LLORAR SIN NECESIDAD
¿Cuántas veces me lo han dicho ya? ¿Cien? ¿Doscientas? No me sorprendería que ese número fuera superado fácilmente, pero yo no lo recuerde… Ahora que lo pienso, es posible que me lo hayan dicho nada más un par de veces, pero me lo hayan repetido más de mil veces ¿O ya pasaban las dos mil? No lo recuerdo; tengo peor memoria de lo que aparento. Pero después de todo, lo que realmente importa es que, a pesar de tantas advertencias y recomendaciones al final no pude evitar llorar. Sakura fue la primera en decírmelo; me miró a la cara llena de lágrimas trasparentes y lo dijo, sin ninguna consideración, simplemente, como se le vino a la boca:
- No deberías tratar de ser tu hermano y menos llorar por un par de tontas críticas ¿acaso eres una bebita?- Y escuchar eso, solo me hizo seguir llorando con más intensidad ¿Se supone que trataba de ayudarme con sus estúpidos comentarios de secretaria amargada?
Tal vez no debería haber elegido precisamente la empresa en la que trabaja mi aniki, o, como mi padre me dijo alguna vez, solo necesito tener la fortaleza de un verdadero hombre, en vez de parecer una niñita llorona.
Mi nombre es Sasuke Uchiha y tengo 17 años. Estoy haciendo un curso laboral por el que me pagarán mis estudios, en el banco prestamista en el que trabaja mi hermano como jefe superior, pues mi padre dijo que no tenía dinero para mantener a un inútil como yo.
El primer día que entré a trabajar y pasé por entre los escritorios con la galantería de quien cree que va a hacer las cosas mejor que cualquier otra persona, creí que todo iba a salir de lo mejor. Me habían dicho que mi hermano había hecho exactamente lo mismo que estoy haciendo en estos momentos, y lo había hecho de una manera tan excelente, así que, como su hermano, era casi seguro que iba a irme tan bien como a él.
El primer golpe lo recibí cuando criticó mi primera obra, la miró aburrido y marcó a lo largo y ancho con marcador rojo, descubriendo tantos errores que al final se veía más rojo que cualquier otra cosa sobre esas hojas, luego me miró con algo de decepción en sus ojos y solo me dijo
- Si no puedes hacer esto tal vez deberías dejárselo a un profesional que sepa lo que hace, en vez de hacer esfuerzos inútiles- Apreté la mandíbula irritado y arrebatándole las hojas traté de salir corriendo, siendo detenido por una de sus manos en el intento, para robarme un beso en los labios que me dejó más frustrado que al principio- Intenta algo más sencillo…
- ¡No me trates como a un crío! Yo sé lo que hago- Grité frustrado soltándome de su agarre para salir corriendo, golpeando la puerta de su oficina y con las lágrimas contenidas por mi firme orgullo, salir corriendo hasta mi escritorio
Me senté frente al computador y dispuesto a rehacer todo mi trabajo, corregí cada uno de los errores marcados, teniendo que pasarme la manga de paño sobre los ojos para secarme las lágrimas de odio cada cierto tiempo, como si mis ojos fueran el parabrisas de un auto durante un día lluvioso.
Cuando terminé imprimí el trabajo, sintiendo que ahora las cosas iban a ir mejor y arreglándome un poco antes de atreverme a poner un pie en la oficina de mi hermano, terminé presentando mi trabajo. Bufó exhausto y me miró decepcionado
- ¿Es esto una broma?- Dijo aburrido
- Arreglé los errores que me dijiste- grité frustrado conteniendo mi furia y mis deseos de reventarle la cara a puños
- Quizás, pero empeoraste el trabajo en su totalidad- Cogió mi reporte y lo lanzó a la trituradora, dejándome ver las tiritas de papel cayendo ante mis ojos, como todos mis sueños e ilusiones- vete. Le daré el trabajo a alguien más competente-
- ¡Déjame, yo puedo!
- No puedes Sasuke. Nunca debí pedirte algo que está tan encima de tu nivel actual. Hablaremos luego-
- ¡No quiero hablarlo luego! No vas a escucharme, nunca lo haces… Déjame demostrarte que puedo hacer algo al nivel que quieres-
- No te preocupes. Haz lo que quieras, trata de disfrutar tu tiempo aquí en vez de matarte trabajando, después de todo… por eso viniste precisamente a esta empresa ¿no?- Me acercó a él, acariciándome el culo con sus manos, mientras acercaba sus labios a mi boca, lamiendo el borde de mis labios
Cerré los ojos enojado y le senté una cachetada en la mejilla, la primera que le daría en toda mi vida, tan rotunda que sonó más allá de las paredes de la oficina, lo miré con furia y salí corriendo. Fue en ese momento en que su secretaria me sujetó de la muñeca, se bajó sus horribles gafas hasta la punta de la nariz y me dijo
- No deberías tratar de ser tu hermano y menos llorar por un par de tontas críticas ¿acaso eres una bebita?-
- Entonces deme algún trabajo para demostrar que no lo soy-
Me tendió las hojas del trabajo de otro administrador, marcadas casi igual que las mías y luego siguió trabajando. Sujeté las hojas entre mis manos y corrí a mi computador, para comenzar a arreglarlo.
- Hermano- lo llamé a la última hora, cuando ya todos se habían ido, quedando solos los dos en toda la enorme empresa y él se giró sonriente
- ¿Qué pasa hermanito?- preguntó al verme acercándome corriendo
- Aquí tienes el trabajo de administración- Le dije mostrándole las hojas
Las miró apenas por encima con algo en su rostro que me quedó realmente difícil de identificar y luego me puso la mano sobre la cabeza, tirando las hojas a un escritorio cualquiera
- ¿Para qué te sigues esforzando? Ambos sabemos que ni puedes ni tienes que hacer esto- Dijo seriamente, acorralándome contra uno de los escritorios- De todas maneras voy a hacer que te den esa ayuda, así que solo disfruta tu tiempo aquí-
El sonido de los libros, los lapiceros y todo lo que cubría el escritorio detrás de nosotros, cayendo al suelo sin orden alguno me hizo entender lo que iba a suceder, me besó en los labios con la intensidad que siempre lo había caracterizado mientras se restregaba contra mí… y susurró
- No te sigas presionando, otôto. Yo siempre voy a cuidar de ti.
Quise gritar, quise golpearle y salir corriendo… quise hacer tantas cosas para lastimarle, que en el momento solo pude quedarme quieto, mientras me quitaba la camisa y me lamía los pezones, sollozar cuando me dio la vuelta, empujándome hasta dejarme contra el escritorio… gemir de placer cuando comenzó a moverse en mi interior, frenéticamente… tan exquisito… tan perfecto. Y llorar porque, a pesar de que quería dejar de ser su niño consentido, su perfecto uke que le abriría las piernas sin problemas cualquier día para obtener algo a cambio, seguía siéndolo… Siendo su puta.
Lo sabía, no debía de haber venido aquí creyendo que podría ser de utilidad, creyendo que en algún momento podría dejar de ser la linda putita de mi hermano y comenzar a valérmelas por mi cuenta… Nunca me había molestado ser su único amante, abrirle las piernas para el placer de los dos y recibir sus besos y promesas de amor como único pago… Pero desde que mi padre nos descubrió y me dijo… me dijo…
- ¿Sasuke?- Abrí los ojos todo lo que pude y susurré un inaudible “Mierda”, al darme cuenta de que mi hermano había entrado a mi pequeña oficina de aprendiz a buscarme- ¿estás bien?
- ¿Yo? Pues sí- Dije tratando de secarme los ojos, pero sin poder evitar que las lágrimas corrieran con más intensidad al verle
- No pareces. ¿Por qué lloras?- se arrodilló a mi lado y me levanto el rostro con su mano para besarme con calma, y luego mirarme con sus ojos preocupados- ¿te sientes bien?
- Si- Me tranquilizaba tanto verle allí, preocupado por mí… por hacerme su príncipe y cuidar de mi sin importar lo demás
- Te dije que si esto era muy duro para ti, intentaras algo más fácil- Y justamente se le ocurrió golpear mi punto débil y de nuevo, mi corazón se dobló y estallé en llanto
- ¡Jódete, jódete Itachi!- Sollocé tratando de golpearle en la cara sin que me dejara- Búscate una lámpara o algo y métetelo en el culo… ¡Cógete a esa secretaria tuya y déjame en paz! Ya no quiero que me sigas follando, no quiero te me vuelvas a acercar ni que me digas nada ¡te odio! ¡TE ODIO!
Tal vez exageré en el momento, pero me sentía desesperado y herido… tenía que decir todo lo que le había querido decir en esos largos seis meses de práctica que tuve en su empresa… Si no lo hacía seguramente terminaría explotando y matándolo con un cuchillo de cocina (de nuevo estoy exagerando, pero es que… ¡me emputa el muy maldito!). Cuando me di cuenta de lo que había dicho, quise remediarlo todo… pues realmente… yo no lo odio sino todo lo contrario… Lo amo.
Pese a mis palabras, y que creí que me iba a ir mucho peor, él solo me abrazó con fuerza, besándome el cabello, cuidándome en su pecho como el hermano mayor que siempre amé. Tan dulce como cuando éramos niños y mi padre me atacaba por cualquier cosa, siendo Itachi el único capaz de enfrentarse a él para cuidar de mi, abrazarme y decirme que yo no estaba mal hasta que, eventualmente… ambos cedimos a nuestros deseos y demostramos lo mucho que nos queríamos follando en mi cama, a la luz de la luna de verano.
- ¿Qué te hice, Sasuke? No me abandones sin decirme la razón, cuando solo quería hacer lo mejor para ti… Dime Sasuke ¿qué fue lo que hice mal…?-
- ¡me odias!- Dije entre sollozos- Siempre me usas a tu conveniencia… nunca quieres que haga nada por mi cuenta…-
- Sasuke…-
- Papá lo dijo… que algún día te cansarías de mí, y me tirarías lejos… que me abandonarías a mi suerte y yo no tendría ninguna manera de defenderme ante el mundo… porque siempre has hecho todo por mi…-
- Sasuke… ¿es por eso?- Dijo separando un poco el abrazo para levantarme el rostro y poder mirarme a los ojos- Yo nunca me cansaré de ti ¿Acaso diecisiete años no han sido suficientes para demostrarte que nunca te voy a dejar, que te amo más que a mi vida? Sasuke… yo no quería verte llorar de desesperación como yo cuando empecé en esta empresa. Quería ahorrarte todo el sufrimiento de esforzarte de más…
- Pero no era eso… yo quería demostrarte que podía hacer lo mismo que tú… que podía ayudarte a pagar la casa, a pagar todo… que podría ser… algo más que tu puta… ¡Que podía e iba a irme si me daba la gana!-
- ¿Puta? Tú no eres “eso” Sasuke, ¡jamás digas algo así sobre ti! Tú eres todo lo que tengo, eres el amor de mi vida, eres mi razón de vivir, eres mi hermano, mi sueño cuando duermo, mi sol en el amanecer, mi estrella en la noche, mi respiración… tu eres más que un tesoro o que un amante… Tú eres mi hermano, mi alma gemela, el amor de mi vida… Tú eres el universo entero, todo lo bueno que existe Sasuke; eres tú…-
Me miró tiernamente. El también había empezado a llorar, y sus lágrimas comenzaban a mezclarse con las mías en el borde de mis labios. Le acaricié el rostro con mi mano…
- Quería hacer todo para que me necesitaras… para que no te fueras, porque yo sabía que tú podías irte cualquier día de mi lado, y dejarme con el corazón roto. ¿Qué soy para ti más que tú hermano? Si estuviste tanto tiempo conmigo era porque no conocías a nadie más, porque te parecía alguien superior a ti… No quería imaginarme que algún día vieras a alguien mejor que yo y me dejaras sin tu amor… Me dejaras sin el universo-
- ¡Idiota!- Le grité sin pensar, obligándole a abrir los ojos, algo asustado- ¿Quién va a ser mejor que tú? ¿ah? ¡Ojalá pudiera yo decir que me enamoré de alguien! Pero no puedo… porque mi corazón ya te pertenece y no será de nadie más, eres él uno y él único… El hombre al que le perteneceré por siempre… Mi hermano-
Le besé en los labios y me levanté, sentándolo sobre la silla. Sus labios comenzaron a deslizarse por los bordes de mi boca y mis manos se salieron de control. Nos quitamos el pantalón mutuamente, y me paré frente a él para mostrarle mi cuerpo, me quité la ropa frente a él, obligándolo a deslizar su lujuriosa mirada por mi piel pálida mientras se relamí y terminé por sentarme sobre él, ya sin nada que me separara de su miembro hirviendo y lo abracé con todas mis fuerzas, apretando mis nalgas para obligarse a meterse en mi cuerpo.
Podía sentirlo metiéndose en mi cuerpo, ahondándose en mi ano, moviéndose cada vez con más fuerza mientras la silla rechinaba y sus manos se apoderaban de cada parte de mi cuerpo. Me acaricié los pezones para entonarme, y él no me lo permitió, metiéndose mis dedos a su boca
- Déjame a mi…- Sus labios succionaron mis pezones con una calidez tan profunda, que mi vientre, hirviendo en un placer indescriptible me obligó a eyacular sobre él, mientras mi interior se contraía, obligándole a correrse en mi interior… a llenarme de su cálida y húmeda semilla, dejándome con nada más que un gemido de placer para los dos
Ya no puedo hacer nada para alejarme de él. Cometí la imprudencia de dejarle enamorarse de mí y cometí el error de enamorarme de él ¿Ahora que nuestros corazones se unieron, quién será capaz de romper este sentimiento, que parecía etéreo, pero era en realidad, el más resistente que experimentaríamos?
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español