Gokudera estaba en la enfermería, aprovechando que Shamal había salido a son seguir una cita, que por cierto no conseguiría, para poder pensar claramente en lo que haría por el resto del día para evitar a Yamamoto.
¿Cómo es posible que dejara que me hiciera algo así…? , pensó malhumorado al tiempo en que se colocaba un cigarrillo en sus labios por costumbre sin encenderlo
Camino hacia la ventana, la abrió despreocupadamente y fue testigo de cómo una chica de primer año le entregaba una carta de amor al guardián de la lluvia, el cual la acepto sin dudarlo
Aquella accione le molesto mucho al peliplata, cabreado cerro la ventana de golpe atrayendo la atención del pelinegro y de la chica. Ambos cruzaron una fugaz mirada antes de que Gokudera le tirara dedo y le diera la espalda
Se tumbo en una de las camas cercanas, boca arriba, echando bocanadas de humo mientras observaba el techo en espera de que el, interminable, descanso llegara a su fin y así poder regresar con su amado decimo
La situación se había calmado después de haber derrotado a Byakuran y ya no existían escombros* con los que pudiera desquitar su mal humor, ya todos habían sido reducidos a simples basuras.
- Maldición - murmuro en un gruñido - Si de verdad me quieres no hubieras aceptado a esa mujerzuela
Yamamoto se quedo paralizado al escuchar esas palabras de su adorado peliplata, lo hacía feliz el mero hecho de que el guardián de la tormenta estuviera celoso por algo tan insignificante como eso.
Verlo ahí, indefenso (si como no), le hizo pensar que el haberlo besado anteriormente no era suficiente, anhelaba su cuerpo, deseaba poseerlo por completo y que los dos se perdieran en el placer del encuentro
Se sentó junto al guardián de la tormenta colocándose encima del para contemplarlo perfectamente, Gokudera al ser acorralado frunció el ceño y trato de apartar a Yamamoto, pero no pudo…
- ¿Qué haces aquí, idiota del beisbol? – pregunto desviando la mirada hacia otro lado recordando la escena de hacia unos segundos - ¿No deberías estar con esa…?
- Jajajaja – soltó el guardián de la lluvia encogiéndose de hombros –Claro que no, tu eres perfecto para mí – agrego sonrojado
Gokudera giro la cabeza parpadeando confuso por las palabras de Yamamoto, ya al límite de su corta paciencia sujeto a Yamamoto del cuello de la camisa y lo acerco aun mas a su rostro
- ¡¿Qué demonios?! Esto no es un maldito juego, bastardo – refunfuño el guaridan de la tormenta sintiendose a punto de llorar
Yamamoto de miro seriamente, algo extremadamente raro en el, abrió los labios para contrarrestar las palabras del peliplata, pero no tuvo tiempo ya que en ese instante una masa de humo lo invadió y de ella apareció el Yamamoto de 10 años en el futuro
- ¡Oi, Hayato! – saludo despreocupadamente el Takeshi adulto mientras estiraba los brazos
Gokudera se quedo helado al comprobar, después de que se desvaneriera por completo el humo, que Yamamoto de 10 años en el futuro estaba como dios loa había traído al mundo
Tú… - trato Gokudera de preguntarle porque estaba asó, pero fue inútil por lo que señalo con el dedo
El Takeshi adulto soltó una risa típica de él antes de cubrirse el abdomen bajo con la sabana de la cama pasándose una mano por la barbilla mecánicamente en busca de una buena explicación para su estado actual.
- Hmmm…. No tengo nada que aclarar – ocupo el lugar de su joven yo – Creo que será mejor que te lo demuestre
Diciendo eso agarro ambas muñecas de Gokudera en unas de sus manos, antes de que la otra le desabrochara el pantalón y dejara expuesto el miembro de Gokudera
Veo que luce deprimido, tendré que darle vida – menciono acercando su boca al lugar mencionado – Te hare disfrutar mucho, cinco minutos son suficientes