Fue una de las peores cosas que puedo pasarle al reino de Shin Makoku su gran gobernante Shibuya Yuuri contraería nupcias a mas tardar en tres meses.
Todos esperaban que la invitación aparte del nombre del monarca llevara el nombre de cierto mazoku de fuego, pero no fue asi, en su lugar se podía leer claramente y con letras estilizadas Reiko Misaki.
La mayoría frunció el seño ¿qué clase de nombre era ese para una reina?
Los descontentos no se hicieron esperar, y la mesa redonda se reunió para poder discutir esa tan crítica situación.
La junta duro todo el día, pero valió la pena, habían llegado a un acuerdo.
Yuuri se encontraba en su despacho con cara de duda, no sabía si había hecho bien al aceptar tal imposición.
- Y bien cuál fue el veredicto majestad – pregunto Conrad, su sonrisa de marca que siempre le dedicaba había decaído un poco
- Lo que ya me temía, no aceptan a una humana venida de otro mundo como su reina, alegan que las tradiciones son muchas y estrictas porque el consorte real debe llenar ciertos requisitos, quise hacerles ver que yo estaba en la misma situación y que he hecho bien las cosas pero…
- ¿Pero?
- La verdad es que ella no quiere estar aquí es mas piensa que los Mazokus pueden ser un error de la naturaleza – Conrad apretó los puños para no dejar salir una sarta de improperios contra la que pronto seria la esposa de su ahijado
- ¿Y entonces?
- Pues la decisión ya fue tomada, tengo cinco años para encontrar quien me suplante como Maou si después de eso no he logrado pues ellos decidirán por mi… - bajo la cabeza – no creo que tarde tanto, designare a Wolfram como el siguiente rey
- Creo que eso no será posible – el castaño tenia los nudillos tan blancos que serian confundidos con los de un muerto – el no se encuentra en este momento en tierra mazoku y al no estar en disposición para contestar, no puede ser candidato
- Pero regresara y…
- No lo sé, dejo dicho a su tío que tardaría eso en tiempo mazoku podrían ser hasta cincuenta años – el castaño esta a su límite, después de todo el tiempo que su hermano había invertido en hacer de ese joven un buen rey ahora todo se iba a la borda porque el chico deseaba una vida marital – con permiso tengo algo que atender – dio media vuelta y salió
Debía poner tierra de por medio o terminaría golpeándolo, como era posible, Wolfram le había servido como un soldado fiel, como un prometido abaneado y entregado, como su amigo y confidente.
¿Que mas deseaba Yuuri? A sus ojos el hecho de que una persona se te entregara de esa forma era razón suficiente para tenerlo en consideración y no destrozar sus sentimientos con total falta de tacto como el rey lo había hecho.
Esa tarde simplemente con sonrisa en rostro y en plena comida lo anuncio sin más.
- Wolf creo que es hora de que terminemos esta farsa, ayer por la tarde le pedí a Reiko que fuera mi novia y ella acepto – casi daba brinquitos de felicidad, y los comensales de esa mesa sintieron lastima del príncipe – ahora ya tengo novia y no quiero que piense en ningún sentido que soy un infiel, después de todo aunque haya sido un accidente lo nuestro tu me llamas prometido y bueno eso debe terminar
- Si tienes razón – un linda sonrisa adorno sus facciones blancas – no sabes el gusto que me da saber que encontrarte a alguien que te ame – se levanto – he terminado con su permiso
- Ah!! Wolfram – el otro se detuvo – ve sacando tus cosas de la habitación no quiero que sea mal visto que ahora que ya aclaramos que no somos nada tu sigas ahí y pues se hable demás – hasta las chicas de servicio se llevaron las manos a la boca tratando de reprimir algún reclamo
- Si será como tu quieras Yuuri – dijo intentando controlarse – es mas voy a hacerlo ahora mismo
- Después que termine voy a ayudarte
- No es necesario, puedo hacerlo solo
- No excelencia nosotras lo ayudaremos – casi grito Effel que era la más cercana al rubio príncipe, pues desde que llegara la joven había tratado de ayudarle al príncipe a cocinar- no se preocupe majestad nosotras aremos todo – sus ojos estaban rojos y el joven mazoku supo que aquella joven entendía su dolor
- Gracias Efell – las otras tres chicas corrieron detrás de ellos
Si antes le discutía a su menor por llamar todo el tiempo enclenque al pelinegro ahora pensaba que ese apodo era poco para el cabeza dura de su ahijado.
Entro a su cuarto y se dejo caer en la cama, se tapo los ojos con su brazo, no quería pensar, después de la ruptura entre Yuuri y Wolfram muchos sucesos se estaban desencadenando, nunca pensó que el compromiso de esos dos fuera tan importante para el reino.
Pero claro que ese fue un error garrafal de parte de ellos, el creer que al final el rey aceptaría a su pequeño hermano, Wolfram aunque no lo supiera Yuuri ya desarrollaba sus funciones como consorte, y era gracias a él que sus relaciones con sus aliados iban viento en popa.
Ahora sin esa ayuda el hueco seria llenado de forma muy difícil, las obligaciones de Gwenldal de por si ya eran muchas y sumarles las del rubio solo vino a minar su salud.
El regente por ese motivo y mandato de Gisela debía descansar por lo menos un año en sus tierras, Yuuri acepto, pero a pocos días comenzó a sentir el peso de toda la responsabilidad que recaía sobre los hombros de su regente y ex prometido.
Si era por eso que huía lo decepcionaría mucho.
Ahora la junta le estaba dando la opción de escoger a su sucesor y el Maou sin pensarlo había apuntado a Wolfram. Que no le era suficiente haberlo explotado todos esos años para ahora colocarle la corona que él siempre rehuyó. Golpeo con coraje el colchón. Quería marcharse, deseaba estar con sus hermanos.
Pero le había jurado a Gwenldal que se quedaría ahí hasta que Yuuri se marchara a su mundo o hasta que escogiera un nuevo Maou.
continuara...