El palacio más acogedor del mundo es al que llamo mi hogar…
Rhyse Nine
La lluvia golpeaba fuertemente contra el parabrisas de un pequeño auto blanco. Un hombre de mediana edad tomaba varias bolsas con comida rápida con una mano mientras que con la otra sostenía su paraguas y el grueso abrigo negro que se había llevado esa misma mañana para ir a su trabajo. Abrió con dificultad la puerta y la cerró con una fuerte patada, corrió apresurado hasta llegar al techo que cubría el porche de la casa, ya tenía suficiente frio como para darse el lujo de mojarse, busco sus llaves en los bolsillos de su pantalón negro y abrió la pesada puerta con vitral…
— Ya llegue —Anunció cansado para sí mismo mientras colgaba su abrigo en el perchero y avanzaba por el delgado pasillo evitando tropezar con todos los objetos tirados en el suelo
Del pasillo pasó a la sala comedor y se aproximó hasta la pequeña mesa de este. Ahí se encontraba su hija anotando algunos números y formulas que parecían bastante complejos a simple vista.
Esa era Nicole, su hija mayor. Nicole era bella o por lo menos a ojos de su padre pues poseía según él, una belleza singular; una negra y ondulada cabellera que le llegaba hasta media espalda, cejas delgadas y arqueadas, unos pequeños pero profundos ojos negros y una fina nariz redondeada. Sus labios eran finos, casi exquisitos, en sus pómulos se mostraban un par de hoyuelos cuando reía o enojaba. Por debajo de su ojo izquierdo se alcanzaba a ver un pequeño lunar. A decir verdad Nicole era muy parecida a su madre…
Nicole estaba en plena juventud pues apenas había cumplido sus 18 años entrando el año nuevo. Sin embargo no por eso era de aquellas jóvenes que salían a divertirse, al contrario, ella siempre se quedaba estudiando y repasando tanto viejos como nuevos apuntes. Lograba memorizar y razonar todo con increíble facilidad pues si había un don que poseyera era el de la sabiduría. Nicole siempre había sido sumamente inteligente, fuese la materia que fuese ella la podía llevar sin dificultad; matemáticas, cálculo, álgebra, física, biología. No había materia en la escuela que le diese problemas, o al menos eso creyó hasta que entró a la carrera de Química. Al principio era sencillo, bueno, hasta cierto punto pero con el paso de las semanas las cosas se fueron volviendo un poco más complicadas y se empezó a necesitar más razonamiento. Para su suerte tenía un amigo que siempre le ayudaba pues nadie en la casa lograba entender que se tenía que hacer con tanto símbolo y numero decimal.
Para todos en la casa Nicole ya era considerada una mujer antes de que cumpliese sus 18 pues desde corta edad tuvo que empezar a comportarse como tal. Tuvo que cargar con la pesada tarea de ocupar un papel que no era suyo, el papel de madre…
Su padre estaba perdido observando como esa pequeña bolita llorona que había cargado temeroso hace 18 años se encontraba ahora masacrando a dedazos los botones de una calculadora.
La chica solo bufó molesta antes de aventar el aparato sobre su libro y tomar su tabique entre sus manos. Respiro un par de veces y levanto la mirada encontrándose con su padre que le veía divertido. De inmediato una sonrisa avergonzada y un sonrojo se mostraron por su parte
—Hola papá, ¿Cómo te fue hoy?—Le pregunto sonrojada mientras se levantaba de su lugar para le darle un beso de bienvenida
—Bien hija gracias, ¿Que tal la universidad?—Le decía irónico mientras ponía las bolsas en la mesa y volteaba a ver la expresión de cansancio en su hija
—Ah—suspiraba desanimada—Lo de siempre, tengo que estudiar para algunos exámenes
Nicole tomó su pesado libro de Química Universitaria junto con la biblia que llevaba de cuaderno y los dejo caer pesadamente sobre la pequeña barra de la cocina. Recogió todos los útiles que había dejado en la mesa y empezó a pasar un trapo húmedo sobre esta para limpiar unas cuantas migajas que había.
—Está bien—Le reconfortó con una sonrisa
—¡¡A comer!!—Gritó lo suficientemente fuerte para que se escuchara por toda la casa
De inmediato se escucharon los pasos apresurados sobre la madera del segundo piso. Después de eso tres personas bajaron por las escaleras; El primero era un chico de 14 años, de cabello castaño y grandes ojos marrones, era algo bajito para su edad pero estaba bien fornido, siempre se vestía con ropa bastante holgada y deportiva, bajaba rápidamente mientras se acercaba a la mesa entusiasmado, como si no hubiese comido en meses. Detrás de él venía una pequeña de 5 años, con cabello castaño muy corto hasta los hombros y unos ojos miel que reflejaban la inocencia de la niñez, vestía rosa y fresca de pies a cabeza, bajaba rápidamente pero con cuidado mientras sostenía un papel en su mano y con la otra se agarraba del barandal de las escaleras. Y finalmente un joven de 17 años con aire sombrío, de piel blanca y pelo tan negro como la noche, bastante alto y delgado con el pelo un poco largo tapándole gran parte de la cara, el por su parte bajaba calmadamente, como si el mundo fuese a esperarle hasta que llegará.
—Bien aquí está todo. Hamburguesa con extra queso y cebolla para Jasper— Abrió una bolsa y le tendió una bola envuelta en papel aluminio
—Gracias Pa—Agradecía el menor apresurado mientras la tomaba y trataba de irse pero su padre lo agarro del brazo
— ¿Qué?
Su padre solo miro severo con sus penetrantes ojos negros haciendo que el menor suspirara cansado.
Regla 1: Todo se agradece con un beso
Jasper odiaba esa regla, pero era la primordial, toda la casa giraba en torno a ella así que simplemente no tenia de otra más que acatar. Se acerco regañadientes y le dio un débil beso en el cachete, su padre esbozo una sonrisa conforme y lo dejo ir a su lugar
— ¡Papi mira, te hice un dibujo!—Enseñaba la niña dulcemente mientras le mostraba orgullosa la hoja que había estado cuidando desde su bajada
Su padre tomo el dibujo con cuidado y observo en el una flor verde de tallo morado. Siempre que llegaba a casa su hija le tenía un dibujo como presente, de hecho había tenido que comprar una carpeta para guardarlos todos pues su hija era demasiado creativa y tenía una gran pasión por pintar
— ¡Qué bonita esta Lily!, ¡Muchas gracias!—Le agradecía mientras se inclinaba para abrazarla, esta le correspondió apretándole lo más fuerte que podía
— ¡Ah!, ¡Que fuerte eres Lily no puedo respirar!—La menor reía mientras su padre mientras fingía agonía y sacaba la lengua suplicando por aire
—No no ya te suelto—Le contestaba sonriente
Él por su parte fingía dolor mientras sobaba su pecho y respiraba profundamente tratando de recobrar el color que jamás había perdido, se incorporo a su altura normal y saco de la bolsa más pequeña el obsequio hacia su hija
—Mira te he traído… ¡Donas de chocolate!
—¡¡Si, donas!!—Gritaba entusiasmada mientras intentaba tomarlas pero su padre las había puesto en alto
— ¿Que se hace?—Le cuestionaba divertido
—…Ah sí—Lily se puso de puntillas para darle un beso a su padre—Gracias papá—Dijo sonriente y él bajo la bolsa para dársela
Corrió con la bolsa hasta su silla y la jaló difícilmente mientras se sentaba en ella y abría el papel desesperada por probar el dulce azúcar
—Bueno y para Chad tenemos ensalada con mandarina y almendras
El chico sombrío solo ofreció una media sonrisa y le dio el beso a su padre sin decir una palabra. Era un beso frio pero no por eso estaba falto de amor, simplemente era su forma de ser y su padre tenía que aceptarlo. Chad se dio la vuelta y se sentó tranquilamente en su lugar mientras abría el empaque
—Nicole, ten—Le tendió un café caliente y un frasco bastante gordo de color blanco
—Son vitaminas—Le mencionó mientras que ella abría el frasco con algo de dificultad. Últimamente se sentía algo débil y ya había sufrido buen número de mareos en el campus por lo cual se auto medicó sin decirle a su padre
—A tu salud—Brindó divertida mientras se metía una a la boca y la tragaba con ayuda del café
— ¿Y tú que vas a comer?—Le pregunto cuando ya paso la pastilla
—Yo comí en la oficina hija no te preocupes—Mintió
Se dio la vuelta para doblar y guardar las bolsas en un cajón debajo del lavabo. Todos los hijos se vieron con complicidad, su padre era casi perfecto solo que no sabía mentir, el pobre se sacrificaba demasiado en ese trabajo, mínimo debían hacerle un detalle…
Cuando se dio la vuelta había medio vaso con café, un cacho de hamburguesa, varias hojas de ensalada y dos donas de chocolate
—No, esto es de ustedes—Decía agradecido por el gesto mientras intentaba regresar la comida a sus dueños pero nadie lo dejo
—Come papá—Le pedía Lily inocentemente
Esbozo una sonrisa y se sentó mientras mordía la hamburguesa con hambre mal disimulada, definitivamente tenia buenos hijos
— ¿Y bien como estuvo su día?
—Yo…le…le pegue a…a Cindy Craford— Comentó Lily mientras masticaba la dona y se empinaba el vaso de leche
— ¿Y por qué le pegaste a Cindy Craford, Lily?—Preguntaba preocupado pues su hija no era agresiva
—Es que…es que me dijo cabeza de mosca y…y yo no tengo cabeza de mosca—Negó la pequeña con un puchero antes de darle otra mordida a su dona
Todos en la mesa sonrieron un poco por el comentario inocente
—Bueno Lily está bien que te defiendas pero no le debes de pegar a las personas, la próxima vez dile lo que pasa a la Maestra Candy está bien—Le preguntaba mientras le hacía levantar la cara, la pequeña solo asintió con la boca llena
— ¿Y qué hay de ti Jasper?—Pregunto curioso a pesar de que ya tenía un presentimiento
—Me sacaron de ciencias naturales
—Suspiro molesto pues no se había equivocado, ese era el presentimiento, problemas…— ¿Y por qué te sacaron de ciencias naturales?—Preguntaba cansadamente mientras esperaba oír el tipo de excusa que daría su hijo esta vez
—Le pregunte a la maestra si su verruga funcionaba como salvavidas cuando iba a nadar
— ¡¿Y porque le dijiste eso a la maestra?!—Gritó exaltado y cansado de todos los reportes de su hijo
— ¡Pues porque pensé eso!, ¡Es que si la vieras papá! Es horrible y tiene pelos encima—Dijo con asco mientras arrugaba su cara como un limón, Lily como de costumbre le copio el gesto
— ¿Cual maestra te da?—Pregunto Nicole mientras le daba otro sorbo a su café
—La “Señorita” Neils—Contesto antes de que le dieran escalofríos y que Lily volviese a copiar
Chad y Nicole lo vieron con ojos de asombro pues ambos recordaban a esa maestra. Esa base pelirroja, esos lentes negros totalmente anticuados, esas blusas con estampados que parecían de cortinas, esas faldas hasta los tobillos, y sobre todo esa voz chirriante que exigía la tarea. Ambos le tenían fuertes resentimientos solo que nunca llegaron a decirle nada y ahora su “querido” hermano se había burlado de ella sin ningún descaro…
— ¡¿Le dijiste eso a la Señorita Neils?!—El castaño solo asintió fuertemente sin dejar de masticar
—Épico—Halago Chad con una sonrisa burlona mientras volvía a clavar el tenedor en su ensalada
— ¡No lo alienten!, ¡Eso estuvo muy mal Jasper, mañana mismo te irás a disculpar!—Sentenció severo
—Si señor—Mustió arrepentido mientras mordía de nuevo su hamburguesa
Paso un silencio el cual aprovecho para tranquilizarse un poco. Tenía que ser paciente, su hijo estaba en la adolescencia y no podía tratarlo como un cadete militar, podía hacerlo…pero estaría siendo como alguien que él no quería…
—Bueno, que hay de ti Chad, ¿Como van las cosas en la escuela, todo bien?—Preguntó mientras trataba de ver las expresiones de su hijo pero ese maldito fleco no se lo permitía
El chico solo asintió mientras volvía a clavar el tenedor en su ensalada. Al poco rato logro oír a su padre suspirar cansado. Se lamentaba por ello pero no era para menos, él siempre había sido el más retraído de los cuatro, pero no era por ser antipático o grosero, simplemente no hallaba que decir…
— ¿Ya no te molestan?—Preguntó preocupado mientras mordía la ultima dona en su plato, de nuevo el chico volvía a negar cabizbajo
Soltó un último suspiro, definitivamente ya no seguiría intentando más este día. Tomo el café que restaba con algo de paciencia disfrutando el sabor del cacao, justo cuando se levantó para recoger su plato la puerta sonó y como cabeza de la familia le tocaba atender…
Abrió y se topó con una figura bastante conocida. Un hombre joven de mediana estatura, de cabellera rubia hasta los hombros, de ceja en extremo delgada y facciones delicadas, una piel nívea muy bien cuidada y una sonrisa burlona pero “bien intencionada”. Su amigo de la infancia y compañero de trabajo; France Killian. El pobre se estaba cubriendo de la lluvia con una carpeta blanca que tenía el logo de la compañía donde ambos trabajan…
—Buenas noches Rhyse— Saludó “cortésmente” antes de pasar como si nada por la puerta
— ¿France que haces aquí a estas horas?
— ¡¿Que no puedo venir a ver a mis sobrinos?!—Gritó fuertemente mientras fingía estar indignado y avanzaba hasta la mesa. Como siempre haciendo notar su presencia de forma dramática e inmadura
— ¡Tío France! —Exclamaba Lily emocionada mientras corría hacia el
—Hola hermosa, ¿Como estas?
—Bien ¿y tú?
— ¿France, a que vienes? —Interrogó Rhyse mientras tomaba a su hija en brazos y la bajaba en su silla para que terminara su cena
— ¡Vengo a pedirte matrimonio! —Contestó directamente mientras lo abrazaba de lado y empezaba hacer círculos en su amplio pecho
—France, ya déjate de juegos —Decía molesto mientras lo retiraba y le hacía quitar su mano
—¡¡No es un juego Rhyse yo estoy enamorado de ti!! —Reclamaba mientras empezaba a llorar
—Si como tú digas, ¡Y ya sécate las lágrimas por Dios! ¡No seas tan ridículo!
Rhyse empezó a caminar molesto. Esta plática era totalmente estúpida y sin sentido, además era un maldito escenario en el cual quedaba al ridículo frente a sus hijos
— ¡No soy ridículo son lágrimas de verdad! Lágrimas que llora mi alma y mi corazón por tu indiferencia y palabras cortantes como cuchillas que me atraviesan cruelmente desgarrando mi interior, haciéndome morir en mi propia sangre helada por no tenerte a mi lado todas las noches—Se lamentaba el rubio mientras se echaba a sus pies para que no avanzara
— ¡¡¡Dios mío que si eres un payaso de primera!!! —Gritaba mientras avanzaba arrastrándolo
— ¡¡¿Porque no quieres ser mi marido?!! —El rubio empezaba a fingir agonía y a dar gritos lastimeros como si lo torturaran cruelmente
— ¡Porque no eres lo mis hijos necesitan por eso!
— ¡Claro que soy lo que necesitan!—Reprochó enojado antes de incorporándose rápidamente
—Niños ¡¡¿No creen que yo sería un excelente padre y compañero?!!—Alegaba insultado mientras se acercaba a la mesa con ojos inyectados en fuego
— ¡Díganme la verdad!—Exigió mientras los amenazaba a todos con un dedo y se sentaba en el lugar de Rhyse
—No—Dijo Lily divertida mientras mordía su última dona
—B…bueno, ¡¿Que tal tu Nicole?! ¡¿Tú eres la mayor no?! ¡Qué dices, No crees que soy perfecto para tu padre!—Preguntaba con brillo en sus ojos
—Pues veras France…
—¡¡Tío France!!—Le corregía molesto
—Ah…claro…Tío France…pues…yo solo quiero que mi papá sea feliz pero no creo que ese lugar te toque a ti—Explicó sincera mientras le esbozaba una sonrisa de consolación
— ¡Jasper! ¡¡¿Vamos campeón que dices?!! ¡¡Aun hay tiempo de empatar esto!!
—…Neh, estas muy loco tío —Bromeó Jasper con una sonrisa y France se cubrió la boca por el olor de la cebolla
—Pues…pues… ¡No me pienso ir de aquí hasta que accedan!—Juró mientras se aferraba fuertemente a la silla
— ¡Perfecto!—Rhyse tomo la silla por el respaldo empezó a arrastrar a su amigo fuera de la casa
— ¡¡No!! ¡¡No!!
Rhyse no le hacía caso, ya había sido suficiente tenerlo en el trabajo como para que ahora llegara también a la casa y armara dichas escenitas. Ese era siempre el problema con France, pareciera que el No era algo que sus oídos no detectaban
— ¡¡Espera!!—Paró—¡¡Mi carpeta!!
Nicole se agacho para recogerla del piso, se la paso a Chad y este se la paso a France, sin embargo France le tomo de la mano mientras ponía su carpeta entre sus piernas
— ¡Chad, Chad! ¡Tú siempre has sido el más cuerdo en esta casa! ¡¡Vamos dile algo a tu padre!!—Rogó antes de que este le soltara la mano y negara con la cabeza cansadamente
—¡¡Son unos malos sobrinos!! ¡¡Malos!!!—Maldijo antes de que la silla llegara al porche y Rhyse lo tirara de frente inclinando la silla
France se sobo adolorido mientras sentía las gotas de lluvia en las palmas de su mano
—Ah ya entiendo, quieres hacerlo bajo la lluvia—Propuso pícaro mientras le guiñaba un ojo y empezaba a desabrocharse un botón de su camisa emocionado
— ¡No France, ya vete!—Ordenó mientras volvía meter la silla adentro de la casa junto con él
— ¡No Rhyse espera! ¡¡Te tengo trabajo!!
Al decir las palabras mágicas logró que Rhyse se congelara antes de que este le lanzase la puerta en la nariz
—… ¿Qué trabajo?
El rubio rápidamente abrió su carpeta y ojeo en ella hasta ensenarle una pequeña ficha con un nombre y un número
—Es un chico, al parecer lo echaron de su casa o algo así y quiere una nueva, así que te recomendé—Mencionó France con una sonrisa mientras cerraba la carpeta y seguía enseñándole la hoja
—Bien dámelo—Pidió mientras se estiraba para alcanzarlo pero el rubio se negaba
—Si lo quieres, gánatelo—Condiciono mientras se lo ponía en los labios y aspiraba para no soltarlo
Rhyse solo bufo molesto y se acerco al rubio. Siempre le hacia esa clase de jueguitos, pero el siempre se las ingeniaba para ganar…
Cuando parecía que estaban muy cerca le pico el estomago haciéndolo exhalar y tomo el papel en el aire
—Gracias France—Dijo apresurado antes de cerrar la puerta
—¡¡Aaaah!! ¡¡¡Eres un mal amigo Rhyse Nine!!!—Gritó molesto antes de empezar a bajar las escaleras mojadas y correr hacia su auto para encender el motor
Rhyse guardo el papel en su bolsillo y camino al comedor de nuevo arrastrando la silla consigo. Cuando llego ya todos habían terminado y subido a sus cuartos la única que estaba limpiando era Nicole
—Gracias hija—Se coloco a un lado de ella mientras le ayudaba a enjuagar
—De nada, ten papá, es toda la correspondencia de hoy
Dicho esto Nicole se seco las manos y le entrego un pesado bonche de papeles a su padre
Rhyse suspiro cansado, se seco las manos igual que su hija y los fue viendo uno por uno. La mayoría eran solicitudes de empleo negadas, las demás eran cuentas del teléfono y luz, después seguía lo de la escuela, el llamado de atención hacia Lily, el reporte a firmar de Jasper y una circular de ambas escuelas. Como siempre, problemas y más problemas, luego seguía un papel cartón algo grande, lo vio con atención…
— La Academia Bridge se enorgullece al nombrar a: Chad Nine, por ser el ganador a nivel regional en el concurso de Poesía y Lírica Británica Juvenil por su poema: Fuego en la ciudad—
Después de eso venían dos firmas de los organizadores y un sello de autenticidad
— ¡¿Chad gano el concurso?!—Gritó incrédulo mientras veía con asombro y orgullo el reconocimiento
— ¡Pues que dice el papel!—Le decía Nicole divertida mientras volvía a poner sus cuadernos en la mesa
—Pero, ¡¿Por qué no me dijo nada?!—Cuestionaba mientras sonreía feliz
—Nicole soltó una risa y lo volteo a ver mientras mordía una pluma divertida—Sabes que Chad no es precisamente el Señor social
—…Si tienes razón—Suspiro feliz—Bueno, tengo que descansar, no te desveles mucho por favor—Pidió antes de darle un beso en la frente y subir las escaleras cargando aun el reconocimiento
Pasó frente al cuarto de Jasper y entro para desconectarle la televisión, estaba bien que no le había castigado nada en su momento pero no por eso lo iba a pasar por alto
— ¡Oye!
— ¡Oye nada! ¡Lávate los dientes y acuéstate! Ya firme tu reporte y quiero que mañana mismo te disculpes con tu maestra, ¡Entendiste!
—Si—Mustió mientras se levantaba de mala gana y se iba al baño
Rhyse aprovecho y de un cajón saco todos los videojuegos de su hijo. Se preguntaba porque había accedido a comprarle tantas de esas porquerías si al fin y al cabo nunca traían nada bueno. Pero él no era alguien para reclamar, incluso había jugado un par de ellos a suplica de su hijo. Logró escuchar como Jasper escupía en el lavabo, se le estaba acabando el tiempo, rápidamente busco un lugar seguro al cual pudiese confiarle el gran tesoro, volteo hacia el pasillo y lo vio…
—“Ni creas que te la dejare tan fácil”—
Escondió los juegos bajo llave en un buro que había y siguió caminando rumbo al baño, al pasar por el Jasper lo vio desconfiado
—Buenas noches—Se despidió de él antes de que este le cerrará la puerta
Pasó la puerta del baño y se encontró con un cuarto de un lila muy claro. Nicole había dejado su ventana abierta, tuvo que entrar a bajarla pues con la humedad continúa del lugar pronto el cuarto se convertiría en un congelador. Salió del cuarto de la mayor y se dirigió al de la pequeña…
Encontró a Lily recostada en su gorda y suave cama enseñándole sus pequeños dientes blancos
—Río un poco— Muy bien Lily ya puedes irte a dormir ¿Quieres que te prenda la lamparilla?—Pregunto mientras se agachaba para encenderla
—No ya no la necesito—Presumió sonriente mientras jalaba mas cobijas y se metía en la cama
— ¿Ah no?—Preguntaba sorprendido mientras se recargaba en el marco
— No, ya tengo 5 y medio, ya no me da miedo—Confesó sonriente mientras abrazaba un unicornio de peluche
—¡¡Ah, Claro!!—Se pegaba en la frente divertido—Lily ya es grande, ¡¡Como se me podía olvidar!!
Lily solo soltó una risa mientras su padre se sentaba en la orilla de la suave y mullida cama
—Buenas noches Lily—Le deseo paternalmente mientras le daba un beso en la frente
—Buenas noches—Contesto alegre pero con voz bajita mientras se acurrucaba entre las cobijas y apretaba fuertemente su peluche
Rhyse salió del cuarto y cerro un poco la puerta dejando que un halo de luz entrara iluminando la cara de su hija
—“Si se quedaran así…”—
Camino medio sonriente y fue al penúltimo cuarto. Entró y vio que Chad estaba escuchando música mientras hacía movimientos con su cabeza. El pelinegro ya se había cambiado, tenía todo el torso descubierto dejando ver su blanca piel con algunos lunares. Tan solo traía el pantalón negro de la piyama, le había costado mucho creer que su hijo era inmune al frio del lugar pero al verlo así de relajado y completamente sano no le quedaba de otra que aceptar…
Busco el interruptor de la luz y lo prendió y apago varias veces hasta que Chad levanto la cabeza. Al verlo sonrió levemente, se quito los audífonos, abrió un cajón y guardo su reproductor.
—Rhyse iba a despedirse cuando vio una navaja sobre el buro—Chad, ¿Porque esta esto en tu cuarto?
De inmediato la felicidad y el orgullo por el reconocimiento se desvanecieron trayendo consigo un viejo y mal recuerdo. No podía ser, a pesar de que hacia todo lo que el psicólogo le había dicho, Chad seguía con esas manías
— “Soy mal padre…”—
Rhyse se disponía a hablar de hombre a hombre con su hijo cuando este se adelanto. Se agacho y debajo de su cama saco una caja bastante grande, la abrió y saco un trofeo dorado junto con muchos trozos de unicel
—Ta da—Cantó débilmente
Rhyse respiro aliviado, le parecía increíble como los momentos podían cambiar rápidamente en cuestión de segundos. El viejo sentimiento volvió a crecer y ahora mas reforzado…
— ¡Te dieron un trofeo!—Exclamó emocionado mientras lo tomaba con cuidado y leía la placa con el grabado, decía exactamente lo mismo lo mismo que en el reconocimiento
—“Confianza…”—
—Mañana mismo compro una repisa nueva y lo ponemos ¡¿Qué te parece?!—Le proponía emocionado a su hijo y este solo le asintió conforme
—Bien. Descansa hijo y Felicidades—Rhyse le cedía el trofeo y este lo ponía de regreso en la caja debajo de su cama
—Si no te importa…—Le señalaba el cutter
Chad lo vio y se lo cedió sin decir nada, Rhyse lo tomo tratando de no temblar y le agradeció con una mueca que su hijo supo interpretar
—Hasta mañana—Le deseó mientras cerraba la puerta dejando de ver la cara inexpresiva de su hijo
—“¡Confianza!” —Repetía en su mente mientras guardaba el cutter bajo llave
Cansado y sin más hijos que ver se fue hacia su habitación, la ultima del pasillo. Se desato un poco la corbata y cerró la puerta, vio su cama revuelta y se hecho en ella dejando caer todo su peso. Volteo hacia arriba y suspiro cansado, a sus 33 años ya se sentía como un hombre de 60.
Se levanto pesadamente y se vio en el espejo, ya empezaban a salir algunas canas, tenia barba de 3 días junto con algunas ojeras. Tomo su toalla y se metió a bañar con agua bien caliente, salió y se rasuro frente al espejo. Tenía que hacerlo ahora porque en la mañana no habría tiempo pues siempre estaban a la carrera. Termino y se fue de nuevo a su habitación. Se sentó en su cama y vio el pantalón tendido, esculco en el bolsillo y saco el número que le había dado France…
—“Necesito más clientes, Chad ya va a la universidad y tengo que pagar las graduaciones, los libros de Nicole, las cuentas, la inscripción de Lily en la primaria…Dios esto es demasiado”—Pensaba abrumado
Este no era momento para ponerse orgulloso, tomo el teléfono que estaba a un lado de lámpara y marco el numero, no eran pasadas las 11 quizá aun estaría despierto…
Timbro un par de veces hasta que le contestaron…
—Diga
—Ah, buenas noches am...—“¡Vamos no seas torpe!”—Soy el arquitecto Rhyse Nine quisiera hablar con el joven…—Leía torpemente el papel—Hadrien
— ¡Ah! ¡Arquitecto! Estaba esperando su llamada
—Rhyse soltó una risa nerviosa— Bueno, me dijeron que usted quería una casa
—Sí, vera, tuve un pequeño…incidente en mi otra casa así que compre un terreno pero pues, necesito la estructura—Rió de la misma manera
—Si ya veo. Pero dígame, ¿Tiene alguna idea de tipo de casa le gustaría?—Pregunto mientras intentaba relajarse
—Pues…me gustaría que usted me enseñará varios de sus diseños para ver qué tal, no se preocupe por el presupuesto siéntase libre
—Bien…—“¡¡No le importa el presupuesto!!”—¿Le parece si nos vemos mañana a las 4 de la tarde en las oficinas de ArCo.?—Preguntó dudoso de que no supiera el lugar aunque un edificio como ese no podía ser ignorado tan fácilmente
—“ArCo.” — ¡Si me parece perfecto!, ¿Es el edificio ladeado con los espejos tornasol verdad?
—Si exactamente, mi oficina está en el décimo piso o puede llamar a la recepcionista y yo bajare de inmediato para atenderle—Dijo entusiasmado de que por fin consiguiera un cliente entre manos
—Muy bien, yo lo buscare entonces para ver qué podemos hacer
—Muy bien, hasta luego
—Hasta luego
En cuanto colgó Rhyse jalo su codo victorioso y una sonrisa se mostro en su cara. No le preocupaban los diseños tenía bastantes para enseñarle, puso el teléfono en su base y apago la luz, tomo su nuca entre sus manos y suspiro…
—“¿Cómo será mi cliente...?” —