Un saludo y ya, eso fue todo lo que recibió de ese hombre que en su niñez y por poco menos de cinco años llamo padre, su mirada se endureció, esos ojos marrones tan llenos de amor y jubilo habían cambiado.
- Hola Yuuri
Ella si lo reconoció al instante, como no hacerlo y los siguientes ocho años a su partida se quedaba noches enteras en espera de que el volviera, en lagunas caminaba por los pasillos en busca del refugio y calor de su otro padre rezando porque el rubio no encontrara o aceptara a alguno de los muchos pretendientes y se fuera dejándola sola. Pronto entendió que eso no sucedería, pues ahí delante de su puerta podía escuchar los sollozos lastimeros del joven mas codiciado de ese reino, a veces daba la vuelta dejándolo solo con su dolor para que se desahogara, otras tantas entraba para compartir con él ese sufrimiento que anidaba en sus corazones.
Y delate de ella ahora se encontraba él, el causante de que su mundo por segunda vez de viniera a bajo. Un saludo, eso era todo lo que tenia que decirle después de tanto tiempo lejos. Ni un abrazo o un beso. Apretó las manos en frustración e intento controlarse, de los dos estaba seguro que Wolfram era el que mas nervioso debía estar en esta situación.
¿Cuánto tiempo llevaba Yuuri en el castillo? ¿Por qué su padre entonces quería presentarle a alguien? ¿Quién era ese alguien? Su vista callo sobre el rubio que con semblante tranquilo tomo la mano de la chica.
- Vamos Greta quiero presentarte a alguien – volvió a repetir
- Espera un momento Wofram – pidió Yuuri pero fue interrumpido
- Wollllfiiiiiii – un torbellino mejor conocido como Yuuji entro en la estancia – con que ahí estas – señalo – no te enojes no lo hice con….
- Yuuji te presento a MI HIJA GRETA – lo enfatizo - Greta el es Yuuji mi prometido – le sonrió al pelinegro menor
- Mucho justo señorita – hizo una reverencia – he escuchado muchas cosas buenas de su persona
- ¿Te llamas Yuuji? – ella lo miraba curioso era casi idéntico a Yuuri pero lo que estaba pensando era imposible
- Si Shibuya Yuuji – contesto con una sonrisa de oreja a oreja
- Eso no puede ser… - Wolfram tuvo que sujetarla casi se desmaya – padre dime que no es cierto
- Pues si Yuuji es hijo de Yuuri
Wolfram la llevo a la habitación designada para ella, la atendió con todo el cuidado de un padre a su hija, aunque a estas alturas parecieran mas hermanos. Ella lo cuestiono con un tono de reproche. Cosa que al Maou no agrado. Sin muchos detalles, o eso pensó en un principio ya que esa joven sabia como interrogarlo para sacar en claro las cosas, termino de relatarle todo lo concerniente a su nuevo compromiso y el regreso de Yuuri.
Ella no muy convencida con todo lo escuchado se limito a hacer solo una pregunta que seguramente tenían en la cabeza más de uno en ese castillo.
- ¿Y TU AMAS A YUUJI? – cuestiono fuerte y claro
Yuuri y Yuuji se quedaron solos en el comedor cuando pare e hija se retiraron a la habitación de esta. Los dos se miraban con una mueca de incomodidad.
- ¿Que se supone que estas haciendo padre? – necesitaba saber la verdad detrás de los actos del anterior rey
- Nada malo – contesto lacónicamente – solo quería saludar a la que en algún momento fue mi hija
- No me tomes por tonto porque no lo soy – dijo dándole la cara a su progenitor – te tolerare que me taches de todo pero no permitiré que pongas a dudar a mi prometido
- Ah!! ¿Desconfías de él? – su parte mas malévola estaba saliendo a flote
- De él no, de ti – contesto intentando ponerse a su nivel – crees que no he notado como nos miras por la ventana, crees que no noto tu vista recorriéndole o crees que me engañas al decirme que esto es solo un capricho, padre escuche tu conversación del otro día con Wolfi
- Entonces sabes que él solo esta contigo por obligación
- No es así…
- ¿Como lo sabes? ¿te ha dicho que te ama? – sentía la imperiosa necesidad de escuchar un no – porque a mi me gritaba eso todos los días – la mirada de su hijo se dirigió a la de su mentor con dolor y ni aun eso lo detuvo – así es, me decía que me amaba a mi y a nadie mas, que me seguiría a donde fuera, que su mente, cuerpo y alma me pertenecían – con cada palabra su corazón se sentía dichoso – no me ha olvidado, me quiere a mi – dijo triunfante, pero no duro mucho, su hijo lloraba
- Eso lo se – soltó con amargura limpiándose las lagrimas – el me lo dijo el día que le propuse matrimonio, pero yo lo amo… - y salió a todo correr en busca del rubio
La puerta de la habitación que Wolfram le había dicho era de su hija estaba entre abierta, detrás de él su padre se acercaba con ganas de seguir con la discusión de antes. Los dos se quedaron petrificados al escuchar a la castaña preguntar aquello que sin duda era el mayor tormento de los dos
- ¿Y TU AMAS A YUUJI? – cuestiono fuerte y claro
Padre e hijo casi contuvieron la respiración, de lo siguiente que saliera de la boca del rubio dependían muchas cosas.
- Greta creo que es demasiado pronto para decir que lo amo – contesto lentamente el Maou – yo no puedo asegurarlo – la chica suspiro – pero – dos hombres afuera de la habitación se acercaron a escuchar mejor – pero si te puedo decir que me siento cómodo a su lado, que soy feliz de escucharlo llamarme mielecita – se ruborizo a más no poder – que su toque me hace estremecer – sonrió con inocencia – y que con un poco mas de ese trato, si ahora me gusta después estoy seguro que podre gritarle te amo
- ¿Igual que a Yuuri? – tenía que preguntar, quería estar segura que su padre hablaba con la verdad, aunque esos ojos cristalinos y llenos de vida le decían que ese joven era la persona por la cual su padre había esperado tanto
- No Greta, el amor que le tuve a Yuuri no puede ser comparado con nada, porque fue un cariño unilateral, solo era yo quien lo entregaba todo, ese tipo de afecto jamás alcanzara a uno correspondido
- ¿Entonces?…
- Puede que en este momento quiera mas a Yuuji de lo que llegue a querer a Yuuri
- Felicidades papá – dijo la mujer abrazando al rubio – espere tanto para poder oírte decir eso – ella lloraba – debemos ser felices, por nosotros – él asintió – vamos quiero conocer mejor a Yuuji debe ser un joven increíble
- Si y también es algo enclenque – dijo sonriendo – pero creo que me gusta esa parte
- Eso espero – el pelinegro entro sin tocar – estaba abierta – dijo rápidamente en su defensa
- Debilucho entrometido – grito y luego casi podían ver cómo le salía humo por los oídos – ¿escuchaste lo que dije? – esta mas que apenado, muerto de la vergüenza era poco
- Solo lo ultimo – contesto con una sonrisa tonta
- No veras la luz de otro día – la corrediza diaria comenzaba de nuevo
Los dos chicos salieron de ahí sin notar que alguien más estaba parado en el umbral. Cosa muy diferente fue Greta.
- El arrepentimiento no es bueno Yuuri – dijo ella tomando un lugar en el otro extremo de la puerta – lo que una vez perdimos ya no regresara
- Lo se
- ¿Entonces qué estás haciendo aquí? – sus palabras eran duras, porque aun no perdonaba su abandono – no le arruines la vida otra vez, no seas tan egoísta
- Pues yo no la veo arruinada, es un rey, y te tiene a ti y a sus hermanos – ella lo miro con ira
- ¿Y sabes de todas las calumnias que tuvimos que pasar él y yo para que pudiera seguir en el castillo? No creo que no ¿sabes de las noches en vela que paso a mi lado cuando por mi tristeza de no verte deje de comer? No, tampoco ¿sabes que Elizabeth le propuso matrimonio y ese día en la fuente ante sus ojos ella murió por una flecha en el corazón? No tampoco lo sabes – dio la vuelta para seguir el camino que había tomado su padre y Yuuji – entonces no vengas aquí intentando tomar algo que despreciaste al irte, será mejor que te vayas, aquí ya no hay nada para ti, ya no te necesitamos ni él ni yo, ¿tienes un esposa? Amala y dale todo lo que no le diste a Wolf, ¿tienes un hijo? Se el padre que tuviste que ser para mi, piensa primero en su felicidad y no en la tuya, tiempo perdido…
- Eh!!!
- El tiempo perdido no lo recuperas con nada y a ningún precio. Vete – y con un poco más de prisa desapareció en el pasillo
- ¿No cree que fue muy dura? – pregunto Murata que recargado en uno de los pasillos la esperaba
- Vaya prese ser que en este castillo les gusta hacerla de espías – sonrió con burla – pero a su pregunta. No, no lo creo, es algo que él requería escuchar
- Shibuya pudo haber tomado una mala decisión, pero eso no quita que fuera un buen rey
- Y si él quisiera ¿usted lo apoyara para que regresara?
- ¿Quién sabe?
- Como rey lo aceptaría pero como algo de mi padre nunca…
- Esa no es decisión suya, sino de Von Bielefeld
- Pues mi padre está ahora enamorándose de Yuuji
- Usted lo ha dicho majestad, esta enamorándose, eso no quita que un viva ese amor tan incondicional que un día proclamo para Shibuya
- No admitiré que mi padre sea lastimado nuevamente – sus ojos reflejaban furia
- ¿Por qué? ¿Por gratitud? o tal vez ¿por amor? – el sabio escondió su mirada detrás de sus lentes – porque majestad déjeme decirle que una vez Von Bielefeld tenga hijos propios y con su lejanía, pues le olvidara
- Mi padre no aria nada así
- Ya veremos… - dio la vuelta y se retiro – solo escuche a un alma que ha vivido más de una vida y conoce mucho de los corazones de las personas
- Pero no del de Wólfram, él no me dejara – siguió su camino
Continuara…