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ATENTADO EN PALACIO por DRAGIOLA

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Notas del fanfic:

Kyo Kara Maou no me pertenece.

Notas del capitulo:

Como siempre Kyo Kara Maou no me pertenece.

ATENTADO EN PALACIO

 

 

 

Un gran revuelo azotaba las tierras del reino mazoku, todos buscaban a los responsables de lo sucedido que para muchos era considerado e crimen mas atroz desde que comenzaran a vivir una época de paz y armonía.

 

Muchos aseguraban incluso que ni  siquiera bajo el mando del anterior maou se habría vivido algo así.  Para colmo, por mas que se indagaba e investigaban, siempre regresaban al principio, lo cual ponía de muy mal humor al General Voltaire y extremadamente preocupado al joven Heika que desde hacia tiempo solía ser constantemente hostigado por la nobleza para encontrar al responsable de aquel acto tan cruel, cometido hacia un miembro de los suyos.  Y es que, aunque no tuvieran pruebas, los rumores de conspiración sonaban fuerte entre la gente del pueblo, indicando a los posibles culpables.

 

El maou deseaba con fuerzas que el resto del reino no fuera participe de dichos chismes, incluidos las diez casas nobles pero era imposible, los rumores llegaron a convertirse en aseveraciones, hasta el grado de aparecer testigos de segunda mano, que bien se sabe no sirven de mucho.

 

El corazón del rey se oprimía al escucharlos, al principio se negó rotundamente a creerlos, rogaba cada día que el mejor espía de Shin Makoku regresara con la noticia de haber dado con el responsable, pero nada de eso ocurría.  La presión se caía sobre el con fuerza, la angustia crecía y hasta su propio padrino le exigía justicia, dándole a entender que ya no creía lo mismo que él.   Estaba desesperado, quien pudo hacerlo, quien fue, por favor dímelo, le rogaba al rubio que yacía inconciente hace mucho en una cama.

 

El pueblo exigía justicia, los nobles la ordenaban, la familia del afectado estaba a punto de tomarla en sus manos y él que podía hacer, la amaba.

 

Ante los ojos de todos, ella era la zorra tras la corona, la usurpadora del puesto que le pertenecía al mazoku de fuego, la trepadora, hija de un mercader cualquiera, la amante oficial del Heika de Shin Makoku.  Podría ser mas detestada u odiada una persona que ni siquiera conocían, como podían pensar tal atrocidad del amor de su vida.  Fue su culpa, lo sabia, siempre tenia excusas para no dar termino aquel compromiso que tanto le incomodaba, siempre les decía que se trataba de decir que solo se trataba de un terrible mal entendido, mas nadie le escuchaba, como hacer entender a su amigo que cualquier atención para con él se debía al inmenso cariño que se había ganado al estar a su lado y no porque le amara como creía el.

 

Por que el destino era tan cruel, justo cuando había terminado con el rubio y este milagrosamente, en vez de matarlo, le deseo lo mejor en su futura vida extrañamente cae enfermo, envenenado fue la sentencia de Gisela, para colmo estaba inconciente desde entonces, un milagro fue que sobreviviera aquella dosis, decían, mas aun que siguiera con vida, no por el veneno que ya había sido erradicado por completo de su sangre, si no por los rumores de complot en contra de su vida que se escuchaban con fuerza.  Por ello un guardia siempre permanecía apostado en su puerta, quienes fueron considerados de alta confianza por el General, ellos mismos se ofrecieron a dicha tarea aun siendo considerada una misión de bajo rango, ninguno de aquellos hombres permitiría que su comandante sufriera un nudo atentado.  Aquel pasillo en donde se encontraba el cuarto del demonio de fuego, se convirtió en un verdadero refugio, aparte de la guardia antes nombrada, además se le sumaban dos soldados en cada extremo del pasillo, de uniformes verde y café claro.  Los únicos con permiso a deambular por ahí, inclusive entrar, eran familiares, la medico real y el Heika, aunque en algún momento un receloso soldado de azul quiso negarle la entrada, provocado un gran revuelo en castillo que casi termina dejándolo tras las rejas.  Así había llegado el grado de desconfianza en los dominios mazokus, al punto que hasta el propio rey era señalado como posible culpable, claro esta que solo en un pequeño circulo de soldados bishounen.

 

La vida podía ser realmente maldita, acababa de darle la noticia a Isabela, esa tarde firmaría el termino del compromiso, ni siquiera sabia que existiera algo así, de no ser por su amigo, todo estaba listo, si hasta pensaba llevarse consigo  a su nueva prometida en su próximo viaje para que le conocieran sus padres.  La vida no podía ser mas perfecta, ¿¡ENTONCES PORQUE!? ,  ¿¡QUIEN DEMONIOS LE HIZO ESO A SU AMIGO!?  Si, podría ser cierto que aquello fuera posible en el pasado por su detestable comportamiento pero no ahora, había cambiado, nada tenia sentido.

“Celos su majestad, es lo que provoca los peores desastres y catástrofes en el corazón de un ser amado”, le dijo un día Cherry-sama, cuando hablaban, quien apenas vio venir a su amada, no dudo en retirarse molesta. Como podía ser diferente su actitud, aunque la presentara como su novia o prometida, nadie daba crédito a lo que decía su Heika, como podía ser posible, si solo una semana atrás su prometido peleaba por su vida. Fue cuando se percato que solo tres personas sabían de la ruptura, que ningún documento fue firmado, que Gwendal aunque había sido citado aquella tarde, no estaba conciente de porque le habrían pedido aquello, su amigo tenia razón, era un verdadero enclenque, por eso todos apuntaban a Isabela, sus dichosos días de felicidad se transformaron en terribles encuentros donde su pueblo le miraba con reproche, hasta su propia familia, sobre todo su madre, quien se negaba aceptar tal cosa, como ella se refería a su nuevo compromiso, ¿Cómo hacerlo?, si mientras su adorado yerno estaba postrado en una cama, enfermo, su novio ya le había reemplazado, “Yu-chan, como crees que se va a sentir el pobre de Wolf-chan cuando despierte” , le decía constantemente cuando le visitaba, hasta Shori quien jamás mostró agrado por el mazoku le reprochaba.

Con el paso del tiempo las cosas solo empeoraban, nada podía evitar que el pueblo se volcara de simples chismes a hechos, fue así como la joven fue atacada en un mercado, como sus padres eran humillados y expuestos a donde fueran, como una noche la tienda de estos fuera saqueada para posteriormente ser quemada a vista y paciencia de quienes pasaban por ahí, como según las victimas alegaran, suplicaron por ayuda a cuanto soldado vieron pasar pero sin recibirla.

 

¡Basta!, grito un Heika furioso, exigiendo a los responsables con premura, quienes solo fueron  encontrados gracias a las mismas victimas.  El reino estaba a punto de caer en una sublevación popular, los reinos vecinos ya se hacían participes en la indignación tomada por los nobles y al desconcierto por el actuar del rey que logro unir en paz a humanos y demonios.

 

Debía hacer algo, lo sabia pero que.

 

“Exilio”, dijo un castaño a un acongojado monarca que de ninguna manera pensaba alejarse de la mujer que amaba.

 

“Ejecución por alta traición”, dijo un peli gris, ante un rey que quiso matarlo a golpes por tan solo proponerlo.

 

“Pero que esperabas Shibuya, todas las pruebas le acusan, aunque fuera inocente, crees que alguien le aceptara como futura consorte real con todo lo que ha pasado”, dijo un pensativo Murata, tras un angustiado consejo pedido por su amigo.

 

Su única esperanza era Wolfram, debía despertar a como diera lugar, tenia que dar el nombre de algún culpable, sabia que seria difícil, ya que el veneno fue introducido de alguna forma en una bebida o comida, pero para el alivio de todos y desconsuelo del moreno, los habitantes de palacio habían sido descartados, lo que hubiera consumido el demonio venia de fuera, por ello le apuntaban, ya que bien sabido era que el rubio solo consumía unos dulces, traídos por cierta trigueña que  recientemente fuera contratada para dar clases a la hija del rey, quien para gracia de todos solía escaparse provocando que tanto maestra como padre se unieran en su búsqueda.

 

Las dudas también le atormentaban, las palabras de su ex suegra se le clavaron fijo en el cerebro.  Y si fue su indecisión quien causo la horrible pesadilla que vivía, llevaban meses amándose furtivamente, creando excusas para quedarse a solas en las clases de Greta, encontrándose en secreto en las posadas del pueblo.  Daba gracias que su disfraz general fuera modificado por uno traído de su mundo, el cual nadie conocía a no ser su amante.  Cuantas veces se lo pidió, cuantas veces quiso terminar con el, cuantas veces le vio llorar por aquella situación, entonces le decía que la amaba, que no quería lastimar a su amigo, que su hija, su padrino, excusa tras excusa, fieles al cobarde que era.  Estaría aburrida, desesperada, habría querido darle un empujón, su intención seria dejarlo si cargo de conciencia por el sufrimiento que pudiese causar.  No podía mas, la culpa, las recriminaciones, hasta el desprecio de su propia hija no le dejaba pensar con claridad, fue así como le enfrento con todas sus crecientes dudas para recibir una cachetada que claramente no significaba la petición de matrimonio como era costumbre en esas tierras.

“Exíliame”, le escucho decir, “De todas formas mi familia ya no puede resistir mas tiempo esta situación y no pienso dejarles”, su indecisión, no había afectado tan solo a ella, si no también a sus seres queridos y por ello, tras lo que había dicho, ella jamás le perdonaría.

 

Tras un año y medio del atentado de Sir Wolfram Von Bielfield, prometió real del Heika de Shin Makoku, Yuri Shibuya, esto ultimo fue acentuado con énfasis, nosotros los nobles hemos decidido dar la condena de exilio por falta de pruebas a Isabel Swann, que dará inicio a partir de esta tarde, dándole tiempo suficiente de tomar sus pertenencias y marcharse de estas tierras para nunca volver, de hecho contrario deberá atenerse a las consecuencias, tales como, cambio de sentencia, pudiendo transformarse en encierro perpetuo o ejecución por alta traición a la corona, que creemos debió ser la primera elección este día pero que gracias a la magnificencia de nuestro rey, quien no desea manchar con sangre la paz adquirida durante estos años, solo se efectuara la ya antes mencionada.

 

La joven frente a ellos no les daba la cara, ciertamente era culpable, así le veían todos, mas ella con ese acto solo evitaba el tener que mirarlo.  Quien alguna vez le juro protegerla, amarla y cuidarla sin importarle las consecuencias, estaba ahí sin pronunciarse en su defensa.

 

No le vio marcharse, no podía, se le partía el corazón de solo imaginárselo, gracias a Murata supo que llego bien a la frontera, que rechazo el cofre con monedas de oro para su sustento, que su padre muy apenado no se atrevió hacer lo mismo, ya que por todo lo ocurrido su familia no solo cayo en desgracia, si no también en banca rota.

 

Se ausento, por un mes de su reino, deseaba estar solo, reflexionar, llorar, dejarse caer sin verles molestos por su actuar, ante la causante del fatal estado del preciado prometido real.  Cuando regreso todo seguía igual, la gente aun seguía molesta por la condena dada, otros alababan la misericordia de su benevolente rey.  Otros rogaban porque el hechizo impuesto a su monarca por aquella horrenda mujer desapareciera, mientras todo el reino, aunque pareciera increíble, seguía orando a Shinoun por su preciado príncipe consorte.

 

Con el tiempo las heridas se fueron curando trayendo la paz consigo, fue así como una pequeña trigueña lo invito un día al cuarto de su rubio padre, deseaba creer que le había perdonado, aunque sabia que al igual que la condición de su amigo, eso tomaría tiempo.

 

Cada tarde se reunían junto a este, leyéndole historias, contándole anécdotas de los miembros de palacio y recriminándole lo flojo que era al no despertar.  Esto ultimo siempre le causaba gracia, su hija se ponía de brazos cruzados con un gran puchero en signo de molestia para luego poner ojos de cachorro suplicante para terminar abrazando al rubio, dándole un tierno beso en la mejilla que luego el mismo imitaba antes de marcharse del cuarto.

 

El pueblo mazokus se lleno de alegría al enterarse de la grandiosa noticia, ¡despertó!, gritaban, milagro aseguraban, tanto fue el clamor que los súbditos leales llegaron por montones a palacio, todos con caras alegres para brindar sus saludos de apoyo a la familia real, tanto fue el barullo que hasta el propio rey lo creyó cierto cuando llego de un viaje desde su hogar natal.  Un rumor, solo un triste rumor, dijo Cherry-sama, crueldad eso es lo que es, decía un molesto Gwendal queriendo encontrar al culpable, fue un mal entendido sin mayor importancia, aseguro Gunter, quizás no fue intencional, dijo Conrad.

 

Porque papi no despierta, preguntaba una pequeña anegada en lagrimas que enseguida fue tomada en brazos por su reciente llegado padre.  Pronto Greta, pronto, ya veras, le decía a la pequeña para horas mas tardes al encontrarse solo con su rubio prometido regañarle sin tapujos por hacer sufrir así a su amada hija.

 

Despacio, con gran pesar fue abriendo los ojos, nadie lo noto al principio hasta que una asustada sirvienta dejo caer un balde con el cual limpiaba el cuarto del enfermo, nadie le dio crédito, ya que se sabia que la muchacha era bastante asustadiza y en mas de una ocasión había dicho ver cosas que nunca fueron.  Pero aun así, una niña se dio la tarea de estar junto a su padre lo máximo posible, aun si era regañada por escaparse de sus clases.  Cuantas veces el mismo Heika tuvo que salir a buscarla para encontrarla siempre en el mismo lugar, un día de tantos le vio tan placidamente a su lado que no quiso despertarla, pudo notar cuan largo tenia su cabello de rizos dorados, también como su madre insistía en ponerle esos ridículos moños que el ordeno quitarle cuando en cuanto la sexy-Queen no se encontrara cerca de este, sabia bien que su amigo se pondría furioso de saber que el pudiendo evitarlo, no había hecho nada, es mas, de estar los papeles cambiados el haría lo mismo, aunque no podía negar que se veía adorable, casi como una princesa sacada de un cuento de hadas, ese pensamiento provoco un fuerte rubor en su rostro, recordó como su hija tras leer un cuento traído de la tierra, le exigió darle un beso a Wolfram y no uno en la mejilla como el deseaba, el cuento lo decía claramente, si deseaban despertarlo tenia que ser en la boca, aunque al principio se negó argumentando que no serviría, termino accediendo ante las lagrimas y reproches de su niña que no entendía porque no le quería ver despierto.  Tal como se lo imagino, nada paso, para su sorpresa su hija se retiro del cuarto sin decir palabra alguna, desde ese día le ignoraba, apenas le dirigía la palabra.  No entendía lo que ocurría, entonces encontró el cuento, lo hojeo por curiosidad, fue cuando en una pagina encontró una estrofa marcada “Y la princesa despertó tras recibir el beso de su amado príncipe”, marcado abajo con una letra infantil se encontraba una anotación, papa Wolf ama a papi Yuri, papi Yuri ama a papa Wolf =no puede fallar.  En una esquina apenas leíble esta otra frase, no sirvió, el no lo ama.

 

 

 

Continuara...

 

 

Notas finales:

Espero les haya gustado la historia, mañana publico la continuacion y final cuando la pase a la compu.

Gracias a quienes se tomaron la molestia de leerlo.


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