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Rojo Sangre por Hatake Saori

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Notas del capitulo:

EL viernes fue mi cumpleaños, así que la mejor forma de celebrarlo es colgar este capitulo de mi primer fic, ojalá lo disfruten.

Advertencia: Hay violencia, no muy explícita, pero ojo

Ninguno de los personajes me pertenece, son propiedad de Masashi Kishimoto; y la Bella y la Bestia es propiedad de Disney y Charles Perrault

De entre todos los peligros que acechan en la oscuridad de la noche, amparados por las sombras que desdibujan la cara de las víctimas, no hay ninguno que nos aterre más estos días que el tristemente célebre  "Gato negro".

"Enemigos de H, teman", fue el primer indicio marcaría el pronto inicio de esta ola de sangre y terror, encabezada por las víctimas Ino Yamanaka y Chouji Akimichi, conocidos adversarios del clan yakuza Hyuuga, cuyo poder se extiende más allá del control de la policía, cuyos miembros no han movido un solo dedo para capturar al temido sicario.

Como este periódico ha reportado con frecuencia en días anteriores, el conocido "Gato Negro" posee una forma muy particular de actuar, acechando a sus víctimas, para encerrarlas finalmente en su propio hogar, donde el suplicio que les espera es inimaginable, pues este curioso asesino, emplea métodos por demás sangrientos y crueles, cuya imaginación haría sentir envidia hasta a los propios miembros de la Inquisición.

De cualquier forma, hasta ahora las únicas pistas encontradas por las autoridades han sido curiosas máscaras idénticas de un gato (la policía ni siquiera ha encontrado el origen para esto), y unos impresionantes cuadros gore, representando la escena de la muerte, de un realismo tal, que la mayoría de ellos solamente son vistos por gente altamente preparada, confiando en que ninguna de ellas sufra trauma alguno.

A pesar de todo esto, tanto los empleados de esta editorial así como los lectores, sabemos a ciencia cierta de que ninguno de nosotros dormirá en paz hasta que este sicario, al servicio de la familia Hyuuga (la cual parece adquirir cada vez más y más poder) sea detenido, pues es obvio que la combinación entre un sicario desalmado y un clan hambriento de poder, solo traerá la desgracia a nuestros ciudadanos, que viven atemorizados por despertar y encontrarse con que a algún conocido le han hecho unos de estos famosos retratos.

Así que recuérdelo muy bien, y la próxima vez que se tope con algún tipo con máscara de felino, huya a su casa sin pensárselo dos veces, porque usted podría ser el siguiente.

 

Fugaku lanzó el periódico con asco. Odiaba a la prensa amarillista.

 

Dio un sorbo a su café frío y comenzó a pasearse por su despacho. Si había algo que odiaba en especial de ese periódico, es que en el fondo tenía razón, su departamento de policía tenía órdenes explícitas de no intervenir con los asuntos del Gato Negro. El clan Hyuuga lo tenía atado de pies y manos, porque de no ser así, Fugaku sería el primero en querer echarle guante a aquel desalmado.

 

Pensó en prepararse para continuar con sus investigaciones, investigaciones en las que no se vería afectado nadie importante, aunque fuera culpable, investigaciones cuyos resultados serían el encarcelamiento de adolescentes asustados, o de obreros pobres, cuyo único delito había sido tener la desgracia de servir como chivos expiatorios, cuando sonó el teléfono sobre su escritorio.

 

De mala gana alzó la bocina, solo para escuchar al otro lado de la línea la furiosa voz de su jefe, gritándole que debía de solucionar el problema con la prensa sobre el Gato Negro, que debía de disimular y poner a alguna de su gente sobre la pista del asesino antes de que la opinión pública siguiera destrozándolos.

 

Fugaku colgó aún más molesto que después de leer aquel artículo, debía de actuar pronto, antes de que el Clan Hyuuga decidiera que ya no le era útil y fuera su rostro el que apareciera en alguno de los macabros retratos de los que hablaba el periódico.

 

Debía de encontrar alguien torpe y con muchas ganas de cooperar en el caso, sin que sospechase nada y sin que tuviera la menor posibilidad de enfrentarse cara a cara con el Gato Negro.

 

En ese momento, la puerta se abrió y entró un remolino de cabellos rubios, con rostro atolondrado y grandísimos ojos azules de aspecto distraído

 

-Capitán Fugaku-llamó al entrar-me han enviado a reportarme con usted.

 

El hombre lo observó fijamente, de la cabeza a los pies. Minato Namikaze era nuevo en aquella cuadrilla, era más joven que el resto de los miembros y bastante distraído, con frecuencia había sido amenazado con el despido en caso de otro error.

 

Fugaku sonrió. Era justo lo que necesitaba.

 

···

 

Un joven rubio corría a toda velocidad por una calle, intentando alcanzar a un chico de su misma edad, pero de cabellos negros y piel muy pálida, que contrastaba altamente con la morena del rubio.

 

-Sasuke-teme-gritó, saltando sobre la espalda del otro-creí que me esperarías a la salida del instituto

 

El moreno lo observó sobre su hombro, clavando sus profundos ojos en el atractivo rostro del chico. Finalmente suspiró con resignación y dijo:

 

-Eres tan lento dobe, que nos haríamos viejos si te esperara a la salida del instituto-le reprendió, mientras caminaban juntos, uno al lado del otro, con sus manos rozándose ligeramente

 

Naruto miró a Sasuke con un poco de molestia, pero cualquier queja fue acallada en el instante en que el moreno le tomó por la nuca y le plantó un apasionado beso en los labios.

 

Al separarse, ambos sonrieron, y continuaron caminando hasta la casa del rubio, donde ya les esperaban el resto de la familia Uzumaki.

 

-Sasuke-saludó la madre de Naruto, Kushina, una joven mujer de cabellos pelirrojos-me alegro de que hayas venido a comer a nuestra casa

 

-Siempre es un placer-respondió el chico con educación, mientras Naruto le daba un golpe en el brazo en forma de burla

 

En la pequeña mesa, ya se encontraba el hijo mayor, Deidara, tan parecido a su hermano que de niños incluso su madre los confundía, y su padre Minato, que sostenía el periódico de ese y día lo leía con el ceño fruncido.

 

-¿Problemas con el "Gato Negro"?-preguntó Sasuke mientras se servía un poco de arroz-¿no han podido averiguar nada?

 

Minato suspiró y bajó el periódico, sirviéndose también un poco de arroz en su plato, y manteniendo un silencio algo misterioso

 

-¿Qué pasa papá?-preguntó Deidara con la boca llena de comida, y con el resto de los presentes mirándole expectantes

 

-Me han asignado el caso-anunció con una radiante sonrisa en su rostro y, mirando a Sasuke, añadió-tu padre me lo ha confiado esta mañana

 

Los cuatro se quedaron helados ante la noticia

 

-¿Estás seguro papá?-se extrañó su hijo mayor, mirándolo de arriba abajo, en busca de alguna señal que delatara que su padre sería un policía competente-es que tú no eres muy...

 

-Cállate Deidara-le espetó su madre y corrió a abrazar a su esposo-estoy tan feliz por ti cariño, este es el reconocimiento a todo tu esfuerzo

 

-Felicidades-comentó Sasuke fríamente

 

El único que no había dicho palabra había sido Naruto. Al igual que su hermano, estaba seguro de que, a pesar que su padre estaba lleno de buenas intenciones, sus habilidades como policía no le ayudarían cuando tuviera que enfrentarse con el famoso asesino.

 

Naruto tenía miedo por la seguridad de su padre, él mismo había visto muchos de los cuadros del "Gato negro", ¿a quién en su sano juicio se le ocurriría encargarlo de un caso tan importante y peligroso?

 

-Deberías de renunciar-aconsejó, rompiendo el silencio y ganándose una mirada desilusionada por parte de su padre-no lo tomes a mal-corrigió enseguida-pero será muy peligroso, no me gustaría que algo te pasara-añadió angustiado

 

Minato le sonrió a su hijo, y dijo con tranquilidad

 

-Naruto, yo soy un buen policía, a pesar de lo que piensen algunos- aclaró, mirando de reojo a Deidara-estoy seguro de que puedo con este trabajo, debes de confiar en mí, ¿lo harás?-preguntó amorosamente

 

Naruto dio una seca cabezada, sonriéndole también a su padre

 

-Además, estoy seguro de que mi padre no asignaría un caso tan importante si no estuviera seguro de que Minato es perfectamente capaz de realizarlo-dijo Sasuke, apretando con cariño la mano del rubio

 

Deidara miró al resto de su familia, negando con la cabeza, como si estuviera seguro de que con todo eso no sacarían nada bueno, a pesar de lo que su padre dijera, él había sido testigo de que no podría ni atrapar al perro sin llevarse unas cuantas mordidas...

Notas finales:

Espero que lo hayan disfrutado, la proxima semana el siguiente capitulo ocn mas sorpresas. No olviden dejar sus comentarios.

Hasta la próxima


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