Elemental
Capitulo 1: Shinigami.
En el inframundo se estaba celebrando algo. Todos los demonios ya habían apostado por sus favoritos. Empezaba el juego.
***
Sasuke era un chico normal. Malcarado y con una belleza más propia de los Dioses que de los humanos, pero normal al fin y al cabo. Poco esperaba que su vida cambiase en un solo día.
Él paseaba tranquilamente por unas calles de la ciudad (conocida como ciudad de las Hojas). Entonces tenía quince años y estudiaba en el colegio privado más conocido de todo el territorio. Era solitario e indiferente con todo y todos, no había excepciones. Era del tipo de persona que tiene pocos amigos e intenta tener menos.
Paseando una tarde de domingo, se encontró en un parque. Se compró un bocadillo y se sentó en un banco a comérselo. Cuando le quedaba el último bocado, apareció a su lado un pequeño perro sucio y hambriento, que le miraba con ojos ensoñadores y sacando su lengua.
Sasuke le observó unos momentos antes de alargar la mano con el trozo de bocadillo hasta su posición. El pobre animal casi lloraba de la felicidad. Cuando iba a abrir la boca y a zamparse la comida, Sasuke retiró su mano y se terminó el bocadillo de un bocado.
-Muy lento, bicho. – dijo con la boca llena mientras observaba con el pobre perrito se iba con la cabeza gacha.
Sasuke centró su mirada en el cielo. Estaba atardeciendo y el cielo era completamente rojo, más de lo usual. Vio como una especie de luz cruzaba el cielo y se preguntó si sería un meteorito, pero menuda sorpresa se llevó cuando la luz retomó otra dirección y fue a caer justo a su lado, creando una gran onda expansiva.
El quinceañero se cubrió con los brazos y resistió valientemente la onda de viento que estaba a punto de tirarle. Respirando entrecortadamente apartó sus brazos, encontrándose con una figura que le observaba.
-Soy Kakashi. – dijo la figura. Se trataba de un hombre de pelo blanco en punta que vestía completamente de negro. Tenía un ojo rojo como la sangre con líneas rojas y otro completamente negro, como la muerte. Y le sonreía con su boca enorme, que le llegaba de oreja a oreja y que tenía unos dientes afilados como de un tiburón gigante. – Y soy un shinigami.
***
Sasuke estaba que no se lo creía. Una especie de persona deformada acababa de caer del cielo delante de sus ojos y le estaba diciendo que era un demonio. Río internamente al imaginarse las típicas películas donde el protagonista se encontraba en una situación como esa y flipaba tanto o más que él.
Sasuke sintió entonces como sus tripas le pedían atención. Alimento. Se rascó la barriga y se dio media vuelta. Era hora de volver a casa y comer alguna cosa. Ya se había hecho tarde. Empezó a caminar en dirección contraria al recién llegado, hacia su casa. El shinigami, observando con una sonrisa su poco interés, decidió seguirle de cerca.
-Espera. – pidió el demonio cuando había anochecido y estaban a pocas calles de la casa del humano. – Quiero que seas mi aprendiz. – Sasuke, que se había detenido segundos antes, volvió a retomar su paso sin hacerle el menos caso. - ¡¡Eh!!
-No se enfade, señor demonio, pero odio que me den órdenes y más odio las clases. Pierde el tiempo conmigo.
-Espera, no quiero enseñarte las teorías de Einstein ni nada parecido. – se recalcó el mayor. – Quiero entrenarte para que participes en una competición de shinigamis. – alegó. Observó como una mujer le observaba asustada así que cogió una bufanda y se tapó media cara, ocultando su gran mandíbula. - ¿Qué me dices?
-Que no me interesa.
-¡¡Te daré poder!! – gritó una vez más un poco desesperado. – Las reglas son estas: cuando hayas elegido tu poder, te irás enfrentando a los demás participantes, eliminándoles uno a uno, hasta llegar a las finales. Luego sólo hace falta que venzas a los finalistas y ya está. Poder para ti, dinero para mí. Es un buen pacto.
Sasuke enarcó una ceja.
-Quiero ver la lista de los participantes.
-Oh… bueno… el caso es que todos los shinigamis elegiremos aquí a quién entrenar, por eso no… esto… no hay una lista… - respondió un poco entrecortado el demonio.
-Entonces… ¿Cómo puedo saber a las personas a las que tengo que matar?
-Ellas simplemente querrán pelear contigo.
Sasuke estuvo unos segundos en silencio.
-Acepto.
-¿Y qué poder querrás? – preguntó orgulloso Kakashi mientras se frotaba las manos. Sasuke se encogió de hombros. Miró alrededor y por casualidad encontró una fuente.
-Quiero que mi poder sea el agua.
-¿Si hubieses visto por casualidad una sombra habrías querido el poder de las sombras? – Sasuke asintió. – Y si hubieses visto un poste habrías querido la electricidad. – Volvió a asentir. – Pues vaya… - Sasuke se encogió de hombros. – Debo advertirte de una cosa… Sabes que puedes morir, ¿no?
-Eso es precisamente lo divertido, ¿no? – preguntó con una sonrisa de superioridad mientras observaba de reojo al demonio, que empezaba a sudar frío. – Lo sé y lo acepto. –extendió una mano hacía él. – Ahora ya puedes darme el dichoso poder.
-Si alguna vez no pudieses herir a alguien, ni ese alguien pudiera herirte a ti… - susurró el mayor levantando su mano hacía Sasuke, tocándole la frente. – Querría decir que entonces encontrarías a tu pareja dentro del juego… - Sasuke sintió como una luz azulada le invadía por completo, repartiéndose por todo su cuerpo. – Ahora puedes dormir…