Cuando dejaron entrar al pobre Takuya a la institución, ya era la hora del descanso… realmente se sentía algo triste por haber perdido aquel importante examen, pero a la vez agradecido, ya que asi podría hablarles a los chicos de la “propuesta” que aquella chica rara le había ofrecido...
Sentados en una de las mesas de la cafetería escuchando atentamente al muchacho se hallaban Izumi Orimoto, Kouichi Kimura y Kouji Minamoto, realmente impresionados con lo que Takuya contaba. En cuanto acabo de describir con detalles lo que había pasado momentos antes, hizo una pequeña pausa antes de preguntar…
-Entonces… ¿Qué les parece?
La respuesta por parte de la rubia fue inmediata, ya que sonrió ampliamente y un sonrojo notable apareció en su cara. Era muy obvio que estaba completamente emocionada:
-¡Por supuesto que sí! ¡Me encantaría posar como modelo aunque sea solo por hoy!
El gemelo mayor sonrió de forma tranquila y amable, dando entender así su respuesta.
-Cuenta conmigo, será divertido.
El único que no estaba para nada conforme era el gemelo menor, quien esbozo una mueca de desencanto total.
-Ni de coña… ¡No pienso hacer algo tan estúpido!
El castaño lo miro algo sorprendido…Kouji debería de ser el más interesado en el asunto ya que fue exactamente por su “culpa” que el se habia atrevido a convencerlos a todos. Bajo la mirada algo triste, y cuando iba a hablar fue interrumpido por la rubia:
-¡Vamos Kouji, no seas aguafiestas! ¡Te mencionaron explícitamente a ti, así que realmente eres al único que necesitan!
-¿Sabes lo que pasara si acepto este trabajo?- pregunto Kouji, con cierto tono nervioso en su voz.
Los tres muchachos se miraron los unos a los otros sin saber que contestar. Finalmente, Kouichi decidió aclarar esa duda:
-No sabemos… ¿Qué pasara?
El pelinegro se levanto y golpeo fuertemente la mesa, mirando a sus compañeros realmente molesto.
-¡Correré el peligro de que las chicas me acosen! ¡Ahora no será solamente en el colegio sino también en las calles! ¡Ya son realmente molestas ahora que no hago nada, pero si me ven como “Modelo” entonces no me dejaran vivir lo que me queda de secundaria en paz!
Las reacciones fueron distintas: Izumi se echo a reír a carcajadas, Kouichi le sonreía tratando no estallar en risa al igual que su amiga y Takuya lo miraba fijamente, algo impresionado.
-¡Como si fuese novedad el hecho de que te persigan cientos de mujeres!- comento Izumi, aun riendose
-¡No es divertido!- se quejo el muchacho.
-Pero Kouji…Takuya necesita de nuestra ayuda…-trato de explicar Kouichi, para que su hermano aceptara la oferta.
Sin embargo, el castaño sonrió dulcemente un poco ruborizado.
-No importa…no quiero obligar a Kouji a nada…es solo que pensé que realmente se veria genial posando como modelo y como es su tienda favorita la que realizara todo esto sería una gran oportunidad para llevarse ropa sin pagar…y…hubiese sido divertido que ambos posáramos juntos aunque nos viésemos ridículos.
Aquellas palabras hicieron que todo el cuerpo del elegido de la Luz se estremeciera. Fue evidente el violento sonrojo en su rostro, aunque quisiera esconderlo…Takuya era un bastardo que siempre hacia que aceptase todo lo que el proponía, además el hecho de que el castaño haya pensado tanto en el le ponía demasiado feliz para que su mente coordinara correctamente sus pensamientos. Trato de mantenerse tranquilo, aunque aquel destello de contento en su voz no pudo ser ocultado:
-B-bueno…supongo que puedo vivir con el acoso de las muchachas…
El castaño abrió los ojos de par en par y sonrio muy cálidamente. Estaba feliz de poder modelar junto a su mejor amigo y compartir esa experiencia que recordarían por el resto de su vida.
-¡Gracias Kouji!- musito Takuya, muy feliz.
Kouji opto por evadir la mirada del castaño, finjiendo que estaba muy molesto, pero sus mejillas seguían coloradas, y aun mas luego de admirar la sonrisa de su “amigo”. Izumi y Kouichi lo miraban con algo de compasión, porque imaginaban el motivo que llevo a Kouji a aceptar tan docilmente.
-Takuya siempre le tiene a su merced ¿Verdad?- comento Kouichi.
-Nunca pudo negarse a una petición, y realmente no creo que pueda hacerlo jamás- apoyo la rubia, dando un leve suspiro- bueno, hoy viviremos una Splendida Giornata ¡Asi que en parte debemos agradecerle a Kouji por eso!- termino Izumi, en su queridísimo italiano.
El gemelo mayor asintió con la cabeza, mientras volvían a mirarlos. No podían ni imaginarse el porque Kouji, que era alguien muy serio, pudiese estar enamorado de aquel despistado muchacho, quien en verdad no sabia el peligro que correría con ese trabajo.
El resto de las clases fueron lentas y aburridas. De alguna manera, los cuatro estaban ansiosos porque sonara la campana, que daría inicio a aquella asombrosa aventura que estaban a punto de vivir. El tan ansiado momento llego, salvándose de la explicación del Teorema de Pitagoras en Matematica. Los muchachos tomaron sus pertenencias y rapidamente se dirigieron a la salida, en donde Saki los esperaba. Al verlos llegar, la chica sonrio ampliamente.
-¡Me alegra mucho que hayan aceptado! ¡Vamos, les dare detalles en el camino, tenemos muchas cosas que hacer y nada de tiempo!
La castaña emprendió el camino hacia el lugar donde se realizaría la sesión fotográfica, seguida de sus principiantes modelos. En el camino les comento que las fotos estarían dispuestas para la temporada de Verano, Invierno y el Dia de San Valentin. Esto hizo dudar a Kouji, porque no quería ni imaginarse los alocados planes de aquella chica que lo miraba fijamente como en trance, y suspiro asustado. Lo único que le alegraba era que podía hacer esto con Takuya…de lo contrario se hubiese negado, ya que para el…Takuya lo era todo: Su motivo por el cual sonreir, enojarse, sentir alegría, emocionarse… no sabia desde cuando sentía eso por el castaño, pero cuando se dio cuenta era tarde, ya estaba demasiado enamorado…obviamente no se lo diría nunca…o al menos eso pensaba.
Pocos minutos después, llegaron al lugar donde comenzaría todo. Los cuatro se quedaron con la boca abierta al ver que era el hotel mas lujoso de la ciudad. Saki, sin decir palabra alguna se dispuso a entrar, mientras los muchachos la seguían, aun shockeados por la enormidad del sitio. Luego de dar vueltas por todos lados, y de que la castaña conversara con algunos del personal, llegaron a la piscina del hotel, que estaba ya dispuesta con todo el equipo necesario para sacar unas buenas fotografías.
-¡Bueno…!- comenzó la muchacha, entusiasmada- vallan a cambiarse, modelaran cinco trajes de baño para la temporada de Verano, asi que traten de verse bien- asevero, mientras le entregaba a cada uno las piezas que debían usar.
Aun algo nerviosos, los chicos se dirigieron al vestidor de hombres e Izumi al de chicas. El primero en salir fue Kouji, quien efectivamente se veía atractivo en esos shorts azul claro que combinaban con sus ojos, dejando ver su bien formado cuerpo, y con los oscuros cabellos sueltos, creaban la imagen del chico sexy y rebelde de la que Saki le comento a Takuya. El segundo fue Kouichi, en un traje de baño verde con un pequeño jaguar bordado a un lado. Su cuerpo no era tan torneado como el de su hermano, pero le sentaba genial igualmente. La tercera fue Izumi en un trikini con diseños de Jaguar, que resaltaba su busto y sus increíbles curvas. Era la princesa del grupo y se llevo una sorprendida mirada de Kouichi, quien se coloro ligeramente, puesto que se veía realmente hermosa. Y el último fue Takuya…
Kouji no estaba preparado para lo que sus ojos verían salir de aquella puerta. Un delgado pero bien formado muchacho castaño traia puesto un traje de baño color rojo con matices amarillos, que combinaban perfectamente con su morena piel. Se veía hermoso…por lo menos asi pensaba el pelinegro, quien tuvo que mover violentamente la cabeza para sacar cualquier pensamiento indecente de ella.
-¿Te sucede algo?- pregunto su gemelo, observándolo con curiosidad.
-N-no es nada…-musito este, aun algo sonrojado.
-Bueno…si tú lo dices…-expreso en tono de burla- les queda muy bien lo que han elegido para ustedes.
-A ti también Kouichi- animo Takuya, dándole una palmada en la espalda- aunque pienso que de los cuatro, los únicos que resaltan son Izumi y Kouji…como decirlo, parecen dos salvadidas sexys…
Total sinceridad en sus palabras. A Takuya le parecía que Izumi se veía maravillosa pero…el pelinegro de alguna manera hipnotizo sus ojos. No podía dejar de verlo…aquel musculoso cuerpo y su piel pálida como la porcelana hacían fantasear al castaño… quien aun no se daba cuenta que su comentario hizo que su compañero casi se desmayase…por supuesto, mientras más se cambiaban las piezas y mas se mojaban la piel, la imaginación de Takuya volaba cada vez mas lejos… hasta que tuvo que regresar para darse cuenta de que estaban a punto de finalizar aquella Temporada…
Saki se movia y gritaba como loca, diciéndoles en qué posición debían colocarse o junto a quien debían posar. Les hizo mojarse en la piscina, saltar desde el trampolín, hacer ridículas muecas y jugar con una pelota de playa. Le gustaba más el feeling que hacían Izumi y Kouichi por lo que les ordeno estar juntos en muchas de las fotos. Entonces, en algún momento, les toco a Kouji y a Takuya estar juntos en la foto. Trataban de ser naturales y no sonrojarse por la cercanía del otro, ya que la siniestra castaña los había colocado uno a espaldas del otro. El contacto de sus pieles los ponía nerviosos. Takuya tenía la piel de gallina y se estremecía, no sabía el porqué de aquellas reacciones, y Kouji simplemente trataba de pensar que no era Takuya quien estaba de espaldas a él para que sus impulsos no lo dominaran, en esos momentos desearía no saber el porqué de sus sentimientos. Sin embargo su “sufrimiento” duro muy poco, porque la muchacha observo todas las fotos y sonrió, muy complacida y emocionada.
-¡Ya tengo las fotos de la primera temporada! ¡Ahora haremos las de San Valentin y por último las de Invierno!
La rubia y el gemelo mayor sonrieron felices de haber culminado con honores porque su trabajo era muy bueno… pero los otros dos estaban encerrados en sus pensamientos. El castaño comenzaba a notar entonces que desde siempre se había sentido raro cuando estaba junto a Kouji, solo que lo consideraba un sentimiento especial porque eran muy unidos…sin embargo ahora…ahora todo era distinto ¿Cómo pudo cambiar todo en un solo día? ¡Era ridículo! ¡No podía haberse dado cuenta de que estaba enamorado de Kouji! Y mientras el pelinegro se debatía entre mantener la cordura para terminar lo que había empezado y no dejarse llevar por las enormes ganas que tenia de plantarle un beso al castaño en los labios… ¿Qué hacer? ¡Lo perdería si eso sucediera! ¡Perdería aquello que lo llenaba de felicidad!
Eran dos voces debatiéndose en dos mentes y cuerpos distintos, pero con el mismo hermoso sentimiento en los corazones de ambos…
Lo que no sabían era que las cosas estaban a punto de empeorar…