> NATURALEZA HUMANA <
Capitulo 1 de 3
Un gran salón, las luces alumbrando todos los recovecos de este, los invitados a el aniversario de boda del maou bailaban alegremente mientras la banda tocaba sus canciones, en el centro un ángel rubio bailaba con su pequeño angelito moreno, como su padre. La verdad era que no estaban "bailando" simplemente daban vueltas o el niño se subía en los zapatos de su "madre" para hacer como si bailara profesionalmente.
Desde uno de los rincones del salón unos ojos negros seguían cada movimiento que hacia la encantadora pareja, cogió una de las sillas que se encontraba apoyada contra la pared y la acerco a la mesa en donde estaban las bebidas, esa noche necesitaría muchísimas. Todos los años era así, los recuerdos están dentro de su mente y de allí dentro nada podría sacarlos.
Se coloco de manera que pudiera ver a los dos ángeles y se sirvió un vaso de vino. El amargor le recordaba a su pesar, se arrepentía de tantas cosas, maldecía una y otra vez su estupidez y el hecho de ser humano.
Al fin y al cabo el humano es el único animal que tropieza con la misma piedra dos veces.
Cerro los ojos tragando el liquido, podía haberlo tenido todo y sin embargo llegando a las ultimas consecuencias de su arrojo lo perdió todo.
Ya era imposible los recuerdos empezaron a fluir como esa sustancia roja que reposaba en su vaso.
Fluyendo, fluyendo, hasta el verdadero principio de toda esa fatalidad, cuando aun lo tenia... y por su estupidez lo dejo marchar.
Yuuri corría por el castillo intentado encontrar a su prometido. Era la hora de sus lecciones y seamos sinceros, no le apetecían, en ese momento el único capaz de ayudarlo era el rubio que había desaparecido por completo.
Desde que le había dicho a Wolfram sus sentimientos por el, este había dejado de acosarlo tanto, con la inevitable consecuencia de no pasar mas tiempo juntos y no ser capaz de encontrarlo cuando se le necesitaba.
Al fin vio como una melena dorada salia de una de las numerosas habitaciones que había en ese pasillo.
" Wolfram hace tiempo que te busco"
Wolfram simplemente lo miro y se dio la vuelta dispuesto a seguir su camino.
" ¿ no vas a decirle nada a tu prometido?"
" para que, me estas volviendo a utilizar para escaparte de tus clases."
Yuri se acerco y planto un suave beso en sus labios. " sabes que no es solo por eso, me encanta pasar tiempo de calidad contigo."
paso sus brazos por la estrecha cintura del rubio. Dispuesto a degustar de nuevo esos apetecibles labios rosas fue acercando la cabeza, siendo interrumpido por un carraspeo de garganta detrás de el.
" le agradecería a su majestad que fuera a atender a sus clases, en vez de ir por ahi corrompiendo a mi hermanito." la voz de Gwendal ponía fin a su diversión.
Espero un momento a que el hermano mayor de su prometido a.k.a. Protector de la inocencia de Wolfram hasta el matrimonio y si podía evitarlo hasta el fin del mundo volviera a meterse en su despacho.
" creo que tu hermano te tiene puesto un localizador para evitar que te haga algo."
" no hace falta un localizador si lo hacéis delante de mi despacho."
la potente voz de Gwendal se oyó desde el otro lado.
" Yuri vayamos a nuestra habitación y cerremos la puerta con llave de esa manera no nos podrán interrumpir." cogió la mano del rey y salio corriendo al tiempo que la puerta se volvía a abrir, esta vez mas violentamente que las anteriores.
" no creas que os dejare ir, vuelve ahora mismo aquí Wolfram."
pero los prometidos no pararon hasta que en efecto llegaron a su habitación.
" sabes que con esto la enorme falla entre tu hermano y yo se abre aun mas." la relación de Yuuri con Gwendal no había sido muy agradable desde que este ultimo le había pillado proponiendo le a Wolfram que de vez en cuando le dejara tocarlo y darle besos para ir acostumbrándose al contacto.
" no creo que te mate." la mirada que le dirigió su prometido hizo que soltara una risilla. " bueno, y mientras mi querido hermano entrometido planea algo para matarte sin ser acusado, que quieres que hagamos."
Yuri se quedo pensándolo un momento. " ya lo tengo, por que no me haces un pase de modelos." sonrió abiertamente,mientras veía la cara de perdido del rubio.
" y que es eso."
" bueno mi madre te mando muchísima ropa, y aun no la he visto toda, así que por que no te la pruebas y te digo mi opinión." realmente no le interesaba la ropa si no el rubio.
" pero es que no me gusta lo que me ha mandado esta vez." dijo mientras miraba hacia don de había dejado la bolsa con toda la ropa. " me dijo que intentara colores nuevos, pero a mi solo me gusta el rosa y el azul."
Yuri lo pensó un momento, la verdad es que tan solo había visto al rubio con esos colores o algunos de la misma gama.
" venga pruebatelos, muchos de ellos los eleji yo, he incluso los pague con mis ahorros."
Wolfram se sonrojo mientras miraba ahora aun mas fijamente la bolsa con la ropa.
" he dicho algo malo?"
" no," el rubio giro la cabeza, " pero..." se mordió el labio mientras el sonrojo se acentuaba aun mas.
" cuéntamelo haber si voy a cometer el mismo error con otra persona, yo tan solo te quiero a ti." le abrazo y dejo reposando su barbilla en el hombro de Wolfram.
" bueno, es que regalar ropa a una persona significa que la quieres desnudar."
aparto la cabeza y lo miro a los ojos buscando algún indicio de que eso era broma.
" a lo mejor si que quiero."
" ¡ Yuuri!" el rubio grito indignado.
" venga pruebatelos, te prometo que no haré nada de lo que Gwendal cree que voy ha hacerte." y eso era una lista infinita.
Wolfram cogió la ropa.
" cuales son los que tu me has comprado."
" los camisones."
Wolfram cogió unos cuantos, encerrándose con ellos en la habitación que había continua a la del rey.
Yuuri no supo cuanto tiempo había esperado, pero cuando escucho el ruido de la puerta abriéndose y subió la cabeza la imagen de un ángel se le vino a la cabeza.
El rubio había elegido uno de los camisones mas sencillos, era muy simple el cuello tenia forma triangular y se podía a atar por un cordel que colgaba de los picos, mangas largas con un poco de encaje al final de ellas y largo, los pies del rubio eran cubierto por la tela. Pero el brillo del satén blanco le daba a Wolfram un aire celestial.
" que tal. si no te gusta me pruebo otro."
" no, simplemente estaba pensando."
Wolfram conocía ese juego, Yuuri quería que le preguntase.
" en que."
" deberías de llevar un traje parecido para nuestra boda."
Wolfram se sonrojo completamente.
" que estas diciendo idiota."
" si y cuando estemos casados, yo te cogeré así." se acerco a Wolfram pasando le un brazo por las rodillas y el otro al hombro, cargándole en la típica posición de recién casados. " y entonces te dejare en la cama y..." Yuuri lo había llevado hasta la enorme cama mientras hablaba, ahora posicionado encima del hermoso ángel no sabia como seguir, los ojos verdes le tenían cautivado.
" y entonces?"
" entonces..." no podía recordar muy bien como fue todo eso, su mente se nublo y lo único que llegaban a su imagen era Wolfram, Wolfram, y Wolfram. Empezó a devorar esos labios, pasando al cuello, dejando marcas, el pensamiento de poder ponerle algo que lo identificara como suyo estaba volviendo le loco. Si antes había pensado que ese camisón tan largo le venia perfecto al rubio, ahora lo maldecía, no sabia donde estaba el final por lo que le era imposible dejar de besarlo y quitarle la prenda.
" Yuuri, para." el rubio había recobrado su sensatez.
" pero no has dicho." le beso de nuevo. " que si te regalo ropa es porque quiero desnudarte." le volvió a besar.
" pero no estamos casados."
" mañana fijaremos fecha de la boda."
Wolfram lo miro sorprendido unos instantes, sus ojos se humedecieron.
" pero, si te dejo, prometeme que nunca me abandonaras, si lo hacemos no me abandones, no podría soportarlo."
" seria un idiota de abandonar a un ángel."
con eso volvieron a besarse.
Yuuri volvió a su trabajo de intentar quitarle el camisón a Wolfram, mientras el rubio soltaba gemidos, que el rey grababa en su cabeza.
Al fin consiguió encontrar el final de esa condenada ropa, subiéndola rápidamente, empezando a besarle el pecho bajando por las piernas.
Wolfram no dejaba de decir su nombre lo único que conseguía que sus instintos ganasen a su racionalidad.
La verdad era que aun que sabia que eso podía suceder, una vez que acepto sus pensamientos, nunca se intereso por ver que se suponía que debía de hacer. Al fin y al cabo sus antepasados no tenían Internet y aun así el hecho de que el estuviera vivo era una muestra de que ellos lo descubrieron por su cuenta.
Una vez que noto que no había ningún lugar libre sin un beso suyo, sujeto las piernas de su prometido para poder colocarse entre ellas.
Podía oír la voz de Wolfram de fondo, pero realmente no escuchaba nada, su mente estaba en otro sitio completamente distinto.
Miro a los ojos a Wolfram, estos tenían un deje de miedo pero no pararía, si lo hacia luego se arrepentiría. Cogió sus manos entre las suyas y apretándolas fuertemente fue presionando su miembro en la entrada de su prometido, hasta estar completamente dentro. El placer le lleno todos sus sentidos, pero el grito de dolor del rubio le hizo darse cuenta que había hecho algo mal. Abrazo fuertemente a Wolfram, diciéndole palabras de amor en el oído intentando le tranquilizarlo, mientras hacia un esfuerzo sobrehumano para que sus caderas no se movieran por si solas.
Cuando noto que Wolfram se había calmado un poco volvió a donde lo había dejado. Su mente no procesaba ninguna información, simplemente le pedía mas de ese calor que producía la fricción de los dos amantes. Debajo suyo Wolfram empezó a gemir, lo que hizo que aumentara la velocidad de sus penetraciones, hasta que el tampoco podía contener sus gemidos y termino viniéndose dentro del cuerpo del rubio, que al sentirlo no pudo aguantar mucho tiempo mas.
No quería salir del interior de su amante, pero el quejido del rubio no le dio mas oportunidades. Cogió las sabanas y se tapo a ambos.
" te amo."
" no me dejes mi amor."
y ambos quedaron dormidos.
A la mañana siguiente todo fue casi un desastre, Wolfram se levanto con fiebre, y por mas que el quería ir a llamar a Gisela el demonio le hizo prometer que no lo haría. Por lo que tuvo que pasársela todo el día inventando escusas por su prometido, e intentando evitar las miradas asesinas de sus hermanos, si, hermanos, al parecer Conrart también sospecho algo. Y aunque era bien sabido que Gwendal era como un padre para Wolf Conrart era como su madre. Una madre que puede atravesarte con una espada "accidentalmente".
Nunca había tenido tanto estrés, pero estaba dispuesto a pagar con su vida a cambio de haber sido el quien había abrazado al príncipe rubio.
Esa misma noche cuando Wolfram ya se sentía en condiciones de salir de la habitación, muy para el pesar del rey que prefería que guardara cama durante mas tiempo.
Fue fijada la fecha de la boda, ambos prometido entraron en la sala preparada para la cenar los dos entrelazando sus dedos. " es un símbolo de nuestra unión que nadie puede romper." le había explicado el demonio de fuego antes de entrar. Las reacciones fueron casi inmediatas.
Tras unos minutos de shock por la noticia Gwendal se levanto de su asiento, su cara llena de arrugas nuevas.
" no tolerare esto." llevo su mano hacia la mesa y cogiendo un cuchillo se lo enseño claramente al rey antes de lanzar lo al suelo. " si quieres robarme a mi hermanito entonces pelea por el." la amenaza de una muerte lenta y dolorosa escrita en el ambiente.
" no puedes hacer eso, ya estamos prometido."
" pero nunca pensé que llegaríais a casaros."
Yuuri fue a contestarle, pero en vez de eso fue lady Cherie la que se levanto, cogió el cuchillo.
" acepto el duelo."
" pero madre." el grito vino de los tres hermanos."
" no dejare que por culpa de tu irracionalidad Wolfram acabe como yo, dejalo ser feliz con la persona que ama." dicho esto se giro hasta quedar en frente de Yuri, lo apunto con el cuchillo. " y tu, si alguna vez le haces sufrir te acordaras de mi. Ademas dejare que mis hijos hagan lo que quieran contigo, la próxima vez no los detendré."
Gwendal sonrió complacido. Al igual que todos los demás presentes, tanto fuera y dentro de esa habitación.
Ninguno de los 10 nobles tuvo ningún inconveniente, aunque algo parecido con lo de Gwendal sucedió con Waltorana que no quería permitir que alguien simple se casara con su sobrino, pero al final consiguieron convencerlo. Por supuesto la cosa no se quedo allí, Wolfram fue trasladado de la habitación del maou, a la suya propia, barrera inútil para el amor del rey y su prometido, que se veían en secreto por las noches.
Todo era tan perfecto, que mas de una vez pensó en lo idiota que había sido de no alcanzar su felicidad antes.
Hasta aquel día...
Llevaba hay desde esa mañana firmando papeles, no era que hubieran muchos, pero últimamente Wolfram entrenaba con sus soldados debajo de su ventana. Y eso le distraía de una manera placentera. Últimamente, gracias a esa posición, había estado observando los entrenamientos que Wolfram hacia. Podía asegurar que era un gran líder. Sus estrategias erran perfectas, y la idea de entrenar en grupos de 4 o 5 en vez de en parejas estaba bastante acertada.
Justo en ese momento empezaba ha hacer los grupos. Podía observar como uno de ellos se colocaba en el centro y los demás atacaban.
Siguió firmando, hasta que el grito de Wolfram dando ordenes le volvió a llamar la atención. el rubio siempre explicaba pacientemente como debían de defenderse y atacar y en ese momento decidió hacer una demostración.
Para el pesar de Yuuri se puso en el centro y le dio orden de que le atacaran. El rey lo miro fijamente, y sintió que algo no iba bien, Wolfram sudaba demasiado y aunque su piel era pálida tenia un color que no era sano. Y para colmo 5 soldados corrían hacia el con la espada en alto, Yuuri lo observo todo dispuesto a parar el mismo la demostración, aunque eso significara una semana de abstinencia, la salud de su Wolfram era lo primero. Pero no le dio tiempo a abrir las ventanas. La figura de Wolfram desplomándose en el suelo le hizo salir corriendo hasta el campo mientras gritaba por auxilio.
La música dejo de sonar todos los presentes que habían estado bailando aplaudieron a la banda. El niño cogió de la mano al ángel rubio dirigiéndolo con una cara de inocencia y excitación contenida al jardín.
Yuuri levanto la cabeza de la copa ya vaciá. Se sirvió otra y se fue hacia el balcón, para poder seguir observando a los dos ángeles.