Capitulo 2: Arena.
Sasuke observaba un poco aburrido como el agua se movía como una serpiente cuando él movía el dedo índice de forma circular. En cambio, si alzaba la mano, el agua caía al suelo con mucha presión, causando un gran estruendo. Y cuando él…
-¡¡Sasuke!! ¡¡Sal ya!!
…y cuando él se desconcentraba todo el líquido caía al suelo dejando el baño en muy mal estado.
-Un segundo, ya salgo… - le gritó nuestro protagonista a su hermano mientras se levantaba de la bañera y se cubría la cintura con una toalla.
-¿¡Pero cuánto tardas en ducharte?! ¿¡Un mes entero?! – le gritó furioso aporreando la puerta.
-No, eso es lo que tardas tú en ponerte el champú “pantenne, por qué yo lo valgo” cuando estás dentro. – le devolvió el menor mientras movía las manos para que todo el agua del suelo se evaporase rápidamente. Finalmente abrió la puerta, encontrándose el ceño fruncido de su querido hermano.
Sin una palabra más, apartó a su hermano con la mano y se dirigió a su habitación, donde se tendió en la cama y dejó que la toalla que llevaba en la cintura se soltase, mostrando su desnudez.
Pero no quedaría así.
Esperó a oír como su hermano encendía la ducha para levantarse de un salto y apretar fuertemente los puños con los brazos alados. Cerró los ojos y crujió los dientes por la fuerza que estaba usando y se reía interiormente al no oír como el agua bajaba por la ducha.
-¡¡Sasuke!! ¿¡Qué le has hecho a la maldita ducha, que no sale agua?! – se quejó su hermano desde el baño. Entonces abrió sus palmas y se carcajeó cuando oyó los gritos de su hermano debajo del gran torrente de agua que salía a presión sobre el dolorido cuerpo del mayor.
-Me gustas. – susurró una voz a sus espaldas. Se giró de brazos cruzados y se encontró con el shinigami, que estaba sentado en su cama con la espalda apoyada en el cabezal y le observaba con una sonrisa. – Me divierte mucho tu carácter.
-¿Te he dado permiso para entrar? – preguntó indiferente Sasuke.
-No.
-Pues largo.
-Vamos, no te enfades… -pidió Kakashi mientras se levantaba y se acercaba a él para acariciarle los hombros desnudos. Sasuke se dio cuenta de que entonces llevaba en la cara una especie de máscara negra que le cubría su gran boca.
-Largo.
-Oh. – sonrió maliciosamente. – Te da vergüenza que te vea desnudo… - dijo, exagerando sus gestos de tristeza. – Perdonadme, princesa, ya me voy… - Y antes de que el shinigami se empezase a carcajear, Sasuke le estampó la toalla en la cara.
***
Llegó al instituto después de gritarle un par de insultos a su hermano. ¿Cómo podía pensarse Itachi que lo del agua había sido culpa suya? Si Sasuke era un angelito… Pero bueno, tras reprocharle lo que hacía con un rubio cuando lo dejaba solo en casa, Itachi se había calmado.
Al llegar a la entrada, vio como un pelirrojo de grandes ojeras le observaba con el ceño fruncido. Era Gaara, conocido en su clase por su mala leche. Sintió como la tierra temblaba bajo sus pies y como la arena parecía querer rozarle la piel y entendió lo de las peleas.
Saltó a tiempo para evitar que la arena le rompiese una pierna y siguió al pelirrojo hasta un rincón apartado del bosque. Sobre los árboles, podía ver a un hombre con la boca como Kakashi que le observaba escondido. Él había olvidado traerse a kakshi.
-Vas a morir. – susurró el pelirrojo.
-Algún día. – contestó simplemente. – Pero no sin antes verte morir a ti. – susurró, juntando sus manos. Provocó un torrente de agua que iba directo al pelirrojo, pero la arena creó una barrera que le protegió. Dos torrentes más se unieron al primero, pero nada.
Vio como unos granos de arena jugaban alrededor de su rostro y se apartó rápidamente, cubriéndose los ojos. Pero era demasiado tarde. Un grano le había entrado en el ojo izquierdo.
-¡¡AAAHHHHH!!
Había sentido como una pequeña explosión dentro de su ojo y ahora éste estaba sangrando. Sentía como el líquido calido bajaba por su mejilla hasta su barbilla, para perderse en el suelo. Intentó centrar su mirada, pero no veía nada con el ojo afectado.
Creó pequeñas bolas de agua que iban a impactar contra el de la arena, pero el pelirrojo los esquivó saltando alegremente. Entonces, se le ocurrió una idea. Empezó a correr entre los árboles para protegerse de futuros ataques mientras juntaba sus manos.
Necesitaba tiempo.
Puede que alguien muy imaginativo pensara entonces que haría una especie de bola de relámpagos entorno a sus manos, como en los animes, pero nada de eso. Empezó a formar una bola de agua que daba vueltas enfriándose a sí misma hasta que consiguió crear una bola perfecta de hielo duro y transparente.
Se situó detrás del pelirrojo y rápidamente le tiró la bola en la cabeza, tumbándolo en el suelo. El pelirrojo había perdido el sentido. Aún así, Sasuke prefirió comprobarlo y le envió a Gaara un torrente de agua, que lo empapó. Acababa de ganar.
Con una fina capa de agua se limpió su ojo y suspiró.
-Gané.
***
-Lo hiciste bien. – le felicitó el shinigami cuando le vio aparecer otra vez frente a las puertas del instituto. Sasuke sonrió burlescamente.
-Lo sé.
-Espérame para la próxima.
-Como quieras.
***
Mientras tanto, en el bosque de hace unos momentos, unas llamas azuladas empezaron a quemarlo todo. Hasta los cimientos. Un rubio de ojos azules sonreía al cuerpo inerte del pelirrojo que se encontraba a centímetros del suyo.
-Mira que eres débil… - susurró con una sonrisa de tristeza. Alzó la mano hacia el chico y las llamas le obedecieron, calcinando el cuerpo que les ordenaba su dueño.
-¡¡AAHHH!!