Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Wild Wild Inu! por Shotaro

[Reviews - 98]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Aquí yo...por fin! terminando mi primer fanfic, les pido disculpas a todos y les soy gracias a los que tuvieron fe en mí, y esperaron todos stos laaargos meses, soy un desastre, lo sé :C

Gracias por los reviews, son lo mejor. (les responderé mañana ;D)

Espero que les guste el final y el último lemon XD

Ahora empecé a trabajar en un fanfic original, aún estoy armando la trama...espero que se animen a leerlo cuando lo publique ;D

Ahora les dejo el ultimo capi.

Sean felices, y vivan, que es lo más importante :)

19-Una revelación del pasado y un final feliz


Los rayos del sol acariciaban el rostro de Naruto, aquellos que se lograban colar por la ventana del cuarto de Kiba. Nunca había dormido tan bien, se desperezó lentamente, y vio al moreno durmiendo a su lado. "Es tan bello", pensó Naruto, mientras empezó a acariciar a Kiba en el pecho marcado, logró darse cuenta de los pequeños vellos castaños que adornaban su abdomen en forma de una línea incipiente que se perdía ya en el vientre bajo, Naruto sintió sus mejillas arder a causa de los deseos que se le venían a la mente, claro, la situación era bastante tentadora, ellos en la cama sólo con bóxers compartiendo un contacto insoportablemente íntimo. En eso la puerta se abrió de golpe.

 

-Kiba, hijo, es hora de que...-la madre de Kiba se quedó estupefacta al ver la escena.

 

Naruto se quedó petrificado viendo la expresión fatal de Tsume. Naruto agarró la mano de Kiba y la extrujó con fuerza. En eso, Kiba despertó y vio la escena.

 

-¡Mamá!-gritó mientras se enderezaba.

Pasaron algunos segundos que se le hicieron enternos a Naruto.

-Perdón, yo...tengo cosas que hacer-dijo Tsume mientras dejaba el cuarto.

Luego escucharon unos pasos desde la habitación contigua.

-Kiba, ¿qué pasó? Te escuché gritar y...-Hana se paralizó también al ver a su hermano y a Naruto en la cama.

Naruto escondió el rostro rojo entre sus rodillas.

-Dios...ya sé lo que pasa-dijo Hana.

Kiba salió rápido de las sábanas y empezó a vestirse.

-Genial, lo que me faltaba, que mamá se enterara-dijo malhumorado.

-Kiba... ¿esto significa que tú y Naru...?-preguntó  Hana haciendo un ademán divertido con sus manos.

-Si lo que te preguntas es que si estamos juntos, pues sí, y no me arrepiento de nada-dijo Kiba desafiante.

-¡Sí!-exclamó Hana mientras abrazaba a su hermano.

-¿Pero qué te pasa?-preguntó Kiba extrañado.

-Había estado esperando que te dieras cuenta de todo, pequeño estúpido-le dijo su hermana- ¿verdad Naru?

Naruto miró a Hana en una mirada cómplice, mostrando su sonrojo evidente.

-¿Qué? ¿Rubio, mi hermana...tú...qué?-preguntó Kiba exijiendo una explicación.

-Ay, hermanito, me infravaloras, yo me di cuenta de todo lo que estaba pasando desde la primera vez que vi a Naru, entonces los dos hablamos y él me pidió que guardara el secreto-explicó Hana.

-Genial, definitivamente yo era el único que no sabía nada-gruñó Kiba.

-Sí, eso es porque eres tan descuidado-dijo Hana.

-Ya basta, tengo que hablar con mamá, ya llegó la hora-dijo Kiba.

-Tú sabes que te apoyo en todo, hermano, a ti y a Naru-dijo Hana sonriendo.

-Sí, ya lo noté, gracias neechan-dijo Kiba y besó a su hermana en la mejilla.

Hana quedó pasmada ante el gesto de afecto de su hermano, no sabía cómo reaccionar, Kiba era la persona menos cariñosa que conocía, claro, recordaba que cuando niño no era así, pero desde que había entrado a la pubertad, su hermano se había convertido en un chico bastante frío.

-Kiba...-habló por fin Naruto-creo que es mejor que me vaya-dijo Naruto levantándose y vistiéndose-creo que tienes que hablar con Tsume-san y yo también tengo que llegar a mi casa a darle explicaciones a Kakashi...-terminó el rubio.

A Kiba se le estrujó el estómago.

-Naruto, ya que por fin estamos juntos-dijo acercándose a su compañero-no quiero que haya secretos entre nosotros...

-Sí...-dijo extrañado Naruto.

-Hay una cosa que no te he dicho, y no vale la pena seguir ocultándola-dijo el perro.

-Te escucho-dijo Naruto, serio.

-El día que fui a golpear a Gaara porque te había dejado, me encontré con Kakashi, más bien, él nos encontró cuando estaba pasando todo y entonces descubrí algo...-dijo Kiba.

-¿Qué cosa?-preguntó el rubio ya algo exasperado.

-Kakashi pertenece a nuestro mundo-sentenció Kiba.

Naruto comprendió las palabras de Kiba, pero en su mente no hacían sentido, ya vestido, se sentó en la cama de Kiba intentando digerir la información.

-No puede ser, Kiba... ¿Naruto no es un "vacío"?-preguntó asombrada Hana.

-No, es un usuario de viento-le respondió Kiba.

-Guau, eso no lo sabía-dijo Hana.

-¿Qué tipo de usuario es?-preguntó de repente Naruto después de estar algunos minutos en trance.

-Fuego, igual que yo-dijo Kiba.

-Ya veo...creo que tenemos mucho que conversar-dijo Naruto.

-Así es...-dijo Kiba.

-Yo me voy, Kiba, es de vital urgencia que llegue a mi casa-dijo el rubio.

-Te entiendo.

Kiba fue a dejar a Naruto a la puerta, cuando pasó por la cocina, se despidió respetuosamente de Tsume, recibiendo una simple reverencia como respuesta.

-¿Te veo en la tarde, rubio?-preguntó Kiba.

-Por supuesto, perro-dijo Naruto deposiando un casto beso en los labios de Kiba, cosa que no pasó desapercibida por Tsume.

-Adiós-dijo Naruto mientras se iba.

Kiba lo siguió con la mirada, el rubio después de mirar con cuidado a los alrededores, se impulsó por el aire, y se perdió en el bosque que empezaba pasada la casa de Kiba.

 

-Madre, tenemos que hablar-dijo Kiba autoritario mientras cerraba la puerta.

Tsume afirmó con la cabeza y lo acompañó al living, mientras Hana aparecía y se sumaba a la reunión.

-Te escucho-dijo Tsume.

-Estoy enamorado de Naruto, lo amo, y por fin he logrado que estemos juntos, no te pido que me apoyes, sólo que me entiendas, porque con o sin tu aprobación estoy dispuesto a estar con él-dijo Kiba mirando a los ojos a su madre.

-Ah...creo que podré entender todo esto si empiezas por el principio, ¿te parece?-inquirió Tsume.

-Esta bien...

 

Naruto iba volando por entre medio de los altos áboles del bosque, quería llegar lo más rápido posible a su hogar, cuando el bosque empezó a perder altura, Naruto bajó y salió caminando como cualquier persona normal a la avenida principal, tomó un bus y en cinco minutos estaba en la entrada de su edificio.

 

Naruto respiró hondo y tocó el timbre, la puerta se abrió dejando ver a un Kakashi trasnochado con los ojos rojos y cara de poco amigos.

-¡Naru!-exclamó al verlo, mientras lo abrazaba.

Naruto recibió el abrazo y entró, luego se sentó a la mesa, Kakashi hizo lo mismo.

-Exijo una explicación, hijo, no pude dormir en toda la noche, no llegabas, salí a buscarte pero no te encontré, llamé a tus amigos y ninguno contestó, ¿dónde estabas?

-Te explicaré todo, Kakashi, pero un padre no le miente a su hijo-Naruto taladreó a Kakashi con sus ojos azul cielo.

-¿Qué quieres decir con eso?-inquirió Kakashi.

-¡Quiero que me digas la verdad de una buena vez!-gritó Naruto parándose y haciendo que las corrientes de su cuerpo se descontrolaran y revolvieran todo, el florero de la mesa se cayó haciéndose añicos, y Kyuubi salió corriendo por el susto.

-Na-Naruto...-articuló Kakashi.

-Ya sé lo que soy, soy un usuario de viento, Kakashi, tal como tú eres un usuario de fuego, así como también posiblemente mis padres, que fueron los que me heredaron estos poderes-Naruto miró a suelo apretando los puños.

Kakashi estaba sorprendido, miraba con los ojos abiertos a Naruto.

-¿Por qué no me dijiste la verdad, Kakashi?-preguntó Naruto mientras lágrimas empezaron a caer al piso.

-Naruto...yo...fue una promesa-dijo Kakashi.

-¿Mh?-inquirió Naruto mientras dirigía su mirada a Kakashi.

-Yo les prometí a tus padres que te cuidaría y te mantendría alejado de nuestro mundo...cuando ellos murieron, me hicieron prometerlo, yo quería mucho a tu padre, habíamos sido compañeros y buenos amigos, hasta que la guerra y el descontrol se desataron, en nuestro mundo, son las nuevas generaciones las que se hacen cargo del control, por miedo a que los adultos guarden en sus corazones deseos impropios y quieran esclavizar a los "vacíos". Algunos adultos forman una organización llamada ANBU la cual se encarga de regular y frenar a todos los adultos que vayan en contra de la ley de nuestro mundo, mientras las nuevas generaciones van siendo entrenadas y guiadas, se les deja libertad, ANBU no puede emitir juicio en contra de alguien de la nueva generación vigente, porque son considerados niños. Tu padre, tu madre y yo formábamos parte de ANBU, hubo una época en que alzó un demente llamado Orochimaru que quería unificar a los adultos de nuestro mundo y subyugar a los vacíos y a todos los que estuvieran en contra de su liderazgo, siendo que la obligación de los adultos es enseñar a las nuevas generaciones y asegurarse de no ser descubiertos por los vacíos. Nuestros poderes, heredados desde la época antigua, son para ayudarnos entre nosotros, para ayudar a la gente, más a los vacíos, aunque sea indirectamente. Varios se unieron a la causa de Ororchimaru, y se formó una gran guerra, las fuerzas de ANBU cada vez eran más débiles, y nuestras tropas disminuían, el plan de Ororchimaru era...capturar a tu madre.

-¿A mi madre?-preguntó Naruto casi sin voz.

-Así es, Kushina "cabello de fuego" Uzumaki, del antiguo país del remolino, tenía en su interior fragmentos del chakra rojo de la bestia de 9 colas.

-Kyuubi...-murmuró Naruto.

-Así es, las bestias se extinguieron, pero dejaron en cada uno de sus recipientes o "jinchuurikis" fragmentos de su poderoso chakra, fragmentos que se fueron heredando a través de la familias de los jinchuurikis, Kushina tenía esos fragmentos en su interior, lo cual la hacía muy poderosa, tanto que Ororchimaru la veía como una amenaza, entonces creó una técnica prohibida que le permitía traspasar esos fragmentos a su propio cuerpo, claro que con eso también se llevaría la vida de Kushina.

-Qué horrible...-dijo Naruto, volviéndose a sentar.

-La lucha fue horrible, tu madre estaba embarazada de ti, y te dio a luz a mitad de la batalla, estaba herida gravemente, le dijo a tu padre que te cuidara, que era lo único que la consolaba, entonces dejó de existir.

Las lágrimas caían de los ojos de Naruto a medida que Kakashi avanzaba con la historia.

-Entonces, con el dolor de su pérdida y de su alma, tu padre me llamó, me entregó a un hermoso bebé rubio en mis brazos con marcas de zorro en sus mejillas, las marcas del 9 colas, me dijo que te cuidara, entonces me hizo prometerle que te tendría alejado de nuestro mundo, porque no quería que sufrieras el mismo destino que Kushina. Entonces él, hizo una técnica prohibida que le permitía matar a Ororchimaru, pero al costo de su propia vida. Lo que hicieron tus padres no fue menor, Naruto, ellos nos salvaron, nos salvaron a todos de un cataclismo inminente, de un orden, de un imperio fascista que hubiera logrado Ororchimaru, y no sólo a nosotros, sino que a los vacíos también. Juré con mi vida protegerte, y también prometí manterte alejado de todo, fue entonces cuando entré a la universidad y estudié para ser profesor, tus abuelos me ayudaron económicamente en esa época...pero tienes que estar orgulloso de ser quién eres, por tus padres-dijo Kakashi sonriendo.

-Y por ti...-dijo Naruto entre lágrimas y sollozos.

Se paró de su silla y corrió hacia Kakashi para atraparlo en un abrazo y llorar en su hombro.

-Lo siento, Kakashi, fui injusto contigo, perdón por gritarte-dijo Naruto en su llanto.

-No te preocupes, pequeño, tú sabes que te amo más que a nada-dijo Kakashi.

-Me alegra saber que mis padres me amaron y me quisieron, que fueron héroes y que murieron con gloria y nobleza...pero también me alegra que tú seas mi padre ahora, Kakashi-dijo Naruto.

Kakashi no pudo evitar derramar un par de lágrimas por la confesión de Naruto, que seguía llorando en su hombro. "Minato, Kushina, su hijo...mi hijo, es maravilloso", pensó Kakashi.

-Además eres igual a Minato en lo físico, pensándolo bien, tú eres más lindo que él, y tu carácter es el de Kushina, sin duda, me recuerdas mucho a ellos-sonrió Kakashi-cuando te veo, siento que aún viven.

-Gracias, papá-dijo Naruto sonriéndole a Kakashi-ya que tu fuiste sincero conmigo, te contaré todo, todo desde el principio....-dijo Naruto.

-Te escucho, hijo...-respondió el peliplateado.

 

-...y así fue cómo me enamoré de él, de cómo su amor llegó hasta mí...-terminó Kiba.

Hana tenía los ojos aguados y los ojos de Tsume estaban llenos de emoción.

-Lo amas, ¿verdad?-dijo Tsume.

-Más que a mi vida, okaasan-dijo Kiba.

-Ahhh...entonces lo que yo pueda decir no te detendrá, en ese caso es mejor darte mi bendición hijo, ya que eres igual de obstinado que tu padre-dijo Tsume.

-¡Bien! No te preocupes, mamá, yo seguiré con la descendencia de la familia-dijo Hana, recibiendo un golpe en la nuca como respuesta de su madre.

-¿En serio, okaasan?- dijo Kiba con los ojos brillantes.

-Claro, hijo, no te puedo decir que la idea de no tener nietos tuyos me agrada, pero nunca te había visto tan feliz y ese es el mejor regalo para mí, que por fin alguien haya alcanzado tu corazón, además como ya dije, es imposible hacerte cambiar de opinión-dijo Tsume.

-¡Gracias!-dijo Kiba abrazando a su madre.

-Además, no puedes negar que mi cuñado es un bombón-dijo Hana a Tsume.

-En eso tienes toda la razón, Hana-dijo Tsume.

-¡Ya! No se entusiasmen, que el rubio es sólo mío-dijo Kiba deshaciendo el abrazo con su madre.

-Claro...-dijo Tsume.

-¡Eso me recuerda que la otra vez te vi besando a Naru, Hana!-exclamó Kiba acusando a su hermana con el dedo índice.

-Ups...-dijo Hana-Okaasan, no lo pude evitar, se veía tan tierno e indefenso sufriendo de amor por el tonto de Kiba, no lo pude evitar-dijo Hana con estrellitas en los ojos.

-Maniática-gruñó Kiba.

-Okaasan, ¿acaso no te gustaría besar a Naru?-preguntó Hana.

-La verdad...es que se me hace tan lindo...-dijo Tsume algo sonrojada-como un muñequito de porcelana, sí.

-Ah, me voy de aquí...-dijo Kiba-llamaré a Naru.

 

-Y eso fue lo que pasó...con Kiba, con Suigetsu y los chicos...-dijo Naruto.

-Vaya...sí que has tenido aventuras y yo sin idea de nada, pero me alegro de que todo se haya solucionado y de que nadie haya salido gravemente herido-dijo Kakashi.

-¡Claro que sí!-dijo Naruto.

-Pero no te doy permiso de ser el novio de Kiba hasta que venga a pedírmelo formalmente-dijo Kakashi.

-¿Qué? Pero, Kakashi, eso es del siglo pasado, ni muerto-dijo Naruto.

-Sin peros, estuviste con Gaara sin mi aprobación y no dejaré que pase otra vez, además, tus padres harían lo mismo en mi lugar, sobre todo Minato-sentenció Kakashi.

-Ouuush, eres insoportable-dijo Naruto levantándose de la silla.

Kakashi también se levantó de la suya.

-Lo sé-dijo sonriendo mientras depositaba un beso en la frente de Naruto.

 

Naruto, sintió su celular sonando.

-¿Sí?-contestó.

-¿Rubio?-preguntó su interlocutor.

-¡Kiba!-exclamó Naruto.

-¿Cómo te fue?-preguntó Kiba.

-Supongo que bien, aunque supe muchas cosas que no sabía...-dijo el rubio-¿y a ti?

-Todo bien, rubio...pero quiero verte ahora-dijo Kiba.

-Sí, yo también...pero Kakashi se puso difícil-dijo el rubio.

-¿Por qué?-preguntó el perro.

-Porque se le metió en la cabeza que tienes que venir a pedirle permiso para que seas mi novio formalmente, y otras estupideces de ese tipo...-dijo Naruto cansado.

Kiba guardó silencio.

-Lo haré-dijo al fin.

-¿Qué? Kiba...no, no es necesario, yo hablaré con él...-

-No, Naru, quiero hacer las cosas bien, y si Kakashi lo quiere así, así será-dijo el perro.

-Aish, Kiba...-dijo Naruto.

-Estaré en tu departamento en una hora-dijo Kiba.

-Está bien, te espero...-dijo Naruto.

-Te veo luego, te amo-dijo Kiba algo emocionado.

-Yo también-dijo Naruto bajito, pues le daba algo de vergüenza.

-Ehm...cof, cof, adiós-dijo Kiba.

-Adiós-dijo Naruto.

 

Naruto se tendió en su cama con la cara roja, ojalá todo saliera bien.

 

Kiba colgó y fue donde su madre.

-¿Okaasan tienes algún traje de mi padre?-preguntó Kiba.

-Creo que sí tengo algunos guardados... ¿por qué?-respondió Tsume.

-Tengo que ir a pedirle la mano de Naruto a Kakashi-san-dijo Kiba.

-¡Kyaaaa!-Hana apareció gritando del pasillo por lo que había escuchado.

-¿De verdad?-inquirió Tsume.

-Claro que sí, no estoy jugando, quiero que todo salga bien-dijo Kiba.

-Yo te ayudo, oniichan-dijo Hana.

Tsume le trajo a Kiba un traje elegante de color negro que había pertenecido a su padre, con una camisa blanca y una corbata negra con un diseño a líneas diagonales muy bonita.

-Tu padre lo usó cuando me pidió matrimonio-dijo Tsume.

-Okaasan...-dijo Kiba, tenía emociones encontradas.

-Ve a probártelo-mandó Tsume.

El traje y la camisa le quedaron bien, tal vez un poco suelto de las caderas, pero nada que no pudiese resolver un cinturón. Entonces se bañó y trató de peinar su rebelde cabello, cosa que al final no logró, entonces se intentó peinar todo el cabello hacia atrás, igual algunos cabellos rebeldes le caían sobre la frente, pero le gustó el resultado. Se afeitó y se puso perfume, luego se puso unos zapatos negros. Salió de su habitación ya listo.

-Wow...-dijo su madre-estás radiante, hijo, te ves muy guapo-dijo Tsume.

-Gracias, es un poco incómodo, pero...lo vale, creo-dijo Kiba.

-Kiba, mira...-Hana no terminó la frase al ver a su hermano-te ves, de revista, oniichan...-dijo Hana.

-Jaja, qué bien...con tal que le guste a Naru...-dijo Kiba.

-Seguro va a babear-dijo Hana pícara.

-¡Hana!-dijo Tsume.

Hana rió, entonces le pasó a Kiba un ramo de rosas rojas recién cortadas del jardín.

-Me siento como un tonto-dijo Kiba.

-Tal vez, pero te ves adorable, ten cuidado que en el camino, que las chicas no te violen-dijo Hana.

-Ja-Ja-dijo Kiba-me voy.

-Suerte-dijo Hana.

Entonces salió de su casa y se encaminó al edificio de Naruto. Las chicas lo miraban al pasar y se quedaban embobadas, ya las señoras mayores sonreían y se sonrojaban al verlo, pensando "¿Quién será la afortunada?". Kiba se sonrojaba al ser tan visto. Cuando se subió al bus, una abuelita le sonrió. Se sentó al frente de una señora bastante linda, con su hijo, el niño era rubio, lo que le recordó a Naruto. El niño miró a Kiba y le sonrió, debió de haber tenido unos 6 años. Kiba le devolvió la sonrisa y se acercó a despeinarle el cabello, a lo que el niño rió. La madre del pequeño miró a Kiba y le sonrió.

-¿Vas a la casa de tu novia?-le preguntó la apuesta señora.

-Voy a la casa de la persona que me enamoré-dijo Kiba.

-Ya veo...te ves muy bien, esa persona debe de ser afortunada-dijo ella.

-Yo soy el afortunado-dijo Kiba.

El niño empezó a colgarse del fuerte brazo de Kiba, mientras éste lo bajaba y lo subía, el niño reía.

-¿Te gustan los niños?-preguntó ella.

-Son encantadores, sí-dijo él-lástima que nunca podré tener-se le escapó a Kiba.

La mujer sospechó por el comentario de Kiba pero no dijo nada.

-A veces no podemos tenerlo todo en la vida-dijo ella-pero eso no quiere decir que no podamos ser felices-concluyó.

-Tiene razón-dijo Kiba-yo me siento feliz en este momento.

-¿Cómo es la persona que amas?-preguntó ella.

-Se parece a su hijo...es rubio, igual que él, sólo que tiene los ojos azul cielo y unas agraciadas marcas de zorrito en su mejillas-dijo Kiba sonriente-es alegre, sincero y bondadoso-concluyó.

-Seguramente es eso lo que te enamoró-dijo ella sonriente.

-Así es...Naruto es la mejor persona que he conocido-dijo Kiba mirando por la ventana.

Entonces la mujer confirmó sus sospechas, aquel chico apuesto con el que hablaba estaba enamorado de otro chico.

-Entonces no lo dejes ir-dijo ella.

-No lo haré-sonrió él-yo me bajo en la próxima parada-dijo Kiba.

Entonces, sacó una rosa del ramo de llevaba en la mano y se lo entregó a la mujer.

-Fue un gusto hablar con usted-dijo Kiba.

-Gracias, suerte, joven-dijo la mujer.

-Gracias, adiós pequeño-dijo despidiéndose del pequeñuelo.

Entonces llegó al edificio y subió por el asensor. Al estar en la puerta pensó, "Ya está, Kiba, aquí vamos".

 

Naruto se había arreglado lo más que pudo, se puso unos pantalones color beige, y una camisa negra ajustada, con los primeros botones desabrochados. Le pidió a Kakashi que se quedara en el living porque Kiba llegaría pronto, entonces sonó el timbre.

-Yo abro-dijo Kakashi.

Entonces, abrió la puerta, tenía a Kiba al frente de él, era bastante alto.

-Bue-Buenas tardes, Kakashi-san-dijo Kiba haciendo una reverencia.

-Buenas tardes, pasa-dijo Kakashi.

Kiba pasó, entonces.

Naruto se quedó estupefacto al ver a Kiba, y es que decir que estaba asombroso era decir poco, se veía como modelo de revista, no, más guapo. Los colores se le subieron a la cara.

Kiba entró y vio a Naruto sentado mirando hacia un lado, sus mejillas se encontraban rojas. "Es tan lindo, como siempre", pensó Kiba. Se acercó a él y le entregó el ramo de rosas.

-Oh, están hermosas, Kiba-dijo Naruto recibiéndolas-nunca me habían regalado flores-dijo él.

-Me alegro de que te gusten-dijo Kiba.

Entonces Naruto se acercó a darle un casto beso en los labios, tuvo que ponerse de puntillas para hacerlo.

-Cof, cof, cof-hizo Kakashi, que aún se encontraba ahí.

-Naruto, ve a tu habitación un momento-dijo Kakashi.

-¿Qué? ¿Por qué?-preguntó el rubio.

-Házlo, está bien-le sonrió Kiba.

-Aish, está bien-dijo el rubio yéndose.

-Tú dirás-dijo Kakashi cuando estuvieron solos.

-Claro, Kakashi-san, he venido para pedirle su consentimiento para que nos deje ser novios con Naruto-dijo Kiba haciendo una reverencia.

-Me lo esperaba...-dijo Kakashi.

-¿Eso quiere decir que me da su consentimiento?-preguntó Kiba.

-No-dijo el peliplateado.

Los ojos de Kiba se llenaron de frustración.

-Verás, Naruto ha sufrido mucho el último tiempo, y no quiero que nada le vuelva a suceder, creo que es mejor que dejemos pasar algún tiempo...-dijo Kakashi.

-¡Pero yo lo amo!-exclamó Kiba-yo jamás le querría hacer daño-dijo él.

-No me consta, te conozco, Inuzuka Kiba-dijo Kakashi.

-¿Me ha investigado?-preguntó Kiba incrédulo.

-Algo así, sé que hace algunos meses eras hetero y que te ibas con cualquiera a la cama...y verás, yo no quiero eso para Naruto, si quieres experimentar házlo con otro-dijo Kakashi.

Kiba perdió la calma.

-Puede que antes haya sido así, pero cuando conocí a Naruto, todo cambió, yo cambié, mi mundo entero se transformó, yo lo amo-dijo Kiba.

-Puede que lo quieras, pero tal vez estás confundiendo el cariño de amigo con el de algo más-dijo Kakashi.

-¡No es así! Yo lo amo, me gusta, me atrae, me pone...-dijo Kiba exasperado.

-¿Te pone?-preguntó Kakashi de mala leche.

-Ah...no era mi intención faltarle el respecto, es sólo que no sé cómo más explicarme-dijo Kiba tranquilizándose.

-¿Y si me niego?-preguntó Kakashi.

-Pues, me gustaría que todo fuese por las buenas...pero ni Naruto ni yo estamos dispuestos a no estar juntos-dijo Kiba bastante serio.

-Me encantaría que intentaras pasar por encima de mí-dijo Kakashi incendiando sus puños.

-Haré lo que haga falta-dijo Kiba mientras encendía sus puños también.

En eso, Naruto salió rápidamente de su habitación.

-¡¿Qué demonios está pasando aquí?!-gritó el rubio, mientras corrientes de aire salían de su cuerpo y hacían volar las cosas más livianas de la casa.

Entonces Kakashi apagó el fuego de sus puños y sonrió.

-Nada, nada, Naru, sólo era una prueba-dijo el peliplateado.

Naruto y Kiba estaban con los ojos como platos.

-¿Qué?-preguntó el rubio.

-Era sólo para probar el valor de Kiba y cuánto estaba dispuesto a hacer por ti-dijo Kakashi.

-¿Ah?-musitó Kiba.

-Así es,  pasaste la prueba Kiba, así que tienes mi permiso y mi bendición-dijo Kakashi sonriendo al mismo tiempo con sus ojos.

Hubo un momento de silencio mientras Naruto y Kiba procesaban la información. El primero en despabilar fue Naruto, que corrió a colgarse al cuello de Kiba gritando "Síííí". Luego Kiba salió de su trance al sentir el aroma de Naruto, entonces lo besó suavemente sobre sus labios.

-¿Puedo llevarme a Naruto a cenar, Kakashi-san?-preguntó después Kiba.

-Claro, vayan-dijo él.

-Gracias-dijo Kiba.

-Naru, ¿no crees que esos pantalones están un poco ajustados?-preguntó Kakashi.

-¿Ah?-preguntó Naruto.

-Ven, date vuelta-pidió Kakashi.

Entonces Kakashi dio vuelta a Naruto y le subió la camisa por la parte trasera, dejando ver su bien formado trasero. Kiba miró instantáneamente el trasero del rubio. Kakashi se percató de eso.

-Kiba, ¿dónde estás mirando?-preguntó divertido Kakashi.

-Yo...eh...nada, señor-dijo sonrojado Kiba desviando la mirada.

Seguramente Kakashi se iba a divertir de ahora en adelante.

-Kakashi-regaño Naruto-no molestes, nos vamos.

Entonces, Naruto, sonrojado tomó de la mano a Kiba y salieron del departamento. Mientras iban en el asensor, ambos se miraban sonrojados.

-Naru, yo-empezó Kiba.

-Lo sé-lo cortó Naruto-lo sé, perro-dijo antes de besarlo. Kiba lo llevó a un restorant bastante elegante, la garzona no despegaba los ojos de Kiba, cosa que le molestó a Naruto, y es que... ¿por qué tenía que ser tan sexy? Cuando entraron al restorant todas las cabezas se voltearon a verles, y es que no todos los días se veían a un par de chicos tan guapos, tan bien arreglados y juntos. La garzona, les llevó la carta y pasó a rozar la mano de Kiba cuando se la entregó. "Perra", pensó Naruto. Kiba pidió un trago con alcohol, no le dijeron nada, pues el chico representaba mucho más de la edad que tenía, más vestido de esa forma, y Naruto pidió un zumo. Todo estaba bien, luego pidieron la comida, que estaba deliciosa.

-¿Te pasa algo, rubio?-preguntó Kiba.

-La garzona te mira como si te quisiera llevar a la cama-dijo de mala leche Naruto.

-Jajaja, ¿es en serio?-preguntó Kiba.

-¿Acaso no te diste cuenta?-preguntó Naruto.

-La verdad sí, pero solo puedo mirarte a ti-dijo Kiba.

-Qué fastidio-dijo Naruto.

-Pero eso se puede arreglar-dijo Kiba en un tono sensual.

-Ah, ¿sí?-preguntó Naruto.

-Claro.

Entonces Kiba corrió su silla para estar más cerca de Naruto.

-¿Ves que están todos los garzones en la barra mirando hacia acá?-preguntó Kiba al oído de Naruto.

-Ajá-dijo Naruto.

Entonces lentamente Kiba fue acercando su rostro al de Naruto. "No estará pensando en...", pensó Naruto, pero ya era demasiado tarde, Kiba unió sus labios con los de él, en un lento y tierno beso. La chica que estaba sentada en la mesa contigua dejó de conversar con su novio cuando vio la escena, dejó caer el tenedor de su mano y se sonrojó. Hubo unos segundos de silencio en el restorant, todos mirando la escena. Hubo sonrisas, sonrojos y muecas de desagrado, pero los chicos no pudieron verlas. Cuando Kiba despegó sus labios de los de su rubio, Naruto le miró incrédulo.

-¿Qué haces?-preguntó el rubio.

-Pues, nada...ahora todos saben que somos pareja y nadie nos molestará-dijo Kiba sonriendo.

-Eres un descuidado, es peligroso hacer este tipo de cosas en lugares tan públicos, más si son refinados, como éste-dijo Naruto.

-Me tiene sin cuidado-dijo Kiba.

-Hay gente que se molesta, ¿sabes?-dijo Naruto.

-Lo sé, pero no tendrían por qué, es nuestra vida y nosotros decidimos a quién amar-dijo Kiba.

-Pero hay gente peligrosa-dijo Naruto.

Kiba rodó los ojos.

-Naruto, ¿se te olvida que la mayoría de la gente son vacíos?-preguntó Kiba-ellos no representan ninguna amenza para nosotros.

-Oh, es verdad, buen detalle, pero aún así, no me gusta que la gente se moleste-dijo Naruto.

-Yo sé que eres bueno, Naru, pero a veces no podemos darle en el gusto a todos-dijo Kiba.

-Uhm, creo que tienes razón-dijo el rubio.

La garzona ya no coqueteó más con Kiba. Cuando terminaron, Kiba pagó la cuenta y se fueron caminando, la casa de Kiba no estaba muy lejos, empezó a oscurecer y Kiba tomó de la mano a su compañero. Entonces de repente paró.

-Naruto, aún no te lo he preguntado formal y directamente... ¿quieres ser mi novio?-preguntó Kiba.

Naruto sonrió.

-Siempre he querido ser tu novio-respondió el rubio.

Entonces se besaron.

 

Cuando llegaron a la casa de Kiba no había nadie, lo que le extrañó a Naruto.

-¿Dónde está Tsume-san y Hana-nee?-preguntó Naruto.

-Ah, salieron a la casa de mi tía, vuelven mañana por mañana-dijo Kiba sonriendo.

Narunto entendió la indirecta, y se acercó a Kiba con movimientos felinos.

-Eso, quiere decir, caballero, que estamos... ¿solos?-preguntó Naruto.

-Así es, zorrito-dijo Kiba envolviendo a Naruto en sus brazos.

Besos, de esos besos desesperados y llenos de pasión, de esos cuando te embriagas con el aliento de tu compañero y no piensas en nada más que sentir su cuerpo. Kiba se sorprendió, Naruto estaba tomando la iniciativa, se acercó fiero hacia él, sacándole la corbata de un tirón y desabrochándole la camisa. Kiba empujó con fuerza la cadera de Naruto contra la suya, haciendo que las erecciones que se empezaban a formar chocaran entre sí. "Ah", gimió Naruto en la boca de Kiba, pero eso no le impedió seguir desvistiéndolo hasta dejarlo sin nada de la cintura para arriba.

-Guau, qué intrépido mi zorrito rubio-dijo Kiba con una sonrisa seductora.

-Y eso que recién estoy empezando-respondió Naruto sonriéndole de forma felina.

-Vamos a la cama-dijo Kiba.

Los dos se fueron casi corriendo al cuerto de Kiba. Naruto rápidamente se sacó sus prendas de vestir hasta quedar en sus bóxers, le quitó los zapatos a Kiba y lo hizo recostarse en la cama. Lo empezó a besar y morder en el cuello, luego bajó a su pecho e hizo lo mismo con uno de sus pezones. Kiba sentía la lengua de Naruto en su cuerpo y soltaba bufidos de placer. Cuando llegó a su ombligo con una mano empezó a masajear el miembro de Kiba sobre la tela del pantalón. "Ufff", soltó Kiba. Naruto sonrió y desabrochó el pantalón de Kiba, y luego lentamente con sus dientes bajó la cremallera del pantalón, con sus ojos filos en los de Kiba. Kiba sentía que se iba a morir de la excitación.

-Ya no juegues conmigo, rubio-dijo Kiba, enderezándose y sacándose el pantalón junto con su ropa interior, dejando expuesta su gran erección.

-Ahora juego yo-dijo el perro.

Se arrodilló en la cama y con fuerza atrajo a Naruto contra suyo en un beso, las lenguas jugaban dentro y fuera de las bocas. Kiba apretó las caderas de Naruto contra las suyas, empezando un vaivén bastante sugerente entre sus miembros, Naruto empezaba a gemir con más frecuencia. Kiba apretó con fuerza las nalgas del rubio y este arqueó la espalda. Se deshizo del bóxer del rubio en un segundo para estar en igualdad de condiciones. Empezó a refregarse contra el cuerpo de Naruto instinstivamente.

-No sabes cuánto esperé esto...-le susurró al oído.

-Y recién está comenzando-dijo el rubio, sonriendo.

Se besaron como nunca, y Kiba empezó a repartir mordidas y marcas en el cuello del rubio.

-Eres mío, rubio-dijo Kiba.

-Ahá, pero que no se te suban los humos, perro-dijo Naruto.

Empezó a jugar con un pezón rosado de Naruto mientras colaba un dedo en la entrada del rubio. "Ah", Naruto gimió fuerte mientras arqueba la espalda. Kiba seguía con lo suyo, cuando Naruto se las arregló para tomar su pene y masturbarlo.

-Ya ves, no puedo quedarme tranquilo-dijo el rubio.

-No lo hagas, porque voy a hacer que no puedas ver a nadie más que a mí-dijo Kiba.

-Ahora juego yo-dijo el rubio.

Recostó a Kiba sobre la cama, y se puso a cuatro patas sobre él, para poder darle sexo oral. Kiba vió cómo los genitales del rubio quedaron expuestos y a poca distancia de su cara. "Y ahora me tientas con la vista, rubio...", pensó Kiba. Naruto extaba extasiado, sentía que el corazón le iba a estallar en su pecho. "Este es el momento", pensó el rubio. Tomó el pene de Kiba entre sus manos y se lo metió rápidamente en su boca hasta que no pudo más, se atragantó un poco en la primera mamada. "Maldito perro ¿por qué la tiene tan grande?", pensó Naruto con lágrimas en sus ojos. Una vez más metió la erección en su boca y empezó a succionar el glande de Kiba. El sentía una corriente eléctrica viajando por su espina dorsal, el placer hacía que atomáticamente moviera las caderas al ritmo que Naruto chupaba su erección. En eso, se inclinó un poco, y empezó a lamer el pene de Naruto que tenía a pocos centímetros de su cara. Escuchó un gemido de Naruto mientras hacía lo suyo allá abajo. Entonces empezó a lamer su pene, después  sus testículos hasta llegar a su entrada, entonces pasó su lengua por ahí. Naruto se aqrueó y gimió audiblemente. "Ya veo qué te gusta, rubio, te tengo", pensó el moreno. Kiba siguió lamiendo la entrada del rubio y a veces le metía sus dedos para estimularlo, logrando sacar varios gemidos de su compañero.  En eso estaba cuando sintió una fuerte presión sobre su pene que lo mareó de placer y le hizo gemir. Miró hacia su pelvis, Naruto había atrapado casi completamente su erección y estaba succionando rápidamente. "Ah, rubio...", gimió Kiba. "Siento que estoy perdiendo el tiempo", pensó Kiba.

En eso, se enderzó y tomó a Naruto y lo dio vuelta, dejándolo sentado sobre su abdomen. Estiró la mano hasta el cajón de su emsita de noche y sacó una loción lubricante a base de agua. Naruto lo miró incrédulo.

-¿Cuándo compraste eso, perro?-preguntó Naruto.

-Hace una semana, en la farmacia...ya sabes, lo compré porque pensé en que algún día nosotros...tú sabes-dijo Kiba algo sonrojado. Naruto sonrió ante la reacción del perro.

-Me hubiese gustado ver tu cara cuándo se lo pediste al farmacéutico-dijo Naruto sonriendo.

-No te burles-dijo Kiba mientras aplicaba un poco del gel en la entrada del rubio.

-Ah, está frío...dijo Naruto.

-Después de todo, lo compré para no hacerte daño...-dijo Kiba.

Naruto bajó hasta quedar a su altura y lo besó, cuando Kiba era tierno, era irresistible.

Kiba empezó a meter sus dedos en la entrada del rubio, dilatándola, mientras el otro empezaba a mover sus caderas para marcar el ritmo de la entrada y la salida de los dedos de Kiba.

-Vamos-dijo Kiba. Naruto asintió.

Kiba se puso un poco de gel en su pene y lo puso en la entrada de Naruto y presionó con cuidado. Gracias al lubricante, el pene empezó a entrar suavemente en el interior de Naruto, que se empezó a sentar sobre la erección, sacando gemidos de ambos, hasta que entró en su totalidad.

-Nunca pensé que fuese tan estrecho-dijo Kiba jadeando.

-Espera un momento, perro, me duele un poco-dijo Naruto.

-¿Estás bien, rubio?-preguntó Kiba asustado, poniendo una mano en la mejilla de Naruto.

-Estoy bien, sólo dame un minuto-dijo Naruto sonriendo.

-Es que soy muy grande...-dijo Kiba sonriendo de lado.

-Já, presumido...-dijo Naruto que se autoembistió con fuerza.

"Ah...", gimió con fuerza Kiba.

-No presumas, porque el hace el trabajo pesado aquí soy yo-dijo el rubio.

-Lo que digas, rubio, sólo sigue así-dijo Kiba enderezándose para poder lamer un pezón del rubio. Naruto empezó a montarlo vez tras vez, el aire del cuarto empezó a hacerse espeso y los gemidos se empezaron a hacer más frecuentes. Kiba tomó el mando de la situación y puso a Naruto en cuatro patas y empezó a penetrarlo dese atrás. En una embestida con fuerza llegó hasta el fondo y Naruto tembló, y gimó, entonces Kiba supo que había encontrado "ese lugar", empezó a embestirlo con más fuerza. Naruto se enderezó para besar a Kiba, mientras este seguía penetrándolo.  Kiba se dio cuenta que el pene de su compañero había quedado sin atención, entonces con una mano lo tomó y lo empezó a masturbar rápidamente. El cuerpo de Naruto se movía armónicamente al compás de las embestidas de Kiba.

-Ah...Kiba...si haces las dos cosas a la vez, no voy a poder-babluceó Naruto.

-Yo tampoco puedo mucho tiempo más, rubio-dijo Kiba-quiero verte a la cara cuando terminemos.

Entonces Kiba puso a Naruto de espaldas en la cama y volvió a sumergirse en su interior, encontró el punto que lo hacía explotar de placer y aumentó la velocidad, mientras masturbaba a su compañero.

-Naruto...te amo... eres el mejor, rubio-dijo Kiba jadeando.

-Kiba, yo siempre te amé, y lo sabes-dijo Naruto sonriéndole a su compañero.

Una embestida, dos, tres...cuatro. Gritos, gemidos y los sonidos que hacían sus cuerpos al chocar frenéticamente, nublados por el deseo.

-Ahhh...Kiba-gimió Naruto arqueado su espalda, manchando con semen el vientre de ambos. Entonces una presión se apoderó del pene de Kiba.

-Naru...aahh-gimió Kiba explotando en el interior de Naruto.

Kiba cayó exhausto sobre el cuerpo de Naruto, esperando a que sus respiraciones se acompasaran, la luz de la luna sobre sus cuerpos perlados en sudor los hacían ver extrañamente mágicos. Kiba salió del interior de Naruto y limpió los restos de su pasión para poder acomodarse al lado de su novio.

-Naruto...eso fue, el mejor sexo de mi vida-dijo Kiba.

-Puedo decir lo mismo, guau, de verdad fue intenso-dijo Naruto.

-No sabía que eras tan desvergonzado en la cama, rubio-dijo Kiba.

-Hay muchas cosas que aún no sabes de mí...-dijo Naruto.

-Estás lleno de sorpresas-dijo Kiba abrazándolo.

-Sí, pero mañana estaré fuera de servicio, creo que estaré acostado en la cama todo el día, estoy exhausto, eres el primero que me deja así-dijo Naruto.

-¿Estás intentando ponerme celoso?-preguntó Kiba.

-¿Tú qué crees?-respondió sonriendo el rubio.

-Maldito rubio...-dijo Kiba.

-Te amo, perro, esta noche me entregué en cuerpo y alma, y no me arrepiento de nada, porque eres el primero que tiene mi corazón y mi cuerpo al 100%-dijo el rubio, recostándose sobre el pecho de su amante.

-No sé qué haría si no estuvieras conmigo...-confesó Kiba.

-Nada, naturalmente, perro, por eso me voy a encargar de estar contigo siempre-dijo Naruto.

-¿Siempre?-preguntó el perro.

-Siempre-

Y se qudaron dormidos, por primera vez, como una pareja "legal".

 

-¿Sí?-contestó su celular Tsume.

-¿Inuzuka-san?-preguntó su interlocutor.

-Con ella-dijo.

-Hola, Buenos días, soy Hatake Kakashi, el padre de Naruto.

-Ah, hola, Hatake-san, gusto en escucharlo-dijo ella.

-El gusto es mío, la llamaba para preguntarle si sabía dónde estaba mi hijo, ayer salió a cenar con Kiba, pero no llegó a la casa-dijo el peliplateado

-Oh, no estaba enterada de eso, en este momento no estoy en casa, pero llego como en viente minutos, junto a mi hija Hana, lo más probable es que los chicos estén en mi casa... ¿Le parece si nos juntamos en mi casa en veinte minutos?-preguntó ella.

-Claro, no hay problema...-dijo Kakashi.

-Bien, tome nota, Kakashi-san....

 

Tsume quedó de juntarse con Kakashi en la calle principal, que queda a dos cuadras de su casa. A la hora prevista ya se estsban saludando.

-Hola, Inuzuka-san, Hana-chan-saludó Kakashi.

-Hola, Hatake-san-dijo Tsume.

-Vaya, Naru-chan no dijo que su padre era tan guapo-dijo Hana.

-Hana-le llamó la atención Tsume.

-Jaja, muchas gracias jovencita-le dijo Kakashi sonriendo con sus ojos.

-Los más probable es que a los chicos se les haya pasado la hora y se hayan quedado dormidos...-dijo Tsume.

-Sí, eso mismo pensé yo...-dijo Kakashi.

"O que se hayan quedado dormidos, exhaustos después de hacer tantas cosas guarras...", pensó Hana.

 

Cuando llegaron a casa, Tsume ofreció un té a Kakashi, justo en eso momento, Hana le apuntó a su madre un regadero de ropa (la ropa de los chicos del día anterior) que conducía hasta el cuerto de Kiba.

"Hum, lo que pensé", pensó Hana.

Tsume miró con vergüenza a Kakashi, y este se tapó el rostro.

Sin decir nada, Hana siguió el camino de ropa y Kakashi con Tsume la siguieron, abrió la puerta y se escontraron a Kiba y Naruto dormidos envueltos con una sábana. A Tsume y a Hana se le subieron los colores a la cara y a Kakashi se le formó una arruga en la frente.

-Naruto, Kiba...-dijo audiblemente Kakashi.

Kiba fue el primero en reaccionar.

-¿Eh? ¿Kakashi?-preguntó Kiba, su cara era una mezcla de miedo y vergüenza. Miraba a Naruto a su lado y luego a a Kakashi y a su madre.

-¿Kakashi?-se despertó Naruto.

-¡Kakashi!-exclamó Naruto, que quizo pararse pero se enredó en la sábana que estaban cubiertos los dos, chocando con la mesita de noche y cayendo con Kiba al suelo.

-Rubio, mantén la calma...-dijo Kiba sobándose un codo por la caída que habían tenido.

Un frasco de lubricante llegó rodando a los pies de Kakashi, quien lo recogió y lo miró con los ojos como platos, Tsume también lo miró.

-Está bien, esto me superó por hoy...Naruto, te espero en casa-dijo Kakashi.

-Sí, papá-dijo Naruto bajito.

-Uff...-suspiró Kiba.

-¿Uff?-preguntó Naruto.

-Sí, pensé que me iba a matar-dijo Kiba.

-Tonto...sólo está en shock-dijo Naruto.

-Hijo...-dijo Tsume.

-¿Sí, mamá?-dijo Kiba parándose automáticamente haciendo que la sábana se le cayera y lo dejara como Dios lo trajo al mundo.

-¡Ahhh!-gritó Hana tapándose los ojos.

-Ponte algo-dijo Tsume.

-Claro-dijo Kiba volviendo a taparse con la sábana.

 

Después de ese incidente, y de que todo el mundo supo que habían consumado su relación, las cosas se pusieron más tranquilas. Hasta Naruto supo, que Gaara estaba saliendo con Sai, lo cual le alegraba mucho, porque Gaara se merecía una segunda oportunidad. Kiba era más tierno con él como nunca lo fue, de verdad estaba enamorado...y Naruto también, ver a Kiba tan dedicado hacia él, difuminaba sus miedos. Había terminado el año escolar, y Naruto se preguntaba cómo habían podido pasar tantas cosas en un solo año. Pero les quedaba tiempo, con algo de suerte, y de estudio, en dos años más podría estudiar en la misma universidad que Kiba, en realidad el que tendría que estudiar era Kiba, porque a Naruto le iba muy bien y estaba optando a una de las mejores universidades del país, así que Kiba tendría que esforzarse. Pero veía todo bien. Al terminar el año escolar, al consejo estudiantil se le había ocurrido hacer una fiesta, de trajes, elegante, y ahí estaban, los padres con los alumnos disfrutando de un cóctel y un baile benignamente superficial.

 

-¿Qué piensas, amor?-le preguntó al oído Kiba.

-En nosotros...-dijo Naruto.

-Qué rico...en lo que haremos al llegar a casa-dijo Kiba ronroneando en el cuello de Naruto.

-No, perro, en más que eso...aunque también en eso-sonrió Naruto.

-¿Ah, sí?-preguntó Kiba.

-Vas a tener que estudiar duro si quieres ir en la misma universidad que yo-dijo Naruto.

-Ah, qué palo...pero está bien, rubio-dijo el perro.

Habían puesto una lenta y clásica canción romántica para bailar y la pista de baile brillaba.

-Pero antes...vamos a bailar-dijo Naruto.

Los dos fueron de la mano a la pista de baile, luciendo sus elegantes trajes de noche, el de Kiba negro y el de Naruto blanco. Bailaron suavemente y con cierto deje de erotismo esa última canción, mientras la gente los miraba con admiración, animadversión, deseo y añoranza. Sus zapatos brillaron hasta la última nota, donde la noche terminó con un último beso, con un beso perfecto, con su justa medida, de pasión, ternura, deseo y amor, un beso que sellaba la más grande aventura de sus vidas, y que daba paso a lo que realmente era la vida de adutos. Pero Naruto ya no le tenía miedo a nada.

-Contigo, perro, voy hasta el fin del mundo-dijo Naruto.

-Al lugar que quieras, si es que estoy contigo, rubio...

 

FIN

Notas finales:

Espero q les haya gustado...gracias por acompañarme en esta travesía. :D

 

Besos infinitos para ustedes.

Shotaro.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).