¡Juguemos Al Juego Del Amor, Y Veamos Quien Gana!
Capitulo Dos: ¿Qué Podría Pasar? Es Solo Un Juego.
“¿Cuándo dura un comienzo? “
- ¿Qué quieres, Malfoy?–. Pregunto desafiante, lo último que quería ese día era discutir con el arrogante de Draco Malfoy.
- Que descortés eres, Potter. Se nota que no tuviste padres para que te educaran como corresponde-. Comento molesto el rubio. “Mierda” se dijo, había comenzado muy mal….
- Eso no es de tu incumbencia-. Respondió de manera cortante el chico –No tengo porque tener modales contigo.-
- Que agresivo eres, Potter. Creí que eras más…pasivo-. Dijo acercándose un poco al ojiverde. Había comenzado de mala forma la conversación, y quería terminar esa maldita apuesta pronto – Solo quería desearte buenas noches.- Medio sonrió de una manera extraña, por lo menos lo fue para Harry, quien estaba acostumbrado a verlo sonreír de forma burlesca.
- Oh, ¿Cómo no se me pudo ocurrir que Draco Malfoy quería desearme buenas noches?-. Expreso sarcástico a la vez que retrocedía un poco, algo le inquietaba de esa sonrisa.
- Deberías sentirte honrado por eso – Hablo orgullosamente el rubio –Nos vemos, Potter-. Lo miro fijo unos segundos, luego de medio sonreír arrogante y satisfecho, giro sobre sus talones y se fue.
¿Qué demonios había sido eso? Se pregunto el ojiverde mientras caminaba hacia su sala común. ¿Malfoy estaba interesado en él? Negó enérgicamente con la cabeza ignorando aquella última pregunta.
Desde que había llegado a Hogwarts él, y Malfoy se habían peleado, y con los años su rivalidad se hacia más grande y obvia para todos. Todo el colegio lo sabia, más cuando las “fans” de Harry se empeñaban en hacer tontas encuestas por todo el colegio tratando de competir con la otras “fans” de Malfoy, empeorando aún más las cosas.
No quería pensar en Malfoy, ya tenía bastante teniendo que lidiar con conflictos de preferencias, y gustos, y sus locos sueños precisamente con el rubio, como para ahora más encima avivar más sus pensamientos sobre él.
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- ¿Por qué le has dado semejante estupidez por apuesta a Draco?- Pregunto entre molesto y curioso Theodore.
- Vamos, Theo, ambos sabemos porqué – Respondió divertido el moreno sonriéndole a su novio – Esta claro que la obsesión que tiene Draco con Potter va mucho más allá de una rivalidad, creo que es como… una frustración – Termino de decir más para si mismo que para el otro chico. Sabia que eso era algo más, pero no estaba seguro aun de qué.
- Lo sé, Blaise, pero sabes como es Draco, creo que las cosas solo se complicaran de esta forma – Dijo el pelinegro inseguro, no terminaba de gustarle la idea, aunque sentía que no era del todo mala, pero seguía teniendo sus dudas…
- Theo, estoy seguro de que esta vez estaré en lo correcto, si Draco falla se dará cuenta de que no todos babean por él, y bueno…si lo consigue no habrá más remedio…- Termino de decir esto medio suspirando ante la idea de ver triunfante a su amigo por una nueva conquista, restregándole en la cara que “nadie se resiste a un Malfoy”.
- ¿Te has puesto a pensar si llegara a involucrarse sentimentalmente en eso?
- No lo sé. Estamos hablando de Draco, el “hetero-sexual” Draco Malfoy – Comento medio en burla –el dijo que no llegaría más allá con Potter, tú y yo sabemos que esas cosas no le van, aunque sería interesante ver eso, por eso hay que ver como van dándose las cosas – Agrego más emocionado ante la posibilidad de un Draco interesado de verdad en alguien.
- Espero que no se arrepienta ninguno de todo esto… - Murmuro algo preocupado Theodore, algo de toda esta absurda apuesta no le agradaba, era su sexto sentido tratando de advertirle, pero prefirió ignorar eso, y esperar a que nada saliera mal.
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Draco Malfoy estaba recostado en su cama incapaz de conciliar el sueño.
Tenia claro que como buen Malfoy que era (y le encantaba alardear de eso) no podía echase atrás, ya había aceptado la apuesta de Blaise, pero le molestaba el hecho de que debía conquistar a un hombre, y no era cualquiera, sino el maldito Gryffindor. ¿Cómo lo iba a conseguir si él no era gay? Sabia por sus amigos que también era codiciado por varios chicos del colegio, pero esto era diferente, ¿Cómo hacer que tu enemigo se enamore de ti? Dejando bien en claro que NO iba a haber ningún acercamiento físico entre ellos, por muy apuesto que fuese no iba a tener enredos con hombres, él era muy heterosexual, y eso jamás cambiaría.
Otra pregunta asalto su mente, ¿Potter realmente era marica? Según Zabini si ( según su “radar” gay”) había dicho que el leoncito tenia sus inclinaciones, pero ¿Cómo? Sabia por rumores del colegio que había andado un tiempo con una alumna un año mayor, ¿sería acaso que todo se lo había inventado el idiota de Blaise? Quizás por eso le había dado la tonta maldita apuesta porque Potter lo odiaba, y además era hetero. Maldijo mentalmente un buen rato a su amigo, pero no le importo, si Potter era “heterosexual” a él le iba sin cuidado, eso podía cambiase perfectamente.
El rubio volvió a dar vueltas en su cama pensando en que podía hacer para ganar pronto, sin la necesidad de no actuar mucho, y olvidarse luego del asunto. Finalmente después de un par de hora de partirse el cerebro pensando, se quedo dormido. Esa fue la primea noche que soñó con Harry.
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Como cualquier jueves en la mañana Harry se dirigió con sus amigos a la sala de ciencias, mejor conocida como las “mazmorras”, denominada asi como la palabra lo decía por parecer un calabozo ubicado en el subterráneo del colegio.
Odiaba esa materia más que todas, y no precisamente porque fuera malo en esa clase, sino porque Severus Snape lo odiaba, y no intentaba disimularlo. Se empeñaba en ridiculizarlo cuando podía, quitarle puntos por nada, y si estaba de suerte castigarlo por lo que fuese.
- Bueno, como ya están todos aquí, les informare de algunos cambios este año – Dijo un hombre de ropas oscuras, cabello grasiento, y una nariz gangocha, mientras se paseaba por el salón de clases –Trabajaran en parejas el resto del semestre. Todos escribirán sus nombres en un trozo de papel y los echaran en la caja que hay sobre mi mesa – Señalo su escritorio donde había una caja de color verde oscuro.
Durante unos minutos todos en silencio siguieron las instrucciones, y fueron depositando en orden los papelitos donde se les había indicado.
Harry, que estaba sentado al lado de Ron, no estaba muy interesado en la nueva idea de Snape, nada que tuviese que ver con él, y su materia podía ser peor que soportarlo dos veces a la semana, lo que eran cuatro horas de tortura total.
- Muy bien, ahora cuando termina de leer sus nombres y el de sus parejas se sentaran con quien les corresponda y trabajaran en silencio con las preguntas que escribí en el pizarrón – Miro a todos sus alumnos satisfecho por lo ordenados que estaban – Pareja uno: Thomas y Goyle, dos: Finnigan y Parkinson, tres: Nott y Granger, cuatro: Weasley y Potter, cinco: Malfoy y Zabini, y por ultimo seis: Longbottom y Bulstrode – Termino de hablar, y miro, noto que nadie se movía: ¡AHORA!
- Que suerte que nos haya tocado juntos – Comento Ron aliviado de no estar con ningún Slytherin como la mayoría de sus amigos – Pobre Hermione, tener que trabajar con Nott – Dijo haciendo una mueca de asco.
- Por lo menos no le toco con Malfoy-soy-mejor-en-todo, eso hubiese sido horrible – Ambos chicos rieron.
- ¡Silencio! – Les grito Snape mirándolos severamente – Diez puntos menos Gryffindor – Harry y Ron e miraron y guardaron silencio, no queriendo tener líos con Snape.
- Como les iba diciendo – Repitió el profesor dirigiéndose nuevamente a toda la clase – Este semestre trabajaran de esta forma, y realizaran sus trabajos en clases, y me entregaran un informe al finalizar cada una. Serán cuestionarios, investigaciones, y una vez a la semana iremos al laboratorio a realizar la parte practica…
- Solo quiero que esto termine – Murmuro Ron muy bajito para que Snape no los regañara de nuevo – Detesto esta clase.
- Dímelo a mi – Concordó el pelinegro aburrido - ¿Cómo vas con lo de Hermione? – Quiso saber el chico haciendo que su amigo se sonrojara un poco.
- Gryffindor cinco puntos menos – Los volvió a regañar Snape, y luego continuo hablando, pero aún asi los chicos siguieron conversando.
- Bueno…tú sabes, trabajo en ello – Respondió nervioso.
- Oh, vamos Ron, alguien se terminara adelantando a ti, Nott podría quitártela – diciendo esto ultimo entre broma y serio.
- Oh, temo por ello, ¿Cómo no se me ocurrió? – Se burlo el pelirrojo sarcásticamente, y ante la mirada interrogativa de su amigo agrego: Es marica, Harry – Miro de una forma desagradable a Nott, y sonó como si fuese lo más obvio del mundo, , Harry no dudo de que asi fuese, pero él no estaba muy pendiente de esas cosas…
- ¿Crees que Malfoy también lo sea? – Luego se arrepintió de haber preguntado semejante idiotez, pero su amigo no noto nada extraño en su pregunta.
- Puede que sus amigos lo sean, Harry, pero todo el colegio sabe que se acuesta con quien quiere, y eso incluye solo chicas, es un maldito engreído. Nunca entenderé a las mujeres, ¿qué demonios le ven? – Expreso molesto Ron. Odiaba a Malfoy por muchas cosas, y una de ellas era que le encantaba recordarle que apenas tenia dinero, y que a él le sobraba, por supuesto también lo odiaba por meterse con Hermione y Harry.
A Harry en ese momento se le ocurrieron muchas cosas por las que Malfoy era codiciado por las mujeres, pero prefirió guardar esos pensamientos para otro momento – No intentes mucho entenderlas a todas, solo preocúpate de Hermione – Cambio el tema, ya no quería saber más sobre la vida del rubio…
- Si el señor Potter, y el señor Weasley tuviesen la amabilidad de guardar silencio, quisiera terminar de explicar sobre mi clase – Dijo en un tono bastante amenazador Snape, mirándolos con un odio bastante aterrador, que bueno que las miradas no mataban pensaron ambos chicos. – Entonces, una vez termine el semestre esas notas se sumaran y dependiendo del resultado sabrán si aprobaron o no – Miro a todos, y la sangre volvió a hervirle. Era ya la tercera vez que les llamaba la atención. Se acerco a ellos en silencio, y sonrió maliciosamente ante la solución para su problema.
- Señor Potter – Siseo con desprecio, se notaba la amenaza en su voz – Dado que parece tener más interés en conversar con el Señor Weasley que prestar atención en clases, me veo en la obligación de hacer un cambio – Sonrió triunfante, saboreando sus próximas palabras: Zabini, ven a trabajar con Weasley. Usted Señor Potter vaya a sentarse con el Seño Malfoy, quizás asi logre callarse un rato…
- Yo no voy a trabajar con él – Protesto molesto mirando a Malfoy.
- Cállese, no esta en derecho de discutir – Le sonrió con malicia, giro sobre sus talones, y fue a sentarse – Ahora Potter, o tendré que quitarle más puntos – Agrego cuando noto que Harry aún no se movía de su asiento.
Cuando creía que no podía odiar más las clases de ciencias, Snape lo obligaba a trabajar con Malfoy. Sin dejar de mirar con todo el odio del mundo fue a sentarse a regañadientes al lado del rubio.
- Cambia esa cara, Potter – Se burlo el ojigris cuando Harry se sentó a su lado – Te encantara ser mi pareja – Añadió autosuficiente, sonriendo satisfecho ante la gran ayuda que le había dado Snape sin saberlo.
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