos, mestizos sin cerebro que se lanzan a la muerte sin pensárselos dos veces y por eso jamás llegan a ancianos… esos enemigos tuyos buenos para nada campeones de Quidditch solo porque el viejo come caramelos hacía trampa a su favor…

 

– Ya Ras – Oph lo tranquilizó apretándole el hombro –  Padre ya entendió.

 

–¡¡¡Pero como puedo tener un hijo con un Gryffindor por Salazar!!!

 

–¡¡¡¿Será porque fuiste a una Clínica de Fertilidad a preñarte en vez de follar como todo el mundo?!!! – el ojigris le gritó al borde de un ataque de nervios.

 

– ¿Qué no entiendes que iban a desterrarme? ¿Con quien querías que folle? Severus estaba muerto…

 

– Padre – Oph sintió su tristeza – Ras no te esta acusando de nada. Solo esta nervioso. Debes entender que para él también es difícil.

 

– Ahora lo entiendo – Ras hablaba cabizbajo – Yo jamás encajé del todo ¿verdad? Ophiuchus siempre pareció más hijo tuyo: arrogante, altivo, sereno… Yo era el chiquillo nervioso e impulsivo, que se metía en líos que después su hermano tenía que arreglar. A mí tuviste que repetírmelo 100 veces, a él – señaló al otro – solo una: “uno es dueño de los secretos que controla”. Porque un gry jamás podrá guardar secretos… y yo jamás los callaba… ¡Oh Padre, lo siento tanto!

 

          ¡PLAF!... Un bofetón le volteo la cara.

 

– ¡¡¡Jamás… jamás repitas lo que acabas de decir!!! ¡¡Jamás vuelvas a compadecerte a ti mismo!! ¡Jamás pienses que el ser hijo de un Gryffindor te hace menos mío… o te suplanta en mis afectos! Quiero a Oph como un hijo… pero tú eres mi sangre y él lo sabe. Te amo pequeño… no importa quien sea tu padre. Así fuese el mismo Dumbledore te amaría igual….

 

– Harry Potter.

 

          Lucius, que lo estaba abrazando en ese momento, lo separó de su cuerpo de un empujón y lo miró aterrado, sujetándole los brazos con fuerza. Su respiración agitada y su magia descontrolada hacían vibrar los cimientos de toda la casa:

 

– ¡¡¡¿Qué has dicho?!!!

 

– Que mi padre es Harry James Potter Evans. Salvador del Mundo Mágico y artífice de la caída de Lord Voldemort. Tu antiguo enemigo.

 

          Lucius entonces se sujetó el pecho con fuerza, lanzó un descomunal grito y cayó redondo al suelo mientras una devastadora onda mágica hacía explotar la habitación de la antigua residencia Montague.

 

          El auror Perkins, comisionado para vigilar a la familia, los había seguido a la nueva residencia y espiaba desde fuera. Escuchó la detonación y lanzó un Patronus rumbo al Ministerio.

 

– ¡¡¡Han lanzado una bomba a la nueva residencia de Lucius Malfoy!!! ¡¡¡Los Mortífagos atacan a su antiguo camarada!!!

 

          En cinco minutos una veintena de aurores, con el propio Ministro a la cabeza, se abrían paso entre los escombros.

 

 

 

Continuará…

 

 

 

(1)La fecha de Nacimiento de Lucius Malfoy, según Rowling, es el año 1954 (cumplió 41 años el otoño 1995). Habiendo nacido Severus en 1960, la diferencia de edades hace imposible que hayan sido condiscípulos en Hogwarts. Pero como en este mundo todo puede suceder, yo  le asigno los 41 años en 1998 (año de la Batalla Final) para hacer más creíble mi trama y la de los numerosos fic que abundan en el fandom.

 

 

 

 

 

Notas finales:

Siento en el alma la demora.  Prometo ser más puntual la prox. semana


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