- Es obvio que se trata de un complot – decía Gwenldal muy molesto – a Lady Elizbeth la atacaron de misma forma, dentro del castillo
- Pero no logramos comprobar nada
- No es necesario Conrad que tengamos pruebas, no es posible que eso sujetos entraran a Pacto de Sangre sin que los notáramos
- Lo se…
Un grito fuerte los alarmo, sin pensar muy bien en seguir el alarido tomaron rumbo a la enfermería, su hermano era prioridad. Entraron hechos un bólido, pero ahí sobre la cama solo estaba Yuuri y su esposa en el suelo era la que seguramente había gritado. Corrieron hacia la ventana abierta, sus ojos se abrieron de la impresión y sus gargantas se secaron.
- ¿De dónde salió eso? – fue lo único que logro articular Gwenldal
Toda la parte trasera del castillo parecía una jungla. Los arboles se alzaban como si hubieran pasado milenios, altos e imponentes, sus ramas estaban hechas una maraña casi impenetrable. Con todo el cuidado que pudieron salieron por la ventana intentando salir de ahí. Aparte de las ramas mismas, las lianas colgantes y los muchos helechos les impedían el paso ¿de verdad eso era los jardines traseros del Pacto de Sangre? Se preguntaba cada que veían pasar una serpiente sonajera cerca de sus cabezas o pies.
Avanzaron unos metros mas, y fue cuando distinguieron un gran capullo hecho le raíces. Con espada en mano se acercaron cuidadosamente y de la misma forma lo abrieron. Dentro de el se encontraba Wolfram.
Los dos hermanos lo tomaron con sumo cuidado. El rubio apenas sentir el contacto abrió los ojos. Se notaba algo desubicado.
- Yuuji – fue lo primero que dejo salir
- Ese niño fue el causante de esta selva – no era pregunta, el general sabia eso a ciencia cierta
- Yuuji fue detrás de ellos deben darle alcance – se colgó de las solapas del traje de su hermano mayor – por favor no permitas que lo dañen
Los dos hermanos asintieron y con cuidado recostaron de nuevo a Wolfram dentro del capullo.
La vegetación era tan exuberante que apenas les permitía ver unos metros delante de ellos. Aunque las voces algo distorsionadas les decía que estaban cerca. Sin importarles mucho la situación se lanzaron en misión de rescate, depuse de todo era el prometido de su hermanito. La sorpresa adorno sus rostros, y una gran duda apareció en su cabeza. ¿seria sano dejar a su hermanito con ese sádico psicópata?
El joven no solo había apresado a dos hombres que colgaban cual piñata. Los dos rogaban por sus vidas, y los dos soldados entendieron el porque cuando miraron que debajo de los dos colgados se encontraban tres cuerpos mas mutilados.
La mirada de Yuuji se desvió hacia ellos y sus ojos rasgados como gato les dijo que ese joven ya no era el mismo.
- Oh! Gwenldal, Conrad – una sonrisa torcida los estremeció – estos de aquí acaban de confesar ser los responsables del asesinato de Lady Elizabeth y del atentado contra mi Wolf – los dos hombres lloraban del terror - ¿verdad?
- Si así es... – dijeron apresuradamente
- Esta bien Yuuji ahora bájalos – intento intervenir el castaño
- Estas bromeando Sir Weller – sus ojos se afilaron – merecen la muerte – y luego vino la frase que los aterro – justicia – grito mientras hacia que las lianas los apretaran dejando salir sangre en donde se estaba abriendo la carne
- Yuuji basta – el general había dado un paso al frente – Wolfram no gusta de la violencia – el pelinegro volteo hacia el hermano mayor y luego sonrió
- Por eso no se lo diremos – los dos se quedaron sin habla – porque saben quien soy y que no perdonare un desacato ¿verdad?
- Si su majestad – Conrad bajo la cabeza y Gwenldal se dio cuenta que no era buena idea tentar a la suerte, así que imito a su menor
- Bien ahora me are cargo de Dai Shimarrron
El Maou ese ser de devastadores poderes estaba ahora alojado dentro del cuerpo de Yuuji ¿cómo había pasado? Era algo para lo que no tenían respuesta. Un que tal vez sabían quien si.
Apenas lo vieron desaparecer en medio de una bola de luz verde, corrieron al templo de Shinou, el sabio se encontraba en la entrada y como de costumbre tenia su vista oculta detrás de los cristales de sus anteojos.
- ¡¡Oh!! Lord Voltaire, Sir Séller, veo que ya se enteraron – dijo satisfecho regalándoles una sonrisa
- ¿Como sucedió? – pregunto al instante
- Shibuya quería su juventud y nosotros necesitábamos el poder del Maou, fue un cambio justo según mi perspectiva – la sonrisa se le borro – aunque considero que fue un error colocar esa esencia tan poderosa en alguien tan poco tolerante como Yuuji
- ¿Que nos está queriendo decir? – Conrad estaba empezando a sudar, entendía bien lo que el sabio decía pero quería comprobarlo
- Que el corazón amable de Shibuya controlaba de cierto modo la esencia tan violenta del Maou, pero Yuuji es mas temperamental y menos tolerante – suspiro – ni yo se como terminara el enfrentamiento entre él y Dai Shimarron – levanto la vista – lo que si les puedo decir es que si yo fuera ustedes no perdería tiempo e iría por Von Bielefeld parece ser que es el único que podrá controlar a ese niño
No se escucho ningún sonido durante un buen rato. Después los dos hombres dieron la vuelta y regresaron a toda prisa al Pacto de Sangre.
Continuara…
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