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O. X. E. S. por Matsutake_Gabrielle

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Notas del capitulo:

bueno espero que les guste...

la continuacion despues de la tarjeta, con la llegada de aquel individuo, aquelka unica persona que era capaz de estremecer y desalinear los pensamientos del tensai del seigaku.

descubrira de nuevo aquel sentimiento; que es ocacionado por el amor de una persona.

dando mi mejor esfuerzo!!!

sigo diciendo que espero les guste.

 


   


¡Todo puede suceder en navidad!


 


Como siempre comenzaba su repetitiva rutina en el club; tan solo unos discretos cumplidos, un baile, una bebida, unos indiscretos piropos eran tan solo la entrada en el banquete que estaba por darse. A lo que le seguiría el plato fuerte, para dar fin con un simple “muchas gracias y adiós”.


La noche llegaba a su conclusión; Fuji al fin llegaba de esa tan extenuante velada, al adentrarse en su habitación lo único que su cerebro pensaba era en tirarse en la cama y dormir por un largo rato. Pero su intento fue frustrado cuando su celular sonó, no deseaba en verdad contestar pero al ver en la pantalla “Sadaharu” no tuvo otra opción que contestar:


-          Fuji, ¿en dónde diablos estas?- La voz malhumorada de Inui provocaba un inmenso eco en su cabeza.


-          Si hola, buenos días Inui!- Contestaba casi forzado entre profundos bostezos el castaño.


-          Pero en que estas pensando, ¿qué hora crees que es? llegaras tarde, apresúrate que no tenemos tu tiempo. Llega de inmediato es una orden.-


-          Si lo sé Inui, pero…-


-          No me vengas con alguna de tus excusas patéticas- Interrumpía la explicación del castaño con un grito fuerte. –Si eres tan bueno para salir de fiesta con tus amiguitas hasta las 3:00 de la mañana, entonces también tienes tiempo para venir y darme un buen partido. serás un genio pero cuando es momento de considerar  y tomar enserio las cosas que van a beneficiarte eres en verdad un completo estúpido.- Cuando termino de pronunciar su acostumbrado sermón colgó de inmediato el teléfono. De verdad que estaba molesto.


Sadaharu Inui que después de todos los giros y vueltas que había dado el mundo continuaba siendo uno de sus más cercanos  amigos y tanta había sido su confianza que se convirtió en el entrenador del castaño genio sin vergüenza del Seigaku.


Fuji no tuvo más elección que salir de entre las cobijas, dejo a un lado su celular y se apresuro a tomar una ducha. Como era de costumbre siempre hacia enojar a su amigo y entrenador siempre antes de dar el 100% en la cancha, no por nada se encontraba entre los mejores 10 del ranking mundial. En parte gracias a él y a sus singulares métodos de entrenamiento había logrado ser un tenista de alto calibre con tanto prestigio y capacidad para obtener uno de cada uno de los títulos de Grand Slam. Todo antes de cumplir los 25 años, que en verdad era algo alucinante.


Acomodó sus cosas y emprendió su salida de su apartamento. Su destino era el estadio donde conseguiría su siguiente titulo y también donde otra faceta de su vida daría final.


 


 


Llego de nueva cuenta a su casa, después de una larga y agitada jornada; de un partido que resultó en una victoria y la extensa y tediosa entrevista con los reporteros después del juego.


Se sentó en el sofá, sus manos se acomodaron en su cara y su cabeza mientras recordaba aquel buen regaño  que Inui le propino, se sentía realmente cansado el llegar de una noche de “juego” y después dirigirse a un partido no era cosa para hacerse en un solo día. De pronto vino a su memoria lo que le había dicho Oishi en el club.


Buscó de entre las ropas que se había quitado y encontró aquel papel que le habían entregado.


AL ABRIRLA PUDO NOTAR A PRIMERA CUENTA DE QUE AQUEL PAPEL NO ERA MAS QUE UNA INVITACION, SOLO UNA SIMPLE INVITACION PARA UNA CENA EN EL DIA DE NAVIDAD DADA POR LA FAMILIA DE ATOBE.


Con sus ojos seguía cada palabra escrita en aquella invitación hasta terminarla. Era cierto, en verdad la navidad estaba ya tan próxima, con tantas conmociones y compromisos por cumplir se había olvidado por completo de esa fecha, fue entonces que pensó que hacia tanto tiempo que no la celebraba con sus amigos. Entonces ¿por qué no hacerlo ahora? ya no habría nada por parte de su trabajo que lo detuviera, el ver tantas caras conocidas le dejaría una experiencia muy agradable que ya hace un buen tiempo había dejado de experimentar.


Después de ese día las semanas transcurrieron tan velozmente.


La noche que se marcaba en la invitación había llegado sin demora.


Syusuke llamo a Oishi, ya que no quería llegar solo, ya que se vería realmente patético. La hora marcada en el reloj deba las 9:00 p.m Fuji como siempre llagaba tan puntualmente al encuentro programado con sus antiguos compañeros Oishi y kikumaru. Estando ya los tres juntos se trasladaron a la ostentosa mansión de su anfitrión.


-          No recordaba que tan exquisito es el gusto de atobe.- Decía Syusuke mientras el mayordomo les abría la puerta, con su mirada inspeccionaba cada pequeño detalle de la singular vivienda del susodicho.


-          Si es cierto, siempre ha sido un verdadero excéntrico.- respondía Oishi.


Al entrar al salón no pudieron el evitar notar la presencia de todas las personas que habían conocido durante su último año de secundaria mientras participaban en el campeonato nacional.


-          Syusuke qué bueno que pudiste asistir- Se oía de entre los presentes la voz de su antiguo amigo Saeki.


-          ¡Fuji Syusuke está aquí!.- Murmuros de todos los asistentes comenzaban a surgir, ya que él había sido uno de los pocos que pudo lograr consagrar una carrera estable dentro del tennis, esa era la razón de sus habladurías.


-          Fuji Syusuke me alegra que hayas podido hacer un pequeño espacio en tu rigurosa agenda para asistir a mi celebración.- Atobe que salía de entre los asistentes se dirigía al castaño con el mayor grado sarcasmo y una imagen de superioridad que solo Ore-sama era capaz de mostrar.


Gracias por haberme invitado atobe, es un gran honor poder estar ante tu magnánima  presencia.- Respondía Fuji con igual grado de sarcasmo no se dejaría intimidar por atobe Keigo.


-          Lamento no poder haberte entregado la invitación yo mismo, pero últimamente no he gozado de tiempo suficiente para salir a buscarte.- Demostraba aun más su sarcasmo poniendo en su cara una enorme sonrisa.


-          En verdad no era necesario, pero lo que más importa es que todos estemos aquí presentes; y que es lo que esperamos a ¡celebrar que la noche es más que joven, ahora donde están las chicas que necesito desesperadamente divertirme.- Fuji terminó de hablar mientras unas pequeñas risas inundaban la sala.


-          Fuji, no seas indiscreto.- Kikumaru siempre se avergonzaba por los comentarios de Syusuke.


-          Nuestro Fuji siempre será así y nunca cambiara.- comentaba Shiraishi Kuranosuke que también estaba entre los presentes.


 Terminaron de charlar, Fuji se acercó a un grupo de señoritas, como siempre el comenzar con un pequeño saludo era su anzuelo, después de una plática corta el juego comenzarías.


Unos minutos después de una intensa conversación,  giró su cabeza pues algo le decía que lo hiciera,  no pudo evitar notar aquel par de ojos color avellana que estaban por adentrarse al inmenso salón. El dueño de este par de ojos se acercaba lentamente hasta donde se encontraba el castaño.


-          Tezuka…- Su voz no pudo articular ninguna otra palabra.


-          Ha pasado tanto tiempo ya Syusuke.- Respondía Kunimitsu ante ese monosílabo, no era para nada particular de Fuji el quedarse sin palabras, ya que siempre él había sido un hombre de muchas palabras.


Al cruzar palabras con el ex – capitán del Seigaku, miles de recuerdos inundaban la mente del castaño, era como si una lluvia de estrellas emergiera de su interior.


Aun así había un momento que capturaba la atención del castaño.


 


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= Fue en ese día de una inolvidable primavera, cuando los botones de las flores de cerezo brotaban furiosamente, ansiosas por ver el mundo exterior. Fue en ese día cuando inesperadamente un “te amo” salió de los labios de su baicho. En ese momento su interior se sintió extraño y un “lo siento” fue la respuesta que objetó.


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Desde entonces no volvieron a cruzar palabras.


-          Si es cierto Tezuka, como te ha hido.- Sus labios temblaban de una manera sutil, algo extraño volvía a sentir en su interior, esa mirada era la culpable de ese ajeno sentimiento que no había sido de su conocimiento en ocasiones anteriores.


No importaba con cuantas mujeres estuviera antes. Este sentir solo era capaz de conocerlo con Tezuka Kunimitsu.


Pero eso no estaba bien, en su cabeza sabia que esa relación no podía ser, que no era para nada algo natural.


Charlaron un largo rato, aunque las chicas se le acercaran al castaño eran completamente ignoradas por el.


Será que aquella mirada de tono avellana había logrado hipnotizar a ese ser humano tan irracional. Será ahora que ese viejo sentimiento volvería a emerger.


 


Sin más desaparecieron de la vista de todos los asistentes.


Su dirección el departamento del ex – capitán del Seigaku.


Como si fuera un cazador bajo su presa, tezuka se abalanzo sobre Fuji con besos acalorados invadían la humanidad de Syusuke. Sus lenguas penetraban la cavidad bucal del otro, humedeciendo su éxtasis.


Con todo ahínco buscaron la cama. Tezuka desvestía al castaño al mismo tiempo que lo postraba fuertemente sobre la cama. Besos traviesos era lo que le brindaba, mientras el castaño también lo despojaba de su ropa.


Avanzando con besos y suaves caricias llego hasta su pecho, sus pezones eran lamidos y tocados  de una manera realmente celestial.


Tezuka puso en cuatro patas a Syusuke.


-          ¿Esta es tu primera vez de esta forma?.- Preguntaba de una manera dulce mientras frotaba con su mano lenta y suavemente el miembro del castaño.


-          ¡Qué esperabas, hasta ahora era yo el quedaba, no el que recibía!.- Respondía Fuji de esa forma tan sínica del que era característico.


Las campanadas que anunciaban la medianoche comenzaban a entonar. Tezuka abrazo cálidamente al castaño mientras se preparaba para comenzar.


Syusuke era penetrado tan velozmente, cada estocada iba tan rápido como las mismas campanadas sus gemidos y gritos eran disfrazados por las mismas. Cada vez con más fuerza. El castaño no odia decir nada más que “mas” era como si esto era lo que realmente necesitaba.


Al deslizar sus manos por el delicado y bien torneado cuerpo del castaño pudo sentir como el miembro de su amante se erguí aun mas de nuevo comenzó a masajearlo. Aun después de las campanadas su pasión se desenfrenaba. Cada posición era un nuevo reto para Syusuke que nunca lo había experimentado de esa forma.


El miembro de tezuka era una potente arma que no dejaría de usar desde ahora.


 


Envuélveme con tus manos


mátame con tu pasión,


aunque no me digas que me amas


solo házmelo por favor.


                                                                                                 


    

Notas finales:

feliz navidad a todos!!!

que pasen una calida noche buena en compañia de sus seres mas cercanos y queridos...

nos veremos en el 2011!!!

y sigan festejando.... pero no en exceso

todo con medida.


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