Un Asunto Embarazoso
-¿Estas embarazado?-, Gwendall no lograba salir de su asombro, mientras Conrad dejo desplegar una gran sonrisa por su rostro.
-Felicidades Wolfram- , escucho este mientras seguía mirando el piso.
Poco a poco su hermano mayor fue saliendo de su estado de shock, bueno al menos sabia que su hermano ahora si seria feliz, por ello debería hacer oídos sordos a su voz interna que le decía sin cesar que debía matar al Maou, pero luego recordaba que su sobrino o sobrina necesitaría un padre y su pequeño hermano un esposo.
Un sorprendido castaño que intentaba no hacer notorio su estado, pensaba en lo sorprendido que estaría el joven rey al saber que seria padre, aunque le preocupaba un solo detalle.
-Hablare con el Maou, el debe hacerse cargo de sus responsabilidades, la tal Maki tendrá que irse a su mundo, mas le vale que haga valido el compromiso- dijo el demonio de tierra mientras un castaño intentaba de tranquilizarlo.
-No te preocupes Gwendall, el jamás deshonraría a nuestro hermano, después de todo estuvieron varios años comprometidos-
Todo eso era cierto, habían estado comprometidos por años, para ser exactos diez años, de los cuales su comportamiento con el rubio siempre fue de amistad. Ante los ojos de todos su unión solo seguía por la felicidad de la pequeña princesa, pero una vez que esta tuvo que hacerse cargo de su propio reino las cosas cambiaron, el rey se mostraba distante con el demonio de fuego, aunque seguía acompañándolo como su guarda espaldas, aunque en ocasiones era separado de este en plena misión, siendo enviado a patrullar ciertas irregularidades en la frontera, al principio esto le irritaba, sentía pena, algo estaba pasando, los celos comenzaron aflorar con mas fuerza, como siempre lo acusaba de infiel, pero luego volcó su ira contra su propio hermano, comenzando una pelea que definitivamente el “León de Ruttenburg”, no perdió, aunque pensó en hacerlo.
-¡Ya basta!- , grito entonces el Heika, quien sin aviso previo se marcho a su mundo.
Regreso hasta dos meses después, apenas hablaba con el rubio, aunque este constantemente le pedía perdón y estas fueron aceptadas de buen agrado, la distancia siguió entre ellos. El monarca comenzó a viajar seguido a su hogar en la tierra, nadie le ponía problemas con excepción de su prometido.
El reino vivía tiempos de paz, según Gunter su Heika se merecía unas buenas vacaciones y si eso significaba estar lejos de cierto mocoso malcriado todos deberían apoyarlo por el bien de su salud. Lo que nunca se imagino fue que este no volvería hasta dentro de tres meses, peor aun, se había marchado nuevamente a su mundo de origen.
Todos notaron que su rey regreso mas repuesto, contento, el único que noto algo raro fue su prometido. Se comportaba muy extraño en su presencia, a veces mas enclenque de lo habitual, otras muy frío, solo cambiaba su actitud cuando ellos iban de visita a SURITA, para ver a Greta, o cuando esta les visitaba.
Cada dos semanas sin falta viajaba nuevamente a su hogar quedándose casi hasta por una semana, si cierto General no hubiera amenazado con mas papeleo a su regreso de seguro no volvía hasta cumplido el mes.
Una noche el rubio no lo sintió llegar al cuarto que compartían, después fueron dos, tres, cuatro, pensó que debía estar molesto por algo que había hecho, ya que en esos años, cuando Yuri se molestaba en serio con él, dormía en un cuarto de huéspedes.
Lo máximo que había estado fuera de la habitación real habían sido 3 días, ahora llevaba casi una semana y media. Wolfram deseaba hablarle, pedirle perdón nuevamente por cualquier cosa que le hubiese disgustado, sus estupidos celos siempre eran el causante de todos sus problemas. Con el paso de los años eso no había cambiado a diferencia de la paciencia del moreno. Se llevo una gran sorpresa al descubrir que su compañero no estaba molesto, es mas, le pedía disculpas por preocuparlo, contento el mazoku de fuego lo tomo de la mano indicándole que regresaran al cuarto que compartían, pero este en vez de avanzar se quedo estancado en el mismo lugar. Estaba confundido, primero le dijo que deseaba dormir solo, luego que estaba viejo para seguir cayendo de la cama, necesitaba privacidad, de seguro también él, entonces el rubio comenzó a preocuparse, sin demoras le pregunto que sucedía, porque después de tantos años tomaba esa decisión, cual era la razón real.
-¡Contéstame!-
El moreno con calma intento de explicarle, peo el demonio le gritaba sin cesar sus tan típicas frases.
-¡Infiel!, ¡traidor!-, el Maou notablemente molesto estallo, sin remordimientos le soltó todo lo que guardaba desde su juventud, que no lo amaba, era el quien se metía en su cama y si eso no había cambiado era por consideración a su hija, por el amor que le tenia a esta. Tras escucharlo fue el turno del rubio de reventar, gritaba que no la metiera en la discusión, pero el muchacho de ojos azabaches ignoro por completo lo que le decía, asegurándole que de no ser por ella hace tiempo lo hubiese mandado lejos de su lado, ya no lo soportaba, sus constantes escenas de celos, su acoso constante, su arrogancia, hasta su sola presencia. El joven de orbes verdes sabia que Yuri detestaba algunos aspectos suyos, pero por él había cambiado bastante, de eso podían dar crédito cualquiera que lo conociera, pero ni eso le ayudaba a conquistar el corazón del joven rey.
Perdóname, le pidió nuevamente bajando la cabeza, perdóname repetía suplicante.
Lo único que escucho por respuesta fue un cruel bufido.
-¡Ya basta!- dijo su prometido, -¡no tengo intención de seguir perdonando estupideces!-, lo miro sorprendido, pero antes de volver a emitir palabra alguna su interlocutor lo corto de seco pidiéndole salir del cuarto que ocupaba.
-Lo único que alguna vez podría haber ama de ti fue tu orgullo, lastima que haya sido lo único que perdiste en estos años-, al escucharle decir esto, Wolfram se sintió destrozado. Como no, si se jactaba con ser un orgulloso mazoku de piel y lomo, con cada gota de sangre que poseía en su cuerpo. Ahora venia a decirle todo eso, para colmo era verdad, si, porque con Yuri todo su orgullo moría, por el dejaría todas sus creencias, por aquel mestizo permitiría hasta ser pisoteado, el amor puede corrompernos hasta el punto de no reconocernos, se decía constantemente, sobre todo en ese momento que regresaba a su cuarto.
Continuara......