Prólogo.
Estaba en su habitación, admirando la bella noche por el gran ventanal, el cuarto sumido por la penumbra, iluminado ligeramente por los tenues rayos de luz de la luna. Acariciaba su abultado vientre. Tenía ya cuatro meses de embarazo y se le notaba bastante. Estaba feliz, a pesar de lo que le había sucedido, de lo que sufrió, no podía culpar a la criatura que se formaba en su vientre. Que día con día crecía un poco más.
Sus amigos se habían marchado. Seiya, se fue a vivir cerca de la playa, ya que le quedaba más cerca del orfanato e iba a alegrarles el día a los niños y a visitar a su amiga Miho y a su hermana Seika que también trabajaba allí. Hyoga, se había comprado un pequeño apartamento ahí mismo en la ciudad, y a pesar de la cercanía no era siquiera capaz de ir lo a visitar. Shiryu, vivía en los cinco picos con su adorada hermana Shunrei, disfrutando de una vida tranquila. E Ikki, se había marchado. Dos años tenia ya de no verlo, ni siquiera una llamada o una carta, para saber si se encontraba bien…
Se sentía solo, pero trataba de salir adelante, su diosa y amiga Saori, se dedicaba a viajar por negocios acerca de la fundación y de vez en cuando llamaba a la mansión para verificar que todo estuviera bien y de paso a saludar.
Se encamino a su cama, el sueño lo estaba venciendo, lentamente se acostó y se dejo llevar por Morfeo.
*…__...*
Otro día empezaba, los rayos de sol entraban por la ventana, llegando al bello rostro del caballero de Andrómeda, que con la calidez va despertando poco a poco. Se levanta con un poco de pereza y se dirige al cuarto de baño. Una vez de haber terminado de alistarse y arreglar su cama sale de su habitación.
- ¡muy buenos días joven! – saluda una de las empleadas. La joven era alta de esbelto cuerpo, cabello castaño, corto y lacio que le llegaba hasta los hombros, y de unos ojos color miel. Era muy bella y un par de años mayor que él.
- ¡buenos días Ysa! Voy a salir a caminar… pero por favor dime por mi nombre, ya te lo he dicho.
- como diga joven… que diga Shun – corrigió – el almuerzo ya va ha estar listo
- no te preocupes, si quieres te ayudo cuando venga, así comemos los dos – comento con una sonrisa
- como digas – se retira contagiándose por la sonrisa del mas joven.
*…__...*
Caminaba tranquilo por un parque que se encontraba cerca, había dejado el correr todas las mañanas para remplazarlo por una caminata que a la vez de distráelo le ayudaba mucho a su embarazo a la hora del parto y que a pesar de ser temprano, unos niños jugaban muy alegres corriendo y saltando, todos divirtiéndose. Esto le causa mucha ternura, el imaginar que al rato él pueda estar allí con su pequeño, divirtiéndose así como esos niños. Al pensar sonríe dulcemente y una lágrima recorre su mejilla.
- creo que ya es hora de regresar bebé – susurra, mientras acaricia el nido de su hijo, para luego retirarse.
*…__...*
Una ves de haber llegado, se dirigía a la cocina, cuando el teléfono comienza a sonar y como no ve a Ysa decide contestar el.
- sí, diga
- Shun, ¿eres tú?
- sí. ¿Quién es?
- ¡Ah! ¡Hola Shun!.... soy yo, Hyoga, ¿como estas? – contesta muy alegre por escuchar a su amigo
- Hyo... Hyoga,…. Estoy bien, y... ¿tú? – estaba nervioso no le había dicho a nadie de su estado, pues, la verdad no quería dar muchas explicaciones.
- ¡Muy bien!... a que no sabes, puedes salir un momento
- ¿para? – ¿salir?... ¿salir para qué?, se preguntaba
- tú, solo sal
- Esta bien. – caminaba lento, estaba nervioso y confundido, ya hasta le estaban dando nauseas, con cuidado se acerca a la puerta, la abre pero no se ve a nadie. Sale pero ni así se ve nadie. Suspiro confundido y al voltear se encuentra con dos iris celestes que lo miran con entretenimiento y una sonrisa seductora.
- Hyo… Hyoga…
- Hola, Shun. – Contesta el aludido - ¿Qué no saludas a tu amigo?
- claro – se acerca un poco tímido para abrazarlo. El cual lo recibió en sus brazos, rodeando la cintura del más joven, aspirando el dulce aroma a rosas. Pero, se percato de algo que no había notado, una barriguita redonda que topaba con su vientre plano, abrió los ojos en grande, acaso… ¿pero como?... ¿Cuándo?.. Se separo y lo miro a los ojos.
- ¿Shun,…?
- ¿Qué acaso no saludan? – una tercera voz lo interrumpe
- ¡Shiryu! – sorprendió al ver de nuevo al santo del Dragón
- y no vengo solo – el aludido se hizo a un lado y se dejo ver la silueta de alguien mas pequeño.
- por lo que veo no nos esperabas Shun – dijo un muy alegre Seiya.
-pero… pero. ¿Cómo es que están aquí?
-será mejor que pasemos, adentro podremos hablar – propuso el pelilargo a lo que los demás asintieron.
Una vez adentro y mas calmados, se disponían a platicar. Cabe decir que para nadie paso desapercibido el estado del peliverde. Hyoga todavía no se recuperaba de la impresión y los otros dos solo atinaban a mirarse entre ellos, hasta que Shun corto ese incomodo silencio que se había formado…
- y… ¿Por qué están aquí? – la pregunta fue directa, pues la verdad no sabia que decir exactamente
- pues la verdad… no sabemos muy bien, Saori nos llamó y dijo que quería hablar con nosotros – respondió Seiya mientras mira a Shiryu y Hyoga - ¿verdad?
- Exacto – respondió Shiryu
- ¿desean algo de tomar? – pregunta una muchacha del servicio
- yo un refresco – dice Seiya
- un vaso con agua por favor
- ¿joven?
- así estoy bien, gracias – dijo el rubio sin quitar la mirada del peliverde
- Shun, ¿necesitas algo?
- no gracias – a lo que la muchacha se retiro para luego volver con lo encargado.
Pasaron parte de la mañana hablando de cosas triviales, de como les había ido, que hicieron durante estos dos años, donde vivieron, etc.,.. Pero el rubio se mantenía muy serio y ajeno a la conversación solo limitándose a contestar a las preguntas que le hacían los demás…
- Y… di nos Shun… ¿estas saliendo con alguien? – comentó Seiya en tono burlón mirando con picardía el abultado vientre que resaltaba entre la camisa verde de Shun, lo que lo puso muy nervioso pero que no demostró… e hizo que Hyoga prestara atención a la conversación.
Shiryu al ver el silencio del menor intervino - creo… que será mejor instalarnos en las habitaciones para descansar el viaje estuvo un poco agotador… hay que reponer fuerzas – ante la mirada de los demás continuo – Hyoga, Seiya… será mejor instalarnos.
*…__...*
Después de la plática, un poco incomoda para el de cabello verde. Shun se dirigió a la cocina para ayudarle a Ysa a preparar el almuerzo… almuerzo que al parecer iba a tener tres puestos más…
Una ves de haber terminado de poner la mesa y servir la comida...
- Shun, que no se te olvide que tienes cita con el obstetra – decía Ysa mientras terminaba de colocar los cubiertos.
- Lo sé… pero quiero pedirte un favor…
- ¿quieres que te acompañe?... – a lo que el menor asintió – esta bien, cuenta con migo, sabes que no necesitas pedírmelo… - decía con una sonrisa
- Gracias amiga… no se como pagarte lo que has hecho por mi… por nosotros – dijo mostrando su barriguita.
La oji-miel acaricia el vientre del menor y de pronto se deja sentir un cosmos cálido que atrajo la atención de los demás.
- mmm. Que rico huele… - decía un hambriento Seiya
- cállate poni, se ve que no has cambiado… sigues igual de glotón – le dijo Hyoga causando risas por parte de los demás… y el castaño hizo un puchero haciendo la escena mas divertida aun.
Que parecía no haber pasado el tiempo, no mas faltaba Saori y su hermano para que todo fuera como antes… pero se sentía intranquilo, si Saori los mando a llamar eso quería decir que también… a lo mejor también su hermano vendría… y no sabia como iba a reaccionar, por que, de lo que si estaba seguro es que se enfadaría… y mucho, pero ya sabiendo las razones… no sabia si lo volvería a querer ver…
- Shun… Shun, ¿estas escuchando? – Una voz lo saca de sus pensamientos
- ah! Perdóname, Shiryu… es que me quede pensando
- me di cuenta… pero, no sabes si ha llamado la Srta. Saori – preguntó el de cabello largo
- si, dijo que llegaría en unas horas porque surgieron unos problemas en el aeropuerto… - dijo haciendo memoria – ¡ah! Y que traía una sorpresa, pero no me dio detalles.
Así pasaron el almuerzo entre pláticas y bromas que hacían, era un momento agradable y de felicidad distrayendo al de cabello verde y a los demás…
Continuará…