Lo miré de nuevo. Lo revisé, leí las instrucciones por cuarta vez, esperando que me hubiese equivocado. Continué mirando a aquél pequeño objeto, era la tercera vez que lo intentaba, y todas daban el mismo resultado…
Escuché como alguien tocaba la puerta de mi departamento. Escondí lo que tenía debajo del sillón y fui a abrir.
-Hermana Risako, ¿Qué haces aquí?- pregunté al verla en la entrada. Estaba vestida de negro, creo que venía de trabajar, con su bolsa en brazo derecho y me miraba seriamente.
-Hola, Shinobu, también me da gusto verte. Vine a buscar unos papeles que olvidé en el departamento de Miyagi… pero toqué y él no se encontraba. – me dijo ella.
-Sí, mencionó unos que tenía que ir a hacerle unos extraordinarios a unos alumnos-
-Bueno, pensé que, ya que ustedes dos son vecinos y él se convirtió en tu tutor personal, ¿me preguntaba si no tenías la llave de su departamento?-
Lo pensé durante un momento, pero al final afirmé. Aunque tal vez Miyagi me regañaría si lo supiera, pero, bueno, él no tiene porque enterarse.
Tomé la llave que guardaba con mucho cuidado dentro de un cajón en una mesita de la sala. Mi hermana me siguió todo el camino hasta la casa de MIyagi, yo me mantenía atento a cada uno de sus pasos. Cuando entramos prendí la luz y ella fue directó a la habitación de Miyagi, yo la seguí.
Al entrar a la habitación Risako veía en el closet, mientras yo la miraba a ella. Entonces noté que había una playera mía cerca del pie de la cama, espero que Risako no la haya visto, la pateé hasta que quedó debajo de la cama.
-Aquí están - dijo, tomando unos sobres.
-¿Porqué aún hay de tus pertenencias aquí? -
-Cuando la gente se muda toda junta, no hay nada que olvidar, pues todo se lleva, pero cuando solo se muda una persona de las de ahí, termina confundiendo sus cosas con las de otros. De hecho, incluso Miyagi sigue yendo a mi casa por pertenencias que me llevé accidentalmente -
Ya afuera, me aseguré de poner llave. Esperaba que mi hermana se fuera ya, pero ella se detuvo un momento y se puso cabizbaja.
-Shinobu... hay algo que debo decirte...- susurró, mientras seguía viendo al suelo
-¿Qué es?- la miré. Ella levantó la mirada para encontrarse con la mía. Noté que lo dudo por un momento.
-Sinceramente, no se como esto pueda afectarte, pero quiero que comprendas todo, que entiendas y que me apoyes -
-Hermana, me estás asustando, ¿que sucede?-
-...Shinobu... estoy embarazada... ya voy a cumplir 5 meses, pronto no podré ocultarlo... mamá y papá no lo saben aún... tampoco Miyagi...-
Me quedé pensándolo durante unos momentos más...
-¿Qué dijiste?- pregunté, esperando haber escuchado mal
-Que estoy embarazada-
-...¿Qué?...-
-Voy a tener un bebé en cuatro meses, Shinobu...-
-...........- yo aún no lograba entender, no quería entenderlo.
Risako me miró con cara de culpabilidad, esperaba que yo dijera algo, y yo quería decir algo para romper este silencio tan incómodo.
-...Pues... felicidades... no se que decir, que bueno que vayas a tener un bebé...-
-...Sí... gracias, hermanito...-
-... Pero... ¿quién es el papá?- le pregunté. En verdad, eso era lo que más me preocupaba de todo este asunto.
-... Pues, ese es el problema...-
Me miró fijamente, creo que quería ver mi reacción.
-... Es Miyagi...-
Esas palabras me atravesaron como si fueran una bala, enseguida sentí mi corazón desmoronándose, mi mente se nubló y mi cuerpo luchó por no llorar ni desmayarme
-...Pe-pero... ¡¿Cómo?! ¡Ustedes dos ya se divorciaron hace casi un año, ¿cómo es posible que estés embarazada de él?!- sin darme cuenta había comenzado a gritar
-A veces la gente hace cosas estúpidas, Shinobu -
-¡¡Muy estúpidas!! ¡¡¿Cómo pudieron?!! ¡Ustedes se divorciaron porque ya no se amaban! ¡Entonces, ¿porqué?!-
-Shinobu, tranquilízate, no es nada del otro mundo, estás cosas pasan muy seguido, y la gente tendrá que aceptarlo tarde o temprano. Me di cuenta de que aún estoy enamorada de él, nunca fue mi intención divorciarme, yo no quería. Traté de hacer que Miyagi me hiciera caso, que al menos se molestara conmigo - Risako comenzó a derramar lagrimas- ¡Pero no lo hizo! ¡Yo nunca le importé! ¡Ni siquiera se tomó la molestia de odiarme, de gritarme! ¡Él ya había perdido todo el interés en mí! -
-... Pero... entonces...-
-Miyagi aún no me ama, eso es lo que yo creo... pero trato de negármelo a mi misma. Tal vez si le digo lo del bebé regrese conmigo y aprenda a quererme - mencionó aún en lágrimas.
Nos quedamos callados durante un rato, y luego de un rato más, Risako se fue.
Entré a mi departamento, me tiré al sofá, miré al techo unos momentos, y mis lágrimas volvieron a caer.
“Nos besamos” “Dormimos juntos” “Pero… ¿alguna vez fuimos algo?”
“Miyagi nunca dice que me ama… Nunca ah hecho algo lindo por mí” “Incluso olvidó mi cumpleaños…” “No puedo llamarnos novios o amantes…”
.
.
.
“Tal vez… solo soy su juguete…”
Me dormí en aquél sofá, tratando de ahogar mis lágrimas y gemidos de dolor.
-Shinobu. Hey, Shinobu. Despierta-
Cuando abrí los ojos, Miyagi me miraba fijamente.
-Mi…¿Miyagi? ¿Qué haces aquí tan temprano?- me levanté
-¿Temprano? Idiota, son las 9. Llegué y pensé que era raro no verte por mi departamento, así que vine a saber como estabas. ¿Enfermaste?-
-Estoy bien, Miyagi- le respondí
-Tus ojos están hinchados –
Oh, no. ¿Qué tal si pregunta? Desvié la mirada, no quiero que me vea de este modo tan vergonzoso.
Sentí su mano acariciando mi rostro, y después me forzó a verlo y me besó.
-M…Mi…Miyagi, basta… No…- Traté de quitarlo de encima. En estos momentos yo estaba realmente molesto, no quería ni verlo. Pero costaba trabajo resistirse a alguien como el…
Me tiró sobre el sofá y comenzó a besar mi cuello, mientras desabrochaba mi camiseta.
-Ah… detente –
-Con ese tono, no lograrás convencerme- sonrió
-Basta… Miyagi… No – traté de detenerlo mientras lamía mi pecho. -¡¡BASTA!!- En algún momento logré zafar mi pierna derecha y patearlo.
-¡Oye! ¡¿Qué rayos te pasa?!-
-¿Solo soy un juguete para ti?-pregunté directamente
-¿Eh?-
-¡¿Es eso todo lo que yo significo para ti?!-
-¿De que hablas Shinobu?-
A pesar de que yo había comenzado a llorar fuertemente, lo miré directamente hacia los ojos.
-¡Si mi hermana es mejor que yo, ¿porqué no te vas con ella?!-
-¿Risako? ¿Qué tiene que ver Risako en todo esto?-
-¡¡ESTÁ EMBARAZADA!!- le grité tan fuerte que mi voz se agudizó notablemente en la última palabra.
-…Risako…¿está embarazada?...¿qué?...bueno…felicidades, bien por ella-
-¡¿Bien por ella?! ¡¡¿BIEN POR ELLA?!!-
-¡Shinobu! ¿Quieres tranquilizarte un momento y explicarme bien cuál es el problema?-
-…Tu eres el padre…-
-¿Ha?-
-Mi hermana vino hace unas horas para darme la noticia… y ella… asegura que tu eres el padre del ese bebé…- Mi voz comenzaba a quebrarse por el llanto. No podía soportar que el hombre que más amaba en este mundo fuera el padre de mi futuro sobrino.
-…- me miró durante unos segundos, paralizado -¡¡¿QUÉ?!! ¡¡ESO ES IMPORSIBLE!!-
Y así se encontraba la escena: El sillón en medio de la sala. Yo en una esquina de éste, llorando, abrazando fuertemente una almohada, ahogando mis gemidos en ella. Y Miyagi paralizado en la otra esquina, mirándome con los ojos totalmente abiertos.
-Y eso no es todo- murmuré
-¿Ah? ¿Hay más…?- me miró impactado
Saqué de debajo del sillón un aparato con forma de termómetro y se lo entregué.
Miyagi lo miró y no pareció entender bien lo que pasaba, así que le dije todo…
-Yo también estoy esperando un bebé tuyo…- susurré lo suficientemente fuerte para que el escuchara, mientras ocultaba mi rostro en la almohada.
Ya que no escuché nada de su parte, levanté la mirada un momento y él se encontraba petrificado.
Luego, se desmayó…