Ya estaban casi a la entrada del castillo. Sus pies se detuvieron y sus cabezas se alzaron con gran preocupación, las nubes se amontonaron en forma vertiginosa, una tormenta se estaba formando en la costa.
Wolfram estaba pardo en medio de la gran explanada con los ojos abiertos, presentía la razón de esa increíble fuerza destructiva.
- Yuuji – dijo suave subiendo a todo prisa en su caballo
- Wólfram – grito Gwenldal
- Los caballos deprisa – ordeno Conrad
Los dos hermanos montaron sin importarles si lo demás de la armada los seguían.
En le muelle todos los barcos eran mecidos con violencia. El rey rubio monto en uno sin impórtale mucho sus males, desato las amarras. El barco salió atraído hacia el centro del mar. Las olas se están formando de manera colérica, azotando con toda furia el pequeño barco que aduras penas Wolfram mantenía a flote.
Los gritos y suplicas se escuchan mas a ya donde el vórtice de ese holocausto parecía arreciar.
Gwenldal y Conrad intentaron seguir a su menor, pero la mayoría de las embarcaciones ya se encontraban desechas o sobre tierra. Ahora solo miraban sin poder hacer mucho. La fuerza devastadora del Maou era algo que nadie deseaba ver desatada y que el rubio para mala su suerte siempre se encontraba en su camino.
Los barcos de guerra de Dai Shimarron ahora solo eran mondadientes a merced de la ira del mar, el único en pie era ese en donde el rey asomaba de forma casi paranoica gritando piedad.
- Wolfram detente – Yuuri a duras penas logro subir por la borda, se había colgado del barco antes de que este saliera del puerto
- Yuuri ¿Qué haces aquí? – dijo molesto
- Intentando que no hagas una tontería – corrió a su lado – da la vuelta Wolfram es peligroso que estés aquí
- Cuantas veces escuche decirle eso a mis hermanos cuando eras tu quien estaba en el lugar de Yuuji – sonrió con tristeza – nunca di un paso atrás y no lo are ahora, ahí – dijo señalando el corazón de huracán – ahí esta la persona mas importante para mi – sus ojos demostraban determinación – y voy a ir con él así me cueste la vida
- Si el cae tu caerás con él – dijo dándose por vencido
- Si, ahora es mejor que ya no me sigas a partir de aquí – y dejo su cuerpo caer al agua
- WOOOOOLLLLLFRAAAAAAMMMMMMMM - grito el anterior Maou
La gran columna de agua fue rodeada por otra de fuego.
La noche era clara, las estrellas brillaban y la luna se encontraba en todo su esplendor. En el muelle se podían ver los escombros de lo que en mejores tiempos fueron botes de guerra y comerciales, y aunque las pérdidas fueron muchas, todo podía ser remplazado porque su libertad estaba a salvo.
Las tierras Mazokus seguirían teniendo su propia soberanía durante mucho tiempo.
En el castillo una sombra de tristeza se alzaba con gran dolor. Los llantos de muchos no paraban en especial el de una mujer que acariciaba la mano del hombre más importantes de su vida.
Wolfram Von Bielefeld con los ojos hinchados y con un profundo tormento permanecía junto al cuerpo de ese joven, sabía que debían llevárselo para darle una sepultura adecuada, pero ni él ni ella querían separarse de él.
Casi por la fuerza y más porque otro pelinegro sujetaba al rey rubio fue que lograron llevarse el cuerpo.
El funeral fue majestuoso, el que se iba era un rey que llevo a su reino a una de las mejores épocas.
Yuuji había logrado alcázar a escuchar el grito de su padre al ver al rubio caer al agua, logro sacarlo y llevarlo hasta donde estaba, el ojiverde lo miraba con suplica, los vientos cesaron y las aguas poco a poco se iban calmando, de la flota de Dai Shimarron solo quedaba el recuerdo, al peder todo el poder del Maou al igual que Yuuri, su hijo perdió el conocimiento, casi con maestría el ex rey logro llevar el barco hasta donde Wolfram que con grandes esfuerzos intentaba mantener la cara de Yuuji en la superficie.
Logro ver como Yuuri los subía a ambos y se desmayo.
Despertó para encontrase con la gran notica Yuuri había perdido la vida. Su sorpresa había sido genuina, Yuuri estaba bien, entonces ¿por que? Todos lo tomaron como que él albergaba un sentimiento hacia ese hombre y no cuestionaron nada.
Sus piernas lo de lavan abasto para llevarlo hasta donde se encontraba el cuerpo de Yuuri, lo miro incrédulo.
- Todo va a estar bien Wolf – dijo alguien a su espalda y abrazándolo
- No me toques – grito retirándose con violencia
- Wolf soy yo... – intento acercarse nuevamente – Yuuji – dijo su nombre para que el rubio quitara ese cara de duda
Acepto que lo tomara entre sus brazos, y sus dudas fueron despejadas, quien lo cobijaba en ese abrazo no era su prometido, podría parecerse a él, podía oler como él, pero no era Yuuji. Ese no era su lindo enclenque.
Cuando el funeral termino todos regresaron a Pacto de Sangre con solemnidad, ni un sonido se escapaba de aquellos integrantes del duelo. Wolfram era quien mas recato parecía guardar, e incluso sus hermanos se pararon cerca de el por temor a que fuera a saltar a la hoguera.
Nada de lo que temían paso. Pero si bien el rubio ahora estaba mas tranquilo en su cabeza bullían un sin fin de ideas y su corazón se estaba secando poco a poco. Lo único que ahora le mantenía vivo era:
Venganza.
Una vez terminada todas las formalidades y despedido el ultimo de los visitantes y dolientes Wolfram Von Bielefeld anuncio su retirada a sus aposentos. Yuuji de inmediato le siguió.
- Ahora ya no hay nada que hacer más que pensar en el futuro – dijo cuando cerro la puerta de la habitación detrás de él
- No creas que me has engañado – el rubio dio la vuelta para encarar al que decía ser su prometido
- De que estas hablando Wolf – le sonrió intentado acercarse – soy yo Yuuji
- Eres un maldito bastardo – le soltó un puñetazo en el estomago – no te permitiré que te burles de mi – grito con todo el rencor que tenia
- ¡¡Ah!! Entonces mi dulce príncipe si cedió cuenta del cambio
- ¿Y como no hacerlo? – estaba furioso – Yuuji era dulce y amable con su toque, el tuyo es soberbio y lleno de lujuria, Yuuji me decía Wolfi no Wolf, inepto, ni eso pudiste copiar – se alejo de él quería saltar por la ventana pero sabia que el otro no se lo permitirá – Yuuji era cálido y yo lo amaba – sus lagrimas salían de sus verdes ojos – eres un desgraciado ¿Cómo has podido hacerle esto a tu hijo?
- Pero Wolf no te das cuenta ahora nos tienes a los dos, este es el cuerpo de Yuuji y el corazón de Yuuji pero es mi esencia, mi alma, soy yo Yuuri – se acerco lo suficiente para abrazarlo
- Si tienes razón y si no te mato en este instante es porque soy un rey y como tal necesito pensar primero en mi pueblo, tu maryoku – sonrió con sorna – no el maryoku de Yuuji es necesario…
- Entonces no tiene elección, estará a mi lado y me amaras a mi
- Así será – pasos sus manos por el cuello de su acompañante – pero no te equivoques si bien estaré contigo jamás te llamare por tu nombre – le lamio la oreja y el otro suspiro – y cuando estemos en la intimidad gritare, Yuuji, una y otra vez. Recordaras cada que me te llame y cada que me tomes que mi corazón solo es de él, que sin bien tu eres quien esta a mi lado, para todos tu estas muerto tu solo eres un fantasma y tu hijo se convertirá en mi consorte, en mi esposo y luego en el padre de mis hijos, porque como tu mismo lo has dicho es el cuerpo de Yuuji, y cuando veas que ellos son mas idénticos a él entonces desearas la muerte, pero lastima por ti porque te are pagar esto hasta el fin de tus días. Shibuya Yuuri sabrás en carne viva que el infierno existe, me arrebataste a mi mielecita a mi luz, me quitaste la felicidad, no te vasto dejarme seco hace años, no porque tu maldad y egoísmo no te permitieron dejarme hasta verme desecho por completo – sus ojos centellaban en la oscuridad de la habitación – pues te tengo noticias – se acerco a sus labios – ya estas muerto – en los ojos verdes todavía había lagrimas – dejemos que Yuuri descanse en paz y seamos felices YUUJI – sonrió hipócrita al tiempo en que le plantaba un beso casto – que esta sea la ultima vez que lo mencionamos porque de el solo tengo un mal recuerdo – le tomo de la mano – ahora vamos a dormir mi mielecita
Sintió el cuerpo de Wolfram que se aferraba al suyo, ese calor embriagante y tan delicioso le lleno las fosas nasales, sabia que había conseguido lo que deseaba ¿entonces por que estaba tan triste?
- Buenas noches Yuuji – lo beso en la mejilla – duerme mañana será otro día
Ese nombre, ese maldito nombre, ahora seria prisionero del cuerpo de su hijo, porque aun estando tan cerca no podía sentir lo mismo, quería gritar, patalear, insultar, Yuuri Shibuya estaba muerto, y su alma prisionera en su temor mas grande. Ahora vería en primera fila como Wolfram se desvía por otro, le declara cada noche su amor a otro y se le entregaba a otro, lo escucharía llegar al orgasmo mirando en sus bellos ojos el reflejo de otro.
- Yuuji te amo – fue lo ultimo que escucho de esa boca angelical
Quería morir, tendría que haber sido él. ¡¡Oh!! El amor. Lo que hacemos por amor.
Fin.