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Aniversario por Aoi tsuki

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Notas del fanfic:

Fic dedicado a Red Chaos. Niña te amo y lo sabes *-*. Lamento no haberte hecho algo mejor D: *se golpea por no estar satisfecha por el trabajo*

Disfruten de la lectura y olviden todo dolor con respecto a Jjong~ Todo eso es only a LIE *se va corriendo antes de que la pateen*

 

Miré la hora nuevamente. Las dos y media de la tarde. Hacía más de una hora que debería de haber llegado. ¿Dónde diablos se había metido? Suspiré resignado, tomé por décima vez mi teléfono celular entre mis manos mientras recostaba mi cabeza sobre la superficie de la mesa. Ningún mensaje, ninguna llamada, nada. Cerré mis ojos para tranquilizarme a la vez que relajaba mi cuerpo entero. “Jjong, ¿Dónde te metiste?” abrí mis ojos, pero esta vez una lágrima se escapó de uno de ellos. La sequé al instante. Era nuestro aniversario número cinco y él no daba señales de vida… “Desconsiderado, ni siquiera te dignas a contestar mis mensajes o llamados” pensé a la vez que fruncía levemente el seño, en ese instante el timbre sonó y, como alma que lleva el diablo, me abalancé hacia la puerta. Me detuve cuando tuve el pomo entre mi mano, rápidamente me arreglé el cabello, la ropa y limpié lo que quedaba de esa agua salina en mi rostro. Puse mi mejor sonrisa y abrí la puerta. Allí estaba él, con esa sonrisa reluciente que dejaba la mía a unos cuantos miles de metros bajo tierra, tan pura e inigualable, la misma que ocasionaba que el piso desapareciese debajo de mí y que una serie de temblores me recorriesen de pies a cabeza.

-Lo siento- dijo al instante- Pero me tarde más de lo esperado al ir a recoger tu regalo- soltó una pequeña carcajada cuando notó que mi rostro estupidizado por fin se daba cuenta de la caja que llevaba entre sus manos, una caja de un tamaño medio, pero lo suficientemente grande para que le costase sujetarla con entera comodidad. –Para peor, me quedé sin batería. Me imagino como estuviste hasta ahora. En verdad lo lamento cariño.

Negué enérgicamente con la cabeza  a la vez que me hacía a un lado y le dejaba paso al interior de la casa. Lo importante era que ya estaba conmigo y disfrutaríamos la compañía de ambos, cualquier molestia y mal humor que había tenido desapareció al instante dando paso a la acogedora calidez que inundaba mi cuerpo. Colocó la caja en el piso y pude notar un detalle que se me había pasado por completo. La caja tenía agujeros.

-Feliz aniversario amor- volví a la realidad cuando sentí su aliento azotarme el rostro, tan mentolado como siempre. Sonreí ampliamente mientras me colgaba a su cuello y juntaba nuestros labios en un beso apasionado, dulce y placentero. Ya no importaba la espera, cualquier cosa de su parte, una caricia, un beso, un te amo era pago suficiente para saldar ese rato de aburrimiento sin él.

-Feliz aniversario mi Jongie- le dije una vez que nos separamos. Pero en ese momento, cuando iba a volver a acercarme a esos labios que tanto me incitaban, un golpe seco y amortiguado me hizo saltar en mi lugar dejando escapar un chillido que bien podría competir contra los de Key-Hyung.

-Tranquilo, tranquilo- me dijo Jjong riendo mientras se acercaba a la caja. Esperen… ¿¡La maldita caja estaba viva!? ¡Oh Dios mío! ¿Qué demonios había traído ahí dentro este inconsciente? Múltiples opciones recorrían a gran velocidad mi mente y entre ellas solo había algo en común: animal peligroso, venenoso, peludo y tremendamente asqueroso - ¿Cuánto más vas a estar ahí parado? ¡Ven a abrirlo!- nuevamente su sonrisa me sorprendió atontándome al instante. Lo miré dudoso y luego hice lo mismo con la caja –No es nada peligroso, lo juro- su sonrisa ladina hizo acto de presencia, desafiándome, divirtiéndose a cuesta mía.

Me acerqué y me arrodillé en el piso de frente a esa caja y a mi novio, frunciendo levemente el entrecejo mirando con desconfianza aquella cosa de cartón asegurada por un lazo del mismo color, verde. Ya las experiencias pasadas con este tema habían salido mal, había recibido desde tarántulas y cucarachas hasta escorpiones y serpientes en mi desesperada búsqueda de una mascota. ¿De dónde los había sacado mi novio? No tenía idea, pero tampoco quería averiguarlo. ¿Por qué no me podía regalar una mascota común y corriente? Simplemente porque JongHyun no era alguien común y corriente. ¿Qué si nunca leyó mi perfil en donde digo que le tengo miedo a los insectos? A decir verdad me pregunto lo mismo. Solo rogaba que al abrir mi regalo nada perteneciente a la familia arácnida o reptílica saltase sobre mí.

-Vamos, vamos- me apuro nuevamente. Suspire con desgano y lo miré.

-Espero que hayas aprendido de los errores pasados. Creo que nunca vi a una persona tropezarse tantas veces con la misma piedra en el camino- dije y posé mis manos sobre la tapa luego de haber desanudado el moño, volví a suspirar y la levante. Justo como lo intuí, algo peludo salto sobre mí. Volví a gritar y esta vez lo confirmo y afirmo, superé los gritos que Key-Hyung da cada vez que alguien se atreve a tomar algún pantalón de su nueva colección de verano. Caí hacia atrás y al instante sentí algo mojarme el rostro. Abrí mis ojos y otros dos me devolvieron la mirada. Dos adorables ojos celestes me observaban junto con una lengua como accesorio, aquel ser jadeaba sobre mí. Era tan… tierno.

-¡Waaaa! ¡Cachorro!- grité emocionado tomándolo en brazos mientras lo ponía en el aire al incorporarme, era un hermoso perro siberiano de pelaje completamente blanco- ¡Qué tierno que sos!- le dije mientras lo acercaba a mi rostro examinándolo con sumo detalle, tenía un hermoso moño celeste alrededor de su cuello, era un varoncito. Bling Bling nos observaba enternecido. Dejé al cachorro en el suelo para que inspeccionara el que sería su nuevo hogar. Mientras me tiraba encima de aquel chico tan adorable- Gracias cariño- le dije y le robé un beso- Gracias por comprender que solo quería un ser tierno, con cuatro patas y un suave pelaje- mi novio rió con ganas mientras me tomaba del rostro para robarme ahora él un suave beso.

-Creo que fuiste un buen maestro al enseñarme, yo era el cabeza dura que no lograba entender- ambos reímos y nos levantamos del suelo- Eso sí- me dijo serio, sentí como el estómago me dio un vuelco. No era normal esa expresión en su cara, la única vez que la había visto fue cuando MinHo-Hyung rompió su bajo por accidente y realmente, el resultado de ello no fue muy favorable- Ese perro vale más dinero del que crees, así que cuídalo- me desconcertó con sus palabras ¿Acaso lo había traído desde Finlandia o qué?, luego de eso besó mi frente y se fue contento en dirección a donde se encontraba aquel peluche el cual mordía tranquilamente pero con ímpetu una de mis pantuflas que tan solo Buda sabe de donde la habría sacado. Sería difícil adiestrarlo.

Después de haberle entregado mí regalo, que era un gorro y un pulóver que habíamos visto juntos ya que el invierno se estaba acercando, comimos el almuerzo en el que tanto me había esforzado. La tarde pasó de lo más tranquila, riendo, jugando con Watson (sí, en honor a mi adorada Ema, Watson podía ser nombre de hombre también ¿Eh? Aunque a Jjong no le agrado y decidió llamarlo Shiny-D, nombre más Gay que nosotros cinco juntos y todo el mundo homosexual) a la vez que disfrutábamos del parque de mi casa. Pude observar que la tierra que debería estar seca todavía era un lodo fresco alrededor de la pileta que se encontraba en el fondo, causado gracias a que ayer a la tarde los demás chicos decidieron disfrutar de los pocos días de buen tiempo que quedaban de la temporada en la pileta de mi casa.

Ya de noche JongHyun tuvo que irse y como niño pequeño me aferré a su brazo sacando a relucir mí arma más fuerte: mi inocente ternura.

-¿Debes irte?- le hice un puchero mientras apretaba un poco más su formado brazo.

-Lo lamento Taem- me besó lentamente abrazándome y acorralando mi cuerpo con el suyo contra la pared –Tampoco es mi idea terminar el día de esta manera, pero sabes que mañana estoy invitado a Kiss the Radio y si no llego a estar en el departamento por donde la Van pasa a buscarnos ambos tendremos un gran lío con el manager. Prometo recompensarte baby- me sonrió con esa sonrisa que yo solo sé lo que puede significar, el resultado de nosotros dos más una cama en la soledad de una casa. Luego de una sesión de besos logramos separarnos. Se despidió con una última sonrisa y yo ejecutando un nuevo suspiro me dirigí a la cocina a limpiar la vajilla que habíamos ensuciado en el transcurso de su visita. Pero antes de que lograra colocarme el segundo guante algo llamó mi atención: una pequeñas manchas en el suelo, pequeñas manchas de lodo, pequeñas huellitas marcadas a lo largo de toda mi cocina hasta la puerta de salida hacia el parque del fondo. Al instante sentí el sonido característico de las uñas de mi mascota chocando contra el piso y levanté mi vista con la esperanza de que solo fuesen sus patas las que... maldición, ahí estaba… eso. Ya no era mi Watson, era… era una pequeña bola marrón, con lodo chorreándole desde los mechones de su pelaje que, anteriormente, eran de un blanco radiante. Cayendo al suelo ya no tan impecable de mí cocina.

-¿¡Qué hiciste!?- dije corriendo hacia el animal y levantándolo a una distancia prudente para no mancharme con la mugre que traía encima -¡Mira como estas!- “No debería haberlo dejado solo allá afuera” pensé para mis adentros. Resignado fui hacia el lavadero y lo coloqué en el gran lavamanos que allí había. Por lo general me encargaba de la ropa pequeña que era necesaria lavar a mano en ella. Corrí las cosas y abrí la canilla para comenzar el baño, ambientando el agua a una temperatura justa. El hermoso listón que llevaba en su cuello pasó a ser un pedazo de cinta sin movimiento alguno. Lo desaté lentamente para evitar hacerle daño o algo similar, era bastante inquieto a decir verdad. Cuando lo logre noté que había una segunda cinta atada, pero más fina que la primera. Lo mire extrañado ¿Cuál era la necesidad de ponerle dos? JongHyun siempre me sorprendía. Miré el nudo en la parte de atrás de su cuello y este, a diferencia del otro, estaba más apretado. Busqué una tijera a mi lado y decidí cortarla, porque era sabido que desataría ese nudo el día en que Onew-Hyung decidiera no comer más pollo en su vida. Cuando por fin logré cortarla sentí al instante un ruido metálico dentro del lavabo. Miré hacia abajo y un círculo brilloso hizo que mis ojos casi se salieran de sus órbitas. Lo tomé entre mis dedos delicadamente y lo examiné, era un anillo de compromiso. Poseía dos finas líneas plateadas de oro blanco a los costados  y en el medio una línea negra. Leí el grabado del interior: LT + KJ: Love’s way. Mis ojos se humedecieron y saqué el celular de mi bolsillo al instante, marqué su número esperando impaciente a que me atendiese mientras una tonta sonrisa aparecía en mis labios.

-Cariño ¿Sucede algo? No hace más de media hora que me fui de allí- tu tono falsamente preocupado hizo que mordiese mi labio antes de contestar.

-Idiota… -dije y estallé en carcajadas mientras las lágrimas de felicidad corrían por mi rostro sin intenciones de ser detenidas.

 

 

FIN

 

 

Notas finales:

Sí, pateenme, asquerosamente dulce *Pensaba únicamente en mi Chaos cuando lo hacía ¿Se ha notado? lol*

Ok, en serio... Gracias por haber llegado hasta el final <3

L@s amo, U know it, right? *Se queda en silencio* RIGHT!? *Grita* Oh Yeah, U know it <3

 

Kiss The Radio: Programa de radio que tienen EunHyuk y LeeTeuk, ambos integrantes de Super Junior.


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