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Dirty Drabbles por Fallon Kristerson

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Notas del capitulo:

Actuu!! *0*

Lejano

En el fondo de la habitación oía el constante tictac de su despertador, contra la ventana tronaban las gotas que caían con fuerza del oscuro cielo. Su mirada estaba clavada en el chico que se encontraba sentado delante suyo,  la cabeza gacha. Veía como el agua que goteaba de sus hebras rojas caía dentro de la tasa que sostenía entre sus manos, veía como se formaban círculos en el té caliente. Pero no veía sus ojos, estaban ocultos tras el flequillo cereza.

Sabía que no debía de preguntar, después de todo no ignoraba cuál era la situación. No, no debía preguntar, solo lo empeoraría.  Veía como tiritaba, como el frío de la noche aún se aferraba a su cuerpo. Notaba que la pequeña toalla que estaba sobre sus delgados hombros no era suficiente. El polo que llevaba puesto el pelicereza estaba mojado, así como su pantalón y sus zapatillas. Lo más probable era que se fuera a resfriar. Quería abrazarlo, ofrecerle calor, pero sabía que no lo iba a dejarlo acercarse. No lo iba a hacer, solo se iba a quedar ahí sentado hasta que la lluvia acabase, para luego irse y perderse en la oscuridad. Así sin más. Como ya casi todas las noches, en las que tendría que soportar el verlo ahí, tan cerca y a la vez tan lejos. Porque Gakuto jamás iba a dejarlo acercarse, por más que supiese que sería lo mejor.


And another story more (isnpirado en los OVAs)

Recordaba bien la primera vez que había visto a Yuushi. El primer día, cabe decir que llegó en medio del entrenamiento de tennis, luego de la dersastroza derrota que Shishido y yo habíamos tenido que tragarnos. Entró relajado, sin dejar que Atobe lo intimidase, sin dejar de lado esa media sonrisa tan característica. Y ese mismo día fue también cuando sentí por primera vez celos por un chico, al sentir que no se percataba realmente de mí, sino solo del engreído de Atobe que se había practicamente apoderado de la escuela. Me dio rabia, mucho más que el haber sido humillados en un partido de dos contra uno. Humillante, si me preguntan. Y esa humillación solo se esfumó cuando con una ancha sonrisa me pidió que fuéramos compañeros de dobles.


Tensai

¿Por qué alguien como el tensai de Hyotei se reíría cuando Atobe le dice que sería un buen jugador de sensillos? ¿Por qué Yuushi querría jugar dobles y eso con el bullicioso de Gakuto? ¡Por favor! Si Gakuto no dura ni veinte minutos en la cancha... Y aún así, esono parece importarle mucho, solo dice que está seguro que  puede sacarle provecho al juego acrobático de la cereza saltarina. Por donde se le mire, nadie puede descubrir de qué provecho habla el sexy peliazul. ¿Tendrá alguna buena idea de cómo extraerle todo el potencial al juego de Mukahi? Bueno, es un tensai, supongamos que sabe lo que hace...


Dignidad

Sabía que no duraría mucho. No si su oponente llevaba de nombre Gakuto, no si tal estaba hecho una furia. No, definitivamente no. Sabía que iba a perder, eso desde el principio, pero él no perdería sin haber luchado primero. Así es, sí señor, él perdería con toda la dignidad de tensai que tenía. Un momento... ¿acaba de decir “dignidad”?

-¡Oi, Yuushi, eso no vale! Sal de donde quiera que estés!

Bueno, tal vez no tenía tanta dignidad cuando se trataba de huír de la furia del acróbata.


Orgullo

No lo iba a llamar, no él. No con el orgullo que le pesaba tanto. Pero y si... ¡No, no, no! ¡El bastardo ese era quien había empezado, así que él no tenía por qué ahora ser quien daba el primer paso! Otra vez. Uno diría que incontables eran las veces que ya había pasado por eso, que ya habían pasado ambos. Pero no, él no le llamría. No esta vez. Le había dicho que era un inmaduro engreído, por eso él no tenía por qué llamrle para exigir que le vuelva a prestar atención. ¿Pero y si ya no tiene su número...? ¡Y un demonio! Para eso existían las guías telefónicas; en el peor de los casos, Atobe. No, él no le iba a llamar, por Dios, que aún su orgullo era muy grande para eso...

-Esto, Yuushi... Soy yo, Gakuto...


Conteo

Uno. Uno era el día, en el que Yuushi por fin había captado sus sentimientos por cierta rareza color cereza.

Dos. Dos eran los grandes problemas con los que se encotró luego de tal descubrimiento: Jiroh y Hiyoshi.

Tres. Tres eran las soluciones que se propuso para el problema del mejor amigo sobreprotector: hablar con el capitán del club de tenis, distraer con otra cosa al lirón, o simplemente ignorarlo con el más puro de sus descaros. Al final se decidió por la última.

Cuatro. Cuatro fueron sus intentos de alejar la atención del acróbata del niño-hongo sin llamar la atención de todo el mundo. Fallados.

Cinco. Cinco palabras duró su seria conversación con dichoso hongo entrometido. No. Te. Atrevas. A. Tocarlo.

Seis. Seis fueron los días que acosó a la codiciada cereza. Y seis también fueron las noches en las no pudo dormir por estar acompañándolo en su entrenamiento nocturno. “Cereza condenada, ¿por qué tenías que seducirme sin si quiera darte cuenta?”

Siete. Siete fueron las razones que le dio a Gakuto para estar con él. Gakuto salió corriendo. Tal vez las razones eran demasiado curis o simplemente malas.

Ocho. Ocho días fue ignorado.

Nueve. Nueve veces Gakuto se disculpó, notablemente apenado. ”!Lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento!”

Diez. Diez son los meses que ya llevan juntos.

Notas finales:

:3


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