Solos tú y yo… y los demás
Basado en Slam Dunk de Inoue Takehiko, cuyos derechos de autor le pertenecen
By Paz
Capítulo 13: Inesperada visita de otro pelirrojo
William Blair desciende las escaleras del aeropuerto de Narita, tras pasar la aduana y esperar algunos minutos para recoger su equipaje mira con curiosidad a su alrededor, no se trata de una visita de cortesía, el entusiasmo de sus hermanos le han llevado a querer constatar por si mismo si ese país es tan maravilloso como contaban en sus correos, por ese motivo ha conseguido que su expediente académico sea trasladado a una universidad de Tokyo, donde viven algunos parientes, una rama familiar que se ha afincado allí, aprovechara la ocasión para conocerles, también siente curiosidad por conocer al novio de su primo Hanamichi, no por lo que dicen de él los gemelos, sino por lo que no cuentan, él ha aprendido a leer entre líneas y siente que sus hermanos le ocultan algo y esta dispuesto a descubrirlo.
Cuando sale a la calle, no tiene problemas para identificar el servicio de taxis, por ello se acerca decidido tras consultar una vez más la dirección que ha través de un e-mail le ha pasado James.
El acceso al edificio esta abierto, sin inconvenientes toma el ascensor y pulsa el botón correspondiente al piso. Una vez delante de la puerta, tras confirmar que esta en el lugar correcto, al observar que no hay llamador, golpea con los nudillos sin más titubeos.
Le abre la puerta un chico moreno que se le queda mirando con expresión imperturbable.
-Vive aquí Sakuragi Hanamichi? –Pregunta.
-Si…, pero ahora no esta, ¿y tú eres?
-William Blair…, debes conocer a mis hermanos…
-Pasa… -dijo haciéndose a un lado- Descálzate –le pide al ver que hace intención de atravesar el guenkan sin hacerlo.
-Disculpa… ¿puedo? –pregunta antes de posar su maleta junto a un mueble, aunque se ha informado acerca de sus costumbres, es fácil olvidar algunos detalles que para él resultan insignificantes por lo cotidiano.
Rukawa asintió.
Le siguió en silencio hasta una sala. Se quedo de pie indeciso.
-Mi nombre es Rukawa Kaede, tengo diecisiete años y estoy estudiando en la preparatoria Shohoku –se presentó debidamente, con la clara intención de saber que hace allí.
William se dijo que era una forma extraña de presentarte, pero enseguida supuso que allí era normal hacerlo así, por ello se levantó para repetir su mismo protocolo.
-Me llamo William Blair, tengo veintisiete años, estoy adscrito a la universidad de Keio.
-¿Vienes a quedarte? –no pudo evitar hacer una pregunta directa, mientras le señalaba el sofá para sentarse. Esperaba que el resto de la familia inglesa no pensara que era buena idea ir a conocer a Hanamichi en las mismas fechas, su pequeño apartamento colapsaría, además que les estaban quitando intimidad a su relación con su koi y él era muy celoso en ese sentido.
-Dos años, luego ya se verá. –no dijo que su presencia en Inglaterra no era imprescindible, su hermano mayor ya tenía las riendas del negocio familiar junto a su padre, con un poco de suerte, él podía encarrilar su vida entre aquella gente, si encontraba los contactos necesarios para fortalecer allí su futuro sin necesidad de estar trabajando para su familia, por ese motivo había elegido una carrera que no tuviera nada que ver con sus negocios.
-Yo iré a la universidad dentro de un año, estudiaré empresariales. –dijo para animarle a hablar. Desde que los gemelos estaban con ellos se había dejado contagiar por su forma de ser, y como si no le interesara saber de él comentó despreocupado-El viaje se te habrá hecho largo.
-Un poco… -reconoció, todavía era joven para soportar la incomodidad de los trasbordos- Creí que estaban aquí James y Craig…. –comentó al ser consciente que desde que había llegado no hay constancia de su presencia en el piso, son bastante escandalosos y se le hace extraño no oírles.
-Están con Hanamichi. –en esos últimos días su actuación durante los entrenamientos no era la adecuada, por ello, Miyagi le había hecho quedarse después que todos se fueron, los gemelos que habían ido a verles jugar decidieron quedarse con él.
La mirada fija en él se le hizo un tanto inquietante y más al verle pasar la punta de su lengua humedeciendo su labio inferior.
-Supongo que todavía no te has acostumbrado a ver este color de cabello.
-¿Qué te hace pensar eso?
-La intensidad de tu mirada.
Kaede apoyó sus manos en el reposabrazos donde estaba sentado William inclinando su rostro hacia el suyo que retrocedió hacia atrás sorprendido por su movimiento preguntando.
-¿Tardará mucho en regresar mi primo?
-Un par de horas. Si estas cansado puedo prestarte nuestro dormitorio, no creo que a Hanamichi le moleste.
-No es necesario… -dijo perplejo por la proposición y la proximidad del chico, nunca antes se había sentido nervioso, al contrario, era él quien les inquietaba, había crecido con la certeza de ser guapo y que su aspecto general atraía por igual a hombres y mujeres. Empezaba a darse cuenta que era peligrosa su cercanía- Puedo esperar a mis hermanos, supongo que estarás deseando que se vayan, iremos a un hotel los días que les quedan.
-No es necesario. Tu también puedes quedarte si quieres, hasta que la universidad te entregue tu apartamento, porque supongo que vendrás con uno concedido. -Sabía que quedarse allí con ellos, iba a ser un tanto complicado porque no disponían de más espacio, a menos que metieran un futón en su dormitorio que era el más grande, se lo consultaría a Hanamichi cuando volviera, podía imaginar la cara que pondrían al verle allí.
-Si.
-Entonces no hay más que hablar. –Se incorporó- Hanamichi llegará hambriento y tengo el tiempo justo para preparar la cena. Mi ofrecimiento sigue en pie. Estarás mejor si descansar un poco.
-No estoy tan cansado –la actitud del chico se le hace extraña, da la impresión que no es muy dado a hablar, y que con él esta haciendo un esfuerzo, se afianzó en esa certeza al recordar que James comentó que pocas veces participaba en sus salidas y que pasaba casi todo su tiempo practicando basquetball. Sin embargo, en esos instantes, sentía como si el chico pretendiera penetrar en sus más íntimos pensamientos, su mirada por momentos se desviaba hacia su cabellera, que en ese momento llevaba recogida en la nuca con un broche, dejando así que sus cabellos pelirrojos despejaran su rostro, tal vez se le hacia extraño ver ese color decidió volver a preguntarle ya que antes no había obtenido una clara respuesta- ¿Tan raro es ver este color de pelo?
-Empiezo a acostumbrarme… -dijo sin mostrar que esa situación empezaba a divertirle. Demasiados pelirrojos, se preguntaba si iba a poder con todos, porque no tiene ninguna duda que él pasara a engrosar su "harem" de pelirrojos. Ese pensamiento le dio un tirón en la entrepierna, por lo que se apresuró a meterse en la cocina y comenzó a trastear allí. Si por él fuera ya le hubiera cogido, pero no podía olvidar que Hanamichi se hubiera dado por enterado y él se había prometido que al menos en eso, era preferible que Hanamichi no lo supiera.
Sabía que le gustaba el color de sus cabellos, pero no podía imaginar la fijación que tenía con ellos, de saberlo, enseguida hubiera descubierto el porque sus primos no le eran indiferentes.
En tanto se ocupaba de preparar la comida, más cantidad que otras veces, sus pensamientos estaba en el hombre que había aparecido en su casa, se preguntaba si William se dejaría coger, porque en caso contrario, no tenía sentido hacerlo con él, no iba a permitir que nadie le delegara a permanecer pasivo, ese pensamiento fue turbador, porque enseguida su mente se llenaron de claras imágenes en las que él estaba gimiendo y suplicando por más mientras le daban duro. Por Kami, ¿sería igual de duro Hanamichi? Sería capaz de hacerle sentir que lo partía. Dejo escapar un gemido al darse cuenta que se estaba excitando, tenía que olvidar que estaba jugando con fuego y Jean-Paul no permitía que nadie jugara con él.
Lo que ahora tenía que hacer era encontrar la manera de someter a William, un hombre hecho y derecho, iba a ser un verdadero reto y él no rechazaba ninguno.
-Tadaima… -sonó la perturbadora voz de Hanamichi.
-Que bueno que estas en casa –le salió al encuentro, y mirando a los gemelos se dirigió a ellos con una media sonrisa- Tenéis visita.
-¿Nosotros….
-una visita? concluyó el otro gemelo.
-Esta en la sala.
Se apresuraron a adelantársele, al instante se escuchó el alborozo de sus gritos.
-¡¡¡William…
-…que haces aquí?
Hanamichi que acudió a ver, se quedo de una pieza al ver a los gemelos dando palmadas en la espalda de un hombre cuyas facciones eran parecidas a los de los hermanos.
-Uno de sus hermanos… viene a quedarse… -le dijo junto al oído de su koi.
-¿Quedarse? –gimió al pensar que iba a estar a dieta durante demasiado tiempo.
-He averiguado que la universidad le dará un apartamento.
El resoplido de Hanamichi, indicaba que estaba aliviado al saberlo.
-Pero mientras no se lo dan, tendremos que poner un futón en nuestro dormitorio, porque la habitación de los gemelos es imposible. –siguió susurrándole ajeno a la algarabía de los gemelos.
Hanamichi se volvió a mirarle y la desolación que vió en su mirada era tan patente que lamento ser él quien se lo hiciera saber.
-Y durante, ¿Cuánto tiempo?
-Posiblemente una semana o dos, luego volveremos a estar absolutamente solos.
-¿Es una promesa? –preguntó.
-Es una promesa –afirmó la sonrisa de Hanamichi le hizo sentirse mal, era tan sencillo de contentarlo y él seguía pensando si tendría alguna oportunidad con William, sabía que él no le era indiferente, solo que no haría nada, él tomaría la iniciativa, le haría saber lo duro que estaba, mirando a los cuatro pelirrojos se preguntaba ¿Quién de ellos se la ponía más dura? La respuesta era sencilla: William. En ese instante él era la novedad y tuvo la certeza que esa misma noche se lanzaría sobre él, sabía como hacerlo sin que Hanamichi pudiera sospechar.
Continúa próximo capítulo…