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Apagon por Plock

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Notas del fanfic:

¡Bien! ¡UF! por fin acabo este one.shot

me costo creanme, por mas el tiempo ;S

salgo de mi casa a las 6 y media, si acaso en el receso escribo algo y de ahi me voy corriendo al trabajo y de ahi salgo a lass 9 de la noche si llego a mi casa a las 9 y media, con sueño y tareas.

Wuaaa

bueno, aqui esta es lo importante.

No me pertenece junjou romantica ni sus personajes, solo los utilizo porque son sumamente lindos >.<

Notas del capitulo:

Si ven en mi anterior cap actualizado lo anuncie este One-shot porque ya llevo un tiempo queriendolo publicar y aqui esta. ;D

"Estamos sufriendo una grave anomalía en el sistema eléctrico en todo Japón"

Se escuchaba en la televisión en todo el primer piso de la residencia Usami, aunque más bien dirigido al ojiverde quien se notaba un tanto intrigado en las noticias que recién, estaban informando.

"Los últimos apagones, no han sido accidentes son más bien para arreglar los problemas de los sectores pero se han incrementado el problema un poco más, nos disculpamos por las molestias pero necesitamos de su comprensión, es posible que en los próximos días haya apagones, les pido su.."

Seguía diciendo una muchacha que intentaba sonar convincente pero claramente se notaba nerviosa era obvio una noticia así no cualquiera tiene el valor de difundirla.

Suspiro de resignación el castaño, apago el televisor y se dirigió hacia el patio para quitar la ropa que ya estaba seca, las nubes daban señal de que pronto iniciaría una gran tormenta.

Coloco rápidamente las prendas en un cesto y cerró la puerta para evitar que entrara ese viento que hacía que se te enchinara la piel.

Subió al segundo piso a dejar las ropas previamente recogidas en sus respectivas habitaciones, fue a su habitación primero, después de acomodar su ropa siguió la habitación  oscura del mayor. Entro despacio, se encontraba el escritor profundamente dormido, había terminado un escrito en la mañana entregándoselo a su editora y se dedico a dormir el resto del día.

 

Se abrió paso entre los juguetes y dejo la ropa en sus respectivos cajones. Al terminar su labor se le quedo mirando al mayor, ya eran las 8 y media de la noche, el clima se miraba algo sombrío además de que acababan de anunciar que abría problemas con la electricidad, lo que menos quería era estar solo.

¿Quizás el ya durmió lo suficiente?

Sacudió su cabeza tratando de borrar ideas raras y se retiro de la habitación, no podía molestar al mayor siendo que estaba cansado por el trabajo.

Bajo a la planta baja, dejo el cesto en su lugar, noto como en el cielo se veían algunos relámpagos en las formaciones de las nubes. Las miro preocupado un tiempo.

—¡N..no me da miedo!— dijo al vacio

— Y..ya soy mayor, tengo 21 años, esas cosas s..Solo le dan miedo a pequeños— Pensó avergonzado de si mismo

—¿Que no te da miedo?— escucha la voz del mayor en uno de sus oídos estremeciéndolo completamente.

—¡USAGI-SAN!— da unos cuantos pasos para adelante y se gira después de recobrarse del susto— No... Me asustes así— intenta disimular su expresión de felicidad que tenia de estar acompañado.

—Ah.... Entonces.. ¿Te da miedo estar sin mi?— dice con una sonrisa juguetona.

—¡¿EH?! ¡Claro que NO!— se da media vuelta para dirigirse a la sala- Idiota, no sé de dónde sacas esas cosas- se sienta en un sofá fingiendo enojo

El mayor hace caso omiso a lo dicho por el menor y ríe un poco, acercándosele al menor. Notando como ese supuesto enojo se fue rápidamente y que unos hermosos ojos esmeraldas le miraban de manera extremadamente linda.

—Ahm Usagi... ¿Ya te sientes mejor?— termino diciendo tímidamente desviando la mirada.

—Si...— Con un suave movimiento acaricia los mechones cafés de su amado y se sienta a un lado de él- En este momento solo quiero estar junto a Misaki- mencionándolo en un tono común en el escritor cuando le habla sin molestarle; Con una entrega total y melodiosamente romántico.

El joven corazón del castaño tuvo que hacer un esfuerzo para no salirse de lo rápido y fuerte que latía, intento defenderse de ese comentario, regañándolo o insultándolo, pero su cuerpo no le dejaba, además de que el mayor había pasado un brazo alrededor del menor atrayéndolo hacia este. ¿Cómo molestarse cuando sientes ese aroma que te embriaga y ese calor que tanto necesitabas a un lado tuyo?

 

Tembló ligeramente, ya había pasado algo de tiempo sin que lo hubiese notado, ya que el mayor había prendido la televisión aun teniéndolo a su costado y acariciando levemente su cabello.

—Uhm...— miro para abajo completamente avergonzado, más por haberse quedado estático sin hacer nada que por las acciones del novelista- Usa...

—¿Qué pasa?— le interrumpe susurrándole en la frente para después depositar un beso en esta, pareciendo querer hacer que los latidos del menor llegaran al máximo.

—Pronto va a llover...—Pudo decir, pero para desgracia del menor el único tono que logro salir fue uno completamente tierno y tímido. Avergonzándolo aun mas cerrando sus ojos al instante. Demasiado para soportarlo.

Escucho una ligera risa para sentir como le susurraba en el oído.

—Yo estoy aquí, no va a pasarte nada malo— puede escuchar en el tono de voz la peculiar sonrisa divertida que en ese momento debía tener. ¡Pero! ¿¡Lo escucho!? ¡¿Como sabia que le molestaba estar solo en la lluvia?!

—Cl..claro que no.. Tonto Usagi, lo digo para que sepas que no vamos a salir— dice en un puchero casi inevitablemente lindo.

—Lo se... ¿Acaso no me escuchaste? Quiero estar junto a ti.

—¡N..No.. Y..yo! digo que... ¡La comida! ¡Tendrás que comer lo que hay!- Abre los ojos para mostrarle al ojilila sus ojos de "enojo" que mas bien decían preocupación y amor— ¿No has comido verdad? Debes tener hambre ¡No debes sobrepasarte! ¿Recuerdas?— se libra del agarre volviendo más a su ser berrinchudo.

El castaño ya levantado siente la mirada lilesa del novelista, así que, casi por inercia le devuelve la mirada, observando al majestuoso escritor mimado y engreído, con una sonrisa completamente sincera y sus hermosos ojos mirándolo completamente a él y solo él.

Baja la mirada avergonzado ¡¿Cómo era posible que con solo eso ya lo haya derrotado!?

—Te preparare algo— Pone una sonrisa tímida y va hacia la cocina, sobre todo para escapar del escritor.

Antes de llegar a su objetivo el sonido de pequeñas gotas de agua chocando contra la puerta de cristal lo distrajo, a medio camino se quedo mirando la lluvia sin notar que el mayor se le había quedado observando intrigado.

Sin hacer ningún ruido que espantara al pequeño, con un habilidoso movimiento rodeo su cintura con sus brazos, haciendo que el menor diera un pequeño saltito del susto y volteara su rostro ya enrojecido, pero con una expresión sumamente linda de perplejidad.

—¿Pasa algo malo?— pregunta al ver como la mirada lilesa del escritor lo miraba fijamente con una leve expresión de preocupación.

—No te gustan las lluvias ¿Verdad?— Le susurra en el oído.

—¡No se dé que hablas!— Se soltó del agarre del mayor gracias a que este se lo permitió— No es que me desagrade solo que..

—¿Te da miedo la oscuridad?— dice con una sonrisa burlesca

—¡¡¿EH?!! ¡¡¡POR SUPUESTO QUE NO!!!

—Vaya Misaki 21 años y aun le temes, eso es vergonzoso— ríe de manera juguetona disfrutando uno de sus grandes hobbies; enojar a su pequeño.

—¡Te digo qu..

Sus palabras fueron interrumpidas, porque en todo el departamento había quedado en completas penumbras, el silencio se hizo presente, solo se podían escuchar esas pequeñas gotas que chocaban contra el cristal.

Por su parte el mayor se había quedado mudo, casi en el mismo momento en que la oscuridad se hizo presente pudo sentir como unos delicados brazos se aferraban a su camisa y notar un leve temblor en el cuerpo que se encontraba a un lado d él.

-Misaki...- Sin mucha dificultad acaricia la cabellera castaña.

-D..dime..-pronuncia débilmente.

-Está bien....- Lo abrazo completamente- Aquí estoy yo

-Tonto... No es eso....- dice prácticamente en un hilo de voz.

-Entonces ¿Qué es?

-S...Solo no quiero... Trompearme... Tonto.

El ojilila ríe un poco cautivándose de la ternura del castaño.

La oscuridad era muy intensa, ya que el alumbrado público junto con los demás edificios se encontraba en las sombras. El mayor delicadamente rodeo al universitario con un brazo y con el que ya tenía libre saco su celular para dar algo de luz.

Noto que el pequeño tenía unas ligeras lágrimas en los ojos que mantenía fuertemente cerrados, la ternura que en ese momento sintió el mayor hacia su castaño fue demasiada prácticamente tuvo que luchar contra si para no comérselo a besos ese mismo momentos.

El pequeño abrió los ojos lentamente al percatarse de la luz del mayor, abrió los ojos y noto de ¡que estaba haciendo!

-¡Suéltame!- se zafo del agarre y desvió la mirada, agarro su celular de la barra para alumbrar también, ERA UN TONTO ¿Como no se le ocurrió? Pero ¡NO! Tenía que sujetarse del escritor.

El mayor al notar que el chico aun temblaba, mientras lo miraba fingiendo enojo, sonrió levemente, era de esperarse de su Misaki. Nunca demostrando su fragilidad.

-Ven- le tomo de la mano para conducirlo.

-¿QU..E? ¡Suéltame!- Menciono enojado esperando que el mayor no le hiciera caso, y justo como lo quiso así fue, el peligris solo siguió su camino.

Al notar que no decía nada mientras lo llevaba, solo de vez en cuando tomaba con un poco mas de fuerza su mano, haciendo que pasara un escalofrió leve en el, además de un nerviosismo conocido en su estomago.

—¿Que buscas?— dijo suavemente al ver como el escritor se había detenido y alumbraba con su celular los muebles.

—Es que no recuerdo muy bien donde deje las velas— dijo con una sonrisa tranquilizadora mirando con la poca luz de los celulares al castaño, quien lo miraba un tanto embobado por como la leve luz tocaba su rostro haciéndolo parecer más tersa esa piel y esos ojos mas hipnotizantes de lo que ya eran.

Bajo la mirada apenado— Te ayudo...— Sin mucho forcejear se libro de la mano del mayor y comenzaron a buscar en los cajones.

—¡Ha! ¡Lo encontré!— Dijo eufórico el ojiverde al abrir una caja mediana llena de velas de diferentes tamaños.

Antes de que alguno de los dos dijera algo de nuevo, un gran estruendo sacudió el departamento junto con una luz que ilumino la habitación menos de un segundo.

No podía mentir, lo había sorprendido su corazón estaba agitado y quizás un poco aturdido por el sonido, sin embargo lo que mas sorprendió al peligris logrando que dejara caer su celular de la impresión era como su rebelde novio lo había abrazado fuertemente mientras sentía claramente como sollozaba.

—¿Misaki?

Espero unos segundos la respuesta pero nunca llego, por lo visto pensó que nunca llegaría. El silencio de nuevo reino en la habitación que en ese momento se encontraban.

Como su celular se encontraba en el piso y de tonto iba a recogerlo si tenía a su pequeño aferrado a el de esa manera, tomo con cuidado el celular que aun tenia Misaki en la mano, el pequeño no puso ninguna resistencia al sentir como le quitaban su posesión, solo así pudo tomar más fuerte la camisa del novelista.

Alumbro el lugar de las velas, con una mano rodeo el cuerpo del universitario y con la otra la pequeña caja, para así llevarlas a la sala, el lugar más grande de ahí.

De camino al sitio se escucho otro rayo, de una intensidad similar a lo que el chico se aferro con más fuerza a su protector. Las gotas de lluvia se hacían más fuertes y con mayor frecuencia además de poder escuchar el viento de afuera que hacia la escena muy tétrica a donde lo vieran.

 

 

El castaño entre abrió sus húmedos ojos aun ocultándolos en el pecho del peligris, era completamente penoso que este lo hubiera visto de esa manera, pero su cuerpo no lo obedecía cuando se trataba de separar del calor que emana el cuerpo de Usagi.

 

Se quedo así un momento dejando fluir sus lágrimas y odiándose a sí mismo por mojar la camisa del ojilila y por preocuparlo, porque sabía muy bien que el mayor se preocupaba por cualquier cosa.

Una pequeña luz apareció, la pequeña flamita de una de las velas.

La mirada verdosa se poso en tan peculiar fuente de luz e inmediatamente miro los ojos violetas de su acompañante a que aun estaba abrazando. Cruzaron miradas el pequeño se sonrojo, por la situación mas que nada, de nuevo su cuerpo no obedeció al hecho de querer separarse de este.

Sus ojos aun dejaban salir libremente un pequeño rio salado, justo al sentir como Usagi lo aprisionaba mas fuerte con el brazo que lo sujetaba cerró los ojos dejando así con más fluidez salir sus lagrimas.

-Que vergonzoso...- dijo después de un gran tiempo de no decir nada

-¿Qué cosa?- beso levemente su frente mientras con su otra mano prendía otra vela

—…Que alguien de mi edad le tema a esas cosas....

—Si, lo es.

—HEy…. —De nuevo quiso separarse pero sus manos aun temblaban

—Es broma— Rio por debajo— Es completamente natural temerle a algo

De nuevo se quedo en silencio el apartamento mientras el menor sentía como lo conducían diferentes sitios se la sala de estar para colocar y prender una vela

—¿Y tú?..— dijo casi como un murmuro

—¿Hum? ¿Dijiste algo?

—Ahm... ¿Y tú a que le temes?— dijo aun apoyando su cabeza en su pecho

—A que algo malo te pase...— susurro suavemente en uno de sus oídos

Aun con su sonrojo y con los ojos llorosos levanto su mirada percatándose de que sin notarlo el cuarto se encontraba tenuemente iluminado.

—Tonto... Eso no es un temor.

El ojilila con una leve sonrisa, se acerco al castaño para susurrarle en los labios mientras le miraba aun a los ojos verdosos los cuales mostraban una clara sorpresa.

—Claro que si, tiemblo con la posibilidad que te llegase a pasar algo... Misaki— Termino juntando los labios junto con los del chico, adentrándose sin dificultad a la boca del menor, notando como este había cerrado sus ojos y empezaba a corresponder el beso con su peculiar manera de hacerlo, de una manera torpe y tímida. Lo que fascinaba al mayor verlo y sentirlo así.

Cerró también los ojos dejándose llevar por la sensación de besar a la persona que mas amas, tratando de impregnarse de su escancia para nunca dejar de sentirlo a su lado, sintiendo la calidez que le proporcionaba su pequeño y dulce Misaki.

 

Sus labios se juntaban una y otra vez continuando su beso, hasta que el menor lo cortó tomando algo del aire que le faltaba.

 

-Espera...Usagi...- dice abrazándolo escondiendo su rostro en pecho del mayor, al sentir como su cuerpo se había empezado a sentir muy ligero y algo entumido por el beso.

Sin perder el tiempo el novelista se posiciono de su cuello dándole pequeños besos, mordidas y lamidas. Al mismo tiempo que el chico lo abrazo mas fuerte ante las sensaciones.

—No... Usagi... Ah... Hmm.....

Su cuerpo dejo de responderle de nuevo como era lo usual cuando el mayor comenzaba con sus caricias pero tenía que admitir que estar sujeto de ese cuerpo, sintiendo su respiración y sus besos en el cuello, oliendo su cálida escancia, sintiendo como lentamente las frías manos del escritor levantaban su camisa, la vergüenza por el hecho de que lo verá otra vez sin sus prendas, el pudor al saber que otra vez le hará sentir ese placer que le hacía sentir dejar su cuerpo unos instantes... Todo eso, le era excitante... Y  muy adictivo.

—Humm Ah....— dejo salir un gemido muy definido cuando este tomo con una de sus manos un rosado botón del castaño.

Soltó una pequeña risa, ya había caído en sus redes, como era lo usual. Comenzó a acariciar el pequeño pezón y a retorcerlo y así como su este su dueño.

—Usa..Ah... Gi... No....

—¿Estás seguro?

—¡C..CLARO QUE ESTOY.. — con sus dedos siguió atendiendo el pezón y bajo con su lengua por el pecho que previamente ya había desvestido- AH... Ah... Seguro..

 

—Mientes— tomo con su lengua el otro pezón logrando sacar un gemido bastante erótico del pequeño, con su lengua delineo su contorno, daba pasadas, tocaba la dureza del pezón provocada por sus caricias.

—Ahh...ahh....No... Miento.... Hmmm.....

El mayor bajo delicadamente por el abdomen del castaño provocándole escalofríos, hasta que llego a su pantalón y acaricio sobre la ropa un pequeño bulto formado logrando sacarle otro gemido fuerte.

—Te digo que estas mintiendo— lo miro lascivamente mientras que este trataba que acallar sus gemidos que solo rebelaban que estaba disfrutando del contacto.

Al menor le temblaban las piernas sentía que se caería, el rose en su entrepierna, la lengua en su pecho, su pezón siendo estrujado dejándole sentir unas extrañas corrientes eléctricas logrando que todo su cuerpo se entumiera y estresara a la vez.

—Usagi..sa... Me voy a caer...— dijo entre gemidos aferrándose a la camisa del mayor.

Dejo las caricias por el momento, con un suave movimiento lo envolvió en sus brazos y lo recostó lentamente en el piso. Lo miro detenidamente, siempre pensó que las velas hacían que su dulce amante se mirara más tierno y violable si es que se podía mas... Verlo así tan vulnerable en el piso, con las piernas separadas a sus costados, sin camisa, su rostro sonrojado con varios mechones desordenados en la frente y con esa mirada verdosa que lo miraba solo a él, no, definitivamente era Misaki todo, las velas solo proporcionaban solo un pequeño plus.

—Eres tan bello— se acerco a su rostro para así sentir su agitada respiración.

—No digas eso...— La mano del ojilila recorrió su, ahora ardiente abdomen, delicadamente hasta llegar a su mejilla.

—Es que, lo eres— declaró con una sonrisa implacable.

En ese momento otro relámpago acompañado de un gran estruendo sacudió a la habitación, no obstante en esta ocasión fue imperceptible para los dos, ya que se habían transportado a su propio mundo donde solo existían ellos y nada más.

De nuevo siguió con las caricias logrando que el pequeño llevara su cabeza para atrás dándole entender de que siguiera con ese contacto que en ese momento le reconfortaba.

El novelista se acerco mas dejando a cada costado las piernas del menor rodeando sus caderas. Los delicados brazos del menor rodearon la espalda de su acompañante, mientras tanto este seguía brindándole de sus caricias, en el abdomen, calentando un poco más el frágil cuerpo junto con el suyo.

Le comenzó a besar nuevamente los finos labios del menor, sintiendo como este comenzaba a corresponder aferrándose un poco más a su espalda.

— Te amo— Mencionó el mayor después de separarse del beso y empezando a bajar sus manos por las caderas.

—Usagi… Ah….

Le besó desde el cuello hasta su pecho gozando de la apetitosa piel del menor y sus excitantes gemiditos. Con sus manos les dio atención a los pequeños botones rosas logrando un estremecimiento y que se aferrara de las caderas del mayor con sus piernas.

—AH…… Usagi……— Dio un gemido largo y excitante al sentir como aun con las ropas sus miembros se rozaban provocando un calor inmenso entre los dos.

El miembro del menor empezaba a sentir la falta de atención, sobre todo después de el roce, le molestaba que el peligris solo le estuviera calentado aun mas. Casi inconcientemente enredo las piernas en las caderas del mayor para comenzar un roce rítmico entre los dos miembros.

—Hm…. Misaki…— Gimio levemente en el oído del menor causándole a este que aumentara el ritmo en el roce. El novelista dejo el cuerpo del pequeño un momento y comenzó a besarlo completamente apasionado, intentado fundirse con aquel chico que tanto amaba, sintiendo su saliva, su ser, su escencia junto a él, justo como debía ser.

Los dos miembros rozaban con tanta intensidad, el menor cuando sentía el tacto del mayor ponía un tanto más de fuerza y dejaba salir un gemidito ahogado por los labios que aun mantenían cautivo sus labios, el mayor mientras tanto movia ligeramente las caderas acercando el roce.

—Ah…. AHHH…. Usagi… Ya..

—Como digas…— Solto un gemido para safarce de la situación, sintiendo un dolor el miembro de lo apretado que se sentía. Con descesperacion casi le arranca el pantalón al chico junto con la ropa interior, cuando se sientie liberado suelta un gemido completamente erotico insitando al peligris a continuar.

Este se desabrocho el pantalón, con rapidez pero aun con la suavidez con la que trataba al chico se coloco en posición.

Con su miembro rozando los glúteos del menor mientras con una mano metia dos dedos en la entrada del chico, sintiendo a la perfeccion el deseo agonizante del pequeño por comenzar, sentía como se contraía, lo caliente de ahí dentro le exitaba demasiado.

Sin esperar al tercer dedo completamente ansioso, empezó a meter su completamente erecto y palpitante miembro en la entrada del ojiverde. Intento entrar despacio pero al sentir como el pequeño se contraía haciéndole casi ver las estrellas hizo casi meterlo de una sola estocada, sacando un gemido completamente lleno de placer al mayor, mientras que el menor uno de dolor ya que aun no se acostumbraba a esa intromisión.

Duro unos segundos el peligris disfrutando de la erótica escena y las sensaciones sentidas dentro del pequeño, esperando a que este se acostumbrara, lo sabría cuando la suplica en la mirada verdosa volviera a aparecer.

El menor se sentía completamente excitado, el mayor aun no se movía, así que con sus piernas rodeo de nuevo sus caderas y comenzó una pequeña embestida, el mayor, este capto el mensaje y comenzó a embestirlo con rapidez en un principio y acallando los gemidos ya sean de placer o dolor con sus labios.

Para el castaño sentir como su mano era entrelazada con la del mayor, sentir sus besos, sus caricias, a él mismo, le hacía sentir un placer extremo y no solo el placer que este le provocaba, sino el hecho de que fuera Usagi-san.

—¡Ah..! ¡AH! Usagi… AH… Hmm… Mhn…

Ya sin besarse el mayor se quedo a minúsculos centímetros sintiendo el aliento acelerado del pequeño.

—Misaki…. Misaki…. —Susurraba en el oído del castaño.

El mayor siguiendo las embestidas apoyo su cabeza en el pecho del menor sintiendo su descompasada respiración y esos latidos rápidos, lo llenaba de dicha estar en esa situación con su pequeño. El menor con sus brazos los paso alrededor del cuello de su amante para así acercarlo más a él.

—Te amo— Musitó el mayor aumentando el nivel de las estocadas.

—Ah…. Usagi…. Ah AH AHH….— Gemia y jadeaba al sentir como el mayor rozaba su punto más sensible estremeciéndolo al instante.

Se aferro más a las caderas del mayor para seguirle el ritmo, moviéndose en el mismo compás, el mayor se aferro al castaño abrazándolo fuerte y posesivamente.

—Ahh.. Misaki— Subio al nivel de su rostro y comenzó a repartirle besos pequeños desde el inicio de su oreja hasta su cuello dejando marcas de propiedad, porque exactamente era así, era completamente suyo ese muchacho. Y así debía ser.

El universitario se sintió tan mareado y excitado, lo único que le importaba era Akihiko, su Akihiko, su amado Akihiko.

Los gemidos comenzaron a aumentar de intensidad, sintiendo así como el placer se incrementaba a niveles descomunales, antes de que llegara el momento final, el escritor masajeó el palpitante miembro del castaño. Logrando que se corriera al instante, así mismo se contrajera su interior y se viera obligado a terminar dentro de él.

Dejo caer su cabeza de nuevo en el pecho del pequeño descansando y esperando que tanto la su respiración como la del ojiverde se calmaran. Cuando el ya estaba más tranquilo, salió del menor y subió a su rostro, el cual lucia aun agotado. Con los ojos cerrados, la boca aun entreabierta respirando agitadamente, las mejillas rojas aun, con ligeras lagrimas saliendo de sus ojos.

Se acerco para darle un beso sutil, solo de labios así indicando lo verdadero de su amor. Misaki entreabrió sus ojos, encontrando al mayor besándolo, se sonrojo más, aun así se intento dejar llevar.

—Que feliz soy…—Susurró aun cercas del rostro del pequeño.

—¿P..Por qué?

—Porque estoy junto a ti.

El ligero rubor se convirtió en un fuerte color carmesí y desvió la mirada.

—¡N..No digas esas cosas!

Se sentó el ojilila e hizo que su pareja se levantara un poco, con sus brazos lo envolvió para que sintiera su calor, este miro hacia la ventana, aun llovía pero ya no sentía miedo, aunque la mitad de la habitación donde se encontraba se encontraba en penumbra.

Akihiko le tomo su rostro entre sus manos y le proporciono otro beso,  sintiendo la respiración de su amado pequeño. Este se apoyo en una de las piernas del mayor ya que este lo atraía más hacia él.

Se sonrojo demasiado, por haber sentido un líquido que conocía muy bien, solo como sí no lo recordara lo que acababan de hacer, reafirmaba ese hecho.

Se termino el beso despacio, más bien el mayor lo termino, mientras se quedaba mirando al menor quien lo miraba por debajo con el rostro colorado.

—¿Nos vamos a bañar?— Deslizo unos dedos por la mejilla de su adoración.

Sin responder asintió, sin más el mayor lo tomo en sus brazos, como si fuera un pluma.

—Misaki— Le llamó— Tomate de mi cuello.

—¡¿Eh?! ¡¡¿Qué dices?!!

—Para llevar las velas al baño.

—M..Mejor bájame.

—Mejor tómalas tú.

Sin desear hacerle mucho caso tomo las velas y un encendedor que se encontraban cercano a donde lo llevaba el novelista.

Ya en el baño, en la plena oscuridad el mayor con cuidado bajo a su pequeño, el cual sin pensarlo se quedo aferrado a uno de sus brazos. A lo que este sonrió.

Lentamente comenzó a prender de una en una vela, así consiguiendo algo de luz del punto de vista del castaño y un ambiente demasiado romántico del punto de vista del ojilila.

Se volvió a acercar al pequeño para probar otra vez esos apetecibles labios que en todo momento deseaban ser compartidos. Le empujó levemente para guiarlo a donde se encontraba la regadera, abrió sin más la llave dejando caer agua muy fría a lo que el menor se quejo también con la mirada, el otro solo le sonrió.

Lentamente el agua se volvió más tibia suficiente como para poder bañarse, el fluyo del agua limpio los dos cuerpos, el mayor se encargaba de hacer sonrojar mas a su pequeño, diciéndole uno que otro comentario o tocando zonas que le hacían estremecerse y él le retiraba las manos enseguida con un puchero y un regaño.

No dejo que se le alejara mucho, siempre a su lado oliendo su peculiar aroma, siempre observando lo tierno de su joven amante.

Misaki inocentemente le puso shampoo al mayor por de frente de puntitas, no podía evitar ruborizarse, acariciando las hebras plateadas, sin pensarlo lo hizo con mucha delicadeza, mientras que el mayor estaba más que feliz de ver como su niño le hacía tal gesto, y sobre todo al tenerlo así de cerca. Le dio unos cuantos besos en el cuello haciendo que el otro se tensara y que sus manos pasaran al cuello del mayor.

—Usagi-san… No hagas eso..

—Tú me provocas— soltó un ligera risita en su oído.

—Claro que no…— Volvió a su altura con una expresión de enojo aunque parecía una más de vergüenza.

El baño no tardo demasiado, salió el castaño primero con una toalla rodeando su cintura. A lo que el mayor se abalanza de atrás de él.

— ¡Wuaa! ¡Usagi-san ¿Qué haces?!

—Lo que sucede este te miras de nuevo tan apetecible con solo esa toalla— Le coloca una mano en la parte donde se sujeta.

—¡Basta ¿N..No acabamos de ya hacerlo?! ¡Déjame!— Forcejeó lo suficiente para zafarse de ese abrazo y meterse a su cuarto, en unos segundos salió con la cabeza gacha.

—Una vela…

El mayor se rio mientras le pasaba una vela de vaso encendida. Sin más el peligris fue a su cuarto a cambiarse rápidamente, una ropa para dormir, una camisa manga larga ya que hacia algo de frio y un pantalón flojo.

—¿Ocupas ayuda?— Menciono en la puerta del cuarto del menor.

—¡N..No! ¡Solo vete!

—Bien, te espero en mi cuarto— Le dijo de manera segura, ya que sabiendo que el menor le temía a la oscuridad y las tormentas era completamente obvio que si accedería.

—¡Ah! ¡Espera!

—¿Mande?— Se devolvió a la puerta para escuchar mejor.

—Hmm ¿Te parece si mejor dormimos en… Pues abajo?

—Donde quieras dormir está bien.

El menor abrió la puerta de su cuarto, dejando ver al castaño con una pijama de color verde un poco floja, el mayor se acercó envolviéndolo en sus brazos.

—¿Q..Que pasa?— Susurró algo sorprendido.

—Misaki, tienes la camisa al revés— Se burla levemente.

El rostro del pequeño se puso completamente colorado, olio un poco el aroma de su camisa y se despego completamente del mayor.

—¡D..Déjame! Tu sabes… La oscuridad es difícil… Cambiarse.

—Hum ¿Por qué quieres dormir abajo?

—¿Ah? No, era solo sí querías—  Movió las manos de manera de negación.

—No me molesta— Le acaricia el cabello castaño— Solo quiero saber.

El ojiverde juega un poco con sus dedos mientras baja la mirada un tanto avergonzado.

—Pues… Es que pienso que sería diferente…—Da ligeras miradas para ver la expresión del peligris— Y para ahorrarse la batalla de cambiar de lugar las velas… Pues… No se… Pensab…

Fue cayado por un ligero beso, después un ligero roce en una de sus manos.

—Me encantaría…

—¡Bien!— Sonrió levemente.

Dificultosamente bajo un futón, de los muchos que se tenían almacenados, el mayor un tanto intrigado le ayudo como tuvo oportunidad.

Lo dejaron en la sala, a lo que el menor se baso en acomodarlo y traer las almohadas.

—¿Vamos a dormir ahí?— Preguntó el peligris.

—Ahm.. ¿No quieres? Sé que es algo angosto para los dos pero..

—Está bien, me gusta dormir en futón— Menciono satisfecho.

La intensidad de la lluvia se había incrementado azotando una y otra vez la ventana, de un momento a otro iluminando por completo la habitación con un estruendo. Aunque en esa ocasión el menor se notaba menos alterado.

Se incorporó en la suave manta, aun mirando la lluvia, ante eso el peligris se acerco a este y le beso levemente la mejilla.

—¿¡Que?!— Con la cara de sorpresa disimulada y un leve sonrojo se alejo un poco,

—Tengo hambre, prepárame comida —Indicó con su peculiar tono mimado.

—¿Eh? Es verdad, si ahora mismo te preparo algo.

El mayor le tomo el rostro entre sus manos para poder brindarle un suave beso.

—Gracias…

—¡S..Solo lo hago porque sí yo no te cuido n..nadie lo hace!— Se levanto inmediatamente para la cocina que se encontraba tenuemente iluminada por las velas.

—¡Ah! Y ¿Cómo le vas a hacer sin luz?— Le llamó desde su lugar en el futón.

—En serio, nunca te has dedicado a la cocina ¡Tonto!

—¿Hm? Y ¿Cómo le harás?

—Que no haya luz no significa que no haya gas, solo ocupo un encendedor.

Sin mucha dificultad, el menor encendió uno de los quemadores.

—¿Te gustaría comer panqueques?

—Lo que sea que prepare Misaki está bien.

—Hummm ¡Como digas!— Desvió la mirada—  Panqueques será...

Saco algunas cosas del refrigerador apagado por lo que requirió de una vela para poder ver. Mientras tanto el mayor se recostó en el futón mirando de la lluvia que no parecía calmarse, empezaba a un poco de frio, como no había calefacción sería un problema, no obstante sabía que teniendo un par de cobijas como las que trajo el castaño y a su amado no habría problema.

 No paso mucho tiempo, para que el ojiverde volviera a donde él, acercándose con dos platos, uno de lo dio al mayor mientras que el otro lo dejó en el piso mientras iba por las demás cosas, los cubiertos un vaso de leche para los dos.

Se incorporó a un lado de su pareja, más por frio que algo mas, y así comenzaron a cenar, no era exactamente “una cena a la luz de las velas” pero en el sentido estricto de la palabra así era.

El peligris posó su mirada en su pequeño, un tiempo hasta que el otro volvió hacia él.

—¿Q…Que?.. ¿N..no te gustó?

—No, si me gusta. Solo tenía algo de curiosidad.

—¿hm? ¿Sobre qué?

—¿Por qué le tienes miedo a la oscuridad?

No pudo evitar sorprenderse por esa pregunta, no es que fuera imposible de pensarla sino que no le gustaba hablar de eso. Bajo la mirada casi inmediatamente.

—Sí quieres decírmelo después, espero.

—Es que… Yo… No es que me asuste la oscuridad, solo que… Pues me desespera y me pongo ansioso, sobre todo porque, me hace sentir…. Algo solo.

—¿Solo?

­—Ahm… Sé bien que tú estás aquí… Pero no puedo pensar en eso cuando…

—Entiendo— Le acaricia con mimo su cabello castaño. El peligris recordó que en las veces de esa noche donde se había ido la luz o hubo un relámpago, el menor le había abrazado, solo como una manera evitar sentirse así, de sentirse protegido. Era tonto de su parte saber que una tormenta no le agradarían a su ojiverde después de todo perdió a sus padres en una noche como esa.

Usagi inicio otros temas mientras comían para alegrar al menor, usando uso de su típica burla cariñosa o temas diversos, todo con el fin de verlo sonreír sabía muy bien que era lo correcto después de tocarle un tema que no le gustaba hablar de eso.

Terminaron de comer, el menor retiró los platos y lo demás, para volver junto al novelista.

—¿A dormir?— Preguntó tímido el menor.

—Primero..

Se le acerco, dándole a entender a que se refería, se acero lentamente para sentir el aliento del menor, este cerro sus ojos con un tanto de fuerza y se sonrojo al instante, se acerco levemente para comenzar con el beso ligero apenas tocando su lengua con la punta de la suya, deslizó una mano por la delicada espalda hasta llegar a su nuca y acercándolo más para profundizar el beso, el castaño le tomo de la camisa fuertemente mientras lo continuaba. Al paso de unos segundos este acabo dejándolo demasiado sonrojado.

—Misaki

—¿Hum?

—No te tenses tanto.

—¿Eh?

—Siempre que nos besamos, te tensas mucho, relájate, déjate llevar— Insinúa en un tono completamente romántico.

Sí es que podía estar más colorado en ese momento sería en ese preciso instante, el hecho de besar a su amante, le hacía ponerse muy nervioso y completamente raro, no era que no le agradara sino que era una mezcla total de sentimientos y pensamientos, que algunos le asustaban consigo mismo, cada vez que ocurría.

Sin nada que pudiera salir de su garganta en ese momento, agacho la mirada y asintió levemente para gusto del peligris.

—Mira..— Se volvió a acercar, el menor casi por inercia cerró los ojos— No los cierres— Acaricio levemente sus mechones castaños, logrando así que el ojiverde abriera levemente los ojos sintiendo como el corazón amenazaba con salirse de su pecho.

Se unieron en un beso de nuevo solo que en esta ocasión fue uno más superficial, el escritor pasó sus manos por la espalda provocando un ligero temblor del universitario.

—Calma…­— Se separó sin dejar de abrazarlo, sonriéndole al menor quien bajo la mirada avergonzado— No tiene nada de malo besar a tu pareja.

El castaño se tenso todo su cuerpo al escuchar esas palabras, se relajo al sentir como las manos del novelista le tranquilizaban acariciando su espalda.

—¿Si?

De nuevo el inexperto universitario con un nudo en la garganta asintió aun sabiendo lo que le esperaba después de esa confirmación.

Levanto el rostro que seguía mirando para abajo así facilitando la tarea a su amante, Akihiko le sonrió para acercarse y otra vez probar esos labios que le hacían sentirse completamente pleno y feliz.

Al momento de que los labios se juntaron el menor además de tener su característico rubor notorio en las mejillas, cerró los ojos lentamente, para poder así como lo decía su novio relajarse y disfrutarlo.

Duro varios minutos en los cuales el menor le correspondió el abrazo al mayor, no obstante Akihiko pensaba en dejarlo como un dulce beso en vez de un beso apasionado, quería que su niño supiera que no todos los besos llevaban a eso.

—No fue tan difícil ¿verdad?— Musitó después que terminó aquel gesto de amor.

Este solo desvió la mirada y se acostó, jalando un poco al mayor para que él también se acostara.

— Ya ¡A dormir!

—Si, si, si

Con un delicado movimiento cubrió al menor y a el mismo con una de las cobijas traídas por el chico, pegándolo al su mismo cuerpo, y así también sintiendo como el castaño le correspondía su abrazo.

—No fue tan difícil— Susurro casi inaudible con su cabeza en el pecho del peligris.

Los dos se quedaron dormidos, el menor sintiendo la seguridad de los brazos que lo poseían mientras que el mayor disfrutando de la respiración de este, junto a sus pequeños brazos atrayéndolo más hacia él, como si no quisiera separarse de él jamás.

 

 

 

 

 

 

 

Dos horas después.

La lluvia todavía azotaba y al parecer aun no había vuelto la luz. El novelista se despertó por uno de esos rayos que parecían caer en la ventana o en la casa misma. Se preocupo primero por el menor pero notando como aun dormía plácidamente se tranquilizo.

Se le quedo mirando sus ojos cerrados, su cabello castaño desordenado, su lenta y pacifica respiración, su camisa del pijama al revés que solo lo hacía lucir más lindo.

Se levanto cuidadosamente para ir por su celular, sin notarlo el menor se despertó ligeramente y noto que se iba aun adormilado.

Fue a su cuarto y con una de las velas que dejaron en el baño alumbro la habitación, hasta que recordó que se le había caído cuando buscaba de las velas, sin más lo tomo y se dirigió con su castaño. Fue grande su sorpresa cuando lo encontró despierto incorporado en el futón.

—¿A dónde fuiste?— Se talló un ojo de manera similar a la de un gato.

—Por mi celular— Le mostró el objeto reafirmando la pregunta, al mismo tiempo que se incorporaba a un lado de su querer.

—¿Para?— Se volvió a acostar, se notaba con sueño.

Sin más el mayor puso la cámara de su celular, y le tomo una foto cuando este le miraba levemente.

—Para eso…— Finalizó con una sonrisa.

—Deja eso… Solo duérmete— Le jalo la camisa para acostarlo, quien no puso resistencia para volverse a quedar dormido, justo como debia ser, con su Misaki a su lado.

—Te amo...—Susurró el mayor entresueños.

Notas finales:

No se si lo hice muy largo ;S

 

Bueno...

¿review?

Son importantes T_T una amiga opino mal de este ff

asi que ahora mas que nunca

QUIERO REVIEWS T_____________T


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